Scorpius Malfoy Ha llegado.

-1 ¿Porque Quieres El Pj?
Los Malfoy siempre me han llamado la atención más nunca he llevado uno, realmente quisiera interpretar a uno de ellos.

-2 ¿Que harias para hacer al personaje mas interesante?
Quiero mejorar lo que puede llegar a hacer y ser Scorpius... Se que con mi nivel de rol y la personalidad trama que pretendo para el, puede hacer que el pj sea realmente reconocido.

-3 Escribe un post, no importa dónde ni con quién, en el que nos demuestres tu habilidad para rolear.

“¿Seguridad?, eso es lo que me sobra” pensé mientras miraba retador a mi padre, el cual trataba de darme algún tipo de sermón, simplemente comencé a dudar de su autoridad sobre mí, una mueca de aburrimiento fue notoria provocándole más… ¿Se estaba volviendo más blando? Esperaba que no. Eso de formar parte de los buenos, jamás fue lo mío; ahora mismo lo único que deseaba era acabar con alguno u otro retador que se me enfrentara pensando que era uno más del montón; “¡Qué idiotas!” exclame en mi fuero interno a aquellos que me subestimaban, dieciséis años eran suficientes para patear a muchos. ¿Draco Malfoy me daba un sermón por convertir a uno chico de cuarto en una gallina?, esto era algo nuevo para la historia; Reí.

Después de que termino de hablar, no dije nada, a decir verdad era un asco tratar de decirle algo, y prefería no perder el tiempo; di media vuelta y me fui dejándole a mis espaldas podía sentir su furia, odiaba que le ignoraran y eso fue lo que hice.

Linx por su parte se encontraba en el patio de la mansión, era la persona a la cual podía hablarle con más tranquilidad de entre la familia; Suspire, llevaba mis manos hundidas en el fondo de mis bolsillos mientras ella se encontraba en un banquillo escondido entre los arboles con un libro en manos, al acercarme pude detallarlo y sonreí -Es… Simplemente perfecto que te nutras de ese tipo de conocimientos- solté con aquella sonrisa perfecta que me caracterizaba, al ver el libro de magia oscura que se encontraba entre sus delicadas manos, ella era tan, distinta; parecía ser delicada cuando al tiempo podía ser el mismísimo demonio personificado, me encantaba.

-Hermanita, hermanita –hice una pausa peinando mis rubios cabellos – ¿Me permites estudiar tan agraciado libro, junto a ti?-pregunte al tiempo que me sentaba a su lado en busca de respuestas, y en algo más interesante llamado “Conocimientos”.