Casting de Lynx Malfoy

¿Porque Quieres El Pj?
Por que a pesar de la sangre es toda Malfoy y no duda en ocultarlo y usar ese poder a su favor es una autentica princesa del hielo a la que no le importa lo que puedo pensar lo demás ella ya esta

-2 ¿Que harias para hacer al personaje mas interesante?
Reconocer la pésima relacion que lleva con su madre y los sentimientos que mantiene hacia Scorpius lo que le ha llevado hacer una persona muy fría y desvergonzada.. ”. }

-3 Escribe un post, no importa dónde ni con quién, en el que nos demuestres tu habilidad para rolear..

Odio. El odio destruía cada célula del cuerpo de la rubia. Se sentía vacía, más aun que de costumbre. Sentía que sus piernas se movían pero que su cerebro no les ordenaba dicho movimiento. Su mente estaba muy lejos de aquellos pasillos de piedra.

El ruido de sus pasos era lo único que se escuchaba en el largo pasillo, mas Lynx parecía haber perdido el sentido del oído. Todo se resumía a ansias asesinas y una carta. Una maldita y desgraciada carta. Ni siquiera a millones de kilómetros de distancia la maldita Astoria la dejaba en paz. No alcanzaba con que la Slytherin conviviera con sangres sucias y traidores de la sangre en un mugriento castillo medieval. No. Su lo que sea tenía que seguir metiendo las manos donde nadie la había llamado.

Giró, sin pensar, una esquina. No sabía a dónde se dirigía, tampoco le importaba. Solo caminaba y maldecía. Maldecía y caminaba. Seguía las curvas del castillo sin prestarle atención a las mismas. Nadie la detuvo; ya sea por miedo o porque no se había encontrado con nadie. Aun. Solo le importaba ir a Londres y aniquilar a su querida "madre". Ella sabía, de sobra, que tenía que estar calmada. Que le tenía que entrar por un oído y salir por otro. Pero no podía. La muchacha que nunca se hacía problemas por nada, a la que todo le daba igual, se había enfadado. Pero de verdad. Si fuera biológicamente posible, sus irises serían rojos tal rubí a causa de la ira. El brillo de los mismos había sido apagado por el odio.

La carta que había mandado su madre esa misma mañana había terminado por consumirse en un fuego mágico, pero, el lugar donde dicha carta había estado -en un bolsillo de sus pantalones- aun quemaba. Astoria no era nadie para mandar en su vida. Mucho menos después de que Deborah había descubierto la verdad de su origen. Su madre había arreglado una cita con un Frances de importante apellido para ese mismo fin de semana. Hasta se había tomado la libertad de decirle que su hija asistiría, que ella nunca dejaba plantadas a las personas y mucho menos a un muchacho tan apuesto y que si lo hacía seria una deshonra para la familia Malfoy. Era más que obvio que Lynx no iba a ir, pero su madre, adelantándose a los hechos, había escrito en el pergamino que el sábado por la mañana iría alguien a buscarla al colegio. Con un vestido negro de gala y unos zapatos de taco a juego. Eso, sin duda alguna, había empeorado todo. Seguiría sin ir. Sin importarle nada. Pero era una criatura que se dejaba llevar por sus más profundas y fuertes emociones. Y ahora, el odio era el que gobernaba.

Se detuvo frente a una puerta de madera. Sus piernas ya empezaban a quejarse por el rápido paso de la rubia. Abrió la puerta, no sin que hiciera un ruido demasiado exagerado para esas malditas bisagras oxidadas. - Lumus.- Un punto de luz salió del extremo de su varita de roble. Alumbró una habitación amplia, llena de mesas y sillas esparcidas por cualquier lado. Tenía toda la pinta de ser un aula abandonada. Unos pasos llegaron hacia sus oídos. Por naturaleza su cuerpo se tensó en la espera del dueño o dueña de dichos pasos.
Llegas tarde hermanito fueron las palabras con la que recibió a su hermano mayor, para luego facilitarle un par de cigarros


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