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AÑO 2019 Vivimos en una época donde hay pocos que se hacen llamar: Sangre Limpia. Y esto no es por una extinción de los mismos, sino más bien porque nadie se reprocha que tipo de sangre son. La igualdad ha avanzado ampliamente en cuando a los derechos de los nacidos de Muggles. Hasta ahora no existe ningún movimiento conocido en contra de los hijos de seres no mágicos, por supuesto a excepción de uno que otro vándalo racista como comúnmente han existido por siglos. Sin embargo el que la gente se confié de la paz es un error: ¿Quién sabe cuando moverán la reina roja y harán un Jaqué Mate inesperado? {Leer más}
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Look at my eyes. What do you see? {Kylie}
2 participantes
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Look at my eyes. What do you see? {Kylie}
Look at my eyes. What do you see?
Salón de trofeos, 15:45 horas, lluvia torrencial.
Las paredes de piedra y los tonos marrones del salón combinaban con las frías nubes y el oscuro cielo. Peter recién había terminado de almorzar, o desayunar. Se había perdido una clase en la mañana por haberse quedado dormido en la biblioteca sin querer, nadie se animó a despertarlo. Esperó que no le descontaran puntos a su casa por eso. A fin de cuentas, no era un eslabón tan importante. Salón de trofeos, 15:45 horas, lluvia torrencial.
"Te espero a las 16:00 hs en el Salón de trofeos y ponte un broche amarillo en el cabello. No llegues muy tarde"
Ésa fue la carta que dejó a Kylie en uno de los libros que, supuso, utilizaría en la mañana. Podía que recibiera la nota, podía que no o que la leyera demasiado tarde. No importaba, ésa era la forma en que tenía Peter de hacer sus encuentros. La realidad es que la joven estaba un poco ofendida, y no es para menos. Éste muchacho podía poner los pelos de punta a cualquiera en determinadas situaciones. Su corazón es bueno, pero sus actos a veces podían llegar a hacer sentir asfixia a otras personas. Sobreprotector, celoso, habla por los otros, metiche. Un excelente alejanovios para sus amigas. Tal vez ese haya sido su error, la verdad es que no comprendía bien qué hizo, pero ahí estaba, esperando por ella, su compañera de hace 6 años.
Peter se veía algo desalineado, la túnica le caía asimétrica hacia el lado izquierdo del cuerpo y parecía gastada, limpia pero gastada. Su cabello actual era de color rosa chicle ¿Por qué? Simplemente le gustaba destacar y llamar la atención. Sonrió de lado un momento, viendo por un estrecho ventanal hacia afuera. La cicatriz se le acentuaba mucho cuando sonreía. Es que recordar a la pequeña Kylie en sus primeros años en Hogwarts era muy gracioso. Pero el tiempo desgasta las relaciones, también cambia a las personas. ¿La niña encantadora seguiría allí o ya había desaparecido? Eso lo averiguaría pronto. Siempre y cuando la carta haya sido vista a tiempo. Aun así esperaría al menos una hora, luego se iría y se comería solo lo que llevó para ella. Le importaba mantener la amistad y el buen trato con ella, realmente era una buena chica y no se merecía disgustos. Pero jamás forzaría una amistad, así que aceptaría luego lo que el destino quisiera.
Peter Park- Prefecto Hufflepuff
- Hechizos : 46
Re: Look at my eyes. What do you see? {Kylie}
Apenas tomó su libro una nota salió de él, miro con extrañeza la nota que había caído al piso, sabía perfectamente que era de Peter, tenía la costumbre de hacer sus encuentros con notas, la tomo con un tanto de curiosidad, soltó un bufido apenas comenzó a leerla, se encontraba molesta con él gracias a que sus celos hicieron que un chico de Hufflepuff se negará a ayudarla en la clase de Historia de la magia, Peter creía que andábamos saliendo.
La lluvia que estaba cayendo no era nada normal, Kylie se encontraba un poco de mal humor porque me se había empapado toda por estar en los jardines con Lorraine conversando un poco. Además, tenía que ir a verse con Peter en el Salón de Trofeos para charlar, supuso. Se dirigió a darse un baño y cambiarse de ropa lo más rápido posible, no quería contraer un resfriado en plena semana escolar. Se estaba mirando en el espejo para terminar de arreglarse, vio la hora y eran las 15:45 hrs, recordó que Peter le había pedido que usará un broche amarillo en el cabello, no entendía muy bien el por qué, pero de todos modos se lo pondría. Al finalizar, salió de su habitación camino hacia el Salón de trofeos y en el camino saludo a unos cuantos amigos y compañeros.
Conocía a Peter hace 6 años, fue unos de los primeros en hablarle cuando llegó a Hogwarts y ella se encontraba nerviosa por estar sola. A veces yo exageraba los problemas, pero Peter tampoco era fácil. Kylie sabia perfectamente por todo lo que Peter había pasado, se sintió mal al recordar eso y saber como lo había tratado el otro día por lo del chico de Hufflepuff. Una parte de ella decía que tenía que ser más razonable, pero la otra decía que no, que ya basta. Cuando llegue al Salón de trofeos, me detuve antes de entrar y suspiré, si Peter decía algo que la hiciera molestar, no quería pagar todas sus rabias con él. Entro y vio a Peter con su cabello rosa y de frente al pequeño ventanal que ahí había, al siempre le gustaba llamar la atención. -Hola, Peter.- Dijo la muchacha con un tono neutral.
La lluvia que estaba cayendo no era nada normal, Kylie se encontraba un poco de mal humor porque me se había empapado toda por estar en los jardines con Lorraine conversando un poco. Además, tenía que ir a verse con Peter en el Salón de Trofeos para charlar, supuso. Se dirigió a darse un baño y cambiarse de ropa lo más rápido posible, no quería contraer un resfriado en plena semana escolar. Se estaba mirando en el espejo para terminar de arreglarse, vio la hora y eran las 15:45 hrs, recordó que Peter le había pedido que usará un broche amarillo en el cabello, no entendía muy bien el por qué, pero de todos modos se lo pondría. Al finalizar, salió de su habitación camino hacia el Salón de trofeos y en el camino saludo a unos cuantos amigos y compañeros.
Conocía a Peter hace 6 años, fue unos de los primeros en hablarle cuando llegó a Hogwarts y ella se encontraba nerviosa por estar sola. A veces yo exageraba los problemas, pero Peter tampoco era fácil. Kylie sabia perfectamente por todo lo que Peter había pasado, se sintió mal al recordar eso y saber como lo había tratado el otro día por lo del chico de Hufflepuff. Una parte de ella decía que tenía que ser más razonable, pero la otra decía que no, que ya basta. Cuando llegue al Salón de trofeos, me detuve antes de entrar y suspiré, si Peter decía algo que la hiciera molestar, no quería pagar todas sus rabias con él. Entro y vio a Peter con su cabello rosa y de frente al pequeño ventanal que ahí había, al siempre le gustaba llamar la atención. -Hola, Peter.- Dijo la muchacha con un tono neutral.
Kylie Kavahand- Quidditch Hufflepuff
- Hechizos : 56
Localización : Londres
Hoja de personaje
Patronus:
Habilidades/Especialidades:
Objetos/Extras:
Re: Look at my eyes. What do you see? {Kylie}
Peter volteó sonriendo, como si la fémina hubiese dicho algo muy divertido, y sin decir nada volvió su atención a lo que estaba viendo en el ventanal. Limpió con su mano el vidrio y señaló. Fuera habían dos niños, posiblemente de primer año, corriendo sin rumbo fijo. A lo lejos podía verse un profesor que les hacía señas, pero ellos no parecían verlo, sólo buscaban un sitio dónde protegerse de la lluvia.
— Pasamos muchas lluvias en Hogwarts, pero siempre sale el sol y todo se seca, las plantas se ponen verdes. Nosotros somos los únicos disconformes con el agua parece. — Negó aún con gracia por el panorama del exterior y ahora sí puso toda su atención en la muchacha que tenía en frente. Percibió que seguía enfadada y trató de comprender nuevamente el motivo del enfado. Realmente había hecho sin querer aquello. Es que era metiche y preguntón, algo controlador, sí. Tenía que cambiar eso a futuro, pero era tan difícil. Por ahora sólo quedaba ver qué sucedía con Kylie.
Se le acercó pausadamente, con expresión amigable, contrastando con el aura pesada que ella estaba irradiando. Él no se creía digno de preocuparse por las cosas, sino de ocuparse, y eso estaba haciendo: ocuparse de su amistad. Miró con atención el broche que ella llevaba en el cabello y ahí puso una expresión seria y pensativa. Subió su mano izquierda para tocar su cicatriz, acto que hacía al analizar algo. Podían vérsele los tatuajes de sus dedos, un corazón, una "F" y el signo "$". Luego la miró a los ojos intensamente e hizo gesto de desaprobación.
— Creo que te quedan mejor el cabello suelto. O en todo caso otro color. ¿Por qué te has puesto eso en el cabello? Bueno, olvídalo, que te cité para otra cosa. — Con un movimiento rápido de manos, cual truco de magia muggle, hizo aparecer un bombón de chocolate. Luego con otro movimiento se hicieron dos. Otro y fueron tres. Y por último se hicieron seis. Sí, efectivamente fue un truco de magia muggle, le gustaban esos trucos pese a tener magia real. — Para ti, por nuestros años de amistad. — Se los ofreció y luego fue a sentarse con la espalda apoyada en el ventanal. — No es una disculpa, sólo un presente. Aunque sí, me gustaría disculparme por lo que hice. Aunque no se bien qué fue lo que hice. — Tal vez todo hubiese sido más feliz si no agregaba la última frase, que tampoco era una pregunta para que esperase una respuesta. — Últimamente no congeniamos como antes. ¿Por qué crees que sea?
Volvió a desviar la mirada hacia afuera. Ahora no había nadie, nada interesante qué ver. Entonces dirigió su mirada a los trofeos. Sí, estaba escapando un poco de ella intentando enfocarse en otra cosa, pero sería inútil, así que volvió a verla a los ojos con atención y expectante por la respuesta que vendría.
— Pasamos muchas lluvias en Hogwarts, pero siempre sale el sol y todo se seca, las plantas se ponen verdes. Nosotros somos los únicos disconformes con el agua parece. — Negó aún con gracia por el panorama del exterior y ahora sí puso toda su atención en la muchacha que tenía en frente. Percibió que seguía enfadada y trató de comprender nuevamente el motivo del enfado. Realmente había hecho sin querer aquello. Es que era metiche y preguntón, algo controlador, sí. Tenía que cambiar eso a futuro, pero era tan difícil. Por ahora sólo quedaba ver qué sucedía con Kylie.
Se le acercó pausadamente, con expresión amigable, contrastando con el aura pesada que ella estaba irradiando. Él no se creía digno de preocuparse por las cosas, sino de ocuparse, y eso estaba haciendo: ocuparse de su amistad. Miró con atención el broche que ella llevaba en el cabello y ahí puso una expresión seria y pensativa. Subió su mano izquierda para tocar su cicatriz, acto que hacía al analizar algo. Podían vérsele los tatuajes de sus dedos, un corazón, una "F" y el signo "$". Luego la miró a los ojos intensamente e hizo gesto de desaprobación.
— Creo que te quedan mejor el cabello suelto. O en todo caso otro color. ¿Por qué te has puesto eso en el cabello? Bueno, olvídalo, que te cité para otra cosa. — Con un movimiento rápido de manos, cual truco de magia muggle, hizo aparecer un bombón de chocolate. Luego con otro movimiento se hicieron dos. Otro y fueron tres. Y por último se hicieron seis. Sí, efectivamente fue un truco de magia muggle, le gustaban esos trucos pese a tener magia real. — Para ti, por nuestros años de amistad. — Se los ofreció y luego fue a sentarse con la espalda apoyada en el ventanal. — No es una disculpa, sólo un presente. Aunque sí, me gustaría disculparme por lo que hice. Aunque no se bien qué fue lo que hice. — Tal vez todo hubiese sido más feliz si no agregaba la última frase, que tampoco era una pregunta para que esperase una respuesta. — Últimamente no congeniamos como antes. ¿Por qué crees que sea?
Volvió a desviar la mirada hacia afuera. Ahora no había nadie, nada interesante qué ver. Entonces dirigió su mirada a los trofeos. Sí, estaba escapando un poco de ella intentando enfocarse en otra cosa, pero sería inútil, así que volvió a verla a los ojos con atención y expectante por la respuesta que vendría.
Peter Park- Prefecto Hufflepuff
- Hechizos : 46
Re: Look at my eyes. What do you see? {Kylie}
Tenía los brazos cruzados sobre el pecho mientras que miraba a Peter sonriendo, no entendía muy bien el por qué de la sonrisa. Limpio el ventanal con su mano y me señaló algo, inconscientemente, me acerque a observar que era, sonreí al ver a los 2 infantes corriendo en la lluvia tratando de protegerse, yo solía hacer lo mismo en mis primeros años en Hogwarts, pero no intentaba protegerme, me gustaba bañarme en la lluvia.
Me sentí un poco extraña cuando Peter dijo sobre las lluvias en Hogwarts, me gustaba la lluvia y no entendí por qué me moleste cuando me empape toda, seguro era porque tenía que hablar con Peter, supuse. Él puso todo su atención en mi, el enfado seguro se me notaba a kilómetros, estaba cien por ciento segura de que Peter no tenía ni la más mínima idea de la razón de mi enfado, casi siempre era así. Puse los ojos en blanco cuando me dijo lo del broche, Peter si que era un chico difícil, pero con el tiempo te vas acostumbrando. -No lo se, creo que porque alguien me dijo que me lo pusiera y tienes razón, odio usar broches y más si son de color amarillo, pero solo me coloque por tu nota.- Hice énfasis en "tu nota" mientras me quitaba el broche y me alborotaba un poco el cabello, en definitiva prefería el cabello suelto. -Gracias.- le dije mientras que le sonreía cuando me hizo un truco de magia muggle, mi padre se había pasado casi 2 semanas aprendiéndolo solo para mi madre, recuerdos aquellos. Tome los 6 bombones y me les quede mirando. "Para ti, por nuestros años de amistad" Perfecto, había logrado que me sintiera un poco mal por estar enfadada con él, ¡Pero es que él se pasa del limite! Guarde los bombones en la mochila que cargaba conmigo para comerlo después, amaba los bombones, pero no tenía ganas de comer algo.
-Se muy bien que no es una disculpa, no sueles pedir disculpas con regalos.- me senté junto a él y cruce mis piernas. -Ya sabías cuál era la razón de mi enfado.- le respondí mientras lo miraba. -Bien, ¿te recuerdas aquel chico con el cual me viste hablando en la Sala Común y creías que él y yo andabamos saliendo y le dijiste que era mejor que se alejara un poco? ¡No estábamos saliendo ni coqueteando, Peter! Me iba a ayudar con la clase de Historia de la magia en donde no soy muy buena. Pero de todas formas, te disculpo. Yo también debería pedir disculpa por exagerar un poco las cosas.- Suspire y me quede viendo fijamente hacia un punto nulo en la pared. -No lo se, tal vez porque ya casi no la pasamos tanto tiempo juntos como antes, puede que sea por la escuela.-
No quería perder mi amistad con Peter, le tuve cariño desde que llegue a Hogwarts, era un gran amigo para mi desde hace 6 años y sabía que él no era así a propósito, él trata de protegerte, pero no sabe cuando parar. Esperaba que pudiéramos arreglar las cosas y volver a estar como antes, no soportaría perder a alguien al cual le tengo un gran aprecio.
Me sentí un poco extraña cuando Peter dijo sobre las lluvias en Hogwarts, me gustaba la lluvia y no entendí por qué me moleste cuando me empape toda, seguro era porque tenía que hablar con Peter, supuse. Él puso todo su atención en mi, el enfado seguro se me notaba a kilómetros, estaba cien por ciento segura de que Peter no tenía ni la más mínima idea de la razón de mi enfado, casi siempre era así. Puse los ojos en blanco cuando me dijo lo del broche, Peter si que era un chico difícil, pero con el tiempo te vas acostumbrando. -No lo se, creo que porque alguien me dijo que me lo pusiera y tienes razón, odio usar broches y más si son de color amarillo, pero solo me coloque por tu nota.- Hice énfasis en "tu nota" mientras me quitaba el broche y me alborotaba un poco el cabello, en definitiva prefería el cabello suelto. -Gracias.- le dije mientras que le sonreía cuando me hizo un truco de magia muggle, mi padre se había pasado casi 2 semanas aprendiéndolo solo para mi madre, recuerdos aquellos. Tome los 6 bombones y me les quede mirando. "Para ti, por nuestros años de amistad" Perfecto, había logrado que me sintiera un poco mal por estar enfadada con él, ¡Pero es que él se pasa del limite! Guarde los bombones en la mochila que cargaba conmigo para comerlo después, amaba los bombones, pero no tenía ganas de comer algo.
-Se muy bien que no es una disculpa, no sueles pedir disculpas con regalos.- me senté junto a él y cruce mis piernas. -Ya sabías cuál era la razón de mi enfado.- le respondí mientras lo miraba. -Bien, ¿te recuerdas aquel chico con el cual me viste hablando en la Sala Común y creías que él y yo andabamos saliendo y le dijiste que era mejor que se alejara un poco? ¡No estábamos saliendo ni coqueteando, Peter! Me iba a ayudar con la clase de Historia de la magia en donde no soy muy buena. Pero de todas formas, te disculpo. Yo también debería pedir disculpa por exagerar un poco las cosas.- Suspire y me quede viendo fijamente hacia un punto nulo en la pared. -No lo se, tal vez porque ya casi no la pasamos tanto tiempo juntos como antes, puede que sea por la escuela.-
No quería perder mi amistad con Peter, le tuve cariño desde que llegue a Hogwarts, era un gran amigo para mi desde hace 6 años y sabía que él no era así a propósito, él trata de protegerte, pero no sabe cuando parar. Esperaba que pudiéramos arreglar las cosas y volver a estar como antes, no soportaría perder a alguien al cual le tengo un gran aprecio.
Kylie Kavahand- Quidditch Hufflepuff
- Hechizos : 56
Localización : Londres
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Re: Look at my eyes. What do you see? {Kylie}
Prestó atención a lo que Ky tenía para decir. Le pareció sumamente extraña la situación que ella planteaba, más cuando él podía ver las cosas desde un punto de vista muy diferente. Pensar en que su amiga saliera con un muchacho le parecía absurdo. No por el hecho de que no fuese hermosa, porque vaya que sí lo era. El problema es que era pequeña aún para andar con muchachos, demasiado inocente para dejarse encañar. Las mujeres se arreglan para ser observadas por los hombres, que por la vista nos ganan. Los hombres tienen trucos y artimañas para atrapar emocionalmente a las mujeres, que del corazón se las atrapa. Un campo de batalla muy hostil para alguien como ella. No tenía por qué entrar en esa clase de guerra. Simplemente, no lo aceptaría.
— No pensé que él querría salir contigo. Él ya sale con una muchacha, si no me equivoco. Y lo de alejarse era una broma ¿No recuerdas mi sonrisa en ése momento? — de hecho, Peter casi siempre sonríe. Pero era cierto, eso era una simple broma. Broma algo intimidante dependiendo de quién lo mire. La verdad es que pocas personas se acostumbraban a su extraño modo de ser. Y quienes logran conocerlo deben lidiar con estas situaciones a veces. — Pero no profundicemos en eso. Veo que te molesta que me meta con los muchachos que se te acercan. Yo que tu no comenzaría con eso de buscar noviecito, no conozco ningún buen partido para nadie. Igual no es asunto mío. — Se levantó del suelo y comenzó una calma caminata frente a los trofeos. Habían fotografías allí, de ex alumnos, sonriendo por haber sido premiados. Algunos observaban la escena con interés, otros simplemente ignoraban a la pareja de tejones. — Intentaré no acercarme a ti cuando estés con un muchacho. Creo que eso solucionaría aquel asunto. — Pese a haber comenzado el encuentro con entusiasmo y alegría, ahora sí se lo veía realmente serio, inclusive podría alguien malinterpretarlo como hostil u ofendido.
Hizo una pausa donde los sonidos de Hogwarts mezclados con los de la lluvia torrencial fueron los protagonistas, quedando ambos en segundo plano. Un cuadro carraspeó incómodo, la sala de trofeos no era de las más visitadas, menos para quedarse allí sin decir nada. Se notaba que Peter estaba ensimismado en sus pensamientos. ¿Qué pensaba con tal seriedad? Sólo él lo sabría. Pero sí, Ky estaba en sus pensamientos en ese momento.
— Creo que no tengo más para decirte. — Volvió hacia ella, se le acercó como al principio, pero ahora manteniendo el semblante inexpresivo que lo invadió hacía unos momentos. La miró a los ojos como quien ve un paisaje paradisíaco por primera vez. Peter era transparente, podía vérsele en los ojos. Tal vez no en su aspecto, tal vez no en sus acciones, pero bastaba un segundo y algo de atención para que los demás pudiesen verlo tal cual es. — El día en que alguien te lastime, quiero que vengas conmigo. No importa si es mañana, el próximo mes o la próxima década, yo estaré aquí. Odiaría que algún día te hagan sentir miserable, porque no mereces eso. — Tomó las mejillas de su compañera con extrema suavidad, como si ésta fuese de un cristal muy fino y delicado. Las manos de Peter estaban algo frías, pero suaves de todos modos, algo de esperarse en alguien joven como él. Cerró los ojos y besó la frente de la joven. Él era así, su lema "vivir tu día como si fuese el último", no tenía cuentas pendientes, no se quedaría con las ganas de decir o hacer las cosas. — No permitas que te hagan daño. — O mejor dicho, "no te cuidaré más, hazlo tú sola ahora, pero hazlo bien", pero en buen plan, pasa que decirlo de esa forma podría interpretarse como algo malo.
Se apartó de ella, ya no la volvió a observar a los ojos. Fue por su mochila, se la colgó sobre el hombro izquierdo y comenzó a caminar hacia la salida. Al pasar a su lado la tomó del hombro, un momento. Iba a decir algo, sentía la necesidad de agregar algo más a su diálogo, pero ya había dicho lo que quería. La soltó y siguió su curso. Sí, la dejaría sola allí sin ningún adiós. ¿Acaso le dolió a Peter lo que ella dijo? ¿Acaso imaginarla con un muchacho le sentaba tan mal que prefería marcharse en silencio? No, la verdad es que si ella encontraba al hombre indicado él jamás molestaría. "Ya no pasamos tiempo juntos". Peter siempre estaba disponible, literalmente, por lo que él no podría ser el causante del "no pasar tiempo juntos". Ella se alejaba y él no era quién para evitarlo. Pero ahora él se alejaba. ¿Qué estaba haciendo? Paró en seco, no sabía si voltear o no. No lograba recordar qué clase tenían ni predecir para qué lado iría ella. Tal vez ya ni siquiera estuviese en la sala de trofeos. Apoyó su peso bruscamente en la pared, haciendo temblar un cuadro que relinchó con fuerza. Bajó la mirada al suelo y con su mano derecha adentró sus dedos en el cabello a la altura de su coronilla. Creyó improbable que ella fuese tras él, pero tampoco quería seguir caminando. Esperaría, a ver si el tiempo le aclaraba las ideas.
— No pensé que él querría salir contigo. Él ya sale con una muchacha, si no me equivoco. Y lo de alejarse era una broma ¿No recuerdas mi sonrisa en ése momento? — de hecho, Peter casi siempre sonríe. Pero era cierto, eso era una simple broma. Broma algo intimidante dependiendo de quién lo mire. La verdad es que pocas personas se acostumbraban a su extraño modo de ser. Y quienes logran conocerlo deben lidiar con estas situaciones a veces. — Pero no profundicemos en eso. Veo que te molesta que me meta con los muchachos que se te acercan. Yo que tu no comenzaría con eso de buscar noviecito, no conozco ningún buen partido para nadie. Igual no es asunto mío. — Se levantó del suelo y comenzó una calma caminata frente a los trofeos. Habían fotografías allí, de ex alumnos, sonriendo por haber sido premiados. Algunos observaban la escena con interés, otros simplemente ignoraban a la pareja de tejones. — Intentaré no acercarme a ti cuando estés con un muchacho. Creo que eso solucionaría aquel asunto. — Pese a haber comenzado el encuentro con entusiasmo y alegría, ahora sí se lo veía realmente serio, inclusive podría alguien malinterpretarlo como hostil u ofendido.
Hizo una pausa donde los sonidos de Hogwarts mezclados con los de la lluvia torrencial fueron los protagonistas, quedando ambos en segundo plano. Un cuadro carraspeó incómodo, la sala de trofeos no era de las más visitadas, menos para quedarse allí sin decir nada. Se notaba que Peter estaba ensimismado en sus pensamientos. ¿Qué pensaba con tal seriedad? Sólo él lo sabría. Pero sí, Ky estaba en sus pensamientos en ese momento.
— Creo que no tengo más para decirte. — Volvió hacia ella, se le acercó como al principio, pero ahora manteniendo el semblante inexpresivo que lo invadió hacía unos momentos. La miró a los ojos como quien ve un paisaje paradisíaco por primera vez. Peter era transparente, podía vérsele en los ojos. Tal vez no en su aspecto, tal vez no en sus acciones, pero bastaba un segundo y algo de atención para que los demás pudiesen verlo tal cual es. — El día en que alguien te lastime, quiero que vengas conmigo. No importa si es mañana, el próximo mes o la próxima década, yo estaré aquí. Odiaría que algún día te hagan sentir miserable, porque no mereces eso. — Tomó las mejillas de su compañera con extrema suavidad, como si ésta fuese de un cristal muy fino y delicado. Las manos de Peter estaban algo frías, pero suaves de todos modos, algo de esperarse en alguien joven como él. Cerró los ojos y besó la frente de la joven. Él era así, su lema "vivir tu día como si fuese el último", no tenía cuentas pendientes, no se quedaría con las ganas de decir o hacer las cosas. — No permitas que te hagan daño. — O mejor dicho, "no te cuidaré más, hazlo tú sola ahora, pero hazlo bien", pero en buen plan, pasa que decirlo de esa forma podría interpretarse como algo malo.
Se apartó de ella, ya no la volvió a observar a los ojos. Fue por su mochila, se la colgó sobre el hombro izquierdo y comenzó a caminar hacia la salida. Al pasar a su lado la tomó del hombro, un momento. Iba a decir algo, sentía la necesidad de agregar algo más a su diálogo, pero ya había dicho lo que quería. La soltó y siguió su curso. Sí, la dejaría sola allí sin ningún adiós. ¿Acaso le dolió a Peter lo que ella dijo? ¿Acaso imaginarla con un muchacho le sentaba tan mal que prefería marcharse en silencio? No, la verdad es que si ella encontraba al hombre indicado él jamás molestaría. "Ya no pasamos tiempo juntos". Peter siempre estaba disponible, literalmente, por lo que él no podría ser el causante del "no pasar tiempo juntos". Ella se alejaba y él no era quién para evitarlo. Pero ahora él se alejaba. ¿Qué estaba haciendo? Paró en seco, no sabía si voltear o no. No lograba recordar qué clase tenían ni predecir para qué lado iría ella. Tal vez ya ni siquiera estuviese en la sala de trofeos. Apoyó su peso bruscamente en la pared, haciendo temblar un cuadro que relinchó con fuerza. Bajó la mirada al suelo y con su mano derecha adentró sus dedos en el cabello a la altura de su coronilla. Creyó improbable que ella fuese tras él, pero tampoco quería seguir caminando. Esperaría, a ver si el tiempo le aclaraba las ideas.
Peter Park- Prefecto Hufflepuff
- Hechizos : 46
Re: Look at my eyes. What do you see? {Kylie}
-Bueno, eso había pensado yo...¿Otra muchacha? No te...oh, espera, si sale con otra muchacha, ¡se me había olvidado por completo! Discúlpame.- La vergüenza recorría mi cuerpo, podía asegurar que estaba roja como un tomate.- Créeme, estaba demasiado enojada como para ver tu sonrisa.- Comencé a jugar con el cierre de mi mochila, ¿cómo pude ser tan idiota llevar la situación a tal extremo? en este momento no me quejaría de que la tierra me tragara o un rayo me cayera encima, sería mejor que la vergüenza que estaba sintiendo en este momento. Eso era algo que me hacía odiarme un poco, odiaba ser exagerada y mi familia muggle siempre me lo decía, había logrado escándalos con mi exageración como me estaba ocurriendo ahora mismo. -No quiero ningún novio por ahora, Peter.- lo mire.- Aún no me siento preparada para tener otra relación después de lo que me paso con la ultima relación.- Apreté mi mano en un puño y trate distraerme para no pensar más sobre el tema.- Observe como se levanto para caminar frente a los trofeos y ver algunas fotos de los ex alumnos, dos alumnas de segundo o tercer curso que pasaban por allí se nos quedaban mirando mientras que secreteaban entre sí, las fulminé con la mirada, no era problemas de ella lo que Peter y yo hablábamos aquí.
"Si que has metido la pata, Kylie" pensé mientras que seguía viendo a Peter, muchas preguntas pasaban por mi cabeza "¿Ahora qué harás, Kylie? ¿Como seguirán Peter y tú?" Peter había comenzado alegre y ahora estaba serio, todo por mi culpa. Lo mire fijamente cuando me dijo que no se volvería a meter entre un chico y yo, si que lo había...¿ofendido? no lo sabía con exactitud. Todo se quedo en un silencio incomodo mientras que ambos nos quedabamos metidos en nuestros pensamientos, mire al cuadro que había carraspeado y mire al suelo, de nuevo. Al parecer, la charla había terminado, dirigí mi atención hacia él, trataba de descifrar a Peter, yo era una experta en descifrar a las personas, pero Peter se me escapaba con su semblante inexpresivo, no se me daba ninguna idea de lo que podía estar pensando.
"El día en que alguien te lastime, quiero que vengas conmigo. No importa si es mañana, el próximo mes o la próxima década, yo estaré aquí. Odiaría que algún día te hagan sentir miserable, porque no mereces eso." había entendido lo que había dicho, pero solo había dicho de una forma "amable". Me estremecí al sentir las manos frías de Peter en mis mejillas, siempre era así, el tenía las manos frías y yo las tenía caliente, suspire cuando me dio un beso en la frente y se marchó. Observe como salía de la Sala y me desplome contra la pared, gracias al cielo, el Salón de trofeos se había quedado solo y esas dos pequeñas se habían a donde quien sabe. Me adentre en mis pensamientos, no quería perder la amistad de Peter porque era una de las pocas verdaderas que yo tenía, podía tener muchos conocidos, pero no amigos.
"¿Qué demonios estás haciendo, Kylie Kavahand? ¡Deja tu estúpido orgullo y ve arreglar las cosas!" pensé después de estar un rato sentada en el salón de trofeos con un debate sin fin en mi cabeza, tenía razón, yo era un tanto orgullosa y había perdido muchas cosas gracias a eso. Tome mi mochila y me levanté lo más rápido posible, salí corriendo de la sala de trofeos pensando en donde podría estar Peter, observe a las dos pequeñas que estaban antes en el salón de trofeos y me les acerque: -Hola, ¿no han visto al chico con él que estaba hablando hace un rato en el salón de trofeos?- una de ellas me dijo que no estaba muy lejos de ahí me señalo hacía a donde había agarrado.- Gracias.- Les dije cuando ya había hecho camino hacía a donde me habían señalado.
-¡Peter!- grite cuando lo vi mientras y me dirigí hacia él. -Demonios, discúlpame, todo es culpa mía y no quiero quedar así contigo ¡es que me haces sentir como una chiquilla! a veces me molesta, pero a veces no ¿por qué soy tan exagerada?.- le dije mientras que recuperaba el aire y me apoyaba contra la pared.-No he pasado tiempo contigo por mi culpa, he sido muy aplicada con las tareas y a veces me quedo hasta tarde haciendo tareas...mejor olvida eso, todo es mi culpa, lo siento.- le dije mientras ponía mi mano sobre su hombro y le dedicaba una mirada de disculpa. Realmente esperaba que nos arregláramos, no me iría de aquí hasta que volviéramos a quedar como antes.
"Si que has metido la pata, Kylie" pensé mientras que seguía viendo a Peter, muchas preguntas pasaban por mi cabeza "¿Ahora qué harás, Kylie? ¿Como seguirán Peter y tú?" Peter había comenzado alegre y ahora estaba serio, todo por mi culpa. Lo mire fijamente cuando me dijo que no se volvería a meter entre un chico y yo, si que lo había...¿ofendido? no lo sabía con exactitud. Todo se quedo en un silencio incomodo mientras que ambos nos quedabamos metidos en nuestros pensamientos, mire al cuadro que había carraspeado y mire al suelo, de nuevo. Al parecer, la charla había terminado, dirigí mi atención hacia él, trataba de descifrar a Peter, yo era una experta en descifrar a las personas, pero Peter se me escapaba con su semblante inexpresivo, no se me daba ninguna idea de lo que podía estar pensando.
"El día en que alguien te lastime, quiero que vengas conmigo. No importa si es mañana, el próximo mes o la próxima década, yo estaré aquí. Odiaría que algún día te hagan sentir miserable, porque no mereces eso." había entendido lo que había dicho, pero solo había dicho de una forma "amable". Me estremecí al sentir las manos frías de Peter en mis mejillas, siempre era así, el tenía las manos frías y yo las tenía caliente, suspire cuando me dio un beso en la frente y se marchó. Observe como salía de la Sala y me desplome contra la pared, gracias al cielo, el Salón de trofeos se había quedado solo y esas dos pequeñas se habían a donde quien sabe. Me adentre en mis pensamientos, no quería perder la amistad de Peter porque era una de las pocas verdaderas que yo tenía, podía tener muchos conocidos, pero no amigos.
"¿Qué demonios estás haciendo, Kylie Kavahand? ¡Deja tu estúpido orgullo y ve arreglar las cosas!" pensé después de estar un rato sentada en el salón de trofeos con un debate sin fin en mi cabeza, tenía razón, yo era un tanto orgullosa y había perdido muchas cosas gracias a eso. Tome mi mochila y me levanté lo más rápido posible, salí corriendo de la sala de trofeos pensando en donde podría estar Peter, observe a las dos pequeñas que estaban antes en el salón de trofeos y me les acerque: -Hola, ¿no han visto al chico con él que estaba hablando hace un rato en el salón de trofeos?- una de ellas me dijo que no estaba muy lejos de ahí me señalo hacía a donde había agarrado.- Gracias.- Les dije cuando ya había hecho camino hacía a donde me habían señalado.
-¡Peter!- grite cuando lo vi mientras y me dirigí hacia él. -Demonios, discúlpame, todo es culpa mía y no quiero quedar así contigo ¡es que me haces sentir como una chiquilla! a veces me molesta, pero a veces no ¿por qué soy tan exagerada?.- le dije mientras que recuperaba el aire y me apoyaba contra la pared.-No he pasado tiempo contigo por mi culpa, he sido muy aplicada con las tareas y a veces me quedo hasta tarde haciendo tareas...mejor olvida eso, todo es mi culpa, lo siento.- le dije mientras ponía mi mano sobre su hombro y le dedicaba una mirada de disculpa. Realmente esperaba que nos arregláramos, no me iría de aquí hasta que volviéramos a quedar como antes.
Kylie Kavahand- Quidditch Hufflepuff
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Re: Look at my eyes. What do you see? {Kylie}
Realmente le sorprendió oírla, oír sus pasos llegando hacia él. No se sentía tan importante como para que ella decidiera insistir. De hecho, ya se estaba planteando otro modo de reencontrarse con ella y poder reaclarar la situación, ya que aunque Peter se hiciera el resignado, realmente estaba dispuesto a luchar por su amistad con Kylie.
La contempló con atención. Se veía afligida y no le parecía bien que ella se estuviese sintiendo de ese modo. Tampoco quería hacerla sentir culpable porque no tenía sentido aquello. Las cosas suceden porque suceden, llámese destino o simplemente madurar. Peter jamás se olvidaría de su Kylie, y supuso que también funcionaría ésto a la inversa. Sonrió de lado con cariño, viéndola directamente a los ojos. Despegó su espalda de la pared para pararse con más firmeza. Observarla de ese modo no le agradaba y se sentía culpable de haberla alterado, pero no diría nada al respecto, esperaría poder arreglar la situación y que ella lograse terminar su día con una amplia sonrisa.
— Tranquila Ky... — Comenzó, pero en realidad no sabía cómo continuar. Se limitó a tomar la mano que ella apoyaba sobre su hombro. Le hizo una caricia que pretendió ser suave pero que en realidad resultó algo torpe y tosca, algo poco usual en él que cuidaba mucho el tacto con las chicas. Sí, estaba algo nervioso, no esperaba que ella pidiese disculpas y tampoco creía que fuesen del todo sinceras. En primer lugar, la joven no tenía culpa de nada según su criterio. En segundo lugar simplemente creyó que era cierto modo de decir "no te vayas". Se sentía querido por su amiga tejona y él siempre había expresado su afecto hacia ella y sus demás amigas. — Espera, no te eches la culpa ni es necesario que me pidas perdón por nada. Son cosas que suceden, simplemente es eso. Y está bien. Veo que te interesa que sigamos estando juntos, que seamos siendo amigos. — Se situó frente a ella y despejó su rostro de cualquier cabello que estorbase para poder verla bien. Procuró sonreírle con calidez y fraternidad, Peter siempre comparaba amistades con familia ya que jamás había tenido una. Es por eso que cualquier conflicto de amistades le resultaba tan trágico e hiriente en cierto punto. — Hagamos una cosa. Yo realmente te quiero, sé que me quieres, necesitamos divertirnos un poco más juntos ¿no crees? Hoy no creo que sea posible, pero seguramente el fin de semana podamos hacerlo. — El gesto del oriental pasó de algo serio y sentimental a tener cierto entusiasmo y alegría. — Podríamos quedarnos hasta tarde frente al hogar de nuestra sala común. Yo traeré bocadillos de la cocina, tu ten preparado algún juego o algo para divertirnos y entretenernos. Sólo nosotros dos, y seguramente algún curioso que ande por ahí, pero eso es lo de menos. — Realmente se veía el entusiasmo en el rostro de Peter, tenía buenas expectativas para su segundo encuentro con Ky.
La contempló un momento con aquel rostro de quien ve algo muy precioso (de valor y belleza) y se separó un par de pasos de ella.
— Dime que así será y me iré tranquilo de aquí. Quiero que cuando nos separemos ahora estés convencida de que nada malo sucederá con nuestra amistad. — Dejó una pausa para esperar su respuesta, mientras no le quitaría los ojos de encima. Peter podría resultar algo intimidante con ese modo de actuar, con ese modo de ver con afecto a otras personas. — Ahora debo atender un asunto — Mentira, simple suspenso y misterio. — Pero quiero verte este fin de semana en nuestra sala común, el viernes en la noche, para ser más claro. A eso de las 23 horas estaré esperándote con los bocadillos. — Con una sonrisa se le acercó nuevamente, besó la mejilla ajena y comenzó a alejarse de ella. — Y no me falles.
Peter tenía esa facilidad de desaparecerse con rapidez. No, no es que se desapareciera y apareciera en otro sitio. Sus pasos no se oían, el camino que seguía era impredecible, más que iba ligero. Ahora sí que dejó a la joven sola en el pasillo, con la promesa de un segundo reencuentro. Por más que lo quisiera seguir le sería imposible ya que realmente se había perdido deprisa. Si quería verlo nuevamente, tendría que acudir a la segunda cita. Y quién sabe, tal vez allí sí todo volviera a la normalidad.
La contempló con atención. Se veía afligida y no le parecía bien que ella se estuviese sintiendo de ese modo. Tampoco quería hacerla sentir culpable porque no tenía sentido aquello. Las cosas suceden porque suceden, llámese destino o simplemente madurar. Peter jamás se olvidaría de su Kylie, y supuso que también funcionaría ésto a la inversa. Sonrió de lado con cariño, viéndola directamente a los ojos. Despegó su espalda de la pared para pararse con más firmeza. Observarla de ese modo no le agradaba y se sentía culpable de haberla alterado, pero no diría nada al respecto, esperaría poder arreglar la situación y que ella lograse terminar su día con una amplia sonrisa.
— Tranquila Ky... — Comenzó, pero en realidad no sabía cómo continuar. Se limitó a tomar la mano que ella apoyaba sobre su hombro. Le hizo una caricia que pretendió ser suave pero que en realidad resultó algo torpe y tosca, algo poco usual en él que cuidaba mucho el tacto con las chicas. Sí, estaba algo nervioso, no esperaba que ella pidiese disculpas y tampoco creía que fuesen del todo sinceras. En primer lugar, la joven no tenía culpa de nada según su criterio. En segundo lugar simplemente creyó que era cierto modo de decir "no te vayas". Se sentía querido por su amiga tejona y él siempre había expresado su afecto hacia ella y sus demás amigas. — Espera, no te eches la culpa ni es necesario que me pidas perdón por nada. Son cosas que suceden, simplemente es eso. Y está bien. Veo que te interesa que sigamos estando juntos, que seamos siendo amigos. — Se situó frente a ella y despejó su rostro de cualquier cabello que estorbase para poder verla bien. Procuró sonreírle con calidez y fraternidad, Peter siempre comparaba amistades con familia ya que jamás había tenido una. Es por eso que cualquier conflicto de amistades le resultaba tan trágico e hiriente en cierto punto. — Hagamos una cosa. Yo realmente te quiero, sé que me quieres, necesitamos divertirnos un poco más juntos ¿no crees? Hoy no creo que sea posible, pero seguramente el fin de semana podamos hacerlo. — El gesto del oriental pasó de algo serio y sentimental a tener cierto entusiasmo y alegría. — Podríamos quedarnos hasta tarde frente al hogar de nuestra sala común. Yo traeré bocadillos de la cocina, tu ten preparado algún juego o algo para divertirnos y entretenernos. Sólo nosotros dos, y seguramente algún curioso que ande por ahí, pero eso es lo de menos. — Realmente se veía el entusiasmo en el rostro de Peter, tenía buenas expectativas para su segundo encuentro con Ky.
La contempló un momento con aquel rostro de quien ve algo muy precioso (de valor y belleza) y se separó un par de pasos de ella.
— Dime que así será y me iré tranquilo de aquí. Quiero que cuando nos separemos ahora estés convencida de que nada malo sucederá con nuestra amistad. — Dejó una pausa para esperar su respuesta, mientras no le quitaría los ojos de encima. Peter podría resultar algo intimidante con ese modo de actuar, con ese modo de ver con afecto a otras personas. — Ahora debo atender un asunto — Mentira, simple suspenso y misterio. — Pero quiero verte este fin de semana en nuestra sala común, el viernes en la noche, para ser más claro. A eso de las 23 horas estaré esperándote con los bocadillos. — Con una sonrisa se le acercó nuevamente, besó la mejilla ajena y comenzó a alejarse de ella. — Y no me falles.
Peter tenía esa facilidad de desaparecerse con rapidez. No, no es que se desapareciera y apareciera en otro sitio. Sus pasos no se oían, el camino que seguía era impredecible, más que iba ligero. Ahora sí que dejó a la joven sola en el pasillo, con la promesa de un segundo reencuentro. Por más que lo quisiera seguir le sería imposible ya que realmente se había perdido deprisa. Si quería verlo nuevamente, tendría que acudir a la segunda cita. Y quién sabe, tal vez allí sí todo volviera a la normalidad.
Peter Park- Prefecto Hufflepuff
- Hechizos : 46
Re: Look at my eyes. What do you see? {Kylie}
La cara de Peter me había confirmado que no esperaba que yo lo hubiera perseguido para pedirle disculpas, pero tenía que hacerlo, no dejaría las cosas así, 6 años de amistad no se podían ir por la borda por una simple tontería. Mi mano aún seguía posaba sobre el hombro de él, me sonrió y yo hice lo mismo, observe detalladamente como se paraba con firmeza, le devolví la sonrisa con otra sonrisa amistosa. Sus palabras de "Tranquila, Ky" no me tranquilizaron, aún seguía sintiéndome culpable por haber ocasionado todo esto, los pensamientos de culpa no salían de mi cabeza, le dedique una sonrisa a Peter cuando me hizo la caricia en mi mano, estaba nervioso.
-¡Claro que es mi culpa! Soy una exagerada, no quiero quedar mal contigo.-Suspire y me apoye en la pared mientras que cruzaba mis brazos sobre mi pecho, agache la mirada, me sentía apenada por todo esto. Volví a mirarlo cuando se situó frente a mi, le agradecí mentalmente por haberme arreglado el cabello o algo así, seguro que parecía una loca. -Correcto, yo te quiero y se que me quieres.- le sonreí.-Si, lo necesitamos con urgencia. ¿Fin de semana? Perfecto.- le sonreí para luego fruncir el ceño mientras que esperaba cual era su idea.- ¡Es una excelente idea! Lleva pastel de chocolate o tarta de queso, son las mejores.- me pare con firmeza y entusiasmo, lancé una pequeña carcajada al notar que había actuado como una niña pequeña, además, varios juegos se me venían a la mente, ya quería que fuera fin de semana. -¿Algún curioso? lo podemos fulminar con la mirada hasta que se vaya.- le dije con tono gracioso, aunque no era tan mala idea. Nos quedamos mirando por un momento y se alejo de mi: -Si, si iré, vete tranquilo. Ya estoy convencida.- le sonreí, ya quería que el viernes llegara. -Nunca podría fallarte.- le hice un vago gesto de saludo con la mano mientras que veía como se alejaba, Peter como siempre de misterioso, ahora si me sentía un poco más tranquila por haberme arreglado con Peter.
-Demonios...- susurre para mi cuando me dije cuenta que no tenía mucho tiempo antes de que la próxima clase comenzara, me apresure si quería evitarme un buen castigo, comencé correr hacia el aula. Una sonrisa se me dibujo en el rostro al recordar que el viernes volvería a verme con Peter, a mejorar nuestra amistad y relajarnos un poco, me sentía un poco mejor por haber arreglado las cosas, si las hubiera dejado así, no hubiera podido estar tranquila los próximos días.
-¡Claro que es mi culpa! Soy una exagerada, no quiero quedar mal contigo.-Suspire y me apoye en la pared mientras que cruzaba mis brazos sobre mi pecho, agache la mirada, me sentía apenada por todo esto. Volví a mirarlo cuando se situó frente a mi, le agradecí mentalmente por haberme arreglado el cabello o algo así, seguro que parecía una loca. -Correcto, yo te quiero y se que me quieres.- le sonreí.-Si, lo necesitamos con urgencia. ¿Fin de semana? Perfecto.- le sonreí para luego fruncir el ceño mientras que esperaba cual era su idea.- ¡Es una excelente idea! Lleva pastel de chocolate o tarta de queso, son las mejores.- me pare con firmeza y entusiasmo, lancé una pequeña carcajada al notar que había actuado como una niña pequeña, además, varios juegos se me venían a la mente, ya quería que fuera fin de semana. -¿Algún curioso? lo podemos fulminar con la mirada hasta que se vaya.- le dije con tono gracioso, aunque no era tan mala idea. Nos quedamos mirando por un momento y se alejo de mi: -Si, si iré, vete tranquilo. Ya estoy convencida.- le sonreí, ya quería que el viernes llegara. -Nunca podría fallarte.- le hice un vago gesto de saludo con la mano mientras que veía como se alejaba, Peter como siempre de misterioso, ahora si me sentía un poco más tranquila por haberme arreglado con Peter.
-Demonios...- susurre para mi cuando me dije cuenta que no tenía mucho tiempo antes de que la próxima clase comenzara, me apresure si quería evitarme un buen castigo, comencé correr hacia el aula. Una sonrisa se me dibujo en el rostro al recordar que el viernes volvería a verme con Peter, a mejorar nuestra amistad y relajarnos un poco, me sentía un poco mejor por haber arreglado las cosas, si las hubiera dejado así, no hubiera podido estar tranquila los próximos días.
Kylie Kavahand- Quidditch Hufflepuff
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