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AÑO 2019 Vivimos en una época donde hay pocos que se hacen llamar: Sangre Limpia. Y esto no es por una extinción de los mismos, sino más bien porque nadie se reprocha que tipo de sangre son. La igualdad ha avanzado ampliamente en cuando a los derechos de los nacidos de Muggles. Hasta ahora no existe ningún movimiento conocido en contra de los hijos de seres no mágicos, por supuesto a excepción de uno que otro vándalo racista como comúnmente han existido por siglos. Sin embargo el que la gente se confié de la paz es un error: ¿Quién sabe cuando moverán la reina roja y harán un Jaqué Mate inesperado? {Leer más}
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Casi a media noche || Balty || +18
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Casi a media noche || Balty || +18
Aquello era un horror, no solo había pasado todo lo tren hacía tan solo un par de días, sino que, para mejorar aún más su estado físico y su humor, esos tres horribles días de luna llena llegarían en solo dos días, y él ya comenzaba a sentir los cambios en su cuerpo. Cuando el accidente se le había dislocado el hombro, quedando, además de dolorido, con el brazo derecho inútil por un buen rato, un medimago se lo recolocó rápido, dolió un huevo pero le prometió que estaría bien pronto y sin cura alguna, fue cierto, no había daño en los huesos y todo estaba bien, su característica especial lo ayudaba a sanar rápido siempre, o eso decía Liahna normalmente... pero aquel día intuía que no estaba pasando aquello como debía, o sea, eran la once de la noche, la gente estaba durmiendo y ya había pasado la hora en la que resultaba adecuado caminar por el castillo, pero él no conseguía dormir, le dolía el brazo, no tenía sentido porque habían pasado días, pero con la cercanía del día de su cambio todo comenzaba a ser más molesto, su cuerpo parecía prepararse de algún modo y, o bien no le habían curado el hueso como debía, o bien esos pequeños cambios le habían vuelto a mover la cosa porque aún no terminaba de soldarse en su lugar. Fuera como fuera, Nils no conseguía dormir.
Salió a la sala común y se encontró con uno de los prefecto, con gesto cansado y aburrido le explicó que había vomitado tres veces y que necesitaba ir a la enfermería, los prefectos de Gryffindor sabían de su estado, estaban advertidos para evitar accidentes, así que simplemente lo dejó ir, a sabiendas de que aquello era normal llegados a esa fecha. Deambuló por un rato por los pasillos, la enfermería no quedaba para nada cerca y por el camino le dio tiempo a pensar en esa nota que había recibido en el comedor un par de noches atrás. No había querido reflexionar demasiado sobre ello, sobre porqué el enfermero no había dado señales de vida desde entonces, donde estaba o porqué... y por supuesto aquello lo tenía desquiciado, se llevaba bien con él, tantos años dejándose cuidar por una persona te creaba algún vínculo.
Llegó a la enfermería, esperando que, por un casual, estuviera allí, dormido sobre la mesa, o tumbado en alguna camilla; aún no había anuncios de su desaparición, igual solo había sido una de sus bromas pesadas. Llamó a la puerta y abrió despacio, la luz estaba entornada y las pocas camillas que tenían la cortina cerradas parecían vacías.
-¿Hola? Perdón por molestar tan tarde; pero creo que no me encuentro demasiado bien - carraspeó un poco, caminó hacía el frente y llamó a la puerta del despacho (o habitación, lo que fuera) que había al fondo, para ver si había alguien, suponía que sí, o la puerta habría estado cerrada.
Salió a la sala común y se encontró con uno de los prefecto, con gesto cansado y aburrido le explicó que había vomitado tres veces y que necesitaba ir a la enfermería, los prefectos de Gryffindor sabían de su estado, estaban advertidos para evitar accidentes, así que simplemente lo dejó ir, a sabiendas de que aquello era normal llegados a esa fecha. Deambuló por un rato por los pasillos, la enfermería no quedaba para nada cerca y por el camino le dio tiempo a pensar en esa nota que había recibido en el comedor un par de noches atrás. No había querido reflexionar demasiado sobre ello, sobre porqué el enfermero no había dado señales de vida desde entonces, donde estaba o porqué... y por supuesto aquello lo tenía desquiciado, se llevaba bien con él, tantos años dejándose cuidar por una persona te creaba algún vínculo.
Llegó a la enfermería, esperando que, por un casual, estuviera allí, dormido sobre la mesa, o tumbado en alguna camilla; aún no había anuncios de su desaparición, igual solo había sido una de sus bromas pesadas. Llamó a la puerta y abrió despacio, la luz estaba entornada y las pocas camillas que tenían la cortina cerradas parecían vacías.
-¿Hola? Perdón por molestar tan tarde; pero creo que no me encuentro demasiado bien - carraspeó un poco, caminó hacía el frente y llamó a la puerta del despacho (o habitación, lo que fuera) que había al fondo, para ver si había alguien, suponía que sí, o la puerta habría estado cerrada.
Nils Collinson- Gryffindor
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Re: Casi a media noche || Balty || +18
Está noche fría, él era prisionero del insomnio. Se dedicaba a escribir en su diario lo ocurrido en los últimos días desde que llego al colegio debido a que no había tenido suficiente tiempo para hacerlo. Explicaba firmemente que había tenido pensamientos errados al pensar que llegar unos tres días antes al colegio para adaptarse no le traería tareas extras. Minerva le había encargado ayudarla con los últimos toques de la bienvenida. Había pasado un día entero acomodando lo que sería su oficina así como también ordenar cada cosa en su nueva habitación.
“Quiero decir, es para que estuviese rendido en cualquier caso. He estado de un lado a otro y no he parado de hacer oficios y trabajar y estoy aquí con un maldito insomnio que no me deja conciliar el sueño. También quizás es que se debe a que no he bebido, ni fumado en días. Me inquieta todo esto de estar en un lugar con normas nuevamente. No tenía idea de esto desde que… era un alumno. Joder… hace tanto.”
Estaba sobre su escritorio, en una posición incómoda cuando escucho algunos pasos irrumpir en el salón de enfermería. A estas horas los alumnos deberían estar durmiendo, Balth no se había ido a su habitación debido a que hoy era su guardia en el lugar. De todos modos quería echarse una siesta en la enfermería y no lo había logrado – ¿Quién será a estas horas? –mascullo entre dientes dejando la libreta a un lado y tornase de pie. Se acomodo el batín blanco que era más bien una pijama y salió en busca de su interruptor. Miraba al piso y alzaba la mirada con lentitud hasta reconocerlo. Entre parpadeos le llegaron flash backs de hacía poco tiempo.
Sobre todo eran aquellos labios sobre los suyos pidiendo a cada segundo más, deseando no tenerse para seguir, rozar su piel contra la de él.
-¿Nils? ¿Eres tú? ¿Estás bien? – inquirió con eterna curiosidad acercándose a él, tomándole la temperatura automáticamente en la frente y el cuello con el dorso de su mano. Le paso la mano delicadamente por encima de los hombros llevándolo a una de las camillas de la enfermería con la finalidad de inspeccionarle con mayor calma. Lo hacía casi robóticamente, tenía sus años siendo sanador y el protocolo que usaba era el mismo una y otra vez. Sin embargo aún seguía atrapado en aquel recuerdo de su pasado en el cual su cuerpo estaba bajo las sabanas de su cama en la habitación de su apartamento. Trato de hacer desaparecer aquel recuerdo por su propio bien. Ahora que analizaba mejor las cosas apenas se daba cuenta que Nils era un joven estudiante y él era un hombre que le llevaba algunos años. Negó con la cabeza, solo había sido una noche, nadie se enteraría y por supuesto no pasaría el rollo de ahí. Aunque claro, verle allí, en un lugar a solas para ellos, ocasionaba un eterno silencio y profunda tensión oculta detrás de cortesía.- ¿Que sientes? - pregunto en busca de un enfoque que evitara hacer alguna locura, y no es que Balth fuese el tipo de chico que siguiera normas y se retuviese hacer lo que deseaba, es que simplemente deseaba enfocarse en su trabajo.
“Quiero decir, es para que estuviese rendido en cualquier caso. He estado de un lado a otro y no he parado de hacer oficios y trabajar y estoy aquí con un maldito insomnio que no me deja conciliar el sueño. También quizás es que se debe a que no he bebido, ni fumado en días. Me inquieta todo esto de estar en un lugar con normas nuevamente. No tenía idea de esto desde que… era un alumno. Joder… hace tanto.”
Estaba sobre su escritorio, en una posición incómoda cuando escucho algunos pasos irrumpir en el salón de enfermería. A estas horas los alumnos deberían estar durmiendo, Balth no se había ido a su habitación debido a que hoy era su guardia en el lugar. De todos modos quería echarse una siesta en la enfermería y no lo había logrado – ¿Quién será a estas horas? –mascullo entre dientes dejando la libreta a un lado y tornase de pie. Se acomodo el batín blanco que era más bien una pijama y salió en busca de su interruptor. Miraba al piso y alzaba la mirada con lentitud hasta reconocerlo. Entre parpadeos le llegaron flash backs de hacía poco tiempo.
Sobre todo eran aquellos labios sobre los suyos pidiendo a cada segundo más, deseando no tenerse para seguir, rozar su piel contra la de él.
-¿Nils? ¿Eres tú? ¿Estás bien? – inquirió con eterna curiosidad acercándose a él, tomándole la temperatura automáticamente en la frente y el cuello con el dorso de su mano. Le paso la mano delicadamente por encima de los hombros llevándolo a una de las camillas de la enfermería con la finalidad de inspeccionarle con mayor calma. Lo hacía casi robóticamente, tenía sus años siendo sanador y el protocolo que usaba era el mismo una y otra vez. Sin embargo aún seguía atrapado en aquel recuerdo de su pasado en el cual su cuerpo estaba bajo las sabanas de su cama en la habitación de su apartamento. Trato de hacer desaparecer aquel recuerdo por su propio bien. Ahora que analizaba mejor las cosas apenas se daba cuenta que Nils era un joven estudiante y él era un hombre que le llevaba algunos años. Negó con la cabeza, solo había sido una noche, nadie se enteraría y por supuesto no pasaría el rollo de ahí. Aunque claro, verle allí, en un lugar a solas para ellos, ocasionaba un eterno silencio y profunda tensión oculta detrás de cortesía.- ¿Que sientes? - pregunto en busca de un enfoque que evitara hacer alguna locura, y no es que Balth fuese el tipo de chico que siguiera normas y se retuviese hacer lo que deseaba, es que simplemente deseaba enfocarse en su trabajo.
Balty E. Peters- Trabajadores del Colegio
- Hechizos : 31
Re: Casi a media noche || Balty || +18
Su intención más real de ir a la enfermería no era que le revisaran el hombro (que también) o recibir una poción para el dolor. No, su intención se veía algo más llevada por caminos egoístas ¿donde estaba el enfermero? Con la chica nueva en prácticas por todas partes no había tenido la ocasión de encontrarse con él y por supuesto pensó que a esas horas solo estaría el chico, que era quien siempre solía estar por ahí. Esperaba que fuera así. En realidad esperaba cualquier cosa menos lo que encontró.
En la semi penumbra de aquella habitación pudo adivinar quien era de un solo vistazo, bueno, más o menos, porque ni tan siquiera conocía su apellido. Pero si su rostro, sus piernas y sus brazos. No había más que verlo. En ese momento la reacción del medimago fue mucho más rápida que la del propio Nils, que solo lo miró con los ojos muy abiertos y entreabrió los labios, para decir algo ¿qué? Pues imposible de adivinar, quizás un “qué haces tu aquí” o un “¿como sales a recibir a los alumnos en batín?” porque esa visión no era solo desconcertante, también bastante excitante para cualquier adolescente hormonal.
Por aquella especie de shock inicial se dejó manejar y llevar hasta una camilla, masculló algo cuando le preguntó si estaba bien y suspiró cuando al fin paró de examinarle superficialmente. Era un alivio. Lo sentía, el tamaño de sus manos, su calor. La forma de usarlas era muy distinto a lo que fue en aquel momento, pero no había olvidado del todo que él había quedado un poco molesto después, cuando esa noche desapareció de la cama sin más, a veces era agradable despertar con alguien al lado. Por suerte ese recuerdo ayudó a que se calmara y dejara de imaginarse a Balth desnudo junto a él.
-Estoy bien, tranquilo... - musitó en voz baja, como si romper el silencio que había en la habitación le resultara incómodo o algo de muy mal gusto. Se removió un poco para quedar de medio lado, con el hombro derecho, el que le dolía, de cara al medimago y no él mismo, porque en ese momento los nervios podían un poco con su típica actitud pasiva - me disloqué el hombro, el otro día, en el tren... y hoy me está volviendo a molestar no me deja dormir - no estaba seguro de si decirle aquello de la luna y su licantropia, seguramente ya lo habrían informado pues el enfermero/medimago a cargo siempre sabía ese tipo de cosas -¿eres enfermero? - preguntó mirándolo de reojo mientras dejaba que terminara de examinar esa parte de su cuerpo - creo que solo necesito una poción para la inflamación... o algo así - de pronto ya no quería que le examinaran a fondo, se había puesto nervioso y, como no, le costaba mantenerlo en su campo de visión, con esas pintas y la luz suave no podía apartar de su cabeza lo que había pasado con él meses atrás.
En la semi penumbra de aquella habitación pudo adivinar quien era de un solo vistazo, bueno, más o menos, porque ni tan siquiera conocía su apellido. Pero si su rostro, sus piernas y sus brazos. No había más que verlo. En ese momento la reacción del medimago fue mucho más rápida que la del propio Nils, que solo lo miró con los ojos muy abiertos y entreabrió los labios, para decir algo ¿qué? Pues imposible de adivinar, quizás un “qué haces tu aquí” o un “¿como sales a recibir a los alumnos en batín?” porque esa visión no era solo desconcertante, también bastante excitante para cualquier adolescente hormonal.
Por aquella especie de shock inicial se dejó manejar y llevar hasta una camilla, masculló algo cuando le preguntó si estaba bien y suspiró cuando al fin paró de examinarle superficialmente. Era un alivio. Lo sentía, el tamaño de sus manos, su calor. La forma de usarlas era muy distinto a lo que fue en aquel momento, pero no había olvidado del todo que él había quedado un poco molesto después, cuando esa noche desapareció de la cama sin más, a veces era agradable despertar con alguien al lado. Por suerte ese recuerdo ayudó a que se calmara y dejara de imaginarse a Balth desnudo junto a él.
-Estoy bien, tranquilo... - musitó en voz baja, como si romper el silencio que había en la habitación le resultara incómodo o algo de muy mal gusto. Se removió un poco para quedar de medio lado, con el hombro derecho, el que le dolía, de cara al medimago y no él mismo, porque en ese momento los nervios podían un poco con su típica actitud pasiva - me disloqué el hombro, el otro día, en el tren... y hoy me está volviendo a molestar no me deja dormir - no estaba seguro de si decirle aquello de la luna y su licantropia, seguramente ya lo habrían informado pues el enfermero/medimago a cargo siempre sabía ese tipo de cosas -¿eres enfermero? - preguntó mirándolo de reojo mientras dejaba que terminara de examinar esa parte de su cuerpo - creo que solo necesito una poción para la inflamación... o algo así - de pronto ya no quería que le examinaran a fondo, se había puesto nervioso y, como no, le costaba mantenerlo en su campo de visión, con esas pintas y la luz suave no podía apartar de su cabeza lo que había pasado con él meses atrás.
Nils Collinson- Gryffindor
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Re: Casi a media noche || Balty || +18
Seguía en lo suyo mientras recordaba con sutileza aquella noche en su departamento, aquella noche en la cual había hecho al joven estudiante suyo. Toda su carne había pertenecido a él a pesar de que la noche anterior solo fue capaz de haberle robado un simple beso. Recordaba también como el hecho de que se le resistiera en primera instancia había avivado más la llama del medimago para con él y como le había vuelto singularmente interesante para convertirlo en su objetivo. Lo había logrado.
El rostro del gryffindor no disimulaba su sorpresa. Habia que admitir que Balthasar también lo estaba, aunque claro en primera instancia estaba mecánicamente actuando a corde a su trabajo. Balth no era el tipo de chico que se preocupaba por la edad de quienes terminaban presa de sus sabanas, si les gustaba con eso le bastaba. Nils era el puro ejemplo a pesar de haberle calculado quizás un par de años más. No le molestaba haber calculado mal. Le escucho atento mientras revisaba su hombro a través de sus delicadas manos.
– Soy el medimago a cargo creo – giro para ver a su alrredor. La enfermeria se encontraba vacia, solo estaban ellos dos. -¿Verdad chicos? – comento bromista ensanchando su sonrisa. Al terminar de inspeccionarle llevo su mano hasta la mejilla del más joven- Estás tenso y eso no ayuda a la recuperación de tu hombro. – se amarro el batín que se se le había soltado exhibiendo sus bóxers color nieve que era lo único que le protegía de estar desnudo, no tenia pudor y menos con Nils. El ya había sido conocedor de lo que había detrás de aquella delgada tela. Además la idea de tentarlo le gustaba.
-Date la vuelta y te hago un masaje. Pero antes bebete esto – se giro y busco en el estante una poción para el dolor y se la ofreció, con una sonrisa de medio lado llena destellos de picardía. – Vamos, anda, bébelo y te relajaras. – cuando estuvo preparado el menor. Las grandes manos del encargado de la enfermería entraron en contacto con el hombro de Nils con precisión ; dolor y placer. Era normal que se mezclaran a la hora de un masaje de aquel tipo. Balth siempre había tenido manos de angel según su hermana y los que le conocían, asi que se inculco en el arte de saber manejarlas en su trabajo. – Si te quitas la camisa es decisión tuya- puso los ojos en blanco, lo decía por pura formalidad –no quiero ser un provocador de alumnos – comento alzando una ceja mirando fijamente a Nils con la intención de que entendiera la frase. Dos personas, un pasado y un deseo.
El rostro del gryffindor no disimulaba su sorpresa. Habia que admitir que Balthasar también lo estaba, aunque claro en primera instancia estaba mecánicamente actuando a corde a su trabajo. Balth no era el tipo de chico que se preocupaba por la edad de quienes terminaban presa de sus sabanas, si les gustaba con eso le bastaba. Nils era el puro ejemplo a pesar de haberle calculado quizás un par de años más. No le molestaba haber calculado mal. Le escucho atento mientras revisaba su hombro a través de sus delicadas manos.
– Soy el medimago a cargo creo – giro para ver a su alrredor. La enfermeria se encontraba vacia, solo estaban ellos dos. -¿Verdad chicos? – comento bromista ensanchando su sonrisa. Al terminar de inspeccionarle llevo su mano hasta la mejilla del más joven- Estás tenso y eso no ayuda a la recuperación de tu hombro. – se amarro el batín que se se le había soltado exhibiendo sus bóxers color nieve que era lo único que le protegía de estar desnudo, no tenia pudor y menos con Nils. El ya había sido conocedor de lo que había detrás de aquella delgada tela. Además la idea de tentarlo le gustaba.
-Date la vuelta y te hago un masaje. Pero antes bebete esto – se giro y busco en el estante una poción para el dolor y se la ofreció, con una sonrisa de medio lado llena destellos de picardía. – Vamos, anda, bébelo y te relajaras. – cuando estuvo preparado el menor. Las grandes manos del encargado de la enfermería entraron en contacto con el hombro de Nils con precisión ; dolor y placer. Era normal que se mezclaran a la hora de un masaje de aquel tipo. Balth siempre había tenido manos de angel según su hermana y los que le conocían, asi que se inculco en el arte de saber manejarlas en su trabajo. – Si te quitas la camisa es decisión tuya- puso los ojos en blanco, lo decía por pura formalidad –no quiero ser un provocador de alumnos – comento alzando una ceja mirando fijamente a Nils con la intención de que entendiera la frase. Dos personas, un pasado y un deseo.
Balty E. Peters- Trabajadores del Colegio
- Hechizos : 31
Re: Casi a media noche || Balty || +18
Aquel toque de humor negro que tuvo al hablar con la nada le resultó divertido, le ayudó un poco a relajarse, solo un poco, porque con alguien a quien pensaba que no vería más a cargo de su salud, pues como que la tranquilidad total era algo difícil de pensar.
-Trataré de relajarme, lo juro - susurró tras aquel consejo raro que él le había regalado, pero claro, Nils, orgulloso y sin ganas de admitir que estaba tenso desvió la mirada de su rostro y fue a encontrarse con su abdomen desnudo, lo vio por poco tiempo pues el medimago ágilmente se había vuelto a cubrir, pero él ya lo vio y de nuevo una imagen se le vino a los ojos, rápida, una única toalla cubriéndole, de pronto, nada. Una mirada rápida y esa sonrisa seductora que el mayor tenía. Notó como la sangre migraba en su cuerpo y trató de contenerse, pensando en cualquier otra cosa. En el horror del tren, en un sapo rojo... lo que fuera, por Merlín. Por supuesto relajarse fue lo último que hizo, aunque agradeció no tener que estar mirándole, por lo que se dio la vuelta y le dejó hacer.
-¿Qué es? - preguntó al recibir el bote de la poción, la abrió y olisqueó, pero ni tan siquiera esperó a recibir la respuesta antes de beberla de un solo trago, cualquier cosa que le relajara sería bienvenida. La terminó y suspiró, dejando a un lado el frasco, cerró los ojos y dejó al otro hacer, evitando por todos los medios posibles emitir algún tipo de sonido que demostrara lo que realmente estaba pasando por su cuerpo. Al oír lo de la camisa se desabotonó los más altos, dejando que todo el hombro quedara a descubierto, pero sin quitársela - eres medimago, aunque no lo esperaba no voy a impedirte hacer tu trabajo como debes - habló tratando de sonar lo más estoico posible, su respiración no era muy calmada pero al parecer la poción había hecho algo de efecto en él y estaba bastante más tranquilo.
-Duele un poco ¿es normal? - preguntó sin demorarse, antes de que él insistiera en ello. Tragó saliva, pensando en lo fácil que sería malinterpretar la situación en la que estaban y él, por supuesto, no podía sacarse de la cabeza la tortura que sería tener que ir ahí a verlo siempre, Ezra estaba bueno, demasiado - cuando te conocí eras Ezra, un hombre atractivo sin apellido ni trabajo y ahora eres... ¿mi medimago oficial o solo estás esperando a que se reincorpore el enfermero que siempre estaba a cargo?
Trataba de ocupar su mente con algo e investigar un poco sobre si él sabía cualquier cosa de lo sucedido o no era, desde luego, la única manera que se le ocurría, sus manos calientes lo estaban desquiciando y aunque aquello era de todo menos sexual él no podía verlo de otro modo cuando estaba, literalmente, obteniendo placer de un tipo que ya había estado extremadamente cerca de él.
-Trataré de relajarme, lo juro - susurró tras aquel consejo raro que él le había regalado, pero claro, Nils, orgulloso y sin ganas de admitir que estaba tenso desvió la mirada de su rostro y fue a encontrarse con su abdomen desnudo, lo vio por poco tiempo pues el medimago ágilmente se había vuelto a cubrir, pero él ya lo vio y de nuevo una imagen se le vino a los ojos, rápida, una única toalla cubriéndole, de pronto, nada. Una mirada rápida y esa sonrisa seductora que el mayor tenía. Notó como la sangre migraba en su cuerpo y trató de contenerse, pensando en cualquier otra cosa. En el horror del tren, en un sapo rojo... lo que fuera, por Merlín. Por supuesto relajarse fue lo último que hizo, aunque agradeció no tener que estar mirándole, por lo que se dio la vuelta y le dejó hacer.
-¿Qué es? - preguntó al recibir el bote de la poción, la abrió y olisqueó, pero ni tan siquiera esperó a recibir la respuesta antes de beberla de un solo trago, cualquier cosa que le relajara sería bienvenida. La terminó y suspiró, dejando a un lado el frasco, cerró los ojos y dejó al otro hacer, evitando por todos los medios posibles emitir algún tipo de sonido que demostrara lo que realmente estaba pasando por su cuerpo. Al oír lo de la camisa se desabotonó los más altos, dejando que todo el hombro quedara a descubierto, pero sin quitársela - eres medimago, aunque no lo esperaba no voy a impedirte hacer tu trabajo como debes - habló tratando de sonar lo más estoico posible, su respiración no era muy calmada pero al parecer la poción había hecho algo de efecto en él y estaba bastante más tranquilo.
-Duele un poco ¿es normal? - preguntó sin demorarse, antes de que él insistiera en ello. Tragó saliva, pensando en lo fácil que sería malinterpretar la situación en la que estaban y él, por supuesto, no podía sacarse de la cabeza la tortura que sería tener que ir ahí a verlo siempre, Ezra estaba bueno, demasiado - cuando te conocí eras Ezra, un hombre atractivo sin apellido ni trabajo y ahora eres... ¿mi medimago oficial o solo estás esperando a que se reincorpore el enfermero que siempre estaba a cargo?
Trataba de ocupar su mente con algo e investigar un poco sobre si él sabía cualquier cosa de lo sucedido o no era, desde luego, la única manera que se le ocurría, sus manos calientes lo estaban desquiciando y aunque aquello era de todo menos sexual él no podía verlo de otro modo cuando estaba, literalmente, obteniendo placer de un tipo que ya había estado extremadamente cerca de él.
Nils Collinson- Gryffindor
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Re: Casi a media noche || Balty || +18
El pelirrojo tenía algo que le fascinaba desde el momento en el cual derramo su bebida en su ropa. Y si, todo comenzó con un derrame de bebidas. Y lo primero que había pensado era en lo torpe que era así como también en lo joven y rebosante de energía que estaba. Era bastante difícil de olvidar.
Sonrió cuando respondió a su consejo con una afirmativa, además el joven gryffindor le había regalado una sonrisa ante su humor negro. Le era agradable pasar el tiempo con el. –Es una poción relajante, ayudara a bajar la tensión de los musculos – apretó suavemente en la región del hombro, la mas tensa de toda su espalda y le sonrió – Necesito que estén relajados para tratarte mejor. Me gustan los músculos tensos y duros, pero en otra situación.- agrego con picardía sin la necesidad de ver más allá del hombro. Balth sabía cómo seducir sin parecer excesivamente interesado. Le miró cuando se desabotono la camisa. ¡Como conocía el esa piel! ¡cada centímetro recorrido por sus labios de almohadilla! Se vio forzado a mirarlo a los ojos. –Vamos, tumbate boca abajo – sugirió sereno – Duele un poco, si.! Pero va a dejar de doler en un momento, a veces el dolor se convierte en placer – bromeo aunque estaba serio – esa es mi especialidad -entonces escucho sus preguntas y se llevo la mano a la nuca con despreocupación.
-Hey! Sigo siendo un atractivo hombre, con apellido y carrera. – bromeo mientras comenzaba a acariciar la zona ya no tan tensa para masajear los músculos que rodeaban el hombro. El solo le había revelado las primeras cuatro letras de su segundo nombre. La segunda pregunta le tomo por sorpresa – Bueno, hasta ahora soy el medimago oficial. Si el enfermero se incorpora lo seguiré siendo a menos que quieras que el te trate. Hogwarts tiene profesionales muy eficaces –consiguió decir tras hacerle encajar el hueso en su lugar – Oh, parece que habías hecho algún movimiento brusco los últimos días. –inquirió sin dejar su masaje dado especialmente con la palma de su mano, con la fuerza suficiente para disminuir la tensión sobrante. Se mordió el labio recordando que aquí mostraba su primer nombre y su apellido. – Cuando te conocí, eras Nilsón, un estudiante universitario muy atractivo - con sus hábiles manos seguía tratando la zona solo un rato más. El estaba de pie mientras Nils estaba acostado. Entonces paro por un momento su trabajo y le extendió la mano – Mi nombre es Balthasar Peters – se presento de forma oficial - Pero me encantaría seguir siendo Ezra-el para ti – insto con aquella sonrisa encantadora.
Sonrió cuando respondió a su consejo con una afirmativa, además el joven gryffindor le había regalado una sonrisa ante su humor negro. Le era agradable pasar el tiempo con el. –Es una poción relajante, ayudara a bajar la tensión de los musculos – apretó suavemente en la región del hombro, la mas tensa de toda su espalda y le sonrió – Necesito que estén relajados para tratarte mejor. Me gustan los músculos tensos y duros, pero en otra situación.- agrego con picardía sin la necesidad de ver más allá del hombro. Balth sabía cómo seducir sin parecer excesivamente interesado. Le miró cuando se desabotono la camisa. ¡Como conocía el esa piel! ¡cada centímetro recorrido por sus labios de almohadilla! Se vio forzado a mirarlo a los ojos. –Vamos, tumbate boca abajo – sugirió sereno – Duele un poco, si.! Pero va a dejar de doler en un momento, a veces el dolor se convierte en placer – bromeo aunque estaba serio – esa es mi especialidad -entonces escucho sus preguntas y se llevo la mano a la nuca con despreocupación.
-Hey! Sigo siendo un atractivo hombre, con apellido y carrera. – bromeo mientras comenzaba a acariciar la zona ya no tan tensa para masajear los músculos que rodeaban el hombro. El solo le había revelado las primeras cuatro letras de su segundo nombre. La segunda pregunta le tomo por sorpresa – Bueno, hasta ahora soy el medimago oficial. Si el enfermero se incorpora lo seguiré siendo a menos que quieras que el te trate. Hogwarts tiene profesionales muy eficaces –consiguió decir tras hacerle encajar el hueso en su lugar – Oh, parece que habías hecho algún movimiento brusco los últimos días. –inquirió sin dejar su masaje dado especialmente con la palma de su mano, con la fuerza suficiente para disminuir la tensión sobrante. Se mordió el labio recordando que aquí mostraba su primer nombre y su apellido. – Cuando te conocí, eras Nilsón, un estudiante universitario muy atractivo - con sus hábiles manos seguía tratando la zona solo un rato más. El estaba de pie mientras Nils estaba acostado. Entonces paro por un momento su trabajo y le extendió la mano – Mi nombre es Balthasar Peters – se presento de forma oficial - Pero me encantaría seguir siendo Ezra-el para ti – insto con aquella sonrisa encantadora.
Balty E. Peters- Trabajadores del Colegio
- Hechizos : 31
Re: Casi a media noche || Balty || +18
Por el tema de la poción se despreocupó al momento, aquel chico ahí era un trabajador, alguien serio, no tenía que desconfiar de él ni de las cosas que le ofreciera, por eso lo había bebido incluso antes de oír su explicación, aunque una vez la supo agradeció la cosa, un relajante muscular, si, por Merlín, porque con él al lado ya podía hacer el mayor esfuerzo del mundo que no se iba a relajar tan fácilmente.
-Supongo que ahí te daré la razón - dijo medio sonriendo, porque le había resultado gracioso aquello de los músculos tensos y demás, era divertido, eso lo podía recordar. No dudó tampoco en tumbarse boca abajo sacándose gran parte de la camisa para que él pudiera trabajar en paz y suspiró sin pensarlo con sus palabras -que gracioso eres, espero que de verdad sea tu especialidad porque no tengo ganas de lidiar con un hombro dislocado el día que salga la luna, bastante aguanto ya.
Dijo aquello porque en otros ámbitos ya había comprobado que sí que era un experto en llevar al placer cualquier situación. Malditos recuerdos inoportunos, el olor de sus sábanas, él bocabajo, su mano acariciando su espalda entera. Era imposible no acordarse cuando estaba en una situación tan parecida. Entrecerró los ojos y continuó con el resto de la charla, para llenar el silencio y evitar pensar más de la cuenta.
-Jacob sabe mejor que nadie de mis tratamientos, pero supongo que podrías atenderme siempre que te mantengas un poco abierto de mente, mi madre es pocionista y ella me provee - dijo medio molesto, porque Ezra no había dicho nada que aclarara lo que él quería saber - en unos días verás de que te hablo - cambió el tema, para dejar de pensar en su amigo, él quería hacer algo pero ¿el qué? No tenía nada por donde empezar más que una nota que apenas recordaba porque se había autodestruido - me gusta ser universitario, es mucho más fácil para acercarme a tipos... como tu - sonrió de cara a la camilla, si decía que era menor de edad la mitad de los hombres interesantes se acababan marchando, no quería posibles problemas con ese tema - yo seguiré llamándote Ezra, si no te importa, me gustó. Y aquí todo el mundo me llama Nils, estoy en sexto, tampoco pienses que soy un bebé. Seré mayor de edad en cuestión de meses.
Cuando le había vuelto a recolocar el hombro guardó un momento de silencio entre toda la charla y emitió una queja pequeña, pero ese gesto de dolor punzante significó que todo dejó de molestarle en un segundo. Tras todo aquello se medio incorporó para aceptar su mano y con ello la presentación.
-Lo siento, es raro - dijo tras soltar su mano, desvió la mirada y se sentó en la camilla de nuevo, comenzando a abotonarse la camisa - pensé que no te vería más y estás aquí. En Hogwarts no hago cosas como... aquellas - volvió a mirarle a los ojos pero paró de cerrar la prenda a la mitad, pensando que quizás él no había terminado aún cuando ya apenas notaba nada, podría ser cosa de la pócima - perdón ¿terminaste? Ya estoy mucho mejor.
Se había puesto algo serio, el shock del inicio, sumado a sus insinuaciones y el masaje le habían trastocado, sentía como cada pequeña evocación al pasado lo hacía sentirse un poco más atraído hacía él y realmente no estaba en ese momento, estaban en la escuela, en la enfermería, por amor a todos los dioses, aquello no podía ser y seguro que el medimago sabía eso mejor que él mismo.
Se lo quedó mirando ligeramente ceñudo, pero no tardó en suspirar y relajar el gesto, costumbre, solo le faltaba eso, costumbre y paciencia.
-Supongo que ahí te daré la razón - dijo medio sonriendo, porque le había resultado gracioso aquello de los músculos tensos y demás, era divertido, eso lo podía recordar. No dudó tampoco en tumbarse boca abajo sacándose gran parte de la camisa para que él pudiera trabajar en paz y suspiró sin pensarlo con sus palabras -que gracioso eres, espero que de verdad sea tu especialidad porque no tengo ganas de lidiar con un hombro dislocado el día que salga la luna, bastante aguanto ya.
Dijo aquello porque en otros ámbitos ya había comprobado que sí que era un experto en llevar al placer cualquier situación. Malditos recuerdos inoportunos, el olor de sus sábanas, él bocabajo, su mano acariciando su espalda entera. Era imposible no acordarse cuando estaba en una situación tan parecida. Entrecerró los ojos y continuó con el resto de la charla, para llenar el silencio y evitar pensar más de la cuenta.
-Jacob sabe mejor que nadie de mis tratamientos, pero supongo que podrías atenderme siempre que te mantengas un poco abierto de mente, mi madre es pocionista y ella me provee - dijo medio molesto, porque Ezra no había dicho nada que aclarara lo que él quería saber - en unos días verás de que te hablo - cambió el tema, para dejar de pensar en su amigo, él quería hacer algo pero ¿el qué? No tenía nada por donde empezar más que una nota que apenas recordaba porque se había autodestruido - me gusta ser universitario, es mucho más fácil para acercarme a tipos... como tu - sonrió de cara a la camilla, si decía que era menor de edad la mitad de los hombres interesantes se acababan marchando, no quería posibles problemas con ese tema - yo seguiré llamándote Ezra, si no te importa, me gustó. Y aquí todo el mundo me llama Nils, estoy en sexto, tampoco pienses que soy un bebé. Seré mayor de edad en cuestión de meses.
Cuando le había vuelto a recolocar el hombro guardó un momento de silencio entre toda la charla y emitió una queja pequeña, pero ese gesto de dolor punzante significó que todo dejó de molestarle en un segundo. Tras todo aquello se medio incorporó para aceptar su mano y con ello la presentación.
-Lo siento, es raro - dijo tras soltar su mano, desvió la mirada y se sentó en la camilla de nuevo, comenzando a abotonarse la camisa - pensé que no te vería más y estás aquí. En Hogwarts no hago cosas como... aquellas - volvió a mirarle a los ojos pero paró de cerrar la prenda a la mitad, pensando que quizás él no había terminado aún cuando ya apenas notaba nada, podría ser cosa de la pócima - perdón ¿terminaste? Ya estoy mucho mejor.
Se había puesto algo serio, el shock del inicio, sumado a sus insinuaciones y el masaje le habían trastocado, sentía como cada pequeña evocación al pasado lo hacía sentirse un poco más atraído hacía él y realmente no estaba en ese momento, estaban en la escuela, en la enfermería, por amor a todos los dioses, aquello no podía ser y seguro que el medimago sabía eso mejor que él mismo.
Se lo quedó mirando ligeramente ceñudo, pero no tardó en suspirar y relajar el gesto, costumbre, solo le faltaba eso, costumbre y paciencia.
Nils Collinson- Gryffindor
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Re: Casi a media noche || Balty || +18
Parecia que sus manos habían hecho n buen efecto en el hombro adolorido de su actual paciente el cual por su voluntad se levanto y se arreglo un poco la camiseta. Aún podía ver su pecho desnudo y eso le tentaba endemoniadamente porque su deseo lleno de lujuria no era fácil de apagar, no volvia a estar con la misma persona una segunda vez. Pero Nils estaba allí en frente tan provocador aunque el no se diera cuenta, porque eran esa mirada que le instaba a Balthasar, que lo abrazara pero entonces era su piel la que le instaba a acariciarle y desde luego sus labios a besarle. Pero no iba a terminar ahí, porque el bien sabía cual era el fin de ese comienzo y ahora Nils era uno de sus pacientes posiblemente corrientes a los cuales veria el dia a dia caminar por los pasillos, con suerte le djaria de ver unos días y pensar en eso era egoísta. Entonces miro al frente y se pregunto en que había estado pensando. El era Balthasar Peters, el chico Slytherin desinteresado por el resto y practicante oficial de no seguir las normas.
-Ezra… -fruncio los labios mostrando una falsa desaprobación antes de sonreir realmente complacido. –Me parece bien, no muchos me llaman asi – le palmeo el hombro que estaba libre de lesión. –Broma. Solo tú me llamas así hasta ahora. Y he terminado si asi lo deseas. – comento con gracia.
En esa instancia de tiempo, deslizaba su mano hasta su cuello y le atraía forzosamente contra el para encontrarse con sus labios. No era un simple beso, era uno que iba más allá de algo de novatos. Uno donde su lengua se adentro en busca de la de él para enredarla y dominarla por completo. Sus manos reabrieron la camisa de Nils. Queria en su fuero interno ser una persona que siguiera las normas. Pero la realidad era otra. No las seguía y eso le encantaba. Sus dedos jugaron hasta llegar a su trasero y acariciarlo con dedicación y luego se separo. Nils podía reaccionar de dos formas: querer golpearlo o seguirle el juego. – Lo siento, soy no soy el medimago guay que se dedica solo a lo suyo. –lo pensó mejor – al menos no ahora mismo. Cuando uno de mis mejores polvos vuelve a mi en forma de paciente guapo e inocente por ayuda para su hombro – alzo una ceja y espero realmenteno terminar en discusión porque Balthasar podía ser un gran medimago, un buen polvo y todo el resto, pero jamás un hombre para irse en busca de peleas. Podía ser insensible y despiadado cuando se lo proponía. – Aún así tienes dos opciones. : Uno. Te vas. Dos. Te Quedas… -hizo una pausa.- Tres. Pasas un buen rato con tu amigo el medimago buenorro. – espeto una tercera opción que no se había planteado antes.
-Ezra… -fruncio los labios mostrando una falsa desaprobación antes de sonreir realmente complacido. –Me parece bien, no muchos me llaman asi – le palmeo el hombro que estaba libre de lesión. –Broma. Solo tú me llamas así hasta ahora. Y he terminado si asi lo deseas. – comento con gracia.
En esa instancia de tiempo, deslizaba su mano hasta su cuello y le atraía forzosamente contra el para encontrarse con sus labios. No era un simple beso, era uno que iba más allá de algo de novatos. Uno donde su lengua se adentro en busca de la de él para enredarla y dominarla por completo. Sus manos reabrieron la camisa de Nils. Queria en su fuero interno ser una persona que siguiera las normas. Pero la realidad era otra. No las seguía y eso le encantaba. Sus dedos jugaron hasta llegar a su trasero y acariciarlo con dedicación y luego se separo. Nils podía reaccionar de dos formas: querer golpearlo o seguirle el juego. – Lo siento, soy no soy el medimago guay que se dedica solo a lo suyo. –lo pensó mejor – al menos no ahora mismo. Cuando uno de mis mejores polvos vuelve a mi en forma de paciente guapo e inocente por ayuda para su hombro – alzo una ceja y espero realmenteno terminar en discusión porque Balthasar podía ser un gran medimago, un buen polvo y todo el resto, pero jamás un hombre para irse en busca de peleas. Podía ser insensible y despiadado cuando se lo proponía. – Aún así tienes dos opciones. : Uno. Te vas. Dos. Te Quedas… -hizo una pausa.- Tres. Pasas un buen rato con tu amigo el medimago buenorro. – espeto una tercera opción que no se había planteado antes.
Balty E. Peters- Trabajadores del Colegio
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Re: Casi a media noche || Balty || +18
Su rostro serio se suavizó un poco cuando él le dijo que solo él solía llamarlo así, no había pensado en la posibilidad de que aquel medimago compartiera con él aquello de no repetir cuando ligaba por “casualidad”. El amor como tal era una ilusión, la mejor forma de amar y la más pura era la que se encontraba entre las sábanas de un extraño que te abría su casa y su cuerpo por unas horas, alguien que pasaba de ser un completo desconocido a un alma complementaria. Entrecerró los ojos experimentando de nuevo ese cúmulo de sensaciones, el calor interno, el éxtasis final. Solo recordarlo le hacía endurecerse ligeramente, no era raro teniéndolo ahí tan cerca otra vez, quizás si que debiera repetir más a menudo, tal vez tendría que tratar de volver a experimentarlo con él.
Por supuesto todos esos pensamiento duraron unos segundos, pasaron de manera fugaz por su cortex cerebral, nublando sus sentidos y haciendo que, de manera completamente inconsciente respondiera al beso apasionado que acababa de recibir de los labios de Balty. Se dejó enredar y su cuerpo entero pasó a estar en sus manos en menos de diez segundos, fue suyo todo el tiempo que duró el beso y aún después suspiró, notando la distancia como el mayor error de la noche, peor que haber dejado, en un primer momento, que alguien a quien había conocido de esa forma, lo tocara de nuevo.
-No tienes que disculparte por nada - dijo en voz baja, mirándolo a los ojos, tratando de no ver nada más para no ser demasiado evidente - es un halago oír eso, no voy a irme, ahora tengo otro tipo de dolencia, y no es tan fácil de solucionar - dicho aquello sonrió con la boca entreabierta e hizo que sus dientes superiores acariciaran de forma suave su labio inferior, buscando tentarle un poco, hacerle imaginar, o más bien evocar, una imagen un poco más obscena de lo que habría hecho con cualquier otra persona que formara parte del cuerpo docente - aunque podría entrar cualquiera - lanzó una mirada a la puerta, preocupado por lo que pasaría si alguien hubiera visto ese beso, pero ávido de más... y por supuesto su parte más animal era la que dominaba en él, imperando el deseo a la lógica, fue él esta vez quien se lanzó a por sus labios, sin motivo aparente, sin una preparación previa. Solo buscó sus labios y se abrió paso a través de ellos. Plantando, como no, sus manos sobre el pecho del medimago, entreabriéndole un poco el batín, ya lo había visto, ahora quería tocarlo, sus pectorales, sus abdominales. Todo él, por Merlín, como podían contratar a un hombre así para estar rodeado de adolescentes...
Por supuesto todos esos pensamiento duraron unos segundos, pasaron de manera fugaz por su cortex cerebral, nublando sus sentidos y haciendo que, de manera completamente inconsciente respondiera al beso apasionado que acababa de recibir de los labios de Balty. Se dejó enredar y su cuerpo entero pasó a estar en sus manos en menos de diez segundos, fue suyo todo el tiempo que duró el beso y aún después suspiró, notando la distancia como el mayor error de la noche, peor que haber dejado, en un primer momento, que alguien a quien había conocido de esa forma, lo tocara de nuevo.
-No tienes que disculparte por nada - dijo en voz baja, mirándolo a los ojos, tratando de no ver nada más para no ser demasiado evidente - es un halago oír eso, no voy a irme, ahora tengo otro tipo de dolencia, y no es tan fácil de solucionar - dicho aquello sonrió con la boca entreabierta e hizo que sus dientes superiores acariciaran de forma suave su labio inferior, buscando tentarle un poco, hacerle imaginar, o más bien evocar, una imagen un poco más obscena de lo que habría hecho con cualquier otra persona que formara parte del cuerpo docente - aunque podría entrar cualquiera - lanzó una mirada a la puerta, preocupado por lo que pasaría si alguien hubiera visto ese beso, pero ávido de más... y por supuesto su parte más animal era la que dominaba en él, imperando el deseo a la lógica, fue él esta vez quien se lanzó a por sus labios, sin motivo aparente, sin una preparación previa. Solo buscó sus labios y se abrió paso a través de ellos. Plantando, como no, sus manos sobre el pecho del medimago, entreabriéndole un poco el batín, ya lo había visto, ahora quería tocarlo, sus pectorales, sus abdominales. Todo él, por Merlín, como podían contratar a un hombre así para estar rodeado de adolescentes...
Nils Collinson- Gryffindor
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Re: Casi a media noche || Balty || +18
Esto era peligroso y él lo sabía, había comenzado como un juego hacia ya un par de meses y ahora era excitante y repetidamente peligroso. Le devolvió el gesto mordiéndose el labio inferior el mismo sin dejar de prestarle atención. Nils había terminado de provocarlo después de todo .Había terminado de proyectar la verdadera cara de Balthasar. Aquella que se preocupaba solamente por complacerse a él de forma egoísta; aunque claro, si Nils estaba con él, le encantaría complacerlo hasta escucharlo gritar de tanto placer.
Miró a la puerta y negó con la cabeza. - ¿Quién podría vernos? Además…- comento acercándose a su oído en busca de más reacciones del menor - ¿Quién dijo que seguiremos aquí? – agrego mordiéndole el lóbulo al menor. Soltó un gemido suave contra él, al sentir sus manos acariciar su desnudo y trabajado pecho e inmediatamente le tomo de la mano, arrastrándole a la oficina/cuarto del medimago de guardia. Cerró la puerta luego de comprobar que nadie les había visto. Y empotro a Nils contra la pared con la fuerza moderada para que no se lastimara y le besó el cuello lleno de lujuria mientras echaba las manos atrás y el batín se deslizaba hasta caer al frio suelo del lugar. El pudor era una palabra que no existía para Balthasar. Estar allí en ropa interior era una manera más de instar a Nils a que sacara aquella faceta suya que le había encantado. Se separo solo para apreciarle y alzó los brazos medianamente en su dirección invitándole con las manos a que viniera hasta él. –Entonces,¿ te desnudas y luego vienes. O voy y luego te desnudo. O voy y te desnudas lentamente ?– proporciono opciones mientras dejaba las formalidades a un lado y sus agiles dedos se encontraban con la goma elástica de su bóxer despojándose del mismo para regalarle la vista a Nils, aunque era un paisaje ya contemplado por el gryffindor resolvió que incitaría aún más al chico y le encanto la idea.
Estaba como había llegado al mundo y no había vuelta atrás, o al menos eso era lo que pensaba y deseaba porque el menor le tenía completamente hecho una roca ; duro.
Eso era un pecado, estaba rompiendo reglas. Una carcajada sonora en el fuero interno de Balth era lo que se escuchaba ¿el respetando las normas cuando amaba romperlas? Quizás en su otra vida. Decidió ir hasta el chico y volver a reclamar sus labios abrazandole contra su cuerpo desnudo solamente para que le sintiera como quería sentirlo a él. –Creo que no te deje decidir – susurro contra sus labios mordisqueándolos suavemente, con su vista en los ojos del chico que le había robado la cordura esa noche.
Miró a la puerta y negó con la cabeza. - ¿Quién podría vernos? Además…- comento acercándose a su oído en busca de más reacciones del menor - ¿Quién dijo que seguiremos aquí? – agrego mordiéndole el lóbulo al menor. Soltó un gemido suave contra él, al sentir sus manos acariciar su desnudo y trabajado pecho e inmediatamente le tomo de la mano, arrastrándole a la oficina/cuarto del medimago de guardia. Cerró la puerta luego de comprobar que nadie les había visto. Y empotro a Nils contra la pared con la fuerza moderada para que no se lastimara y le besó el cuello lleno de lujuria mientras echaba las manos atrás y el batín se deslizaba hasta caer al frio suelo del lugar. El pudor era una palabra que no existía para Balthasar. Estar allí en ropa interior era una manera más de instar a Nils a que sacara aquella faceta suya que le había encantado. Se separo solo para apreciarle y alzó los brazos medianamente en su dirección invitándole con las manos a que viniera hasta él. –Entonces,¿ te desnudas y luego vienes. O voy y luego te desnudo. O voy y te desnudas lentamente ?– proporciono opciones mientras dejaba las formalidades a un lado y sus agiles dedos se encontraban con la goma elástica de su bóxer despojándose del mismo para regalarle la vista a Nils, aunque era un paisaje ya contemplado por el gryffindor resolvió que incitaría aún más al chico y le encanto la idea.
Estaba como había llegado al mundo y no había vuelta atrás, o al menos eso era lo que pensaba y deseaba porque el menor le tenía completamente hecho una roca ; duro.
Eso era un pecado, estaba rompiendo reglas. Una carcajada sonora en el fuero interno de Balth era lo que se escuchaba ¿el respetando las normas cuando amaba romperlas? Quizás en su otra vida. Decidió ir hasta el chico y volver a reclamar sus labios abrazandole contra su cuerpo desnudo solamente para que le sintiera como quería sentirlo a él. –Creo que no te deje decidir – susurro contra sus labios mordisqueándolos suavemente, con su vista en los ojos del chico que le había robado la cordura esa noche.
Balty E. Peters- Trabajadores del Colegio
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Re: Casi a media noche || Balty || +18
Aquel hombre lo volvía loco. Ya lo había vuelto loco meses atrás pero... ¿cuantas veces había fantaseado él o cualquiera con ser examinado hasta “ese” punto por un enfermero o medimago sexy y joven que tuviera unas manos como aquellas? Sus gestos, y sobre todo su rostro, hacían que Nils perdiera la poca lógica o pudor que le quedaba, suspiró ante su gemido y no tardó en seguir sus pasos, mirando de reojo el lugar, ya había estado ahí varias veces, con Jacob, pero a decir verdad ni tan siquiera podía en ese momento pensar en él. No solo estaba bien cachondo si no que toda su mente había volado ya a aquella noche, y revivirla lo estaba haciendo ansiar aquello más que nunca.
Él, por un momento, pareció un muñeco en sus manos, y no le importó, sintió el pequeño golpe contra la pared y aquello solo lo encendió más, siguió sus besos y jadeó sin poder evitarlo ante el reguero de aquello mismo que notó por su cuello, entrecerrando los ojos, bajando las manos para acariciarlo tras que él dejara su única prenda caer al suelo.
-Deja de darme tantas opciones - musitó mirándole sin vergüenza todo él, ya desnudo y a todas vistas excitado. Notó el calor en su estómago y su bajo vientre, obviamente. En ese momento no tenía ganas de pensar y simplemente siguió su instinto, sin hacer caso de las opciones, se comenzó a desabotonar lo que había cerrado de la camisa pero no le dio tiempo a mucho, de pronto volvía a tener la espalda pegada a la pared y los labios del medimago en su boca. Notando, ya por completo, su entrepierna contra sus piernas, pues Balty acababa de hacer que sus cuerpos estuvieran completamente pegados el uno al otro, y le encantaba. Ignoró sus últimas palabras, besándolo apasionadamente, sin poder contenerse ya. Sus manos habían terminado de abrir la camisa, y como buenamente podía se sacaba los brazos, acelerado, necesitado de mucho más que puros besos. Una vez había probado aquello ya era difícil no ansiarlo, según él.
-Calla - susurró él mismo, nervioso y algo molesto porque tratar de sobarle y desnudarse a la vez era completamente contraproducente. Paró en los besos, por un momento, pero antes de eso volvió a intensificar la fuerza que estaban empleando en ello, bajó la mano hasta encontrarse con su entrepierna y la acarició con suavidad, buscando molestarle un poco, tentarle. Y sin más lo empujó para poder salir de entre él y la pared. Suspiró, algo aliviado y tiró al suelo la camisa, abriendo los pantalones rápido y bajándoselos a la vez que la ropa interior. Notó su mirada y no se sintió mal por ello, sentirse deseado era grandioso, más aún cuando quien lo miraba era alguien como él.
Después de, parsimoniosamente, sacarse los pantalones y el resto y quedar desnudo frente a él lo miró y sonrió, caminó hasta su escritorio y se sentó ahí, si no quería dejar constancia de aquella relación por toda la habitación, que no le hubiera llevado allí. Le hizo un gesto con la cabeza y en cuanto se le acercó lo rodeó con las piernas por las caderas y lo besó ansioso, necesitado y sediento de sus labios. Aprovechando la cercanía y que estaba sentado ahí para frotarse un poco, ya duró cual piedra. Lo besó por un rato y huyó hasta su oído, para besarle y susurrarle: -hazme tuyo como aquella noche Ezra, aquí mismo - le mordió el lóbulo y suspiró contra él, buscando tentarle. De alguna manera era egoísta, si lo hacían ahí... bueno, siempre que estuviera aburrido durante el trabajo lo evocaría a él ¿no?.
Él, por un momento, pareció un muñeco en sus manos, y no le importó, sintió el pequeño golpe contra la pared y aquello solo lo encendió más, siguió sus besos y jadeó sin poder evitarlo ante el reguero de aquello mismo que notó por su cuello, entrecerrando los ojos, bajando las manos para acariciarlo tras que él dejara su única prenda caer al suelo.
-Deja de darme tantas opciones - musitó mirándole sin vergüenza todo él, ya desnudo y a todas vistas excitado. Notó el calor en su estómago y su bajo vientre, obviamente. En ese momento no tenía ganas de pensar y simplemente siguió su instinto, sin hacer caso de las opciones, se comenzó a desabotonar lo que había cerrado de la camisa pero no le dio tiempo a mucho, de pronto volvía a tener la espalda pegada a la pared y los labios del medimago en su boca. Notando, ya por completo, su entrepierna contra sus piernas, pues Balty acababa de hacer que sus cuerpos estuvieran completamente pegados el uno al otro, y le encantaba. Ignoró sus últimas palabras, besándolo apasionadamente, sin poder contenerse ya. Sus manos habían terminado de abrir la camisa, y como buenamente podía se sacaba los brazos, acelerado, necesitado de mucho más que puros besos. Una vez había probado aquello ya era difícil no ansiarlo, según él.
-Calla - susurró él mismo, nervioso y algo molesto porque tratar de sobarle y desnudarse a la vez era completamente contraproducente. Paró en los besos, por un momento, pero antes de eso volvió a intensificar la fuerza que estaban empleando en ello, bajó la mano hasta encontrarse con su entrepierna y la acarició con suavidad, buscando molestarle un poco, tentarle. Y sin más lo empujó para poder salir de entre él y la pared. Suspiró, algo aliviado y tiró al suelo la camisa, abriendo los pantalones rápido y bajándoselos a la vez que la ropa interior. Notó su mirada y no se sintió mal por ello, sentirse deseado era grandioso, más aún cuando quien lo miraba era alguien como él.
Después de, parsimoniosamente, sacarse los pantalones y el resto y quedar desnudo frente a él lo miró y sonrió, caminó hasta su escritorio y se sentó ahí, si no quería dejar constancia de aquella relación por toda la habitación, que no le hubiera llevado allí. Le hizo un gesto con la cabeza y en cuanto se le acercó lo rodeó con las piernas por las caderas y lo besó ansioso, necesitado y sediento de sus labios. Aprovechando la cercanía y que estaba sentado ahí para frotarse un poco, ya duró cual piedra. Lo besó por un rato y huyó hasta su oído, para besarle y susurrarle: -hazme tuyo como aquella noche Ezra, aquí mismo - le mordió el lóbulo y suspiró contra él, buscando tentarle. De alguna manera era egoísta, si lo hacían ahí... bueno, siempre que estuviera aburrido durante el trabajo lo evocaría a él ¿no?.
Nils Collinson- Gryffindor
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Re: Casi a media noche || Balty || +18
¿Qué si había perdido la cordura? Ese concepto sería tan vasto y corto para definir lo que estaba pasando por la cabeza, y las partes bajas del joven Medimago. Deseaba intensamente a Nilsón, quería volver a hacerlo suyo en cuerpo y alma como aquella noche. Pero no de la misma manera, aquella vez había sido en su cama, paciente y delicado. Ésta vez quería conocer esa parte salvaje que estaba mirando a través de los orbes del joven gryffindor.
Cuando le empujo para tener su propio espacio le éxcito mucho más, le encantaba lo pasional que podía llegar a ser Nils. Balthasar le miraba fijamente desde su posición, apreciaba el paisaje que el joven le ofrecía mientras se desnudaba. Se mordía el labio sin dejar de apreciarle y para que mentir, su mano derecha se encargo de acariciar su propio cuerpo sin quitarle el ojo de encima, buscando provocación y aún más emoción de la que ya era obvia, en su amante. Le observo cuidadosamente mientras se trasladaba hasta encima de su escritorio y le siguió, ansiaba más que nada el roce de sus pieles carentes de ropa. Sin pensarlo dos veces se hizo con los labios del chico y con su miembro entre su mano derecha, deslizándose arriba y abajo con delicadez y luego aumentando la fuerza. – Ezra te hará tuyo cada vez que lo pidas. – le devolvió el susurro con aquel tono sublime y lujurioso.
Sentia su falo erecto frotarse contra su piel era algo que exigía los gemidos del mayor cerca del oído del menor. Balthasar nunca había encontrado mejor forma de encontrar el equilibrio que no fuese el sexo, el jugueteo y sus derivadas. Así que ahora mismo estaba entrando en exasis, en un trance del cual era consciente y al cual no renunciaba. Carente de pudor ante el menor se arrodillo. Lamio todo el tronco un par de veces sin dejar de mirarle de forma lasciva. Queria que le viera a los ojos al mismo tiempo que le saboreaba y así lo hizo, se llevo el miembro del menor a los labios y poco a poco lo introdujo hasta que lo tuvo completo para él. Su mano, en especial sus dedos jugaban de forma obscena y placentera con el escondite del chico, la entrada que esperaba que fuese suya.- Yo quiero hacerte mio. Y te aseguro que no te soltaré en un buen rato.- comento y Repitio el proceso hasta atragantarse con su sexo.
Luego como si le fuese parecido poco se puso en pie y le hizo una seña al chico, una seña bastante clara y conscisa de que se arrodillara y le devolviera el placer que había dado con doble intención, lo había hecho con buena gana y lo disfruto mucho. Nilsón era un hombre en el cuerpo de un niño y se lo tragaría entero todas las noches si pudiera. Pero también deseaba con ansias, mirar a Nils a sus pies con su propio y erecto miembro entre los labios. – Complaceme, baby!- insto con una ceja en alto.
Cuando le empujo para tener su propio espacio le éxcito mucho más, le encantaba lo pasional que podía llegar a ser Nils. Balthasar le miraba fijamente desde su posición, apreciaba el paisaje que el joven le ofrecía mientras se desnudaba. Se mordía el labio sin dejar de apreciarle y para que mentir, su mano derecha se encargo de acariciar su propio cuerpo sin quitarle el ojo de encima, buscando provocación y aún más emoción de la que ya era obvia, en su amante. Le observo cuidadosamente mientras se trasladaba hasta encima de su escritorio y le siguió, ansiaba más que nada el roce de sus pieles carentes de ropa. Sin pensarlo dos veces se hizo con los labios del chico y con su miembro entre su mano derecha, deslizándose arriba y abajo con delicadez y luego aumentando la fuerza. – Ezra te hará tuyo cada vez que lo pidas. – le devolvió el susurro con aquel tono sublime y lujurioso.
Sentia su falo erecto frotarse contra su piel era algo que exigía los gemidos del mayor cerca del oído del menor. Balthasar nunca había encontrado mejor forma de encontrar el equilibrio que no fuese el sexo, el jugueteo y sus derivadas. Así que ahora mismo estaba entrando en exasis, en un trance del cual era consciente y al cual no renunciaba. Carente de pudor ante el menor se arrodillo. Lamio todo el tronco un par de veces sin dejar de mirarle de forma lasciva. Queria que le viera a los ojos al mismo tiempo que le saboreaba y así lo hizo, se llevo el miembro del menor a los labios y poco a poco lo introdujo hasta que lo tuvo completo para él. Su mano, en especial sus dedos jugaban de forma obscena y placentera con el escondite del chico, la entrada que esperaba que fuese suya.- Yo quiero hacerte mio. Y te aseguro que no te soltaré en un buen rato.- comento y Repitio el proceso hasta atragantarse con su sexo.
Luego como si le fuese parecido poco se puso en pie y le hizo una seña al chico, una seña bastante clara y conscisa de que se arrodillara y le devolviera el placer que había dado con doble intención, lo había hecho con buena gana y lo disfruto mucho. Nilsón era un hombre en el cuerpo de un niño y se lo tragaría entero todas las noches si pudiera. Pero también deseaba con ansias, mirar a Nils a sus pies con su propio y erecto miembro entre los labios. – Complaceme, baby!- insto con una ceja en alto.
Balty E. Peters- Trabajadores del Colegio
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Re: Casi a media noche || Balty || +18
Suspiró, derretido de la manera más literal posible ante aquel medimago obscenamente perfecto. Sus palabras, su forma de decirle aquello y por supuesto sus manos perfectas lo hacían excitarse aún más si aquello era aún posible, cosa que comenzaba a dudar. Desvió la mirada ligeramente hacía abajo cuando lo vio postrarse frente a él y notó su boca, húmeda y cálida. Lo hacía tan bien no podía si no aferrarse a su hombro y al borde de la mesa, morderse la mejilla por dentro y tratar de no dejar escapar ni el más leve jadeo, nunca le había gustado ser ruidoso mientras hacía ese tipo de cosas.
Trató de ignorar su comentario, no porque no le agradara, si no porque sentía que si abría la boca le saldría de todo, excepto palabras, su boca era perfecta, pero no solo su boca si no todo lo que hacía, sus manos jugaban un papel importante en ese momento también. Solo abrió los ojos en el momento en el que el chico paró, pensó que iban a seguir y aún cuando él deseaba mucho más y continuar no se opuso a su petición nada sutil. Se puso de rodillas para alcanzar aquello que tanto deseaba en ese momento y comenzó a acariciarlo, recorriéndole con su mano de manera enérgica y sin tardar en seguir su pequeña orden. Entreabrió la boca, lo justo, y dejó que entrara en él, apretando los labios en torno a su erección, jugando con la lengua y sin parar en ningún momento las caricias adicionales, lo masturbaba sin parar siempre que había piel fuera de su oquedad.
Mientras hacía aquello sintió que simplemente había algo que fallaba, faltaba “algo” que estaba ahí la última vez. Estaba caliente, demasiado, ansioso y deseoso, su cuerpo entero pedía aquello pero de alguna forma había algo raro que simplemente no sabía describir. Algo que lo molestaba y que, para tratar de olvidar, comenzó a querer más. Se esmeró en darle placer lo más rápido posible, trató de hacerlo mejor que nunca no escatimó en nada, lo humedeció con su propia saliva sabiendo lo que vendría después y bueno, está de más decir que sabía que era bastante más agradable cuando se hacía de esa forma.
Se puso en pie, sin esperar ningún tipo de gesto de Ezra, él también sabía cuando tenía que parar en su quehacer, y no tardó en relamerse, como gesto obviamente provocador, y buscó sus labios, dudando que tuviera ningún tipo de objeción aún con lo que acababa de pasar entre ellos. Lo besó ansioso y con una de sus manos lo continuó masturbando, buscando claramente el no parar de darle placer. Quería distraer su mente, dejar de sentir ese vacío que había notado, y no se le ocurría mejor forma de rellenar vacíos que... continuando aquello.
-No me hagas esperar más - susurró contra sus labios y levantó una ceja como gesto único, sin tardar en darle la espalda, era tontería andar con remilgos, apoyó los codos en el escritorio y le dejó, como visión a su acompañante, toda su espalda y su trasero en primer plano (en cierto modo).
Trató de ignorar su comentario, no porque no le agradara, si no porque sentía que si abría la boca le saldría de todo, excepto palabras, su boca era perfecta, pero no solo su boca si no todo lo que hacía, sus manos jugaban un papel importante en ese momento también. Solo abrió los ojos en el momento en el que el chico paró, pensó que iban a seguir y aún cuando él deseaba mucho más y continuar no se opuso a su petición nada sutil. Se puso de rodillas para alcanzar aquello que tanto deseaba en ese momento y comenzó a acariciarlo, recorriéndole con su mano de manera enérgica y sin tardar en seguir su pequeña orden. Entreabrió la boca, lo justo, y dejó que entrara en él, apretando los labios en torno a su erección, jugando con la lengua y sin parar en ningún momento las caricias adicionales, lo masturbaba sin parar siempre que había piel fuera de su oquedad.
Mientras hacía aquello sintió que simplemente había algo que fallaba, faltaba “algo” que estaba ahí la última vez. Estaba caliente, demasiado, ansioso y deseoso, su cuerpo entero pedía aquello pero de alguna forma había algo raro que simplemente no sabía describir. Algo que lo molestaba y que, para tratar de olvidar, comenzó a querer más. Se esmeró en darle placer lo más rápido posible, trató de hacerlo mejor que nunca no escatimó en nada, lo humedeció con su propia saliva sabiendo lo que vendría después y bueno, está de más decir que sabía que era bastante más agradable cuando se hacía de esa forma.
Se puso en pie, sin esperar ningún tipo de gesto de Ezra, él también sabía cuando tenía que parar en su quehacer, y no tardó en relamerse, como gesto obviamente provocador, y buscó sus labios, dudando que tuviera ningún tipo de objeción aún con lo que acababa de pasar entre ellos. Lo besó ansioso y con una de sus manos lo continuó masturbando, buscando claramente el no parar de darle placer. Quería distraer su mente, dejar de sentir ese vacío que había notado, y no se le ocurría mejor forma de rellenar vacíos que... continuando aquello.
-No me hagas esperar más - susurró contra sus labios y levantó una ceja como gesto único, sin tardar en darle la espalda, era tontería andar con remilgos, apoyó los codos en el escritorio y le dejó, como visión a su acompañante, toda su espalda y su trasero en primer plano (en cierto modo).
Nils Collinson- Gryffindor
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Re: Casi a media noche || Balty || +18
Aquel joven tenía una boca bendita por los dioses ante la vista del medimago. Era un panorama tan excitante que los gemidos salían de su boca sin reparo, no eran fuertes sino suaves y pausados. Específicamente para hacerle saber al menor que tan bien lo estaba haciendo. Le encantaba como usaba su lengua y su mano con aquella sincronización inmejorable. Sus manos se posaron en los cabellos rojizos del menor, tomándole con delicadeza al principio, acariciándolo deseosamente, tratando de compensar el placer. Ese era su debilidad en el sexo, le encantaba que todo fuese equitativo – ¿Te he dicho que se te da de maravilla? – alcanzo a decir luego de un gemido echando la cabeza atrás para que su mirada se topase con el techo. Pero esas caricias se convirtieron en obligación al tomarle con suficiente fuerza del pelo, manejando él la situación tras sus movimientos de caderas. Su lujuria era anunciada en forma líquida, dentro de aquellas complacientes paredes bucales.
Le correspondió el beso con indeterminada pasión. Sus manos se aferraban a la espalda del menor intensificando la concupiscencia de sus lenguas. Al sentir la mano del chico seguir su trabajo, él mayor hizó lo mismo, alcanzo aquel falo duro con su mano derecha, y manipuló su miembro a placer hasta que Nils le interrumpió con unas palabra contra sus labios. Balth le dedico el gesto recibido alzando una ceja mucho más hambriento que antes. Balthasar estaba dispuesto a complacerlo para ser complacido.
Apenas él chico le dio la espalda éste se postro ante él sobre sus talones acariciando las piernas del gryffindor. Le propino leves besos en combinación con suaves mordiscos hasta que llego a su cavidad, cariciandole con los dedos y luego jugando con ella perversamente, en busca de su dilatación. Pasó su lengua humedad por su escondite con la finalidad de lubricarlo y se pusó en pie. Le tomo por los hombros haciendo que se inclinase, y luego con la mano derecha manejo su propio miembro haciéndolo rozar entre sus nalgas hasta llegar a su entrada y empujar suavemente mientras le daba cortos besos en la espalda. Su faceta delicada y cariñosa era aquella, la cual no se mostraba todo el tiempo. Pero a Nils no era la primera vez que le veía, ya había cierto conocimiento el uno del otro.
Su miembro se adentraba poco a poco en el interior de Nils, acomodándose a placer, empujo todo lo que pudo y se quedo allí abrazandole. Espero que Nils se inmunizara a los primeros instantes y luego comenzó a embestirle primero suave, lento y delicado y luego iba cobrando rapidez a medida que pasaba el tiempo. – Me encantas Nils, me encanta tenerte para mi de está forma – confeso algo que era cierto. Comenzaba a sentir el sudor acariciar su rostro y su cuerpo, pero no por ello dejo aquel movimiento de caderas sincronico que estaba realizando para estimular la próstata de su acompañante. – Te deseo- susurro apegando su pecho a los omoplatos del chico, estirando su mano para alcanzar su miembro y masturbarlo a gusto.
Le correspondió el beso con indeterminada pasión. Sus manos se aferraban a la espalda del menor intensificando la concupiscencia de sus lenguas. Al sentir la mano del chico seguir su trabajo, él mayor hizó lo mismo, alcanzo aquel falo duro con su mano derecha, y manipuló su miembro a placer hasta que Nils le interrumpió con unas palabra contra sus labios. Balth le dedico el gesto recibido alzando una ceja mucho más hambriento que antes. Balthasar estaba dispuesto a complacerlo para ser complacido.
Apenas él chico le dio la espalda éste se postro ante él sobre sus talones acariciando las piernas del gryffindor. Le propino leves besos en combinación con suaves mordiscos hasta que llego a su cavidad, cariciandole con los dedos y luego jugando con ella perversamente, en busca de su dilatación. Pasó su lengua humedad por su escondite con la finalidad de lubricarlo y se pusó en pie. Le tomo por los hombros haciendo que se inclinase, y luego con la mano derecha manejo su propio miembro haciéndolo rozar entre sus nalgas hasta llegar a su entrada y empujar suavemente mientras le daba cortos besos en la espalda. Su faceta delicada y cariñosa era aquella, la cual no se mostraba todo el tiempo. Pero a Nils no era la primera vez que le veía, ya había cierto conocimiento el uno del otro.
Su miembro se adentraba poco a poco en el interior de Nils, acomodándose a placer, empujo todo lo que pudo y se quedo allí abrazandole. Espero que Nils se inmunizara a los primeros instantes y luego comenzó a embestirle primero suave, lento y delicado y luego iba cobrando rapidez a medida que pasaba el tiempo. – Me encantas Nils, me encanta tenerte para mi de está forma – confeso algo que era cierto. Comenzaba a sentir el sudor acariciar su rostro y su cuerpo, pero no por ello dejo aquel movimiento de caderas sincronico que estaba realizando para estimular la próstata de su acompañante. – Te deseo- susurro apegando su pecho a los omoplatos del chico, estirando su mano para alcanzar su miembro y masturbarlo a gusto.
Balty E. Peters- Trabajadores del Colegio
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Re: Casi a media noche || Balty || +18
Su pequeña parte orgullosa se hinchó al oír las palabras del medimago sobre lo bien que lo hacía, siempre ponía todo su esmero en actos como aquel porque sabía que cuanto mejor lo hacía uno, mejor lo hacía el otro, el sexo era un dar y recibir, siempre.
Todo lo que siguió a ese momento fue un juego placentero y divertido a partes iguales. Los besos de Ezra le ponían la piel de gallina, sus gesto, su boca y todo él lo estaba volviendo loco, por suerte aquello era lo suficientemente envolvente como para no sentir lo mismo de antes, ese algo que no le faltaba, ese “algo” seguía sin existir, como siempre había sido y como debía ser.
El pelirrojo ansiaba todo lo que él tenía que darle y por supuesto su cuerpo lo dejaba bien claro, según que gesto él se contraía un poco o se removía esperando más. Notar su erección contra su cuerpo lo encendía, sabiendo que él era quien había creado aquella reacción en Balthasar. Notó cada centímetro de su piel dentro de su cuerpo y jadeó un poco, mientras se acostumbraba a aquella dulce molestia que no tardaría en convertirse en placer puro.
Lo sabía, lo sabía tan bien que simplemente se mordió el labio inferior con fuerza y movió sus propias caderas de manera suave, ayudando a que todo estuviera donde debía. Entre sus palabras se dejo llevar a ese estado, ese momento, en el que importa muy poco quien está detrás de ti, haciendo qué, mordió su brazo para evitar ruidos y se acopló al movimiento de su acompañante. Entre las caricias de sus manos y sus constantes embestidas, el licántropo, tenía muy pocas opciones para no estar a punto de un bonito final feliz, contra la mesa del medimago jefe del castillo..
-Me... haces enloquecer - dijo entrecortadamente, tratando de no alzar la voz, de que no se notara tanto que no era dueño de su cuerpo en ese instante. Trató de girarse un poco para besarle pero desistió al notar que entonces los movimientos se volvían torpes y aún sintiéndolo con todo su cuerpo hizo que él saliera de su interior. Era agradable, sentir esa compenetración, parecía que Ezra entendía todo lo que hacía con solo un movimiento, parecía que hubieran hecho eso muchísimas veces, no solo una - será más incómodo, pero me apetece mirarte también - susurró un poco avergonzado por decir algo así a un tipo con el que simplemente se acostaba, pero estaba bueno, era una delicia para la vista, aún con la luz tenue del lugar, y quería terminar mirando ese rostro perfecto que tan bien lucía el medimago - si no importa.
Le sonrió, coqueto y divertido, porque sabía que mientras hubiera algo de más diversión él no iba a decir que no, de algún modo era algo que se entendía fácil con ese tipo de personas. Ya se había girado para hablarle, ahora se sentó sobre la mesa, o más bien se tumbó, apoyado sobre sus codos, y alargó las piernas para rodearle la cintura al medimago, sonriendo, divertido, que él siguiera por donde iba, por Merlín, si mañana le dolían los brazos, la espalda o el hombro de nuevo le daba igual, totalmente.
Cuando al final sintió de nuevo su intromisión entrecerró los ojos, tratando de verlo entre sus pestañas, era demasiado perfecto.
Todo lo que siguió a ese momento fue un juego placentero y divertido a partes iguales. Los besos de Ezra le ponían la piel de gallina, sus gesto, su boca y todo él lo estaba volviendo loco, por suerte aquello era lo suficientemente envolvente como para no sentir lo mismo de antes, ese algo que no le faltaba, ese “algo” seguía sin existir, como siempre había sido y como debía ser.
El pelirrojo ansiaba todo lo que él tenía que darle y por supuesto su cuerpo lo dejaba bien claro, según que gesto él se contraía un poco o se removía esperando más. Notar su erección contra su cuerpo lo encendía, sabiendo que él era quien había creado aquella reacción en Balthasar. Notó cada centímetro de su piel dentro de su cuerpo y jadeó un poco, mientras se acostumbraba a aquella dulce molestia que no tardaría en convertirse en placer puro.
Lo sabía, lo sabía tan bien que simplemente se mordió el labio inferior con fuerza y movió sus propias caderas de manera suave, ayudando a que todo estuviera donde debía. Entre sus palabras se dejo llevar a ese estado, ese momento, en el que importa muy poco quien está detrás de ti, haciendo qué, mordió su brazo para evitar ruidos y se acopló al movimiento de su acompañante. Entre las caricias de sus manos y sus constantes embestidas, el licántropo, tenía muy pocas opciones para no estar a punto de un bonito final feliz, contra la mesa del medimago jefe del castillo..
-Me... haces enloquecer - dijo entrecortadamente, tratando de no alzar la voz, de que no se notara tanto que no era dueño de su cuerpo en ese instante. Trató de girarse un poco para besarle pero desistió al notar que entonces los movimientos se volvían torpes y aún sintiéndolo con todo su cuerpo hizo que él saliera de su interior. Era agradable, sentir esa compenetración, parecía que Ezra entendía todo lo que hacía con solo un movimiento, parecía que hubieran hecho eso muchísimas veces, no solo una - será más incómodo, pero me apetece mirarte también - susurró un poco avergonzado por decir algo así a un tipo con el que simplemente se acostaba, pero estaba bueno, era una delicia para la vista, aún con la luz tenue del lugar, y quería terminar mirando ese rostro perfecto que tan bien lucía el medimago - si no importa.
Le sonrió, coqueto y divertido, porque sabía que mientras hubiera algo de más diversión él no iba a decir que no, de algún modo era algo que se entendía fácil con ese tipo de personas. Ya se había girado para hablarle, ahora se sentó sobre la mesa, o más bien se tumbó, apoyado sobre sus codos, y alargó las piernas para rodearle la cintura al medimago, sonriendo, divertido, que él siguiera por donde iba, por Merlín, si mañana le dolían los brazos, la espalda o el hombro de nuevo le daba igual, totalmente.
Cuando al final sintió de nuevo su intromisión entrecerró los ojos, tratando de verlo entre sus pestañas, era demasiado perfecto.
Nils Collinson- Gryffindor
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Re: Casi a media noche || Balty || +18
Gemidos, suaves y expresivos eran los que salían de los labios del medimago constantemente tras embestida por embestida. Alojarse completamente en el cuerpo de Nils era un hecho de puro placer en la más grande de las expresiones. No tenía palabras sino más bien sentimientos. Porque mediante el sexo el humano más cruel podía demostrar su lado frágil, protector y dulce. Balth era ese tipo de hombre.
Pensaba en Nils, en su piel tan suave y tersa en comparación a la propia. En aquel par de ojos que le infundían una sed sexual interminable desde que le conoció. Sobre todo en cómo había terminado acostándose por segunda vez con la misma persona. Pero claro, el no seguía reglas.
Deslizaba sus labios con un afán increíble por toda la espalda del menor a tiempo que meneaba sus caderas a un ritmo lujurioso, aunque al cabo de un rato termino disminuyendo la velocidad para alargar el momento.
Balthasar le miro fascinado y complacido con la petición que le había hecho. No era común ciertamente pero le encantó la idea, no tenía motivos para negarse. Hizo una mueca cuando su miembro se vio sensible ante la salida de tan delicioso escondite. –Es un placer hacerte perder la cordura – comento con una expresión de interés en el joven mientras se acercaba a él para proporcionarle un beso cargado de alta tensión. Soltando sus labios con deseo de volver a retomarlos, se dedico a acomodar las piernas del joven, ambas a la altura de sus hombros. Quería tenerlo a su merced. Y así lo tuvo. Se inclino en dirección al joven, poniendo a prueba su flexibilidad. Uniendo sus labios nuevamente con fiereza y rapidez para luego ir retomando la acción que estaba por ejecutar.
Las piernas encima de cada hombro y separadas lo suficiente permitían contemplarse el uno al otro en la estancia. Así que Balthasar se adentro con toda aquella calentura dentro de Nils, esta vez no fue despacio porque el cuerpo del menor le esperaba dentro para sentirse completo. Así que se introdujo rápido pero no con dureza. Aquello era el paraíso y no cansaría de repetírselo así mismo. Aquel chico tenía una chispa que le diferenciaba del resto, una chispa que le marcaba como objeto de deseo, uno de esos vicios que nunca te llevan a nada bueno si lo pruebas. Sin embargo lo estaba probando y estaba gustoso de eso. La entrada y salida de Balth en el cuerpo de Nils le volvia loco de la excitación. Así que abrazando las piernas del chico y sin dejar de embestirle se reclino sobre él para probar sus labios y comenzar a masturbar su miembro con la mano libre.
Pensaba en Nils, en su piel tan suave y tersa en comparación a la propia. En aquel par de ojos que le infundían una sed sexual interminable desde que le conoció. Sobre todo en cómo había terminado acostándose por segunda vez con la misma persona. Pero claro, el no seguía reglas.
Deslizaba sus labios con un afán increíble por toda la espalda del menor a tiempo que meneaba sus caderas a un ritmo lujurioso, aunque al cabo de un rato termino disminuyendo la velocidad para alargar el momento.
Balthasar le miro fascinado y complacido con la petición que le había hecho. No era común ciertamente pero le encantó la idea, no tenía motivos para negarse. Hizo una mueca cuando su miembro se vio sensible ante la salida de tan delicioso escondite. –Es un placer hacerte perder la cordura – comento con una expresión de interés en el joven mientras se acercaba a él para proporcionarle un beso cargado de alta tensión. Soltando sus labios con deseo de volver a retomarlos, se dedico a acomodar las piernas del joven, ambas a la altura de sus hombros. Quería tenerlo a su merced. Y así lo tuvo. Se inclino en dirección al joven, poniendo a prueba su flexibilidad. Uniendo sus labios nuevamente con fiereza y rapidez para luego ir retomando la acción que estaba por ejecutar.
Las piernas encima de cada hombro y separadas lo suficiente permitían contemplarse el uno al otro en la estancia. Así que Balthasar se adentro con toda aquella calentura dentro de Nils, esta vez no fue despacio porque el cuerpo del menor le esperaba dentro para sentirse completo. Así que se introdujo rápido pero no con dureza. Aquello era el paraíso y no cansaría de repetírselo así mismo. Aquel chico tenía una chispa que le diferenciaba del resto, una chispa que le marcaba como objeto de deseo, uno de esos vicios que nunca te llevan a nada bueno si lo pruebas. Sin embargo lo estaba probando y estaba gustoso de eso. La entrada y salida de Balth en el cuerpo de Nils le volvia loco de la excitación. Así que abrazando las piernas del chico y sin dejar de embestirle se reclino sobre él para probar sus labios y comenzar a masturbar su miembro con la mano libre.
Balty E. Peters- Trabajadores del Colegio
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Re: Casi a media noche || Balty || +18
Que Ezra supiera exactamente como actuar siempre le encantaba -demasiado- era un hombre con tanta experiencia que lo podría volver loco con un simple gesto de sus manos o su rostro. Balthasar lo sabía, Nilson lo sabía, y ambos se divertían fingiendo que había que hacer mucho más para que el pelirrojo terminara de la mejor manera posible.
Entreabrió los ojos, se dejó llevar por la lujuria y acarició su pecho desnudo mientras notaba sus embestidas, lo besó cuantas veces pudo y ya dejó de acallar sus gemidos, recompensar al mayor admitiendo su placer era poco a sus ojos en ese momento. El trabajo de sus manos así como todo lo demás comenzaba a llevarlo de vuelta al punto que había interrumpido momentos atrás, se sentía en el borde del precipicio y para el salto solo hacía falta un último gesto, un susurro o una mirada. Y no tardó en llegar, aquel rostro lleno de seguridad en sí mismo lo hizo volverse loco, su mirada, seguramente no estaba ni tan siquiera premeditada, pero le hacía pensar en todo, la profundidad de sus ojos ayudó a que se perdiera y tras una bajada de su mano el pelirrojo se vació por completo, dejando a ambos un poco más húmedos que momentos atrás. Suspiró, jadeó y tensó hasta el último músculo de su cuerpo antes de caer rendido. El medimago habría notado aquel orgasmo sobre todo por estar dentro de él en ese instante justo, habría quedado atrapado ante su obvia contracción y, como fuera, Nils abrió los ojos despacio y sonrió. Aún estando agotado podría seguir con aquello, por horas o por día, solo con la escusa de ver así al contrario, estaba jodidamente sexy con el cuerpo ligeramente perlado de sudor y manchado de su jugo.
-¿Vas... bien? - susurró, abstraído de todo lo que no era él, durante el tiempo que duró el extasis podría pasar a su lado un regimiento de locos gritando y tocando la batería que él ni tan siquiera se percataría de ello, así que, a riesgo de sonar raro, necesitaba saber si el medimago había podido finalizar por su cuenta, en realidad estaba dispuesto a hacerle cualquier cosa para compensarle por aquello que le había hecho sentir.
Entreabrió los ojos, se dejó llevar por la lujuria y acarició su pecho desnudo mientras notaba sus embestidas, lo besó cuantas veces pudo y ya dejó de acallar sus gemidos, recompensar al mayor admitiendo su placer era poco a sus ojos en ese momento. El trabajo de sus manos así como todo lo demás comenzaba a llevarlo de vuelta al punto que había interrumpido momentos atrás, se sentía en el borde del precipicio y para el salto solo hacía falta un último gesto, un susurro o una mirada. Y no tardó en llegar, aquel rostro lleno de seguridad en sí mismo lo hizo volverse loco, su mirada, seguramente no estaba ni tan siquiera premeditada, pero le hacía pensar en todo, la profundidad de sus ojos ayudó a que se perdiera y tras una bajada de su mano el pelirrojo se vació por completo, dejando a ambos un poco más húmedos que momentos atrás. Suspiró, jadeó y tensó hasta el último músculo de su cuerpo antes de caer rendido. El medimago habría notado aquel orgasmo sobre todo por estar dentro de él en ese instante justo, habría quedado atrapado ante su obvia contracción y, como fuera, Nils abrió los ojos despacio y sonrió. Aún estando agotado podría seguir con aquello, por horas o por día, solo con la escusa de ver así al contrario, estaba jodidamente sexy con el cuerpo ligeramente perlado de sudor y manchado de su jugo.
-¿Vas... bien? - susurró, abstraído de todo lo que no era él, durante el tiempo que duró el extasis podría pasar a su lado un regimiento de locos gritando y tocando la batería que él ni tan siquiera se percataría de ello, así que, a riesgo de sonar raro, necesitaba saber si el medimago había podido finalizar por su cuenta, en realidad estaba dispuesto a hacerle cualquier cosa para compensarle por aquello que le había hecho sentir.
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