Un poco de tranquilidad (Balthasar)

Estaba un poco aburrida despues de pasar todo el día en un nivel superior de diversión con mi primo a estár sin él ahora. Había ido a junto su novia y yo le había dicho que me iba a dar una vuelta y a despejarme un poco. Beauxbatons era un lugar bonito, había que reconocer que las estancias estaban y eran perfectas, los jardines no podían estár mejor cuidados y todo estaba muy bien preparado. Aún así los franceses me provocaban tirria, por lo menos la mayoría de ellos, quizá algunos se salvaran pero la mayor parte me parecían unos mimados, solían creerse los más elegantes, los más educados y los mejores en general. Durmstrang desde siempre tuvo cierta competencia con Beauxbatons, en cambio Hogwarts era medio intermedio en ese tema.

Me abrí paso entre la multitud y me dirigí hacia los jardines. No conocía mucho y ese sitio fue el primero en que pense cuando me plantee ir a algún lugar a pasar el rato. Me sente en la hierba y encendí un cigarro mientras observaba a los diversos estudiantes de los tres colegios pasar a mi alrededor. Sonreí mientras veía a Oyvind y Pandora a lo lejos e inmediatamente desvié la mirada hacia otro lado. Me tumbé en el espesor de la hierba observando el cielo mientras aguantaba el cigarro en mi boca.

Seguía tumbada en la hierba, disfrutando del sol y las nubes mientras fumaba. Esos momentos de tranquilidad me hacían reflexionar sobre mi vida, y la vida en general. Muchas veces necesitaba de un rato así para relajarme, aunque la verdad yo andaba siempre relajada.. pocas cosas me alteraban.

Estaba empezando a aburrirme de tanta tranquilidad y tanto pasivismo, un poco era bueno pero ya empezaba a desesperarme de estár sin hacer nada. Ya llevaba fumados dos cigarros y decidí no fumar más hasta el próximo día. Ojalá apareciera alguien interesante por aqui para distraerme un poco, solo pedía eso.

De pronto escuche una voz masculina llamando por alguien, o algo. Supuse que sería su mascota por el tipo de cosas que decía pero lo ignore. Sin embargo escuche algo cerca mía y me gire para ver al sapo a escasos centimetros de donde yo me encontraba. Me sobresalté y escuche la petición del chico.

Estuve a punto de contestarle mal pero despues me fije en sus ojo, su pelo... y bueno vale que fuera un francesito, pero era un francesito bastante mono.

- Ahí!- agarre al sapo con la mano cuando paso por mi lado y espere a que l chico se acercara para dárselo.- Ten cuidado con tus mascotas.. Faye Gustafson

Me presento ofreciendole la mano mientras miro al sapo en sus brazos.

Casi había perdido toda esperanza de conseguir atrapar al sapo de mi compañero que se había escapado. Podría haberle lanzado un Petrificus totalus, pero probablemente habría fallado; el pequeño anfibio atravesaba la hierba a toda velocidad.
La chica a la que le acababa de pedir que me ayudase logró alcanzar el sapo y me lo entregó mientras se presentaba. << Faye Gustafson >>, nunca había oído su nombre.

-Baltahasar Boissieu -me presenté también estrechándole la mano. Agarré el sapo y lo volví a meter en su caja. -. Muchas gracias.
>>Por cierto, no te había visto nunca, ¿estudias aquí?

Beauxbatons era una academia grande y no era sencillo conocer a todos los alumnos que en ella estudiaban. Sin embargo, por muchas vueltas que daba, no lograba recordar si había hablado antes con aquella chica.
Medité un instante y me di cuenta de que el acento de la chica no me sonaba demasiado francés así que era probable que estuviese allí por motivo del Torneo.

El chico era guapo y apuesto. Se notaba que era francés no solo por su acento si no por su aspecto físico, de porte muy elegante. Lo miré de arriba a abajo analizándolo con mi detector de chicos que merecen la pena conocer y asenti para mi misma. Además de ser guapo, el chico era educado y caballeroso, solo había que observar un poco su comportamiento para saberlo. Boissieu..... el apellido me sonaba pero no sabía muy bien de que.

- Encantada Balthasar, me suena tu apellido..- lo mire y luego observe al sapo que había ayudado a capturar.- es tuyo?

Mire el sapo un poco indiferente, no me gustaban los sapos en general porque me parecían unas mascotas demasiado simples, que no hacían mucho ni tenían una función particular. Nunca había entendido a las personas que elegían antes a los sapos que a las lechuzas o los gatos, me parecía una elección erronea y sin sentido alguno.

-Normal que no me vieras porque soy de Durmstrang de la casa Zemko. Y tu por lo visto eres francés, te delata el acento.- le sonreí amistosamente y le indique la hierba a mi lado.- puedes sentarte si quieres.

Si acababa de conocer a un chico interesante, no lo iba a dejar escapar.

Me sentía bastante aliviado después de que la chica me hubiese ayudado a recuperar el sapo; de lo contrario, habría terminado mal la broma. La muchacha comentaba que le sonaba mi apellido y pensé que tal vez podía conocer a mi hermano.

-Mi hermano también estudia aquí, igual lo conoces -le comenté -. Se llama Julian.

Faye Gustafson me entregó la pequeña criatura que volví a guardar en la caja; se lo devolvería a mi compañero al regresar a la habitación. << Quizás no se de cuenta...>>, pensé, pues mi amigo estaba durmiendo cuando se lo quité.

-No, no es mío -respondí a la pregunta de la chica -. Intentaba gastarle una broma a un compañero quitandoselo mientras dormía, pero he estado a punto de perderlo. De no ser por ti...

Aunque era bastante travieso sabía cuando tenía que parar y cuando una broma dejaba de tener gracia: quitarle el sapo a mi amigo era gracioso; perderlo, no. Así que ahora que lo tenía de vuelta podía descansar un rato y que mejor que allí en la hierba en buena compañía.

-No conozco demasiado la historia de Durmstrang -dije mientras tomaba asiento en el suelo. La hierba estaba mullida y me sentía cómodo -, siempre me duermo en clases de Historia de la Magia. Aunque me gustaría ir alguna vez; tal vez se celebre allí el próximo Torneo. Mi hermano es uno de los candidatos del colegio a participar; espero que el cáliz lo seleccione.

Balthasar se sentó a mi lado en la hierba. Lo observé mientras se acomodaba, era un chico verdaderamente atractivo. Cuando mencionó a su hermano me di cuenta de qué me sonaba el apellido Boissieu, había visto su hermano por la escuela mientras un grupo de chicas le perseguían susurrando "Julian Boissieu" entre ellas como si fuera un jugador de quidditch famoso. Resoplé al acordarme de aquello, había gente muy tonta en aquella academia, esas chicas no tenían otra cosa mejor que hacer que perseguir a un compañero como si fuera el chico más famoso y atractivo del mundo?. Era cierto que era un joven atractivo para lo poco que lo había visto en aquella ocasión, pero su hermano aquí presente me parecía mucho más mono.

- Si.. tu hermano es aquel chico al que perseguían unas chicas como si no hubiera un mañana... hay gente que no tiene nada mejor que hacer.- le dije indiferente, demostrando mi desagrado ante aquel tipo de acciones por parte de aquella gente.

Miré a Balthasar mientras la guardaba en la caja y ladeé la cabeza escuchándole. No me gustaban nada los sapos, pero nada nada nada. Y me alivió saber que no era de él, porque la verdad, una criatura tan fea y asquerosa no pegaba nada con aquel chico refinado.

- De nada. Menos mal que no es tuyo, no me parece que sea una mascota adecuada para ti. Apuesto algo a que tu tienes un gato precioso, no?- lo mire de arriba a abajo- Pues era una buena broma, aunque yo no estuviera aquí acabarías cogiéndolo, no me cabe duda.

Lo miré unos segundos y luego saqué mi cajetilla para coger un cigarro. No sabía si a él le incomodaba eso, si estaba acostumbrado o si fumaba. No le iba a pedir permiso por si le molestaba, yo nunca pedía permiso, no era nada personal. Pero sí era educada con quién creía que se lo merecía, abrí la caja y la acerqué a él ofreciendole un cigarro mientras encendía el mío y le daba una gran calada.

- Pues sí, en Durmstrang se celebrará la última prueba del torneo. Estoy segura de que será algo grandioso porque allí nos tomamos las cosas muy en serio, y tenemos otra manera más oscura, por así decirlo, de ver la magia.- lo observé y decidí hacerle una breve explicación de mi instituto. No estaría mal enseñarle algo de nuestra cultura.- Bueno, para empezar, llegamos aquí en nuestro gran barco, el cual solemos utilizar para grandes distancias, tiene más espacio del que aparenta, créeme. Bueno, Durmstrang tiene 4 pisos, lo se, no es tan grande como Beauxbatons, pero sin embargo los terrenos son mucho más grandes, tenemos muchas montañas y lagos por los que andamos, volamos etc.. generalmente es una gran extensión. Durmstrang está muy bien escondido, si quisieras ir no lo conseguirías a menos que alguien te revelara su paradero cosa que , no te ofendas, no voy a hacer.

Hice una pausa para darle unas cuantas caladas a mi cigarro mientras lo miraba fijamente. Me escuchaba con atención, poniendo mucho interés en lo que yo decía y eso me gustaba. Me encantaba que todo el mundo me prestara atención, me gustaba alardear de todo lo bueno que tenía y me gustaba que me admiraran o que me observaran.

- En Durmstrang le damos mucha importancia a las Artes Oscuras, supongo que eso si que lo sabrás porque somos famosos por ello. No tenemos defensa contra las artes oscuras, si no práctica. Y bueno, no admitimos a hijos de muggle para que estudien allí, solo admitimos sangre pura.- lo miro a los ojos.- Yo soy una Gustafson, buena familia sangre pura y toda ella estudió allí.

Seguí fumando mientras pensaba en todo eso. Ahora que conocía Beauxbatons no me arrepentía de estár estudiando en Durmstrang. Era una academia muy elegante y bonita, si, pero no era para mí.

Después de sentarme sobre la hierba mullida, la chica que decía llamarse Faye me ofreció un cigarrillo.

-No, gracias -le dije -. No fumo -. Ella sin embargo si encendió uno.

Hablaba de mi hermano como si lo hubiese conocido; al parecer varias chicas lo estaban persiguiendo. Estaba bastante acostumbrado a eso. Además, ahora que se posicionaba como uno de los campeones de Beauxbatons para participar en el Torneo de los tres Magos, con más razón todavía hordas de fans lo perseguían por los pasillos del colegio.

Con el sapo ya en la caja pude relajarme; por un momento había creído que no lograría recuperarlo.

-Si, al principio me pareció una broma graciosa -le comenté -. Pero en el momento en el que se me escapó de las manos perdió toda la gracia que tenía...

Estaba claro que si regresaba al cuarto sin la mascota de mi compañero se enfadaría conmigo. A menos que no supiera que había sido yo... Pero no quería perder un amigo; asi que estaba bastante agradecido de haber recuperado el sapito.

-No, no, yo no tengo ningún sapo de mascota -añadí riendo -. No me parecen... interesantes. Son unos bichos aburridos que solo saben dar saltos por ahí. Yo tengo una lechuza; me la regalaron mi primer año en Beauxbatons. Por lo menos, las lechuzas pueden llevar cartas y otras cosas... los sapos no. ¿Qué mascota tienes tú? Por favor, no me digas que un sapo....

Reí al final de aquel comentario. Si la chica decía que tenía de mascota un anfibio como el de mi compañero habría metido la pata por completo.

Después empezó a hablar de su colegio: Durmstrang. Habíamos estudiado algo de la historia de aquel instituto en Historia de la Magia pero nunca había estado allí. Según decía Faye, la última prueba del Torneo se celebraría allí. Tal vez entonces lo conocería por primera vez. Pensé entonces en que me gustaría que mi hermano quedase como finalista para representar a Beauxbatons en el Torneo.

-¿Artes Oscuras? -dije pensativo. El tono en el que la chica lo había dicho me había inquietado. Sin embargo, parecía de lo más interesante -. Igual es más divertido que aprender Defensa...

<< Sangre Pura...>>, escuché decir a Faye. Mi hermano y yo también eramos sangre pura. Mi padre siempre había sido fiel seguidor del Señor Oscuro, formando parte del bando de los Mortífagos. Para no decepcionarlo, me vi obligado a unirme; pero nunca me habían gustado demasiado sus ideales. No despreciaba a los nacidos de muggles, ni a los propios muggles. Pero no iba a decirlo abiertamente, y menos delante de alguien a quien acababa de conocer.