Intento de bromas [Dylan]

Estaba en las afueras del Valle de Godric, hablando con unos amigos, que preparaban las bromas para este comienzo de clases. Éramos la banda que siempre andaba metida en problemas pero con esas excelentes notas imposibles de echar. Todos estábamos esperando a James, pero un mensaje vía su patronus no hizo entender que llegaría tarde, debido a que su padre le pidió ayuda con unos encantamientos en la casa de su abuela Molly. Suspiro con pesadez tras escuchar el mensaje, pero le dijo que vaya a su casa con las cosas preparadas que el mismo las llevaría el día del abordo a Hogwarts. Que estaba Albus en la casa, así que si quería de paso molestarle un poco no estaría mal.

Cuando llego a la casa con tan solo una pequeña caja verde entre sus manos, noto que estaba todo muy callado. La casa de los Potter era siempre divertida, elegante fina pero divertida con harry dando vueltas por ahí. Toco el timbre para hacer saber su presencia; mientras esperaba notaba las ciruelas dirigibles que había en la entrada de la puerta, en la casa de los Lovegood había cosas como estas, divertidas aunque algo molestas cuando flotaban todas a la vez. Al fin la puerta se abrió, así que dio un paso adelante haciéndola a un lado para dejar la caja elegantemente sobre una mesa en la entrada, se giro para ver a Albus, su objetivo numero uno durante todos estos años. Cuando James estaba cerca, y Dylan en la misma habitación la vida de Albus corría peligro.

-Tu hermano me dijo que le traiga esas cosas, le esperare a ver si aparece de una buena vez.-comento sentándose en uno de los sillones de la sala de estar. Le presto atención a Albus, desarreglado, despeinado, con aquellos ojos claros con el contorno rojo, le advertía que había estado acostado.-¿Qué?, no vas a saludarme, Albucito.-la caja empezó a moverse de forma alterada por ende, puso la mano sobre ella mientras sonidos extraños salían de la misma entre algunos gases de diferentes colores.-Menuda cosa, deja de mover las botellas ahí dentro, hasta que no venga James no te puedo sacar, estate quieta.-la caja se tranquilizo, lo que había dentro de esa caja eran cosas muy interesante, si, pero peligrosas. Solo la mente maestra de Schneider y Potter, podrían controlarlo.-¿Como has estado?, ¿pasaste bien el verano?.-

Soltó una risa por aquel comentario referido a su apodo, todo el mundo le decía "Phoenix" ese era su apodo desde que empezó el colegio, era un apodo un tanto emocionante de explicar. Paso en el primer curso cuando por accidente se bebió una poción multijugos que contenía esencia de fénix, se transformo es un fénix de plumas doradas, raro de ver pero si hermoso. Tardaron dos días en regresarle a la normalidad, uno de los ingenios de James que contenía ciertos errores. Supo lo que era volar y ser tratado como un ave respetuosa, desde ese día, le han llamado así. Sus ojos se clavaron sobre los de Albus como si una conexión extraña hubiera, le conocía desde que era mas pequeño, ya que era compañero de James, aunque claro un grado menor que James. Tenia la misma edad que Albus y parecía ser mayor que él.-Phoenix, dime así, queda mas bonito.

Se empezó a reír mientras se levantaba, observando la caja de reojo, solo a James se le ocurre poner una criatura mágica en una caja llena de pociones, si se llegaba a salir de control las cosas serian muy malas, pero sabia que la cosa no se iría por las ramas "Tiff" era una criatura mágica tranquila aunque a veces algo inquieta. Sin embargo, nunca miro a Albus con los ojos que los demás le veían, se pasaba horas escuchando a las chicas y a los chicos, de lo tierno, adorable y sexy que era Albus. Nunca se freno a verle con claridad ya que vivía pegado a James o a su hermano.-Créeme, no quieres saber lo que hay en la caja, nos ha costado ya mucho meterlo en ella.-comento sonriendo, con aquella sonrisa sincera, suave, agradable y seductora que solo él poseía. Junto con James no solo eran los chicos problemas, si no que también eran los que mas levantaban en cuanto a citas se tratase.

-Bien, he pasado casi todas las vacaciones con mi padre, le extraño mucho y mi madre no puede ni verlo cerca. Así que voy con él cuando le necesito ver.-Albus sabia la situación de sus padres, sabia que estaba separados desde hace unos largos años. Su mirada se topo sobre los ojos del otro una vez mas para terminar frente a frente sin malas intenciones ni trucos. Bostezo para sacar su varita, la hizo girar entre sus dedos una vez mas y apunto al aire.-Expecto Patronum.-una luz blanquecina salio de su varita, liberando a un enorme oso polar que les rodeo, era precioso, era la forma que realmente tomaba el patronus que salía de los recuerdos mas hermosos que tenia, cuando todos eran una familia. El oso se paro delante del Ravenclaw.-Noble oso polar, dale este mensaje a James Sirius Potter. James, apúrate que la caja esta medio borde, si se rompen los hechizos como que sera un problema, no me hagas esperar por dios.-el oso se sacudió para traspasar a su amo, volviéndose una esfera de luz desapareció. Aprendió aquello con el señor Potter, el cual le ha enseñado muchos trucos.-Extrañando a mis amigos de Hogwarts. No mentiré, extrañándote, es la verdad. Puede que sea pesado para ti, pero yo si te extrañe.-dijo sincero en cada palabra.-

-No se saldrá, esa cosa se llama, Tiff, es bastante agradable menos cuando se sale de control. No le digas cosa, que se ofenden muy rápido, después cuesta horrores sacarles el mal humor. No seas corta fiestas, Potter.-miro a Albus serio al principio, para acercarse a la caja, alzando la varita la rodean unas cadenas encantadas para que no se abra bajo ningún motivo. Sonrío tras dejar aquello, girar sobre sus talones para ver la pared, estaba de llena de fotos de la familia, también en muchas de ellas estaba yo; era como un hijo mas para Ginny, era el calco de James en cuanto a personalidad en algunas cosas, ademas de que era amigo de la familia desde hace ya seis años; mi madre conocía a Harry desde hace mas tiempo, así que éramos grandes conocidos. Se quedo en silencio tras recordar el partido pasado de quidditch internacional, la copa la había ganado Japón y junto con James habíamos apoyado a ese equipo, para mi eran los mejores, era impresionante el uso de equilibrio en esas escobas. Habíamos sido invitados por uno de los jugadores a la fiesta, teníamos la suerte de caer en esas fiestas únicas e inigualables, seguramente en el futuro seriamos grandes estrellas como hemos soñado desde que éramos mas niños.

-Se que no crees que te haya extrañado, pero si te extrañe. Pase las vacaciones preguntándole a tu hermano de ti, pero James es celoso de sus amistades así que me decía poco y nada, menuda mierda en si, pero bueno, al menos se que la pasaste bien y que estas bien, pequeño Albus.-se alejo de este para tomarle de la mano e irse a sentar con él otro en la sala de lectura. Era un sitio donde le agradaba estar, soltó a Albus, tras sentarse en un sofá cómodo donde poder apreciar el bello jardín de los Potter detrás de un gran ventanal por donde entraba luz solar. En el medio de la sala entro una esfera de luz que resplandecía en todo su esplendor, el rostro de james se veía en ella, claro que era su patronus con un mensaje de respuesta al que le envío.-Disculpa por no estar, papa me necesita en el ministerio para solucionar unas cosas. Mmm se que sabrás controlar la caja hasta que llegue, dile a Albus que te arregle la habitación de invitados. Quédate esta noche, tengo que contarte algo que se que te agradara. Papa te manda saludos, quiere verte y mi madre, ella dice que en la cocina hay lo que quieras comer. Te veo esta noche, y Albus...pórtate bien con Dylan, o te juro que te va a pesar. Os quiero polluelos.-el mensaje termino y el patronus desapareció. Estaba mas que claro ese era el estilo de James.

-Deberé avisarle a mi madre que me quedare esta noche.-comento mientras soltaba un fuerte chiflido con sus dos labios apretados. Un cuervo negro de ojos rojos entro por la ventana de la sala posándose sobre el hombro de Dylan. Tomo una hoja de papel de una mesa para escribir con una pluma a su madre. Doble finamente el papel para dárselo al cuervo mientras le hacia mimos sobre la cabeza y este cerraba los ojos como demostración de que le gustaba.-Ve, dale esto a mi madre.-el cuervo salio volando para entregar el mensaje, se quedaría a dormir como ha hecho tantas veces mientras recostaba la cara sobre su mano. Mirando los ojos claros de Albus. Su mente estaba en otro lado, pensando en muchas cosas a la vez hasta que regreso al mundo real, debía dejar de irse por las nubes algunas veces.

-Todos dicen que eres hermoso, que tu frialdad es perfecta, que tienes una cara de bebe. Si la tienes, pero hay algo que ellos no saben apreciar. Tienes lindos labios y unos ojos, preciosos. Iré a la habitación de invitados.-se levanto del sillón de golpe, para no darle tiempo al otro para responder. Subió las escaleras topándose con Lily, la abrazo fuerte por que la adoraba, y luego tras eso se fue a la habitación de invitados. Al entrar todo estaba ordenado, el elfo que trabajaba a sueldo para los Potter limpiaba tranquilo el sitio, desapareció al ver a Dylan para dejarle tranquilo en la habitación. Se saco la campera, para sentarse calmo en la cama, dejando la caja verde sobre un mueble en una esquina.-¿Te pasa algo Potter?.-se giro para verle.-

-Nada, no se de que hablas.-dijo sin mas mientras se terminaba de recostar en la cama, observando el techo mientras se rascaba la mejilla. Cerro los ojos para tranquilizarse,acomodando sus pensamientos en su cabeza, cada cosa en su respectivo sitio, como si fuera un archivero, necesita de su pensadero para acomodar ideas, se levanto de golpe para ver a Albus, mientras se acomodaba el pelo se le quedaba viendo. Sus ojos ahora tenían ese color azul que les caracterizaba pero también brillaban de ese color intenso, como si fueran capas de hipnotizar a las personas. se levanto para caminar hasta el otro, quedándose frente a frente ante Potter.

-Ojos lindos, de un color especial, unos labios suaves pero finos, serios pero distantes, que imponen temor a quienes intenten tocarlos. Una mejilla pálida pero suave también. Eso es todo lo que te diré, no tiene nada de malo que diga que tienes una hermosa boca, pero tu desconfiado.-se aleja de este tomando su chaqueta para ver a Albus con media sonrisa.-Me iré, dile a James que ahí esta la caja.-dijo sin mas, sacando la varita de abajo de su túnica, después de todo ni siquiera usar la puerta necesitaba, podía usar aparición para irse sin mas remedios. Se quedo en silencio por un momento, para acercándose a la mesa de luz dejándole un mensaje a su mejor amigo, en la cual dejaba en claro que la caja estaba segura, pero en un idioma que solo James entendería. Era una invención por parte de ambos, parecían garabatos.

-Dile a tu madre que agradezco la invitación, vendré otro días. Estoy seguro que ahora saltaras en una pata por que no tendrás que soportarme en la noche, así que te dejo solo, cuídate Albus.-camino hasta el medio de la sala, a veces la aparición era media violenta, alza la varita para después llevarla a su pecho, buscando en su mirada el lugar a irse, fue envuelto en una especie de luz que le rodeado, su rostro se desfiguro debido a la aparición parecía que se comería a si mismo, la cosa empezó a ir lenta como si el tiempo deseara que el otro le toque para desaparecer juntos.-

Un sonido sordo invadió la habitación tras desaparecer ambos de aquel sitio sin dejar rastro alguno. Apareciendo después en la ordenada e amplia habitación de Dylan, todo estaba en su sitio, todo quedaba en un orden perfecto, hasta sus libros estaban ordenados alfabéticamente. La cama de sabanas azules acompañados de algunos posters, una guitarra la cual solía tocar y miles de cosas mas que uno jamás pensaría encontrar de nuevo. Miro a Albus cuando se apareció así con él, no era para nada bueno, no si este nunca se había aparecido, lo sentó en la cama para que se recostara, fue al baño por un pañuelo que mojo con agua para ponérselo en la frente. Esa noche no había nadie en su casa, era un locura que se le ocurriese hacer semejante estupidez, generalmente todos vomitaban la primera vez, esperaba que Albus no lo haga.

-¿Acaso te has vuelto loco?, nadie que no tenga la licencia puede usar aparición de esa manera, estas demente. imagínate que hubieras aparecido en pedazos. Albus, por Merlín.-negó con la cabeza, le dejo solo y por las dudas un tacho a su lado por si quería vomitar. Fue a la cocina por un vaso de agua fría y un pequeño trozo de chocolate. Regreso lo mas rápido que pudo para darle de beber un poco de agua, quedándose a su lado, sin saber que era lo que tenia en su pierna. Observo los ojos del otro, mientras se levantaba de la cama sentándose en un sillón, miro el suelo notando ciertas manchas oscuras, seguramente Derek comió algo dulce, ya lo limpiaría, ciego a que eso podía ser sangre. Dejo que Albus se recuperara solo, ya le llevaría a su casa con polvos flu, menudo lio este crio, colgándose de una persona en plena aparición, podía hasta haberme matado a mi.-

...

...

Al ver el desmembramiento se quedo pálido, no era nada bueno, eso no debió pasar pero a veces pasaba si uno no usaba bien la aparición. Se desespero al verlo llorar, se altero, se sintió muy mal, por ende le sujeto del brazo que estaba el otro apretando para poder tener algo de que apoyarse.-Albus, tranquilo, no llores por dios. Accio esencia de díctamo!.-grito usando magia sin varita, el frasco termino en su cama, abrió el mismo encontrando la mano de Albus aferrada al piso y colocándola como dios manda aunque sabia que al otro le dolía empezó a echar la poción en pequeñas gotas para que se vaya uniendo la mano.-Por favor, resiste, ya pasara..solo un poco mas.-la poción era efectiva, la herida sano rápidamente pero el dolor seria aun doloroso.

Se levanto de la cama sacando una venda del cajón de su ropa para vendar rápidamente la mano del otro y así dejarla descansar. Respiraba agitadamente asustado, no pensó que eso pasaría pero paso, fue un accidente dios, podría haber sido peor.-No llores Albus, ya esta bebe, ya esta.-aquel mote lo dijo sin pensarlo; poniendo su frente con la del otro. Acariciándole así las mejillas con sus manos para que se calme, mientras trataba de pensar centrado, estaba asustado por lo que paso, no fue su intención jamás hacerle daño de esta manera. Sus mejillas se mojaron con lagrimas por que en serio estaba asustado pero como todo buen Ravenclaw debía calmarse.

Se separo de él para ir por una poción hervobitalizadora, estaba entre sus pociones favoritas, tan complicadas de hacer pero muy efectivas. Regresa a su lado, tomándolo con suavidad de la nuca para que se beba toda la poción, tenia un gusto asqueroso pero era necesario que la beba. Cuando la trago la poción hizo que la herida sanase y a la vez sanase el dolor que sentía. En unas horas estaría como nuevo y solo seria una mala experiencia pero aterrador recuerdo.-Ya paso todo, tranquilo Albus.-se puso a su lado para acariciarle la cabeza, preocupado de lo que le hizo; bajo la mirada para toparse con aquellos ojos mojados por las lagrimas.-Lo siento mucho, lo siento.-susurro estando peligrosamente cerca, pero no le importo, solo quería que el otro este bien.-

Se quedo dormido junto al pequeño Albus, abrazándolo contra su pecho, después de todo lo que quería era protegerlo, no quería hacerle daño alguno por que su persona siempre estaba protegiéndolo, aunque no pareciera, le cuida tanto como James, pese a las bromas pesadas, si era una buena persona. En sus sueños solo soñaba cosas tontas como siempre, pequeñas pesadillas con respecto a que sacaba malas notar, eso era algo que detestaba soñar ya que siempre despertaba sudado. Despertó de golpe, notando que tenia entre sus brazos al pequeño Potter; notando aquellos cabellos revoltosos y sonrío con ternura. Se alejo un poco para verlo dormir, acaricio suave la mejilla del otro sintiéndose extraño ante aquella cercanía tan próxima, nunca antes miro a Albus con esos ojos.

Se fue acercando un poco al otro, pensando en los labios de él, mirando como se veían carnosos no podía hacer esto, dios que mente mas depravada la suya, pese a que Albus tenia su edad para él era como un nene pequeño. Se mordió el labio inferior, bueno si le pegaba al menos los abría probado. Junta su boca con la de Albus para finalmente besarle, sintiendo un cosquilleo recorrerle la espalda, siguiendo con aquel beso, deslizando la lengua en la boca ajena ya que este parecía estar dormido, se fue acercando un poco mas mientras bajaba la mano por el cuerpo del otro, sonrojándose por la perversión que estaba haciendo en aquel momento, aprovechándose de alguien dormido.

Cuando el cuerpo del otro se removió, se alejo, relamiéndose los labios se hizo el que estaba dormido. Tan cerca de los labios de Albus para ver cual seria la reacción del otro; le tenia abrazado por la cintura por ende ambos cuerpos estaban pegándoos, se podía compartir cualquier roce que era inminente. Se acomodo como cualquier persona dormida terminando por juntar ambos labios pero de forma suave pues supuestamente estaba dormido. Abrazado al otro con un poco de fuerza para asegurarse que Albus estaba cerca y que no le pasaba nada malo.-Si te pasa algo Alb..me muero.-susurro como si hablase dormido, mientras parecía estar teniendo una pesadilla, según decían las caricias ayudaban a que la pesadilla se disipe, los labios de ambos seguían rozándose "inocentemente".-

-Ese momento incomodo, donde te das cuenta, que mi mala actuación no sirve contigo.-si estaba sorprendido, pero no por eso se lo iba a decir, su boca se rozaba contra la del pequeño Albus, sonrojándose apenas un poco. Se acerco mas al otro para besarlo, después de todo si le acerco de aquella manera no era precisamente por que sentía frio; mordiéndole el labio inferior, para después meter su lengua en la boca ajena, rozándola contra la de Albus, sintiendo esa sensación de calor ir por todo su cuerpo. Fue tomando posición sobre el pequeño Potter, empujándole un poco para subirse sobre su cuerpo mientras se acomodaba entre sus piernas pero no descargaba todo el peso sobre este. Siguió el beso para separarse un poco, mirándolo a los ojos riéndose.-Me importa una mierda James, en este momento.-le dejo en claro, para bajar sus manos por el torso de Albus, subiéndolas por debajo de su camiseta, acariciándole la piel apenas con la punta de los dedos, mirando como en su camiseta se marcaban sus pezones endurecerse por aquel contacto intimo.

Mordía despacio sobre el labio inferior de Albus, estaba ganando terreno sin siquiera pedir permiso, estaba engatusando al adormecido hermano de su mejor amigo, estaba haciendo cosas prohibidas. Ademas sabia de buenas fuentes que el niño delante de él nunca había tenido relaciones sexuales por ende, quería decir que cada sensación aunque sea leve, para él era como un golpe hormonal, demasiado delicioso como para negarse a querer robarle aquella virginidad, seria suyo, seria su primer chico, eso esta noche pasaría. ¿Seria un nuevo trofeo?, no lo categorizaba como eso, si no como una especie de noche romántica entre ambos, enemigos por naturaleza pero por otro lado muy en el fondo existía un lazo de emociones sin definirse. Se empezó a rozar contra el adormilado Albus, rozando claramente su zona baja con la de él, generando que lo que estaba dormido se empezara a despertar, se empezara a endurecer como un trozo de hierro y para colmo se calentara para provocar una erección que parecía imposible de negarse; como todo Schneider era de un "ego" enorme, y aunque la gente decía lo contrario, solo cuando estabas con uno de ellos, te dabas cuenta de lo grande que era su orgullo.

Se separo de los labios de Albus para sonreírse, se alejo de este cuando una luz blanca entro en la habitación, acomodándose el pelo cual dulce niño. Quedando sentado en la cama con una almohada sobre su parte intima por que la tenia tiesa. El patronus era el rostro de su padre, para avisarle que seria agradable que vayan a cenar mañana, por ende suspiro aquello, al ver desaparecer aquel cardumen de pirañas. Se quedo en silencio, recostándose en la cama, dejando caer la almohada se podía ver lo que tenia marcado pero poco le importaba.-Me van a matar del susto un día de estos.-paso la mirada sobre Albus.-Se que no me vas a dejar seguir así que...creo que sera mejor que avise que estas aquí.-saco la varita para sentarse en la cama.-

Al ver que salio de la habitación se levanto para tomarlo de la mano regresándolo dentro de la misma, cerrando la puerta le puso contra la puerta mientras cerraba el seguro, aquella cercanía tan prohibida, tan sucia quizá, aquel roce inminente de ambos físicos, éramos como la serpiente astuta contra el águila rapaz, aunque la serpiente sea astuta el águila siempre lograría marearla para que fallen sus ataques y finalmente puedan cazarlas; así estaba pasando ahora, Albus, levantaba sus defensas a flor de piel pero lamentablemente el Ravenclaw sabia como manejar una situación donde Albus era totalmente inexperto. Le tomo de la camisa para empujarle a la cama, acercándosele sin camiseta se le subió encima para marcar un territorio que no era suyo pero estaban en su casa, todo lo que ella había le pertenecía, rozo de nuevo sus labios con los de él sin llegar a besarle, solo un mínimo roce de ambas bocas, no pretendía acostarse con Albus pero si le daría unos roces y caricias que le servirían para sacarse las ganas cuando andaba necesitado, por que, por mas virgen que fuera una persona, esas necesidades de tocarse eran algo irremediable.-Shh, puedes golpearme después, pero ahora no. Ahora solo déjame besarte, déjame tocarte y cuando ambos hayamos tenido un hermoso orgasmo entre los roces, nos pegaremos un hermoso baño para ir contigo a tu casa, solo déjate llevar, no te haré daño mucho menos te violare, solo permíteme darte...un pequeño regalo...¿si, Potter?.

Ahí estaba, esa manera de hablar tan seductora, era forma de ser tan sensual estaba saliendo en ese momento, sin darle posibilidad al otro de poder intentar escapar siquiera. Le beso sin mas, mientras se acomodaba entre las piernas de Albus, rozando su pecho desnudo sobre el de él el cual aun tenia esa camiseta. Bajo sus labios por la mejilla del menor, mordiéndole el cuello lentamente hasta llegar a su oreja, lamiendo el lóbulo de la misma para finalmente morderlo enteramente, a la par que su cintura se movía suavemente, subiendo y bajando para que el roce sea apretado sobre ambas erecciones, provocando a Potter a tener un encuentro hormonal del cual no podría escapar, ambos estaban metidos hasta el cuello en una telaraña de seducción de la cual se sentía a gusto, de la cual no quería salir y donde haría que el pequeño Potter, sintiera una sensación de placer de la cual no tendría mas remedio que seguir. Hizo que el otro se sacara la camiseta, rozando ahora su pecho contra la pálida pero fina e cálida piel de Albus, ese roce suave era suficiente para crear una hermosa sensación de placer, aunque el otro no era marcado como la mayoría de los jóvenes era delgado y con algunos abdominales marcados que servían para defenderse perfectamente, a diferencia de James donde el cuerpo del otro estaba en su mejor momento, aunque pensar en el cuerpo de James le apagaba el fuego, era su amigo y nunca le miraría con esos ojos de cazador sobre la presa.

Durante años, su misión había sido molestar a Albus, nació para eso, para generarle disgustos así como molestias por las pesadas bromas que le hacia con James, incluso el señor Potter a llegado a frenarle el carro a ambos jóvenes pero eso no servia de mucho. James era como su abuelo James y yo era como un Sirius según Ginny, un molesto aliado de James, pero no por eso desagradable para la familia, era como un hijo mas, siendo una persona que era como de la familia, cosa que rabiaba a Albus y a su querida prima Molino de viento Weasley, esa chica era una lunática, cuando podía defendía a Albus y no como alguien normal, a sartenazos, James apreciaba a Molly pero el azul no, el la detestaba hasta un punto, se llevaban bien cuando les convenía hacerlo. Sin embargo, regresando a lo que estaban haciendo, a medida que los besos regresaban a la boca de Albus donde tímidamente deslizaba la lengua en la boca del otro, las erecciones eran imposibles de que no se despertasen, el roce continuo generaba que su miembro respondiese satisfactoriamente. Nuevamente dejo los labios del otro, mordiéndole la oreja, tenia una manía con ella y quizá era ciego de que estaba tocando una debilidad en Albus.-Rasguñame Albus, hazlo, sin piedad.-le susurro mientras sentía el calor generado por ambos.-