Una hostia, es lo que te voy a da, Yub

Aquello lo había molestado. No tanto como a un profesor le molestaría que un alumno lo desafiara, sino más bien le molestaba como hermano. Ayyûb parecía enfadado con él desde que había vuelto, pensó, en un principio, que simplemente se debía a todo el tiempo que pasó fuera sin hablarle, pero ahora dudaba, porque seguía siempre molesto con él, hablaban, pasaban tiempo juntos, pero parecía que algo no terminaba de cuadrar ¿le molestaba acaso que él fuera su profesor? ¿que lo tratara como a todos en clases?
Ayyûb sabía que había algún motivo, además de él mismo, por el cual era profesor en aquel castillo, él debía de saber que había un motivo importante, aún cuando no se lo había dicho ni dejado ver. Estaba más que claro que realmente Adnan no era el típico profesor, y aquel día se había molestado con su hermano porque ponía en peligro su estadía en la escuela ¿y si la directora de pronto veía ese comportamiento como algo reprobable? Que dejara a su hermano sin un castigo después de hacer que lloviera tintura naranja sobre el resto de sus alumnos era algo que seguramente llamaría la atención de cualquiera que hubiera estado en ese aula...

Había meditado largo rato sobre aquello y había consultado con el profesor en cuestión, llegando a la conclusión de que un par de horas castigado ayudándolo en labores de laboratorio estarían bien. Él, por supuesto, había decidido dejarlo en pura palabrería, hablaría con su hermano y le pediría que lo acompañara al aula en otro momento, a él se lo haría ver como algo voluntario para pasar tiempo juntos y al supervisor como el castigo que el menor de los hermanos merecía. En ese momento simplemente le había enviado una nota.

“Yub, estaré esperándote esta tarde en mi despacho. No hagas gilipolleces y ven en cuanto terminen tus clases.

Adnan

Llevaba esperándolo por más de media hora, poniendo notas, mirando trabajos. Realmente hacía aquello por ocupar el tiempo. Tenía un porro en el cenicero y llevaba toda la tarde con un estúpido picor molesto por todo el cuerpo, la poción que tomaba para no depender tantos de las drogas cada vez le hacía menos efectos y estaba de un humor de perros. Preferiría dejar la charla con Ayyûb para otro momento pero llevaba atrasándola demasiado tiempo, hacía un par de días del incidente de pociones... no podía dejarle pasar ni uno más.

Sabía que no saber nada de su hermano por aquellos dos días estaba siendo ya algo raro... y finalmente, ahí estaba aquella notificación por parte de Adnan. Pero lo triste es que le mandó una mierda de nota en vez de como mínimo tener el valor de decírselo de forma directa. Pues nada...

No iba a ir corriendo, y en cuanto se le presentó el momento, o mejor dicho, cuando fumó un cigarrillo o dos, tomó el camino en dirección hacia el despacho, tras preguntar entre gruñidos a un par de niñas de primero que se cruzaron con él, ya que no tenía ni idea de donde se suponía que tenía que ir.

Una vez quedó frente a la puerta, llamó con la puntera del pie, y cuando al puerta se abrió, pasó dentro, mirando a su hermano apenas unos pasos dentro de la sala, con el ceño fruncido, con cara de no estar muy contento, cosa que era evidente.

Suspiró de forma pesada y escuchó como su hermano con un gesto hacía que se cerrase la puerta tras de si. - ¿Qué quieres?

Puso una mueca en la que torcía el gesto, mostrando, haciendo denotar aún más su molestia por estar ahí, terminando poco después por resoplar al ver como el otro tardaba en contestar.
Avanzó un par de pasos con la intención de coger el canuto que tenía su hermano encima de la mesa, pero vio como el otro lo cogió. El menor de los Yesenes apretó la mandíbula, y farfulló de nuevo la pregunta que hizo antes, esta vez en árabe, esperando que si no le decía nada preguntándole en inglés, que le dijese así algo.

Le dio tiempo a hacer un par de cosas más antes de que el estúpido de su hermano entrara, y lo peor de todo, es que entraba con apariencia de estar bien molesto ¿qué pasa? ¿Ahora también era una molestia que le llamara para pasar un rato juntos? Él tenía que ser el que estuviera molesto, no el menor, por las putas barbas de Merlín, que ganas tenía de darle una hostia.

Tras hacer que la puerta se cerrara dio una honda calada al porro que tenía delante, tratando de relajarse, sin mucho éxito tras oír como su hermano le hablaba, con ese tono, esa forma de... puto borde de mierda. Hacía mucho tiempo que no estaba con él, había perdido costumbre, había conocido a gente, había crecido en muchos sentidos y de algún modo se le hacía más fácil soportar a la gente pero seguía con ese mal humor de siempre, y cuando alguien le tocaba donde no debía seguía saltando como había hecho por toda su vida, y su hermano, joder, su hermano lo estaba desmoralizando, pensaba que estar ahí sería bueno para volver a tener esa relación de siempre pero parecía totalmente contraproducente en realidad.

-Estás castigado, Yub, supongo que ya te han llegado rumores de lo que pasó después de tu salida triunfal en la última clase ¿no? - dijo aquello tras tomarse su tiempo, no había sido su intención abordar de esa forma el tema pero ¿como más? ¿qué le iba a decir si venía con tan malos modos? - siéntate, idiota - le hizo un gesto con la mano e hizo otro con la varita para que las cosas que había en su escritorio se apartaran todas y quedaran perfectamente guardadas, se levantó y él mismo tomó asiento frente a los sillones que ahí tenía, no quería mesas por medio - ¿qué pasó el otro día? Creo que iba todo tan mal como para que te largarás así ¿no?

Iba a tratar de tener paciencia, estaba a nada de saltar pero sentía que tenía que ser todo lo paciente posible con su hermanastro, lo último que quería era cabrearse con él. Menos aún en ese instante, que en lo único que pensaba era en tener algo de compañía mientras trataba de no caer en lo de siempre, cuando su cuerpo le pedía algo simplemente era difícil no dárselo.

Torció un momento el morro cuando escuchó como su hermano empezaba a hablar, y antes de poder quejarse ni decir nada, se movió, sentándose donde el mayor le indicó, acomodándose en uno de los asientos, después viendo como su hermano hacía lo mismo, y escuchándole, viendo como volvía a hablar.

Suspiró un poco y le miró ceñudo, esperando a ver si el contrario tenía algo que decir.
- No es como si en esta mierda de sitio no volase hasta que la directora ha estornudado y se le ha salido un ojo o cualquier mierda. - Chasqueó la lengua y gruñó, después bufando y terminó por apoyar una de las manos sobre la frente, negando con la cabeza un momento.
- Tú dijiste que la poción estaba mal, para que iba a seguir perdiendo el tiempo? Pf... - Y aquella fue la razón que dio para justificarse.

Sintió la mirada de su hermano, y agachó algo más la cabeza, suspirando, queriendo esconder el rostro, pero apenas pudiendo encogerse algo más de hombros, en el mismo sitio y la misma posición, apretando al mandíbula mientras trataba de calmarse, de relajarse de alguna forma.

Tras un momento de incomodo silencio entre ambos, tragó saliva, mordiéndose el labio inferior, mientras jugueteaba con sus manos, nervioso. - Si vas a pegarme hazlo ya, o di algo al menos, no quiero que esto sea por mucho más rato así de incomodo... - Farfullo un momento y suspiró, entrecerrando los ojos.

- No...tendrás algo, ¿no? - Se mordió de nuevo el labio inferior. - … creo que tampoco... estoy de muy buen humor por que el tabaco no es que... haga nada, ni siquiera tienen hierba.

Desde que perdió el contacto con su hermano y este no le facilitaba la mierda, se había tenido que buscar algún modo de conseguirla, y simplemente, sin haber obviamente haber llegado a tal grado de dependencia como la que tenía su hermano, el menor de los Yesenes también se había quedado algo enganchado a la droga, sobre todo a la hierba, que era lo que conseguía con mayor facilidad.

La mirada de Adnan ya había dejado de ser interrogativa, realmente no tenía mucho sentido aquello ¿lo había dejado y jodido porque él dijo que estaba mal? No pudo evitar sonreír al recordar como cuando era más pequeño aquellas cosas habían pasado muchas veces. Demasiadas, cuando lo enseñó a fumar se llevó más golpes que en toda su vida, porque le gustaba verlo enfadar y siempre le decía que lo hacía mal. Si buscaba bien seguro que aún conservaba alguna quemadura de cuando lo insultó por ser una “niñita que no sabía mi chupar bien un canuto”.
Por supuesto trató de disimular la sonrisa lo más posible y lo dejó en un gesto ceñudo porque no era momento de sonreír. Carajos, le había enfadado.

Seguía con el porro en la mano y guardando silencio, tratando de pensar. Oyó aquello y chasqueó la lengua, claro que quería pegarle, por idiota, y más aún ahora ¿de verdad le estaba pidiendo lo que él pensaba que le pedía? Maldito enano malcriado de mierda.

Desvió la mirada, primero la tenía en él, después giró el rostro para mirar a cualquier otra parte, tratando de no pensar en aquello. Se puso el porro entre los labios y aspiró. Aire que debía de relajarle, pero realmente no sirvió de nada, se giró rápidamente y le golpeó, demasiado fuerte quizás. Pero por suerte había atinado bien y le había dado en el pecho. Le habría dolido, claro, pero no tanto como si le hubiera roto la nariz o el labio.

-Eres un maldito consentido ¿vienes a pedirme droga cuando en teoría estás aquí por un castigo? Me desesperas Yub - dicho aquello le pasó el porro y se llevó ambas manos a la cara, tenía el pulso de un anciano con inicios de parkinson y las palabras de su hermano habían introducido la idea equivocada en su mente, se estiró un poco la frente, medio masajeándose y miró de reojo el reloj de la pared, aún tenía que aguantar una hora para la siguiente poción - la próxima vez que tengas mal una poción me abstendré de comentártelo, tenlo por seguro, pero te habría ayudado, como al resto, si no te hubieras ido haciendo un drama. Creo que la mitad de tus compañeros quedaron un poco molestos contigo, espero no haberte metido en algún … mira ya me he liado, tu eres el que me puede meter a mi en un lío, procura no hacer cosas tan infantiles durante mis clases, somos hermanastros y lo saben todos, si te trato distinto me van a terminar por echar.  

Se bajó de la mesa y se sentó junto a su hermano, en el brazo del sillón en el que él estaba, y le puso las piernas por encima, mirándolo ahora de cerca y con el ceño igualmente fruncido.

-En realidad estás aquí fingiendo que cumples un castigo, pero no tengo ganas de castigarte, así que te toca estar una hora entreteniéndome para compensar que tuviera que arreglar tu desastre del otro día ¿si? - levantó las cejas, no tenía ni idea de que hacer durante ese rato, pero seguramente con su hermano sería un poco más llevadero.

Se quedó callado en el poco tiempo que duró aquella especie de reprimenda que su hermano empezó a soltarle por el hecho de haberle pedido algo. Simplemente, como si fuera un perrito, asintió con la cabeza y se quedó callado, al menos hasta que el mayor volvió a hablar, alzando al vista para clavar sus ojos en los de su hermano, prestándole atención.

Y para cuando pensó que aquello había terminado, volvió a escuchar como ahora el mayor se explayaba mejor, mostrando su molestia, enfado, lo que quiera que tuviese Adnan encima en esos momentos, y el menor de los Yesenes simplemente se quedó en silencio, con el ceño fruncido, esperando que su hermano terminase con aquella charla.
- He escuchado que me tiran mierda por que “por mi culpa” - gesticuló las comillas con los dedos - Slytherin a perdido 20 puntos. - Puso los ojos en blanco un instante y continuó hablando. - En serio, ¿que tanto les importan unos putos puntos? Ni que fuesen a ganar ninguna mierda,... un puto trofeo que ni siquiera hacen puto caso.... son todos unos imbéciles. - Chasqueó la lengua, sintiendo la mala mirada de su hermano, de nuevo, y volvió, nuevamente, a bajar la mirada hacia el suelo.

La visión del menor fue interrumpida por las piernas de su hermano, a pesar de haber escuchado como se movía, no le hizo caso hasta ese momento.

Ayyûb alzó al mirada para ver a su hermano a los ojos y se quedó un momento mirándole en silencio mientras le escuchaba hablar, otra vez, terminando por asentir con la cabeza.

- ¿Y qué se supone que vamos a hacer aquí? No sé como pretendes que te entretenga... - Gruñó aquellas últimas palabras.

Asintió un poco a sus palabras, la tontería de los puntos, él aún no se familiarizaba mucho con eso y daba o quitaba puntos según se le antojaba, a su hermano, solo por coraje, le había hecho esa resta quizás un poco indebida, pero no iba a decir eso en voz alta.

-A la gente le gusta ganar cosas, es puro orgullo. Cuando se vive en comunidad se persigue el bien común, debes entender que tu comportamiento atañe a todos y no solo a ti, es lo que tratan de enseñaros con los puntos y los trofeos por casa, pero parece que eso a ti en realidad no te importa tanto, así que... bueno, despreocúpate y que digan lo que quieran.

Se encogió de hombros y miró con pena el canuto al cual casi no le quedaba nada, se lo arrebató a su hermano y se dispuso a fumarse él mismo lo que quedaba, necesitado de mucho más pero con la fuerte determinación de no caer en ello.

-No tengo ni idea, pero haz algo. Baila el hulla hop encima de mi escritorio si hace falta - dijo aquello con una sonrisa en los labios, divertido por la imagen que él acababa de crear en su mente, después suspiró y le dio una nueva calada a lo que quedaba del canuto -hoy tengo un día espeso, podríamos salir de aquí pero no se me ocurre ningún lugar más tranquilo en el castillo, y te juro que hoy no soportaré a ningún gilipollas más sin arrancarle de una hostia algún diente.

Estaba, en ese momento, tan alterado como parecía, con el ceño fruncido, la mano le temblaba y por ello se estaba presionando la pierna y colmando la imagen ni siquiera miraba a su hermano a los ojos, porque de algún modo no podía dejar la mirada quieta. Ni tan siquiera eso.

-Si vas al tercer cajón del escritorio encontrarás algo de hierba, lía un par de porros, a ver si el tiempo corre más rápido así - quitó la piernas de sobre su hermano y le dejó libertad, él tardaría un año con su estado de ese instante justo.

Suspiró de forma cansada, solo de pensar en lo imbécil que era la gente con ese asunto de los puntos, incluso él mismo no entendía el porqué de dividirlos en casas pero... terminó por hacer caso a lo que su hermano hablaba, y dejó de pensar en aquellas gilipolleces que no hacían mas que darle dolor de cabeza al fruncir el ceño al pensar en eso.

Miró con mala cara al mayor cuando le escuchó decir que bailase nosequé cosa, y no entendió por que se reía....supuso que sería por que llegaría a verse realmente estúpido, patético o cualquier mierda, pero no podría concretarlo, puesto que Ayyûb no tenía conocimiento de aquél baile que el mayor acababa de nombrar, de pedirle que hiciera. Igualmente, tampoco iba a hacer ningún baile, por supuesto que no.

- A mi me da igual que nos quedemos aquí, con que sea estar contigo sin nadie que esté jodiendo me vale.
Comentó aquello mirando a su hermano de reojo, y cuando vio como era “liberado” de aquella posición que adquirió el mayor, sumando a ello las palabras de Adnan, Ayyûb se incorporó para hacer lo que su hermano le pidió.

Se puso en pie y fue directo a buscar lo que Khadar le dijo, cogiendo lo necesario, y tras volver al sitio que había ocupado antes, se puso sin tardar a liar uno de los porros, el cual, en cuanto estuvo listo, se lo cedió a su hermano, después haciendo el mismo proceso para hacer un segundo, no tardando en finiquitarlo, dejando el resto de cosas para formarlos a un lado con cuidado de que nada se cayese, y se quedó mirando a su hermano, como si estuviese esperando permiso por su parte para empezar a fumarlo o cualquier cosa.

- ¿Te dejan fumar aquí? Son tiquismiquis con eso de no fumar en el colegio... - Rodó los ojos. - Envidio que tengas un sitio donde hacer lo que quieras, y sobre todo que no tengas que compartir habitación con esa maldita escoria. - Una mueca de notable asco se dibujó en el rostro del menor.

-Joder Yub, al fin dices algo con lógica, ya pensaba que no querías estar conmigo - dijo aquello riendo un poco, algo más animado ahora que su hermano había admitido que le valía con estar con él, siempre había sido así, juntos, sin mucho que hacer. De pequeños tenían todo el desierto para correr por él, tenían hipogrifos con los que pasar todo el tiempo del mundo y un palacete lleno de piscinas y de gente a la que incordiar. En comparación a eso, ahí, en Hogwarts, no tenían nada que hacer, pero al menos estaban juntos.

Dejó que él se encargara del tema de los porros, cuando volvió a sentarse él volvió a poner las piernas sobre su hermano y se medio acomodó un poco mejor en el brazo del asiento, no era un lugar para dos, pero prefería tenerlo cerca, al menos por un rato.

-En realidad no me dejan fumar aquí, pero hay formas de hacer que el humo no salga ni huela, sobre todo con la de ingredientes cargados de olor que entran y salen aquí todo el tiempo - dijo rápidamente mientras acercaba un cenicero para ambos y encendía el canuto de su hermanastro con su propia varita - vamos, no tienes que esperarme - se puso el suyo entre los labios y aprovechó que tenía una mano libre para despeinarlo un poco  -dejar esta mierda es imposible - miró de reojo el reloj, apenas habían pasado cinco minutos desde la última vez que miró, volvió a mirar a su hermano - era más fácil cuando me controlaban un poco más, aquí... con tanto tiempo libre y con tanto gilipollas suelto siento que si no me inyecto algo en vena cada noche podría volar el castillo con un solo hechizo, no sé como lo aguantas tu, en serio - dijo aquello sinceramente, tras darle una primera calada al porro - la mayoría de alumnos se comportan como niños de diez años, sin serlo, la otra parte se creen lo mejor que ha visto la humanidad, y créeme, no lo son ni de lejos.

Dio una calada mientras pensaba en ello y miró a su hermano de reojo, después sonrió y negó con la cabeza, porque solo estaba diciendo tonterías, cuando estaba con el mono hablaba más de la cuenta, a veces, le alteraba el estado anímico.

-Mejor ignora eso, no quiero que tengas pensamientos indebidos por mi culpa o nos van a echar a los dos de aquí - dio una calada, rápida, y exhaló el humo como si fuera lo mejor del mundo - te librarás del castigo si vienes conmigo mañana a arreglar el aula antes de las clases de la tarde, será mejor eso que algún trabajo aburrido ¿no? - ahora lo miraba de reojo, desviando de vez en cuando la mirada al techo  -y creo que por esto me merezco al menos las gracias, y un saludo como debe ser.

Asintió en silencio, prestando atención a las palabras que su hermano le dedico, y sonrió un poco, suave, ladeado, cuando escuchó lo que el mayor decía, como le instaba a fumar encendiéndole él mismo el cigarrillo, que el menor no tardó en darle una primera calada, suspirando después aliviado, a la par que expulsaba el humo de aquello.

En lo que continuó la conversación, el menor simplemente se encogió de hombros y miró a su hermano, volviendo de nuevo la vista al frente, sin mirar a ninguna parte concreta, simplemente aprovechando a fumar en la compañía de su hermano, escuchándole hablar.
No pudo evitar asentir con la cabeza cuando el mayor de ambos sentenció el como eran los alumnos de la escuela. El menor de los Yesenes estaba total y completamente deacuerdo con eso, así que no iba a decir que no solo por quedar bien; a fin de cuentas era su hermano y entre ellos no había secretos... o algo así.

- Los pensamientos como tú dices “indebidos” los tengo de hace tiempo, no es por tí, así que no tienes que preocuparte por eso. - Hizo un suave gesto, quitándole importancia al asunto, y giró el rostro para mirar a su hermano a los ojos.

Miró con mala cara a su hermano. - ¿A caso hacer eso que me propones es algo divertido? - Bufó y gruñó, incluso puso un momento los ojos en blanco. - De verdad...

Frunció los labios un momento, quedándose mirando a su hermano desde aquella posición obviamente algo más baja, y estiró el brazo para coger a su hermano por la capa, tirando un poco de la misma para hacer que se acercase a él, besándole suave en los labios -aprovechando que no tenía el porro en la boca-, a modo de saludo, y le soltó después, volviendo él mismo a ponerse a fumar de forma tranquila.

- Supongo que no tengo otra opción que aceptar ese castigo... al menos será contigo y no con cualquier otro profesor.

Sonrió tras aquel gesto que tenían desde siempre. De algún modo esos besos que Ayyûb le daba siempre le habían levantado el ánimo, y eso que en un principio se lo dijo para molestarle, quizás buscando burlarse un poco de él, claro que, al desconocer Adnan que en las costumbres árabes hacían cosas muy símiles a lo que él le dijo había ignorado el hecho de que para el menor de ambos darle un beso a su hermano era algo corriente, aún cuando para el resto del mundo podría parecer algo “rarito”.

-¿Que acaso pasar un rato con tu hermano no es divertido? - dijo aquello medio riendo, porque sabía que realmente él podía llegar a ser un puto aburrido si no había planes de por medio - voy a demostrarte ahora mismo que eso no es así. Bueno, mejor en un ratito, porque tendría que pensar algo que hacer que nos pueda gustar a los dos, y te juro que eso es bien difícil.

Rió un poco, algo más relajado tras el porro de antes y el que se estaba fumando en ese momento. Se puso de pie y comenzó a dar vueltas por el despacho, pensando algo que hacer ahí dentro que lo pudiera distraer.

-Es como si solo se me ocurriera sacar la coca, o... tumbarme en el suelo a fumar porros hasta que el techo se volviera interesante - dijo aquello con voz pausada, porque realmente cuando fumas bastante hasta una pelusa se vuelve interesante - o podríamos charlar, si es que tienes algo interesante que contarme. Aquí hay mucha mujer... llamativa y en todo este tiempo no me has dicho nada de eso ¿ya tienes novia? ¿follas mucho? Ah...yo echo de menos eso, pero bueno, no es algo que pueda hacer con alumnas - sonrió de lado y se dejó caer en el sillón junto al de su hermano, no iba a contarle nada de ella porque no, simplemente no.

Miró de reojo a Adnan. - Dependiendo de qué tipo de rato, si es sin hacer absolutamente nada... no, muy entretenido no sería, Adnan. - Suspiró y se pasó la mano por el pelo apenas un instante, después mirando de soslayo, nuevamente a su hermano, poniendo los ojos en blanco en cuanto el otro continuó hablando. Lo que Ayyûb supuso, que a Adnan le costaría... el muy tonto.

Alzó una ceja, tras el previo silencio que hubo entre ambos, en la habitación, el despacho, y giró el rostro a mirar un poco a su hermano. - Bueno, hacer eso ya sería tener un plan, ¿no? Además, luego irá haciéndose más entretenido a medida que pase el tiempo... - Se encogió un poco de hombros y medio sonrió de forma ladeada, con la esperanza de que su hermano aceptase aquello que Adnan mismo había como comentado, dejado en el aire.

Pero al parecer el otro tenía mejores ideas en mente, quería sacar un tema de conversación, cosa que al menor le parecía aburrido, en comparación con el plan anterior.
Lo que ya pasó fue que se mosqueó cuando el otro empezó a hablar de aquello. ¿A caso el menor había demostrado en los años anteriores algún interés sexual? No es como si ahora, teniendo el mismo humor y demás mierda, fuera a cambiar demasiado en ese sentido. Que estaba en plena adolescencia, si, pero ello no quería decir que fuera a acercarse a nadie, y menos aún, a follarse a nadie.

Pegó un puñetazo en el brazo de su hermano y le miró con mala cara. - ¿Qué mierda dices? No.

Con los ojos entrecerrados, escrutó a su hermano mayor y bufó. - Que tú estés desesperado por follar no quiere decir que yo vaya a estarlo. - Quitó las piernas de su hermano de encima de las propias y se quedó mirándole tal cual, con mala cara.

-Supondré que te refieres a fumar, y si, será mejor hacer algo así, es lo que mejor se nos da a ambos - dijo aquello sonriendo, porque realmente era cierto, lo único que parecía hacer bien era fumar y meterse cualquier mierda, no le importa admitirlo porque estaba con Ayyûb, y porque realmente en ese momento era consciente de cuanto lo necesita, no a su hermano, si no a las drogas.

Le dio una calada al canuto que tenía entre los dedos y siguió hablando, por hacer algo mientras fumaban, carajo, no todo iba a ser fumar y ya. Pero al parecer su hermano no estaba del todo conforme con eso que él había propuesto hacer o con la charla, pues, como siempre, le dio un golpe y se puso modo borde. Adnan suspiró y se quitó el porro de los labios, apartado también sus piernas, maldito Kaliq, siempre tan ofuscado.

-No he dicho que tengas que estar desesperado por follar, pero podrías tener al menos un poquito de interés en ello, eres un tío de dieciocho años virgen, cualquiera pensaría que eres maricón si no te ponen las mujeres.

Suspiró y se puso en pie, a tiempo de apagar la colilla de aquel porro que Ayyûb le había liado un momento antes. Lo dejó en el cenicero que tenía sobre el escritorio y finalmente le miró con el ceño bastante fruncido.

-Tienes que aprender a relajarte y disfrutar un poquito la vida hermanito - se sentó en el escritorio, con las piernas cruzadas, como si realmente fuera una silla más - no tiene nada que ver el ser amigable con pasarlo bien y distraerse, puedes tener amigos o al menos compañeros con los que salir a beber y disfrutar un rato. No puedes simplemente pasarte el día amargado, no es sano - sabía que él no era el más adecuado para decir aquello, pero hasta Adnan tenía amigos y compañeros con los que irse a salir (y chicas con las que follar de vez en cuando, claro) - y conmigo deberías de poder hablar de estas cosas tranquilamente, no es como si no tuvieras confianza con tu hermano mayor ¿no?

Suspiró y sacó ahora un cigarrillo, algo nervioso aún, un par de porros no era nada en comparación con lo que solía tomar, pero aún así le había servido para relajarse un rato al menos.

-A ver, ya no voy a insistir más, pero relájate ¿si? Vamos a... hacer lo que tu quieras.

Levantó las cejas, lo que él quisiera, si quería fumar hasta terminar con un amarillo encima de campeonato estaba bien, no quería que se sintiera mal por lo que acababa de decirle, así que en cierto modo acababa de darle permiso para atracar su cajón de antes, y él lo sabría.

Suspiró de forma pesada, tratando de calmarse tal y como su hermano le acababa de pedir que hiciera. La verdad es que si que había reaccionado de una manera... brusca, y en cierto modo estúpida, tal y como el mayor había dicho, pero... fue el pronto del momento que le dio al menor de ambos.

Se mordió el labio inferior y con los ojos un poco cerrados y el ceño fruncido, consiguió calmarse de forma aproximada, mirando a su hermano con cara de cachorrito, como si le estuviese pidiendo perdón con la mirada, y simplemente, en silencio, asintió un poco con la cabeza.

- Tengo... confianza contigo, supongo... eres la única persona con la que hablo de cualquier cosa... - Aquello él ya debería de saberlo, de sobra. Miró a su hermano a los ojos y se humedeció los labios antes de seguir hablando. - Pero no soy un puto maricón de mierda como dices, deberías de saberlo. Soy tan maricón como tú. - Frunció un poco el ceño. - Simplemente... no busco... follarme a nadie. - Dijo aquello con esperanza de  que le fuera valido a su hermano, siendo ciertamente realidad. No es como si no hubiera chicas que le “alterasen”, pero desde siempre le habían educado de una forma, y en esa forma estaba acostumbrado a comportarse - a parte de que no es que fuera muy amigable, casi que habría sido muchísimo más sencillo para él relacionarse si se hubiera quedado con el estado de ánimo y en general la forma de ser, que tenía cuando era pequeño-.

Volvió la vista a su hermano cuando le escuchó hablar, sintiéndose demasiado tentado a aquella oferta que acababa de hacerlo.

- ¿Hacer lo que yo quiera? - Se encogió un poco de hombros. - ¿Como qué? Se supone que estoy encerrado aquí por un castigo.. no es como si pudiera decirte de largarnos de aquí. - Se encogió de hombros.

-Pues si quieres que lo sepa deja de ser tan borde, no te insistiré más en ese tema, pero no me respondas así que me pones de mala hostia - habló de manera lo más sincera que podía, como solía hacerlo con su hermano, le molestaba que fuera un puto borde con él, le molestaría de cualquiera, pero más de él, que era algo así como su mejor amigo y su única persona de total confianza - a mi simplemente me cuesta entenderlo, a veces siento que me va a estallar la polla si estoy sin follar un par de semanas - suspiró, como si acabara de decir lo más duro que le había pasado en la vida, obviamente exageraba, pero si, de algún modo sus hormonas solían estar en estado de alteración constante, aún cuando odiaba cierto tipo de contacto físico el sexo le relajaba bastante.

-Si Yub, dije hacer lo que tu quieras. Podemos salir de aquí, llevamos suficiente tiempo aquí metidos, el resto del supuesto castigo lo vas a pasar mañana cuando me ayudes a limpiar el aula tras la clase de los de primero.

Sonrió de medio lado al decir aquello, ya que suponía que él no querría hacer algo similar a eso, pero que se jodiera un rato, era su pequeña venganza.
Lo miró fijamente, esperando alguna respuesta, pero no esperó mucho para obtenerla, pues algo lo incitó a hablar.

-Cualquier cosa menos salir del castillo, fuera de los fines de semana no tienes permiso para ello, por más que seas trabajador.