No estoy preocupado || Prv Maddie

La cena había terminado todo lo calmada que cabía esperar tras lo ocurrido. Adnan había pasado su primera velada sentado en la alta mesa de los profesores, mirando al alumnado. Había muchísimos espacios vacíos, alumnos que estarían en el hospital, otros en la enfermería o quizás algunos que simplemente no tenía ánimos de una primera cena de bienvenida tras aquello. Él no entendía aquello demasiado bien. No conocía la forma de funcionar de esa escuela y le quedaba un largo trecho para adaptarse, pero, sinceramente, tampoco le interesaba tanto como se esforzaba en mostrar.

Tras comer de manera escueta recibió una pequeña sarta de órdenes para los primeros días, vigilar el estado de los alumnos, tratar de mantener el ritmo normal, tanto de clases como horarios como todo. Evitar que hubiera situaciones alarmantes o comentarios raros por el pasillo. Puso los ojos en blanco tras abandonar la sala de reuniones y miró el reloj de reojo, aún era pronto, la cena había finalizado muy temprano y quedaba un rato para el toque de queda de los estudiantes, recordó entonces a la chica a la que había llevado al castillo, eran dos, pero a la pelirroja la había visto en el comedor, a la otra no. Normalmente no se preocuparía por nadie, pero él era un gran pocionista, y como tal tenía todo tipo de remedios en su haber, cosas que sabía que a una muchacha desmayada por contusiones le sentaría bien, pasó por su despacho, la tomó y se dirigió a la enfermería, esperando encontrarla allí, ya despierta. Los medimagos que habían acudido habían sanado las heridas de casi todos, parecían competentes.

No se molestó en llamar a la puerta de la enfermería, pasó sin más, pues en realidad era una sala común y en ese momento además estaba bastante llena, buscó con la mirada a la chica pues ni sabía su nombre y la encontró tras caminar un poco, con las cortinas de su camilla corridas y solo un espacio por donde la localizó, por suerte. Se aproximó a la zona y se asomó un poco, esbozando algo medio similar a una sonrisa sin serlo del todo.

-¿Cómo te encuentras? - preguntó sin dar un paso más allá de la cortina que le regalaba privacidad a la muchacha - Cuando te dejé aquí estabas aún inconsciente. Espero que ya estés mejor.

Dijo aquello porque ni sabía como saludar, como ya he comentado él no solía preocuparse por nadie, no tenía ni la más mínima idea de que tenía que hacer en una situación como esa.

Adnan pasó dentro de la cortina que separaba a la Slytherin del resto de la enfermería al oírla decir cosas tan raras o más bien ante sus preguntas. Estaba preocupado por ella en el único sentido en el que él podía estarlo, sentía la responsabilidad de mantener su bonita y buena apariencia dentro de la escuela y aquella chica había sido el primer paso para conseguir eso, la había llevado allí y probablemente evitado que algo peor le pasara en el tren.

-Soy el nuevo profesor de pociones, puedes llamarme Adnan - dijo para tratar de así sonar más familiar o confiable, los alumnos debían de confiar en sus profesores, suponía, él nunca había tenido un profesor normal, aprendió todo de sus padres, sus hermanos y un tutor que era mortalmente aburrido y serio - estás en el colegio, en la enfermería.

Con el ceño ligeramente fruncido se acercó a la camilla, le sorprendía oír aquello de “en su mente”, él había sufrido más de una contusión grave anteriormente (de ahí que sabía que tipo de poción convenía más para esas cosas) pero lo más que recordaba de esos momentos eran pequeñas pesadillas justo antes del despertar.

-¿Han terminado ya de tratarte? - la miraba con ojo crítico, sin acercarse más de la cuenta, se oían pasos fuera de allí y al medimago ir de un lado a otro, por su aspecto suponía que si, pues no presentaba heridas que se pudieran ver desde donde él estaba - Puedes... preguntarme lo que sea, llevas un buen rato sin sentido y supongo que no sabrás muy bien que pasó.

Se sacó el frasco de la poción del bolsillo interno de la capa y la dejó sobre la mesita de noche, primero quería saber si estaba bien, si entendía que ya había despertado, quizás el golpe le había dejado con alguna secuela... después saldría a consultar con el enfermero a cargo si ya le habían dado algo similar a eso, aunque viendo como se encontraba, no, esa poción dejaba a cualquiera con la mente lúcida en un momento.

Fui interrumpida de nuevo por la voz del chico que estaba adentro de las cortinas conmigo, lo escuche atentamente, era un Profesor del coelgio, no lo conocia, pero le agradecia que me fuera salvado de lo que habia ocurrido, no recordaba muy bien del todo, solo explosion, golpes y oscuridad-Mucho Gusto Profesor Adnan, me llamo emm...emm...emmm-se me  hacia dificil, me estaba dando una puntada en la cabeza fuerte-Me llamo Maddeleine-dije despues rapido, porque pude sacarlo de mis cuerdas vocales-Ya...ya me di...cuenta...que estamos en la enfer...meria-tartamudeaba y sentia la voz reseca-Tiene agua?-le pregunto al joven profesor.

El se acerca hacia mi camilla y yo por auto reflejo me pego mas hacia las almohadas, me alejo de el, subiendo mis rodillas hasta mi abdomen en donde me las abrazo fuertemente, no queria que me tocara-En realidad no lo se, no recuerdo que me han hecho, estaba dormida, apenas estoy despertando, aun veo un poco borroso-le explico-Pero me imagino que si me han tratado, porque no me veo nada de sangre encima-observo mis brazos-Oh!! sangre sangre!!-repito gritando,tomandome la cabeza, exasperandome derepente, no sabia si alertaba a los que estaban alrededor mio, pero no me importaba.

Escucho su voz lejana, me pedia que le preguntara cosas, pero estaba confundida, no sabia que preguntarlo, a lo mejor se me formulaba una en la mente y la sacaria por mis cuerdas vocales, trasmitiendola hacia mi boca, para afuera-Mmm que sucedio realmente?-pregunto-Solo recuerdo un Boom!-abro los ojos, haciendo la explicacion con mis manos-Luego unos golpes, dolor y una oscuridad profunda-le explico otra vez tomandome la cabeza y tapando mi cara sobre las rodillas, balanceandome.

Estaba algo alterada porque no habia bebido una de mis pastillas recetadas para mi enfermedad. No me di cuenta de que el profesor colocaba una botella en la mesita de noche solo me enrollaba mas entre el espaldar de la cama con las almohadas, llevando mi cuerpo hasta la orilla de la cama  si me movia mas estaria lanzada contra el suelo.

Sus cejas se habían arqueado levemente al notar como ni tan siquiera podía recordar su nombre, aquello podía ser realmente malo, pero claro, en una situación como esa no sería tan raro, se había dado un golpe y apenas se levantaba, no había que hacer drama por ello. La dejó hablar un poco y miró a la mesita de noche donde le habían dejado una jarra de agua bien llena, suponía que para que bebiera un poco al despertar. No le prestó atención a su gesto en realidad, se limitó a poner el agua en un vaso y se lo pasó mientras ella seguía hablando. Él era un hombre de pocas palabras, al menos en un estado normal, en ese momento estaba ligeramente ansioso, como casi todo el tiempo en los últimos meses. La abstemia era complicada.

Sobre su pregunta, pues... Adnan trató de hacer memoria, que se le podía decir a los alumnos y qué no, que sabía él y que no. Formó rápidamente el puzzle que en teoría era la realidad y se sentó en una banqueta cercana que había, lo dejaba un poco más alto que la camilla pues era una silla alta, pero mejor así, poder observarla, si seguía bien o si no avanzaba.

-Todo fue un pequeño caos, Maddeleine - habló con voz pausada, la veía alejarse un poco más cada vez y comenzó a preocuparse ¿que pasaba con ella? Quizás había quedado peor de lo esperado. Claro que realmente él no estaba preocupado, no tendría sentido, pero ¿iba a dejarla caerse de la cama? Eso sería un poco infantil - tranquila, ya ha pasado todo así que deberías relajarte - dijo en un tono de voz suave aún, no estaba seguro de como pararla, si se alejaba de él ¿que iba a hacer? -una explosión, eso fue todo, no hay muchos detalles de lo ocurrido - en ese momento alargó un poco el brazo y tomó el mismo de la chica, con su mano podía rodear toda su extremidad pues era muy delgada, la aferró para que no se moviera más, lo último que le faltaba a ella, otro golpe en la cabeza más - será mejor que estés quieta, terminarás por caerte - le dijo ahora en tono serio, con el brazo estirado, se mantenía a distancia porque para él, el contacto físico, no era en absoluto agradable, pero no iba a presenciar algo así sin más - ¿estarás bien si salgo a hablar con el doctor un momento? No lo haré si vas a seguir intentando tirarte de la cama.

-No te voy a explicar más, sabes ahora mismo lo mismo que el resto - dijo con tono serio, que ella supiera que alguien lo había causado era obvio, todo el mundo lo había visto, a aquella sombra negra volando cerca, y posiblemente también oyeron el hechizo, así como su desaparición. Adnan lo sabía, como el resto del personal, pero les habían mandado mantener el orden y no hacer hincapié en cosas que a los alumnos pudiera alterar o hacer sentir inseguros.

Por supuesto la había agarrado porque estaba a punto de caerse de la cama, parecía haber sufrido algún tipo de ataque nervioso, no entendía muy bien el porqué, pues tras un golpe era más común estar confundida o un poco mareado, pero cabía la posibilidad, cada persona era un mundo.  A él, que se quejara, llorara o pusiera esa expresión de cachorrito le daba bastante igual, por supuesto aflojó el agarre porque no quería que lo expulsaran de allí por “maltratar” a alguien, pero no se había dado cuenta ni siquiera de que podría dañarla por tratar de que no se abriera la cabeza contra el suelo.

Suspiró, sin creerse sus palabras, él era experto en mentir, no podía recordar cuantas veces había mirado a otros diciendo que podían confiar en él. Pero aún así no se molestó en quedarse y convencerla. Se puso en pie y soltó su brazo, la miró de reojo, con el ceño fruncido y se puso en pie. Salió de entre las cortinas y no muy lejos de allí se puso a hablar con el medimago a cargo, al parecer a ella solo le habían dado algo para que se despertara, así que seguramente lo que él había llevado le sentaría bien, el doctor agradeció su ayuda (en teoría la mayor parte de los profesores estaban ayudando, o en la enfermería o tratando de calmar a los alumnos). Volvió a donde estaba ella pero cerró los ojos un segundo antes de pasar. Solo la estaba visitando porque si, porque de algún modo ella le había recordado a alguien más y se sintió ligeramente culpable por no haberla despertado en el tren.

-Está bien, puedes tomar esa poción que tienes sobre la mesita, te sentará bien, después puedo contarte más sobre lo ocurrido en el tren, pero solo si la tomas entera - dijo aquello según pasaba, y se la quedó mirando, sin dar ni un solo paso más, al parecer él no era bien recibido ahí y aquello lo molestaba - o puedo marcharme, solo, tómala y después me dices que prefieres.

Se rie por lo que el le explica-Lo que recuerdo es que toda mi mente se puso negra, no se lo de los demas, no creo que a todos nosotros nos esten engañando de esa manera-Ruedo los ojos algo enojada, porque nos estaban mintiendo, me imagino que no era para alarmarnos-Yo no vi nada por la ventana, no vi el hombre que dicen o rumorea por ahi la chica que tengo al lado-me raso la frente-Yo yo solo...yo... no recuerdo, pero tampoco recuerdo haber visto un hombre lanzando un hechizo contra el tren, pero me imagino que ese ingrato fue el que me hizo esto en la cabeza-me la señalo, mientras que me sigo quejando, cuando el me tenia aun tomada de los brazos. Los movimientos los hacia con dificultad.

Cuano le avise que podria irse a hablar con el medimago sentia que no me creia que podia irse tranquilo, que yo no haria nada, como lo sabria?. Era un joven apuesto y astuto. Mis ojos se fijaron en los de el por un momento. De todas maneras me solto y se fue con el medimago o simplemente me dejaria sola como muchas personas lo hacian. No soportaban estar cerca de mi-Lo espero-murmuro suavemente mirando como el se va entre las cortinas de mi compartimiento en la enfermeria. 

Mientras se alejaba yo observaba todo el lugar, tenia facilidad de escaparme. No queria quedarme en la enfermeria no me gustaba, me recordaba las veces que me internaban en mi propia casa por lo que padezco, ademas me recordaba a mi madre cerrada en esa habitacion en San Mungo, en la que muy pronto yo tambien estaria. Por un momento me perdi en mis pensamientos, tambien recordando a la tarada de mi hermana, no sabia nada de ella.

Seguia en mis recuerdos cuando unos pasos hicieron que despertara. Nuevamente era el chico Adnan, se puso en frente de mi y escuche lo que me tenia que decir. Queria que me bebiera aquella pocion con tanta insistencia, no sabia que era-Que es? que tiene? Porque estas tan seguro que me curara?-pregunto mientras tomo la pocion entre mis manos acaiciandola y mirandola, para que luego mis ojos se encaminaran nuevamente hacia el profesor-No querras envenenarme, verdad?-cuestiono, mirandolo con una cara entre sospechosa y maliciosa. 

No queria que se fuera, pero tampoco queria que se acercara mucho. Estaba segura que de un momento otro no me soportaria mas y haria que me bebiera aquella pocion/veneno a la fuerza. Me amarraria a la cama con cuerdas magicas. Mi mente divagaba, mis ojos se paseaban de un lado a otro maquinando todo, no confiaba en el. No queria que tampoco me mataran, estaba en una situacion de paranoia.

Aquello le pareció el colmo de lo soportable. Bufó y puso los ojos en blanco mientras la oía, le dieron ganas de quitarle aquello de las manos, y así lo hizo. Recuperó su frasco, y la miró ceñudo, en pie.

-¿Te han dicho alguna vez que tienes una falta de modales exagerada? - dijo como si estuviera reprendiéndola. Carajos, él tenía veinte años, no era más que un crío en comparación con el resto de profesores, pero merecía el mismo respeto, sobre todo porque era un hombre con una paciencia mínima y si no le mostraban el respeto que él pensaba merecer solía ser un poco “insoportable” - si un profesor llega y te dice que algo te sanará deberías de confiar en él. No es como si quisiera jugarme mi puesto por envenenar a una alumna a la que no conozco de nada - dicho aquello abrió la poción y la olió, llevaba algo de ajenjo y eso le daba olor, eso sí, recordaba todos los ingredientes de memoria, aquello solo lo hizo por hacer - esta poción sirve para evitar los malestares que ocasionan las contusiones, según el doctor te diste un buen golpe en la cabeza, si quieres la tomas, si no la dejas y ya - tras aquello le dijo la lista de ingredientes que tenía la poción, sencillos y, para él, fáciles de recordar.

Tapó el frasco de nuevo y lo dejó en la mesita, mirándola mal, porque no sabía mirar de otra forma. Se quedó un poco pensativo. Su actitud no era normal, obviamente él no sabía decir que le pasaba, pero había sufrido mil golpes y nunca había estado así.

-Creo que me voy a quedar aquí sentado un rato. Tu has como si no estuviera - ya era pura curiosidad, la preocupación quedó de lado al ver que su ayuda no era bien recibida pero quería saber que le había pasado. Quizás había dentro del tren alguien más haciendo algo, cosa que nadie había dicho, igual la habían hechizado ahí... no iba a marcharse sin saberlo - aunque si me cuentas porque estás tan agobiada igual y te puedo ayudar. Parece que te piensas que soy un troll o algo.. ¿abro las cortinas para que veas al resto? Puedo enseñarte mi plaquita de profesor, o... bah, como sea, tu relájate.

Se volvió a sentar y comenzó a juguetear con la varita entre sus manos, sin intención de marcharse porque era un hombre curioso y no le solía salir a bien no colmar su curiosidad.

Me sorprendo cuando me quita la boteilita de mis manos, se habia molestado porque no le aceptaba su veneno, si es eso lo que tenia en mente. Mis manos se quedaron enroscada a la altura de mi pecho, mis dedos se movian como si estuviera tocando las tecla de algun piano, repetidas veces. Me le quede observando mientras escucha aquella pregunta que me hizo soltar una pequeña carcajada-Esta de broma? Cierto? Claro que si tengo modales, usted es el que no respeta, ni siquiera porque soy una mujer-ruedo los ojos-casi me deja sin manos cuando me arebato el frasco de estas-se la muestro y me quedo despues en silencio.

Trato de acomodarme bien en la camilla de la habitacion en donde me encontraba, para no terminar de caerme al suelo. No me di cuenta que por estar moviendo tanto las piernas se me habia levantado la bata que me colocaron y se me veia casi las bragas que llevaba puestas en ese entonces. Suspiro mirando mis uñas mientras que el me esta explicando aquello sobre los profesores-Es que en realidad usted no parece un Profesor.Demasiado Joven, demasiado bueno, osea por el fisico, nose si sea bueno en otras cosas-me encogo de hombros-Por eso no puedo confiar plenamente en usted-sentencio, abrazando mis rodillas nuevamente. 

El abre la pocion y la huele, aun estaba decidido de que la bebiera, pero eso ya quedaria a mi eleccion. Me mordia una uña cuando el empezo a explicarme para que era aquella pocion y que contenia-Que bueno se ve entonces. Me mejorara un poco el dolor de cabeza y del fuerte golpe que me lleve-me tocaba esta, porque aun dolia. Los medimagos simplemente hacian era experimentos para que despertara pero no sabia si ya me dieron algo para los dolores, aunque sospechaba que no. Escuche atentamente los ingredientes. Si sabia de esa materia, no se si es que era buen estudiante o bueno en pociones o que si verdaderamente era ese profesor que impartiria esa clase-Esta bien, me asombra que sepa mucho-digo un poco sarcastica, mordiendo mi labio inferior. 

Veo que deja la pocion sobre la mesa. Mis ojos se pasean hacia el frasco, estiro la mano y la tomo nuevamente, simplemente la mantengo cerca para poder decidir si beberla o no. Me siento observada por el, aunque no de buena manera, me miraba siempre con el ceño fruncido. Nose si es que olia mal o era tan fea o que simplente el habia nacido con esa cara-Oiga que tengo de mal, que me observa de esa manera?-pregunto encogiendome de hombros, incomodandome.

Escucho nuevamente sus palabras y sonrio de lado por un momento-Puedes quedarte aca las veces que quieras. No creo que pueda ignorarte tan facilmente. Creo que te he visto tatuajes en el brazos. En serio no es facilmente de ignorar "Profesor"-recalco la palabra profesor por chocancia. Miro como juega con su varita y se sienta de nuevo, simplemente me le quedo observando curiosa. Me quede pensando como el queria saber que realmente me habia sucedido, en realidad estaba interesado en mi o solo era una fachada para que lo consideraran buen profesor-No no abra las cortinas , no me gusta que me vean en este estado las demas personas, igual no es algo que realmente me importe-me sobo un brazo, mientras bajaba la cabeza, ocultando mi rostro a traves de mis cabellos-Creo que solamente estoy agobiada por los golpes que lleve, no siento que sea por otra cosa-miento, no queria que supieran de mi enfermedad, despues me juzgaria como todos-Si me muestra su placa me quedaria mas tranquila-comento en susurro con un tono bromista pero a la vez penumbroso.

Ignoró, por el bien de ambos, aquella cosa que ella había dicho sobre que por poco le arranca las manos o algo así. Era una exagerada, no podía haberle hecho daño, menos aún porque su gesto fue brusco, si, pero no descuidado y él sabía como hacer daño, eso no se le daba mal.
Trataba de mirarla lo menos posible, era incómodo cuando estaba con el batín de la enfermería y cada vez con el mismo más arriba. Ella era joven pero bien formada, y Adnan tenía ojos, dos, y muy selectivos. Cuando oyó como llamaba “demasiado bueno” clavó su mirada en los ojos de ella. No estaba acostumbrado a los piropos, y no le gustaba ser halagado, la mayoría de las personas que decían algo bueno de él terminaban queriendo algo a cambio, de un modo u otro.

-Comienzan a darme ganas de prepararte algo a base de tila y melisa, para que te relajes, estás demasiado ansiosa - dijo con el tono no tan amigable como sus palabras podrían sugerir. Era un tipo serio, y ella estaba desconfiando de él más de la cuenta, eso lo ofuscaba, pero... demonios, no podía simplemente ignorar que estaba pidiendo a gritos ayuda y ahí los medimagos no hacían caso a nada - y no tienes nada mal, solo la...el batín un poco levantado, si te lo pones bien mejor, por los dos - dicho aquello desvió la mirada, era una alumna, ahora él no era un chico de unos veinte años observando a una chica de quince (que sería ilegal, pero menos raro) ahora era un profesor con una alumna enfrente tenía que cuidar un poco como pensaba de sus piernas largas y delgadas.

-Aquí tienes, míralo todo lo que quieras - sacó de su cartera la tarjeta que lo acreditaba como profesor, la tenían todos, por si algún alumno con ganas de bromear se tomaba una multijugos o engañaban a la vista con algún hechizo ilusionista, solo un profesor real tendría una de esas tarjetas, y aunque en la suya ponía que era profesor en prácticas, al menos a ella debía servirle - ¿te interesan entonces los tatuajes? Antes dijiste algo, pero dices cosas muy raras, alumna - comentó divertido, recalcando aquella última palabra. Él tenía el brazo lleno de tatuajes, tribales, calaveras y cosas similares. Le gustaban y se los había hecho un buen amigo, un mago, no tenía los mismos problemas que podrían llegar a tener los muggles con sus tintas que terminan clareándose, a él no se le jodería tan fácil -te puedo enseñar un par de ellos, son fáciles de ver, mi preferido lo tengo a la espalda, pero ese solo te lo mostraré si te tomas la poción y te portas bien.

Esperaba que de esa forma lo tomara y al menos, aunque le siguieran los nervios por el ataque, ella pudiera sentirse mejor, se le pasaría el dolor.

Mis piernas aun estaban arriba de la camilla, mis manos se posaban en mis rodillas mientras que trataba de observar al profesor. Queria saber su respuesta de porque me miraba siempre mal. Si, estaba segura, nacio con esa cara, en ningun momento la cambiaba asi fuera para decirme algo bueno. Me sentia regañada por mi padre o incluso por Michelle que especialmente era como mi segunda madre. No, no podia seguir permitiendo aquello. Iba a rechistar pero el me salio con que me queria preparar otras infusiones-Melisa? cual mata es esa?-pregunto curiosa-Conozco la Tila, pero no la Melisa, bueno ni al caso...-comento a la vez que se me subia mas la bata, sin querer, sin darme cuenta de nada.

Suspire esperando por su respuesta por hablar de la infusion de me olvido lo que le iba a decir, pero claramente era sobre porque me miraba mal. No fue necesario decirle nada porque ya de su boca de pequeños labios salian aquellas palabras. Mis ojos se abrieron de par en par, dejando ver mi pupila negra y mi iris azul claramente. Mis mejillas se sonrojaron porque no sabia que le estaba mostrando parte de mi, conocio mis bragas y mis piernas, en realidad no me habia dado para nada cuenta de aquello-Lo siento no me percate de ese gran detalle-bajo un poco mi batola-Espero que no se haya traumado por ver mis bragas de osos, mi hermana se empeña de comprarme esas bragas, no me gusta ponermelas, pero no tenia en ese momento cual ponerme. La Elfina de nuestra casa se puso vaga y no ha lavado toda la ropa que tenemos sucia, ya sabe, y bueno era la ultima opcion que me quedaba-le explico con mucha pena, mis mejillas y nariz se encontraba con mas color rojizo que nunca.

Por dentro no podia aguantar la risa de que me fuera visto las bragas, en realidad nose si eran de osos o no, pero no me importaba en absoluto que me fuera visto casi la entrepierna. Derepente el saco una tarjeta y me la mostro. La tomo entre mis manos y observo-Adnan K. Yesenes, Profesor en Practicas-leo cuidadosamente-Profesor en Practica?-pregunto dudosa-entonces no es un profesor como tal, solo es como un suplente,no?-cuestiono de nuevo jugando con la tarjeta entre mis manosa para luego regresarsela.

De mis labios se escapo una leve sonrisa cuando dijo que decia cosas raras, no era el primero ni  el ultimo-Si si me gustan los tatuajes y observe que tiene muchos en los brazos. Que raro que la directora aun no le ha dado un ataque por que un chico asi nos este dando clases, pero alla ella y sus selecciones-Le sonrio de nuevo, escuchando atenta lo demas. Me mostraria su espalda, su tatuaje preferido si solo me bebiera la pocion que tengo en manos-Bueno... puedo beberme la pocion pero no le aseguro que actue de la manera correcta mi estimado Profesor-le sonrio con una notoria cara malevola, agarrando la botellita que se me resbalo hasta el inicio de mi intimidad, osea estaba casi entre mis piernas, la tomo entre mis manos y juego con ella de un lado a otro-Bien la bebere, solo por mi bien-en verdad queria verle el tatuaje en la espalda, era un profesor mono y no estaba para nada feo, solo que le faltaba mas carnita.

Abro la tapa de la botella y lo huelo-Guacala huele a demonios!-digo fastidiosa y me empino la botella en los labios, mientras que lo observo a el fijamente. Solo para enseñarle que si hacia caso en pequeñas ocasiones. El sabor de la pocion no estaba tan mal, no era n amarga, pero si acida, arrugue un poco el ceño y note como pasaba por mi garganta. Deje la botellita otra vez en la mesa y me le quede observando al profesor nuevamente, esperaba que me hiciera efecto la pocion-Listo, ves? soy niña buena-le comento bromista.

Ya iba a explicarle que la melisa es una flor que se solía utilizar para infusiones relajantes, si la unes a la tila el efecto es mucho más eficaz y fuerte, él añadía un poco de ambas a las pociones que tomaba para poder descansar bien, a ella le ofrecería una simple infusión, pues una poción con eso podría dejarla más dormida que despierta y no era su intención, no después de un golpe tan fuerte en la cabeza. Pero claro, toda la conversación fluía rápida y ni siquiera dejó que él dijera aquello del todo, NO le había visto la ropa interior, se había fijado en sus muy bien torneados muslos, obviamente y trató de no mirar si realmente sus braguitas estaban llenas de ositos o de ranas, le daba igual, tenía prometida, lejos y distinta, pero la tenía, estaba allí, no podía simplemente llegar y ponerse a mirar la ropa interior de las alumnas.

-No digas más. No tienes que explicarme, solo cúbrete - dijo él, sin vergüenza en realidad, pero sin querer caer en malos pecados al sentirse tentado por una muchacha - no soy un suplente, estaré un año en prácticas y si lo hago bien el año que viene estaré fijo, solo tengo veinte años, soy buen pocionista, pero comprendo que deban probarme antes - explicó un poco molesto por eso que ella había dicho, no es que le gustara ser profesor, es más, si su hermano terminaba ese año la escuela renunciaría el año que viene. Estaba ahí porque habían pasado demasiado tiempo separados ya - igual me la pica lo que la directora quiera, si le molestan mis tatuajes ya puede venir ella a decírmelo que no haré nada para cubrirlos - en su tono se veía el orgullo y sonrió, quizás, por primera vez, no le gustaba seguir las normas y sabía que ahí estaba un tanto cubierto, había hecho buenos amigos en el ministerio y tendrían complicado echarlo sin muchos motivos.

De cualquier modo dejó de pensar en ello cuando vio como se le resbalaba el botecito, primero pensó que lo iba a tirar todo, después no pensó nada porque entrevió sus muslos de nuevo tras seguir el camino que el frasco había tomado. Sus muslos, su entrepierna, su ropa interior. Rápidamente volvió a mirarla a la cara, no podía simplemente desviarse por ese camino, sufría cual hombre con sed que ve un espejismo y sabe que no podrá beber de él.

-Ya bebe y deja de pensar - dijo en un tono exasperado, no por ella, la chica no había hecho nada malo. Lo malo era él, que estaba poniéndose demasiado nervioso. Por suerte al menos cumplió su parte, la vio tragarlo todo y suspiró, algo más tranquilo - buena cuando le da la gana - comentó un tanto divertido mientras se quitaba la capa, la dejó de cualquier modo en la silla y pensó en como mostrarle el tatuaje sin quitarse la camiseta y sin mostrar su espalda, que era, literalmente un poema dedicado a los años de maltrato infantil que sufrió con su abusón padre. Por suerte los ojos que quería mostrarle estaban casi en su cuello - si quieres verlo ayúdame y baja un poco el cuello de la camiseta, pero no mucho o me vas a ahogar ¿si?

Dijo aquello con un obvio tono de broma, sería casi imposible que esa chica lo ahogara solo por tirar un poco de la ropa. Se dio la vuelta y terminó sentado de espalda a ella en el borde de la cama, dejó que viera aquellos ojos que tenía tatuado casi en su nuca algo que pocas personas veían de él, pues siempre iba bien cubierto. Ella quizás podría vislumbrar alguna de las cicatrices, marcas que llegaban hasta sus hombros, suaves llegando al cuello pues ahí había hecho lo posible por eliminarlas. Obvio no se quedó mucho tiempo ahí, terminó por medio girarse para ver su rostro, y ya de pasó, al haberse quitado la capa, dejaba a su vista el brazo  casi hasta el hombro.

-¿Te gusta? A clase trataré de ir un poco más cubierto, pero realmente no me incomoda que los alumnos vayan a pensar de mi por estar tatuado.

Tatto del brazo es similar a el del modelo pero son más runas y símbolos raros y egipcios que dibujos. La estrella de la muñeca no la tiene XD

Cuando termine de beber la pocion que el hombre me dio, tire la botellita simplemente al suelo, no la queria ver cerca puesto que fue de forma obligada que la bebi. A veces cuando las cosas eran obligadas para mi persona, las desechaba rapidamente, las desaparecia de mi mundo perfecto, simplemente porque me fastiaban la existencia. Nose porque tenia ese mecanismo para vivir pero asi me acostumbre.

Aun por mi garganta se sentia aquel sabor extraño, esa acidez. Mi ceño no dejaba de estar fruncido porque mi lengua se resecaba queria mas agua, ademas como que la pocion estaba haciendo efecto porque me estaba sintiendo extraña, era una sensacion confusa. Mi estomago se removia, no se si era porque tenia hambre o era por la pocion, pero mis tripas querian hablarme, querian hacerse sentir. Mis manos se fueron a mi estomago y la sobe con mis dedos unos momentos-Esto le hizo daño a mis tripas-puchereo, pero derepente noto como se levanta nuevamente mi batola de la enfermeria y se escucha un sonido como un silvido agudo, creo que se me habia escapado un gas por la retaguardia-Ups!-mis mejillas se pusieron cada vez mas roja por aquello-Lo siento, se me escapo, pero descuida nunca huelen feo-le aconsejo con tranquilidad, en realidad no olia mal, nunca olian mal, segun yo. 

Suspire hondamente y lo observe-Creo que para algo ha servido la pocion, para sacarme esos gases que me tenian obstruida-comento sarcastica y bromista, pero en realidad el dolor de cabeza que tenia hace poco y el del cuerpo se me habian pasado, ademas creo que mis nervios se estaban disipando poco a poco. Sentia mi cuerpo flotar un poco mas-Mentira-sonrio-Se me ha quitaro el dolor de cabeza-me sobo  mi frente-Gracias, Profesor Adnan-comento ladeando mi cabeza hacia un lado. Desvie la mirada hacia las cortinas de la sala que cubrian mi camilla, recordando lo que me habia comentado sobre su posicion en el colegio, lo de que me cubriera y sobre todo lo que le importaba que la directora lo observara de cualquier manera- Recuerdo lo que hace poco me dijiste...-sonrio de nuevo-...No fue mi intencion como dije antes de mostrarte mis bragas solo se subio-le excuso de nuevo-Tu posicion, en realidad como tu dices es buena porque es correcto practicar antes de llegar a un buen resultado y lo de la directora, me agrada. Eres un profesor joven, tienes 20 años. Aun hay mucha rebeldia en usted. Aunque quiera aparentar ser el hombre mas servicial, caritativo, amable, con etica para dar clases, se que dentro de usted aun esta ese jovencito atrapado que quiere salir de nuevo a liberarse, ser rebelde, romper reglas, drogarse...drogarse-comento mientras juego con mi cabello y me muevo entre la cama otra vez dejando notar mi entrepierna obstaculizada por las bragas.

Derepente observo como se va quitando su capa y la deja en la silla donde hace poco estaba sentado ya que se levanta y se va acercando hacia mi. En ese momento mi cabeza penso rapidamente muchas cosas. "Para que se acercaba? sera que me queria hacer algo? sera que por ver mi entrepierna, se encendio por dentro? ese fuego que mi padre decia cuando veia mujeres hermosas y sexys, aunque yo para nada era tan hermosa y sexy" pense mordiendome el labio inferior pero su voz me saco de esos pensamientos, simplemente queria que le viera los tatuajes que me dijo anteriormente que tenia en su cuerpo.

Escuche su orden sobre que jalara del cuello de su camisa para observarle el tatuaje, asi lo hice. Lo mire sentarse en la camilla. Me acerco cuidadosa, sentandome detras de el colocando mis piernas por cada una de sus caderas, dejando reposar practicamente mis pies palidos sobre las piernas del profesor. Mi mano se fue hacia el cuello de la camisa del profesor e hice un jalon duro tratando de ahogarlo, aunque el me pidio que eso no lo hicera, pero simplemente queria ver si se asustaba, era una pequeña broma-Lo siento, es broma-digo bromista, sonriendome luego. Despues me pongo seria y bajo su camisa con cuidado poco a poco, mis dedos frios rozaban su piel.

Dos ojos me miraban fijamente, eran hermosos, se sentian juveniles, alegres y tambien penetrantes-Me gusta, es interesante, siento como me penetran-le murmuro suavemente sobre su nuca dejando escapar mi aliento sobre esta. Luego mis ojos se desvian hacia las marcas que no eran para nada tinta de tatuajes-Que son esas marcas en tu piel?-pregunto distraida, tocandoselas con la llema de mis dedos, eso me atraia aunque hacia recordar algo tambien de mi pasado, tambien estaba marcada. Mi lengua se fue directo hacia esas marcas en sus hombros y las lami por que queria hacerlo simplemente-Esto te sanara-murmuro ida, aun acariciando las marcas. 

El se quito rapidamente dejandome ahora a mi sentada. Se volte a verme y yo tambien me le quedo mirando, pero se van mis ojos hacia sus tatuajes del brazo-Oh!! eso tambien me gusta-lo señalo con mi dedo indice y me levanto de la cama para luego tomarle el brazo, pasandomelo por mi mejilla, acariciandome con su brazo tatuado como si fuera un gato felpudo, mientras le observo-Yo quiero. Como me los hago?-pregunto curiosa mirando al profesor con cara suplicante.

De un abrir y cerrar de ojos me separo de el-Ya que vi sus marcas y se las he sanado con mi saliva, me gustaria mostrarle algo tambien-le comento y me doy la espalda donde fijamente se notaban por el entreabierto de la batola, mi espalda blanca marfil y las bragas cubriendo mis gluteos. Mis manos acomodan mi cabello hacia un lado de mi cuello y luego se van a desatar el lazo de la batola, esta cae al suelo y con mis manos me tapo los senos. Deje que tambien observara las marcas de mi cuerpo, no estaban tan bien cuidadas como las de el, asi que se notaban mas.

Él no solo le restó importancia a lo que le había dicho sobre sus tripas y sus ventosidades, si no que tampoco dijo nada ante su agradecimiento, no estaba de más recibirlo, pero realmente no lo había hecho esperado una medalla al gran profesor y persona que era, se la había dado por lo obvio, le recordó a alguien, aunque cada vez que hacía o decía algo ese parecido se disipaba un poco más y él se sentía un poco menos atado a ella. Eso era algo bueno, de no ser así podría terminar muy mal la cosa, aquella chica le robaba el sentido y... no, no podía permitirlo.

Cuando continuó hablando él oyó atento. Frunció el ceño pero no dijo nada. Aquella mención a las drogas le hacía pensar que quizás ella sabía más de él de lo que debería, era un adicto, uno en rehabilitación. Había logrado no pensar en eso por un rato, pero tenía un poco de coca en el bolsillo de la capa, un “botón de urgencia” por si acaso todo se tornaba insoportable o si la poción que tomaba para no sentirse tan jodidamente mal durante la abstemia dejaba de funcionar de pronto. Pero ahí ella no había ayudado ¿porque tenía que hablar de ello? Trató de no pensar y mejor le mostró el tatuaje. Maniobra de evasión se podría llamar.

-No me gustan demasiado las bromas Maddeleine - dijo en un tono sombrío al notar como había tirado de su camisa, era una sensación muy desagradable, algo que le evocaba demasiado recuerdos. Había apretado los puños del “susto” e incluso se había dañado un poco las palmas de la mano con las uñas por la fuerza que ejerció en ese movimiento. Por supuesto se controló y no se apartó ni dijo nada más, respiró tranquilo en el tiempo que ella lo miraba y casi ni oyó su comentario. Ahora recordaba porque nunca dejaba a nadie ver ese tatuaje. Iba a comenzar a hablar cuando notó su lengua en la piel. Cerró los ojos, no por asco, si no porque el mismo motivo que hacía un momento lo había hecho ponerse en guardia. Se apartó rápido y la miró mal, muy mal - no vuelvas a hacer eso. Las marcas no son de tu incumbencia y... - recordó donde estaba, suavizó la voz, porque si el medimago le oía amenazar a la chica seguro que lo reportaba con la directora y oyó como ella le preguntaba por el tatuaje del brazo. Se lo miró, tratando de abstraerse, tratando de volver todo a la normalidad. Quería salir, fumar, o meterse algo, dejar de pensar en alguien lamiendo su hombro. Era obsceno y repulsivo -no tienes que mostrarme nada - dijo él, un poco a destiempo, realmente estaba alterado, actuaba lento, le temblaban las manos, sobre todo la derecha. Notaba la boca seca, la abstinencia era, sobre todo, algo mental, y ella le había hecho entrar en un caos interno que no ayudaba.

Al mirarla de nuevo esta... desnuda. Volvió a notar aquel calor interno. Si algo le faltaba a su cuerpo en ese momento era lujuria y ella acababa de llenar también ese frasquito, estaba al completo de emociones que NO tenía que sentir dentro de ese castillo. Por los mil demonios del inframundo ¿de que psiquiátrico se había escapado aquella muchacha?

-¿Tu estás loca? Cúbrete - dijo en un susurro gritado. Como esas veces que gesticulas como si estuvieras por gritar pero te sale poquísima voz. Casi se le lanzó encima para taparla con la sábana de la cama, y notó su cuerpo tibio al rozarle con los dedos por accidente y se puso aún más tenso. La miró. Sus marcas contaba una historia que él no conocía, una historia posiblemente dolorosa. Notó una punzada en su estómago, un dolor conocido. Ver a su hermano ser maltratado por su padre había sido incluso peor que sentirlo en su propia piel, y ella parecía haber pasado por algo similar ¿y si no le recordaba a su prometida, si no a si mismo? Aún sin saber por lo que había pasado quizás algo en su rostro la había delatado sin querer - perdona, no quería... esto está completamente fuera de lugar - dijo casi hablando más para si mismo que para ella, se sentó en la camilla, tratando de no mirarla, no quería preguntarle por sus heridas pero si quería taparlas, hacerlas desaparecer. La miró de reojo, estaba en el lado contrario de la camilla, dándole la espalda - no puedes hacer esas cosas frente a cualquier hombre que recién conoces Maddeleine, no sabes lo que podría pasar, eres...bonita - suspiró tratando de tragarse la palabra adecuada “sexy”; a pesar de ser una niña lo era, su cuerpo ya estaba perfectamente formado.

Claro que ella no sabía que responder a eso ¿que persona normal actuaba así frente a un desconocido? No, ella se había llevado un golpe demasiado mal dado, seguro que se había quedado con algún trastorno, claro que él esperaba que se le pasara con el tiempo, pero ya había hecho todo lo que estaba en su mano y sería cuestión de minutos que se marchara, porque lo estaba poniendo nervioso, y realmente un Adnan nervioso y en abstinencia no era bueno para absolutamente nadie.

-No tienes que disculparte, solo debes dejar de comportarte así - dijo él, seguro de sus palabras, realmente lo último que necesitaba era un escándalo en su primer día lectivo oficial. No lo echarían, tenía buenos contactos que arreglarían todo, estaba claro, pero aún así no quería decir que le agradara la idea más tensiones con compañeros o jefes o lo que fuera. Además, sabía de alguien a quien le agradaría recibir la noticia de que estaba haciendo lo que fuera con una alumna. Por se había girado, para mi mirarla, pero ahora la notaba, a su espalda.

Imágenes repetidas mil veces en sus pesadillas llegaron a su mente con aquel gesto, sus brazos eran ridículamente pequeños en comparación con aquellos que recordaba, sus senos en su espalda ayudaban a que realmente él no evocara todo aquello hasta el punto de enloquecer y golpearla directamente, pero aún así se quedó paralizado. Era una sensación horrible la que notaba en su interior, nada comparable a lo que en teoría tendría que notar al sentir un cuerpo femenino contra el suyo.

Estaba pensando, como actuar, que hacer, como apartarla, fue a tomarla por la muñeca, enfadado. Si tuviera que compararse con algo lo haría con un tubo de escape, caliente, guardando dentro de si demasiado humo, en el momento en el que decidiera soltarlo todo estallaría y nadie querría estar tras él, o al lado... y entonces pasó aquello, fueron unos segundo ¿he dicho segundos? Probablemete menos. Ella lo soltó, él se puso en pie, la miró, oyó sus sollozos y todo lo que Adnan supo hacer fue ponerse sobre ella en la cama. Una de sus manos tapó su boca con quizás demasiada fuerza, la otra se colocó sobre su clavícula. La tenía inmovilizada bajo él, con una pierna a cada costado de la castaña y si trataba de moverse su mano apretaría en el cuello (ahora mismo no lo hacía, solo era precaución).

-Cállate pedazo de puta. ¿Como se te ocurre...?¿Qué coño te ha dado? - lo suyo era apenas un susurro. Presionó algo más fuerte su boca, para evitar que hablara, si le mordía no sería lo peor que había notado en el día, podría jurar que el abrazo le había dolido más que cualquier cosa que ella pudiera hacer con sus dientes. Afinó el oído, tratando de escuchar a alguien acercarse. Tratando de saber si ya estaba despedido, pero había tantos heridos que el sonido del exterior posiblemente hubiera apagado por completo su grito, o eso esperaba él - vas a escucharme, y si no lo haces te juro que esas marquitas que tienes quedaran en nada comparándolas con lo que te haré - se había inclinado sobre su rostro, para hablar tan bajo que apenas ella pudiera oírle - si vuelves a gritar no te callaré si no que te golpearé. Si vuelves a decir algo así de mi, la desnudez será el menor de tus problemas, y te juro, que si me despiden por esto voy a buscar lo que más quieras y te lo voy a arrebatar ¿lo has entendido? - y estaba claro, ahora si, que el chico no hablaba en broma, de sus ojos se había ido aquella muestra de compasión que al principio mostraba, ya no había sonrisa y seguramente parecería haber envejecido unos años. Si lo echaban del castillo todo lo que llevaba preparando años se iría al garete, no su carrera, eso le daba igual - haz un gesto con la cabeza si lo has entendido - dicho aquello miró a su alrededor, necesitaba algo para calmarla pero no podía permitirse tomar su varita, un desmaius sería lo ideal pero ¿seguro que soltarla sería una buena idea? - vas a hablar, si levantas la voz pienso cortarte el aire - apretó levemente contra su cuello la mano que sostenía su clavícula, para que notara que podría hacerlo en un segundo - y me vas a explicar porque demonios has gritado eso, si hace un segundo estaba todo bien.

Mis manos aun se posaban sobre mis oidos tapandolos con fuerza por el fuerte silbido que notaba en ellos, ademas el dolor de la cabeza era fuerte  y notaba que cuando cerraba mis ojos las sombras de afuera eran titilantes. Creo que las luces de las velas vibraban con mas fuerza que antes. Aun aullaba como un perro herido cuando todo cambio tan repentinamente. Mi cuerpo fue acostado bruscamente sobre la cama de la enfermeria, notaba como aquel profesor me tomaba con fuerza apretandome contra la cama. Su mano en el momento de posicionarse sobre mi boca me pego tan fuerte que senti como si fuera un manotazo que me dieran para que ningun sonido saliera de ella.

Abri los ojos con bastante fuerza. Se podian notar su color azul con mayor claridad, lo miraba con firmeza con lagrimas en mis ojos, pero eran claramente lagrimas de cocodrilos, no eran reales. Su mano en mi clavicula me impedia moverme, sobre todo el torso para poderme levantar y luchar contra el, de todas maneras tenia mis manos libres. Cuando noto que cada una de sus piernas esta a cada lado de mi pude notar como su pelvis se pegaba contra la mia casi desnuda y eso causo una etraña confusion en mis sentimientos.

Escuche claramente sus amenazas aunque fueran en susurro, en realidad no le tenia miedo, no me daba miedo lo que me decia, sus palabras eran vientos a mis oidos, pero de todas manera no podia evitar mirarle con fijeza hacia sus ojos casi desorbitado por la ira. No pensaba morderle la mano pero si me faltaba la respiracion porque me apretaba mas la boca para que no gritara, hacia que mi saliva saliera mas de esta y le mojara su mano. Me golpearia? Me torturaria? eso no me importaba estaba acostumbrada, nose como funcionaba mi cerebro pero eso era algo que a pesar de las dolencias lo veia placentero, hacerle daño a los demas y a la vez ue tambien me lo hagan a mi.

Asenti a su orden mientras que lo observaba, entendia lo que me decia. Dejo libre mi boca a la vez que aun me amenazaba sobre cortarme la respiracion. Note sus manos frias y humedas tocar mi cuello suavemente para que viera que si era cierto que me agarria del cuello para ahorcarme si soltaba un grito para pedir ayuda. Lo cierto es que no necesitaba ayuda contra el, mi miedo aun no aumentada para nada, mas bien aumento otra cosa contra mi. Tenerlo arriba de mi, tan cerca de mi, susurrandome asi y sobre todo haciendome todos esos arrebatos con salvajismo, hacian que mi cuerpo se apoderaba de un calor insoportable, nose porque me pasaba aquello. Ademas su roce contra nuestras pelvis de esa manera tan brusca hizo que me mojara repentinamente, pense que me habia orinado, pero nose porque me habia orinado si no sentia ni miedo, solo un poco de nervios. Creo que fue la excitacion que hizo que me pusiera humeda, otra cosa que ayudaba con la situacion era que estaba desnuda, solo me ocultaba un poco con las sabanas y al momento de el posarse sobre mi, habia bajado las sabanas dejando mostrar claramente mis senos circulares.

Me mordi el labio por un seguno, desviando la mirada de el-Mi mente no se maneja como cualquier otra persona-le contesto susurrantemente. Aun me mantenia en el agarre del hombre pero no me importaba en absoluto aquello ni me daba verguenza haberme puesto humeda por todo el ataque. Sin querer subi mi pelvis sobre la de el, dejaria que notara mi humedad por un momento, aunque fuera solo para acomodar mi cuerpo sobre la cama porque me lo sentia lastimado por el peso de el.

Lo vuelvo a observar-Me ha hecho humedecerme!-digo esto tan bajo como puedo mordiendome despues el labio observandolo con una cara lasciva-Profesor Adnan, disculme no queria hacerlo enfadar-digo haciendo claramente una cara de inocente pero en el fondo de mi ser, sinceramente no tenia nada de inocente, de niña buena-Pero escucheme tambien no tolerare que me amenace de esa manera, claramente tampoco conoce quien soy en realidad-le digo ahora con mucha seriedad, solo esperaba que ya se bajara sobre mi cuerpo.

-Ya se nota - susurró tras oír aquello de que no funcionaba igual. Ahora no tenía ni idea de que hacer, oír lo que tuviera que decir ¿y después? Lo lógico sería levantarse e irse. No tenía que seguirla el rollo a aquella loca,  no tenía que preocuparse por ella, si quería tirarse de la cama que lo hiciera y si se ponía a gritar que la había violado que alguien le diera suero de la verdad y comprobara. Él ya no hacía esas cosas, no iba a negar que se había tirado a alguna que otra chica con dudable convenio, pero ya no más.

Después de eso sus dudas ya parecían estúpidas, notó como se movía, como, de manera casi literal, se frotó contra él. No era más que una niña, por Merlín, estaba haciendo esos movimientos obscenos que le hicieron mirar hacía abajo y ver sus pechos. Y a él no le faltaba hombría, por ninguna parte, notó un calor molesto en su entrepierna. Era lo último que necesitaba en ese momento, que aquella niñata le fuera a calentar sin más.

-Maddeleine ¿sabes acaso de lo que estás hablando? - oyó todo lo que tenía que decir, sus incoherencias. Nada tenía sentido en todo aquello, que se había humedecido, que no lo quería enfadar y que no la volviera a amenazar. Joder, que había estado a un grito de perder su trabajo sin tan siquiera comenzarlo aún. Se bajo de la camilla y la liberó solamente porque ni sus tonterías llevaban de vuelta la flacidez a su entrepierna y comenzaba a molestar hasta el más leve roce - creo que esta conversación termina aquí. No podemos.... no puedes humedecerte porque te amenace y mucho menos yo no puedo ponerme así sobre ti. Perdí el control. Tendrás que disculparme - se puso la capa de modo acelerado mientras la miraba de reojo y hablaba - tu... tu no estás del todo bien Maddeleine, deberías vestirte, le diré al medimago que venga y...

Se giró de nuevo a mirarla, tan desnuda, tan atractiva. Y lo mejor era esa parte salvaje que ella parecía poseer, la parte que lo había excitado a él también. Se quedó mirándola, quizás más tiempo del que debiera y suspiró, pasándose ambas manos por la cara.

-Necesito fumar, salir de aquí para fumar - ante cualquier situación que lo alterara su adición lo controlaba totalmente. La miró y por un segundo sintió que estaba tan loco como ella - esto es una locura, pero... ¿te sientes lo suficientemente bien como para dejar de amenazarnos fuera de aquí? No me fío de ti, si tienes otro de esos prontos en los que me acusas podrían despedirme, pero eres una chica curiosa. Estaré en mi despacho señorita, por si le interesa.

Dicho aquello fue directo a salir de allí. Realmente era cuestión de vida o muerte el darle una calada a algo con nicotina, o así se lo dictaba el cuerpo.

No me importaba lo que afueras de aquellas cortinas beige, por el polvo, estuviera pasando. Mi mente solo estaba centrada en mirar al Profesor Joven que tenia presente, todo se me habia descontrolado como el tambien. Aun se encontraba sobre mi, su piel, su cuerpo su peso me insitaba mas, pero algo tambien me detenia en seguir. Ignore su comentario sobre la funcion de mi cerebro y me quede por un momento en silencio solo observandole su rostro sudado, pero a la vez tornandose un poco rojo, nose porque seria.

Su pregunta llego a mis oidos. Que tenia de malo lo que yo decia? bueno en realidad aveces no se entendia lo que yo decia, todo era incongruente-No, no lo se-suelto deprisa, respirando aceleradamente porque sentia como su hombria se entre rozaba con mi carne intimia virginal que aun no habia sido tocada por nadie. Mi pelvis se alzaba un poco mas hacia el, queria sentirlo mas cerca, por curiosidad, era una sensacion buena, creo, pero solo era por un instante. Derepente noto como su cuerpo se retira de mi cuerpo, liberandome de sus agarres para despues colocarse su capa rapidamente. Solo escucho sus palabras, levantando un poco mi torso sin taparme absolutamente mi desnudez-Fue algo incontrolable se me escapo de mis manos o mejor dicho de mis piernas aquella humedad. Esa sensacion de estar mojada-le confieso sonrojada y a la vez confundida. 

Pestañee dudando en si perdonarlo o no, no era tan facil de perdonarlo, tampoco de olvidar-Pensare sus disculpas profresor...emm tratare tambien de entenderlo-me muerdo el labio acariciando con mis manos el colchon de la camilla. Se notaba su repentino nerviosismo o timidez por como se expresaba ahora. Me decia que no estaba bien, solte una pequeña sonrisita cuando dijo aquello, en realidad no lo estaba-Descuide-me abrazo a mi misma para despues abrir mis ojos en el momento que dijo que queria llamar al Medimago. Me levante rapidamente de la cama acercandome a el-No no llame al medico por favor!-le pedi nerviosa, podian meterme junto a mi madre y no queria-No hare mas nada, se lo prometo-le digo mirandole fijamente sus ojos oscuros, pero pude presenciar como el se quedaba deslumbrado por mi belleza. Mire su rostro y luego mas abajo, su cuello su pecho, su abdomen hasta llegar a su intimidad, estaba levantada mas de lo normal. Queria cerrar los ojos, pero no lo hice, solo los dirigi nuevamente hacia el profesor que aun me seguia mirando con esa cara de perdido, bobo.

Sus ultimas palabras me dejaron en shock, no se si podia controlarme afuera de aca y mucho menos si nos dejariamos de amenazar pero por ahora seguro que si ya que no teniamos  mas nada porque discutir, peliar o amenazarnos. Tampoco confiaba en el, pero cuando dijo que era curiosa, me entro rubor en las mejillas sin darme cuenta, nose, pero eso me habia gustado, no todo el mundo me lo decia-Algun dia ire, pero no ahora, no me dejaran salir como estoy, mucho menos en estas fachas. Si quiere mantener su trabajo no creo que sea muy buena la idea, pero no olvidare su oferta-le digo, sonriendo ladinamente, aunque nose para que me queria en sus despacho-Duda...emm para que me quiere en su despacho?-pregunte curiosa. Sera que alli si cumpliria sus amenazas? terminaria por ahorcarme?-Tampoco es que me fio de usted, Profesor-digo temerosa, pero sin dejar de estar cerca frente a frente con el profesor. 

Luego noto como el se va hacia la salida de las cortinas la cual rodeaban mi cama. Afuera aun se escuchaban esos lamentos. Me atrevi, corri hacia el, le agarre del brazo para que volteara. Incline mis pies para estar a la altura de su rostro, porque era mas alta que yo, y calidamente le di un pequeño beso en los labios, nada de lengua, solo un leve roce-Gracias por ayudarme-le susurro en los labios al profesor para luego darle la espalda, subirme en la cama y volverme a colocar la batola de la enfermeria, me acoste en la cama dandole la espalda aun al profesor. Me quede observando la llama de la lampara perdida en mis pensamientos.