Camino a Hogsmeade //Adhara Raus\\

Una salida de Hogwarts es todo lo que los alumnos están esperando, tener la posibilidad de dar un paseo por las calles de Hogsmeade y además de poder comprar cosas que a veces son necesarias, otras no tantas, poder tomar algo a la par de una chimenea que te mantenga caliente, visitar casas encantadas que existen y tienen historias tétricas desde hace siglos. Todo está listo y es el deber de un profesor acompañar a los alumnos para que estos no vayan a causar problemas, no son tiempos para ponerse a realizar bromas, cosas graves han pasado y se debe estar atento a todo aquello que suene raro o se vea raro. Es día me puse mi ropa mas casual, una remera blanca y lisa, uno jeans normales ya que no me agradaba usarlo bien ajustados al cuerpo; unos zapatos cómodos para poder caminar y que no me duelan los pies, una bufanda alrededor de mi cuello para protegerlo del viento que a veces te puede dejar sin voz; arriba de todo esto me puse un saco, no tan pesado pero tampoco tan liviano, debía de cuidarme si quería llegar a la primera clase de Herbología sano y salvo de cualquier enfermedad, además la enfermería era uno de los lugares donde menos me agradaba estar, y eso que en el tiempo en el que llevo en Hogwarts ya he tenido que ir un par de veces, se puede decir que muchas porque siempre se necesita de alguna planta para curar algo inesperado. Me uní a la marcha de los alumnos luego de que se pasara lista de todos aquellos que habían llevado sus permisos para salir de Hogwarts.

En el camino al viejo Hogsmeade comencé a hablar con ciertos alumnos que me preguntaban cuando sería la primera clase, qué es lo que daría en ella y cosas por el estilo, la mayoría eran chicos de tercero año, no entendía porque estaban tan entusiasmados, ya que por tradición la mayor parte de jóvenes tratan de evitar el tener que asistir a clases, por mas "cool" que esta parezca, siempre hay tarea y por consiguiente, eso los frena a querer asistir y que se le junten las tareas de las materias, pero en Hogwarts, por lo menos en este año, se dividirían las clases de manera que no se rejunten tantas al mismo tiempo. Esto podía ser bueno como también podría traer problemas, pero eso lo habían dispuesto desde el Ministerio y se debía de acatar al pie de la letra. Luego mi mirada se centro en un grupo de chicas de Gryffindor que estaban hablando mucho entre ellas y en voz baja, como si trataran de ocultar algo; esto hizo que me moviera de lugar, me disculpara con los alumnos de Hufflepuff y fuera directamente con ellas; no las reconocía muy bien a todas, pero entre ellas estaba la señorita Adhara Raus, había sido alumna mía en casi todas las clases de Herbología del año pasado, tal vez es por eso que su rostro me era mas familiar que el de las demás chicas.

Al momento de estar junto a ellas las oigo reír y hago lo mismo, para acoplarme a lo que ellas estaban haciendo y de pronto, el silencio nos acobijó en sus brazos, seguía caminando y todas se miraban entre sí, yo tan solo les sonreí y las miré.

¿No sería agradable de que podamos todos saber que es lo que estas bellas damiselas están contando para que nos riamos con mas ganas y tengamos la posibilidad de hacer reír a todos los alumnos?

Seguido de esto puse mis manos, ambas, en los bolsillos de mi saco y espera una respuesta, sincera y rápida de alguna de las chicas, pero parece como si a todas se las hubiese tragado la tierra o simplemente un ratón se les comió la lengua en ese mismo instante en que yo dejé de hablar.

Y bien señoritas ¿nadie tiene nada que decir al respecto?

Esperaba una respuesta y no me retiraría de su lado hasta que no me la dieran; si estaban tramando algo raro, se pisarían en su forma de expresarse y yo me daría cuenta de que era; de manera contraria las dejaría seguir conversando y yo continuaría con mi camino hasta Hogsmeade con mas tranquilidad.

Hogsmeade, benditas visitas a Hogsmeade. Adhara daba mil gracias a quien sea que fuese el que ideo las salidas a Hogsmeade. Si bien estar toda la semana “encerrada” en el colegio era tedioso. Y había que aceptar que Adhara se la pasaba escapando noche tras noche del colegio por medio de pasadizos que su grupo de amigos de fiesta habían encontrado para irse a clubes nocturnos por ahí cerca a pasar la noche. Aun y así que salía del colegio a hurtadillas, le era tedioso estar más horas dentro del castillo. Por lo que esas salidas la ayudaban a relajarse un poco y a despejar la resaca que normalmente tenia de un dia antes.
En esta ocasión había optado por llevar unos lentes obscuros, los cuales le ayudaban un poco a que su mirada se obscureciera y no tener ese dolor de cabeza que dejaba al día siguiente el haber injerido alcohol en exceso. Tenía ya a través de los años una gran dotación de lentes los cuales perdía casi cada día que los utilizaba, por lo que su principal compra del día sería un par de esos para la siguiente semana. Probablemente después iría a comprar unos cuantos dulces. Regularmente no consumía ese tipo de cosas las cuales la hacían verse gorda a su opinión, pero tenía que aceptar que era adicta a drogas y mezclar dulces con drogas era una buena idea. Los maestros difícilmente la encontraban, además que mezclando los sabores le daban un toque especial. Pero esa sería la única razón por la cual consumir y comprar tales cosas y Honey Dukes sería el lugar perfecto para tal situación.

Mientras ya se encontraban en el pueblo, aun se encontraban en grupo, el maestro que iba a cargo era el de herbolaria. Adhara lo conocía perfectamente, había llevado varias clases ya con él a causa del gusto de su padre y ya que Adhara no lo complacía en nada, ese sería un buen punto para complacerlo. Ademas tenía una gran ventaja que su padre tuviera un laboratorio en casa, por lo que normalmente tenía todo el material que necesitaría en casa. Una gran ventaja que encontró es que su padre tiene un ayudante para su trabajo de herbólogo, un chico de 21 años rubio de ojos claros bastante atractivo. Y para Adhara era imposible evitar de verlo, por lo que comenzó a enrollarse con el logrando convencerlo de hacer sus deberes mientras iba a casa por vacaciones.

Las chicas comenzaban a cuchichear a un lado de ella. La morena no era de andar en chismes, realmente no le interesaban porque ella era una chica completamente abierta. Prefería decir lo que pensaba a tener que estar hablando bajito como las chicas de su lado, eran de la misma casa por lo que las conocía. Una de ellas toma su brazo haciéndola entrar en la bolita para escuchar el chisme y pudo escuchar bastante de el hasta que el profesor las viene a callar. Por supuesto ella no hablaba, solo tenía la oreja bien activa escuchándolas.
El profesor Lambert la ve directamente a ella, no quería decir exactamente de lo que las chicas hablaban, después de todo el secreto era de ella y tampoco le gustaba andar gritando las cosas a cuatro vientos. Ahora si las chicas se habían callado completamente sin intención de revelar el secreto, Adhara no logra reír levemente por que ahora si las veía calladitas. Como era de esperarse Adhara da un pequeñito paso al frente - No creo que le interese saber profesor.. No es tan interesante después de todo..- Dice la morena sonriendo levemente como niña buena. Había intentado de ocultarlo pero una vez más que preguntaran no aguantaría y lo diría.

La señorita Raus fue la valiente que tomó la palabra, pero no para decir algo que esperaba, muy al contrario, lo dejó en suspenso y eso me hizo reír, por lo menos su actitud era buena y como toda leona protegía a sus amigos y les era fiel, una actitud que muy pocos son capaces de sobrellevar.

No pude evitar sonreír ante la mirada de la pequeña Gryffindor, las demás tan solo miraban, algunas con cara de preocupadas, pero ni bien se dieron cuenta de que Adhara no diría nada su cara fue otra, eso hizo que no preguntara mas sobre el asunto.

Por el día se han salvado señoritas, ahora sigan el camino que ya no queda demasiado.

Dije para volverme a la señorita Adhara y mirarla. La contemple por unos momentos y luego seguí caminando.

Me acompañaría señorita Raus?

Le pregunte mientras miraba hacia adelante. Esperaba que la morena me acompañar a mi lado hasta llegar a Hogsmeade propiamente dicho. Había planeado pasar el día con algún alumno, saber mas de él y si bien ella no me "pertenecía", por así decirlo, no estaría mal saber o interesarse en alguien que no fuera Hufflepuff.

Después de todo, a las cuatro casas les daba clases y conocía a la mayoría de los alumnos, excepto por aquellos que no se pasaban demasiado por las clases, siempre estaban aquellos que les gustaba faltar en determinadas materias, no era problema mío, simplemente perdían tiempo importante para poder demostrar su potencial, muchos descubrían que cierta materia puede sacar lo mejor de ti, por mas que sientas que no es lo tuyo.

Adhara seguía parada allí de pie frente al profesor y un poco mas adelante que las demás chicas que la habían tomado de rehén para chismear, aunque realmente le parecía divertido el como las chicas estaban preocupadas por una tontería como la que estaban diciendo. Después de todo no pasaría nada si los demás se enterasen, pero igual estaban rojas como tomates de los nervios.

La morena escucha atentamente al profesor y sonríe sabiendo que ellas estaban ahora respirando tranquilas, luego escucha que la invita a acompañarla. Acaso querría regañarme? No tenia pinta de eso, además el profesor Lamber era de los maestros mas calmados que habían en el colegio. Después de todo se la pasaba faltando a su clase y nunca la regañaba. Quien sabe que querría el profesor que la llamaba. Quizá quería seguir insistiendo de que hablaban las chicas. Habría que averiguarlo. -De acuerdo profesor-

Adhara comienza a caminar había el profesor mientras todos comienzan a hacer sus bolitas nuevamente y siguen cuchicheando. Por así decirlo, Adhara acababa de haber sido rescatada por el profesor, como ya se había dicho antes, ella no disfrutaba para nada andar en bolitas cuchicheando. Ella prefería mil veces que todos conocieran sus secretos antes de que andar condicionando a todos para que los guardaran. -Acaso me he portado mal profesor?- Pregunta la morena mirando al profesor mientras todos se quedaban atrás acierta distancia. -O solo quiere que le diga el secreto?- Pregunta sonriendo de medio lado.

Raus accedió a acompañarme en la caminata hacia Hogsmeade, seguro sería un día muy interesante no solo para mi sino para todos los jovencitos a los que se les permitió ir hasta dicho lugar. La señorita Raus era de esas personas un tanto particulares, ya que a pesar de ser alguien inteligente no le gustaba demasiado asistir a clases, lo cuál puede ser algo bueno como también y en su mayor parte lo es, malo. Ella se acercó a mi e inmediatamente las demás chicas siguieron con su caminar, se volvieron a juntar y comenzaron a hablar entre ellas, nuevamente como ya lo habían hecho, asentí con la cabeza y se dibujó una sonrisa en mi rostro al ver dicho comportamiento. Luego posé mi mirada en la señorita Raus.

Sus preguntas, al llegar a mi lado fueron un tanto extrañas, confusas pero por sobre todas las cosas, graciosas. No pude evitar soltar una pequeña risa y con un gesto de mi mano la invité a comience a caminar nuevamente. Negué suavemente con la cabeza y mi caminar comenzó, de una manera pausada, con ambas manos detrás de mí y mirando al cielo, tenía que darle una respuesta pero eso debía de ser formulado de una manera perfecta, o por lo menos de una manera en que la otra persona pueda entenderte, pueda comprender lo que intentas transmitirle, y que no quede en tan solo palabras huecas, sin un sentido fijo, que sean palabras que se las lleva el viento.

Adhara

Tomé un poco de aire, cerrando mis ojos, los abrí y la miré

No te has portado mal, al contrario, yo creo que tu eras la única en ese grupo que realmente no quería formar parte de este, o me equivoco?

Le pregunté con un tonto gracioso pero interesado por saber su respuesta, la cual suponía que era "No", pero ella ya me daría la razón a lo que pensaba.

Supongo que estás contenta de tener un tiempo libre y salir de Hogwarts aunque sea, por un corto período que se puede hacer largo si sabes como administrar tus actividades.

La miré y le guiñé un ojo, saber administrar tu tiempo te podía dar mucha satisfacción, solo que a veces no sabemos como hacerlo y lo perdemos, haciendo de este algo insoportable.

La morena se une a la caminata a un lado del profesor. Tal y como él se encontraba caminando parecía tal y como si buscara las palabras para regañarla, pero a decir verdad nunca se le había visto a el profesor molesto o regañando gente, o por lo que ella se había enterado. Le agradaba ese tipo de profesores, sin exaltarse, calmados y un tanto misteriosos. Era la primera vez que platicaba de tal forma con ese profesor, había tenido acercamientos con algunos para hablar de castigos o deberes que le hacían falta y una que otra vez se encontró a algunos profesores por los clubs nocturnos de la ciudad es un cierto estado y lo demás era historia.

-Si profesor...- Responde Adhara mientras levanta su mirada para ver hacia donde se dirigían, era la entrada del pueblo aunque a decir verdad ella simplemente seguía el paso de profesor. El comentario del profesor la toma por sorpresa y sonríe un poco, la morena no sabía que había sido tan evidente al no querer formar parte del grupo de chismes. En ese caso tenia cosas más divertidas que hacer que estar con la bola de chismosas. -Acaso me está leyendo la mente profesor?- Comenta riendo levemente. -No soy muy fan de andar chismeando en bolita con las otras chicas, prefiero más.. Lo directo sin andar con rodeos. Si a alguien le gusta otro alguien debería de dejar que se entere, si no quizá el nunca se entere y nunca podrán estar juntos. ¿No cree?- Algo que siempre le sucedía a Adhara era que siempre iniciaba a hablar y hablar y hablar aunque decía las cosas revueltas ella se entendía y era lo que le importaba. Por lo que simplemente daba por hecho que los demás la comprendían. Mira al profesor y luego alza los hombros.

El salir del colegio le daba un respiro a Adhara, ya sea simplemente para pasear o para adquirir a sus buenos e indiscutibles compañeros en las fiestas. Las drogas. Muchas veces que no tenía lo suficiente y en el castillo había faltante, fácilmente lo conseguía en el pueblo además de producto más novedoso. El día de hoy no tenía pendiente algún pedido por recoger, pero quizá más al rato iría a ver que encontraba de nuevo. -Claro profesor, además es un desestresante para la escuela, un descanso. Muchas veces estar encerrada toda la semana causa fatiga.. – Adhara baja la mirada hacia el suelo en ese momento sonriendo de medio lado. Ella, ¿Encerrada toda la semana? Era una buena broma, cualquiera que conocía a Adhara en el colegio sabía que lo menos que hacia esa chica era quedarse encerrada. Incluso se daba sus travesuras y se salía del castillo por la noche a disfrutar de los clubs nocturnos o bares del pueblo. Era por así decir, una costumbre.