Como quieres que no me enfade... [Nils Collison]

Después de la clase de herbología, no había vuelto a coincidir en ninguna clase con Nils, durante aquel día  hablamos por todo lo que nos habíamos perdido durante algún tiempo, pero aun así habían cosas que habían quedado suspendidas en el aire, me había dejado con la intriga, al momento del final  de la clase, ya que había algo más que contarme la siguiente ocasión que nos viésemos, acepte, pero no me imaginaba que tipo de cosa sería lo que me diría.

Ya habían pasado varios días de aquello, y no había coincidido en ningún lugar con el pelirrojo, ambos teníamos clases distintas y era bastante comprensible. Venía bajando las escaleras, luego de haber ido a dejar los cuadernos y libros a la habitación, para así andar menos cargada, me dirigí hacía los jardines interiores, al menos para pasar un rato , si bien el ambiente era frío era capaz de soportarlo bien, me gane junto al muro que separaba al pasillo del  jardín, apoyando mi hombro contra este, quedándome solo mirando hacia el jardín algo pensativa.  Estaba algo perdida en mis pensamientos,  cuando sentí que alguien apoyaba su mano sobre mi  hombro, me voltee a mirar de quien se trataba, y era justamente el pelirrojo que aun me debía una charla, salte a abrazarlo, con una sonrisa amplia en el rostro.

Me resultaba algo aburrido tener que esperar hasta la cena allí sola, pero con el hecho de que el llegara, todo se volvía un poco más interesante, y de seguro la hora se me pasaría muchísimo más rápido hablando con él. Por aquella razón me alegraba mucho cada vez que se acercaba a mí, el pelirrojo siempre llegaba en el momento justo, y sabía cómo distraerme a la perfección, de todo el tiempo que ya lo llevaba conociendo era un gran amigo y había tomado un gran cariño.

-¿Cómo estás? –Pregunte tan pronto como me aleje, aun sonriendo, me volví a apoyar en el muro, pero esta vez dejando caer mi mirada sobre Nils, tanto él como yo sabíamos que  debía contarme algo. –Ya me extrañaba no verte, pensé que te había tragado la tierra – Bromeaba en realidad, hacían varios días lo había visto pasar algo apresurado a mi lado, el no me había visto, quizás iba a clases, y por ello decidí no interrumpir su camino, sabía cuan desesperante era cuando iba atrasada a algo que debía hacer. –Tú y yo tenemos una conversación pendiente  ¿Recuerdas?–Alce ambas cejas y me cruce de brazos, casi como si hubiese esperado por eso durante todo este tiempo, pero no era así, en realidad no pretendía presionarlo, pero no podía evitar la curiosidad que me generaba saber que era.

Aquello que le había murmurado durante la clase de herbología no había sido mentira, tenía cosas que contarle, demasiadas. Se lo había ocultado durante algún tiempo, pero sabía que tarde o temprano iba a soltarlo. No podía guardarlo dentro porque no sabía con quien consultarlo. Era... simplemente difícil adivinar que le pasaba por dentro cuando llevaba toda su vida negando la existencia de ciertos sentimientos.

Llevaba unos días sin encontrarse con ella, adrede. Tenía que poner en orden las ideas, todo lo que le había pasado estaba un poco caótico, Ezra (el medimago), que Jo lo hubiera dejado de lado de esa forma. El vacío que había surgido de pronto... él no era así, no tenía ese tipo de trasfondos, lo suyo era follar, y ya. Desde hacía más o menos medio año era su actividad favorita y nunca le había metido sentimientos ni le había faltado nada. No entendía porque ahora de pronto si.

Pero al parecer aquel día se había acabado el evitarla, la echaba de menos más de lo que iba a admitir frente a nadie así que en cuanto la vio sentada sola en el patio fue hacía ella, y en silencio, le tocó el hombro, esperando sorprenderla (para bien). Recibió su abrazo y lo correspondió, obviamente.

-Estoy genial, ocupado, con tanta clase y tanta cosa, pero muy bien -  dijo rápidamente, excusándose así por su ausencia repentina - y si, claro que no se me olvida, soy yo quien tiene que hablar esta vez - respondió ligeramente mientras se sentaba a su lado, miró al frente y sintió como se le enfriaba el trasero por culpa de la superficie en la que acababa de posarlo, pero no tenía frío, la capa que usaba era bien gruesa.

Suspiró y trató de que sus pensamientos no se agolparan.

-A ver... ¿recuerdas que cuando nos reencontramos en verano te dije que todo fue muy normal? - preguntó, sin saber bien como empezar la conversación - en realidad me pasaron varias cosas, y creo que he metido un poco la pata ahora en la escuela... y siento que estoy un poco confuso.

Mientras decía aquello se sacó un cigarrillo de la capa y miró a su alrededor, si aparecía algún profesor lo apagaría contra el muro o algo, tenía que fumar si iba a hablarle a su mejor amiga de su vida escabrosa. Ese verano había descubierto una nueva faceta del sexo y, por Merlín, le había encantado.

-Antes de que yo empiece puedes contarme tu como te ha ido la cosa, o si quieres hablar de algo, porque bueno... espero que no me odies mucho tras eso, es un poco difícil contártelo, creo que mi historia me deja un poco a la altura del betún - soltó una carcajada amarga al pensar realmente en ello y se encendió finalmente el pitillo, fumando para acallar sus pensamientos.

Continuaba cruzada de brazos, pero esta vez me sentaba con un poco más de comodidad, sabía que de no ser algo importante no estaría aquí, sonreí al saber que estaba bien, me hubiese pensado que le había pasado algo realmente malo si no era así.  Sostuve mi mirada sobre el  con muchísima curiosidad e intriga por lo que comenzaría a decir tras aquel suspiro, me sentía un poco mala amiga por haberle presionado de esa manera tan de inmediato, pero solo me digne a escuchar con atención, después de todo debía ser importante.

Pero las palabras del pelirrojo le hicieron sentir aun más intriga, parecía nervioso, y la verdad podía notarlo a simple vista, recordaba lo que hablamos durante el verano a la perfección, y en ese momento me vi algo preocupada. –Sí, lo recuerdo, pero que… - Iba a preguntar de golpe pero me  mantuve en silencio mientras el volvía a hablar, no me imaginaba que tipo de cosa o situación lo hubiese llevado tan lejos, en mi rostro se denotaba la preocupación que de pronto sentía, era tan expresiva para este tipo de sensaciones, que se me hacía difícil, en ese minuto solo lo observaba mientras sacaba aquel cigarrillo, mire a mi alrededor viendo que no hubiese nadie que pudiese decirle algo, estaba acostumbrada un poco a ciertas actitudes del pelirrojo, pero todos parecían más bien interesados en sus propias conversaciones.

Intentaba sonreír casi tan fingida, pero mi mente solo daba vueltas en saber que era lo que había sucedido.  –Me ha ido bien, las clases agotadoras, pero ya sabes de eso – Respondí riendo, pero me resultaba tan antinatural en el minuto que solo fue algo breve, recordando la última clase, que  no había sido un mayor problema, luego de eso solo pregunte. –Vamos–Dije sonriendo, mientras frotaba mis manos que poco a poco se comenzaban a helar, intentaba no mostrarme tan ansiosa pero lo que decía ya comenzaba a ponerme erizarme un poco la piel, aun que eso no era literal en todo sentido.  

¿Por qué creía que podía llegar a odiarlo?, me preguntaba constantemente,  pero no me lo explicaba a mi misma necesitaba la respuesta de él para estar segura del porqué. –No que creo que sea tanto. –Dije casi intentando quitarle un poco la importancia a la situación, pero solo intentaba buscar que el se relajara un poco, y que así finalmente no se sintiera presionado con la situación. En ese minuto volví a posar mi mirada sobre el pelirrojo, lucia tan extraño al darle cada calada al cigarrillo, que no sabía qué hacer exactamente ni  mucho menos que preguntar, por lo que solo espere a que el comenzara a contar lo que debia.

-Está bien, no exagero, ni lo atraso más - dijo sonriendo como casi siempre estaba él, y la miró ligeramente de reojo, notaba que estaba a punto de explotar de pura curiosidad lo último que quería era hacer estallar a su mejor amiga - pero que conste que esto sería mucho más cómodo con una cerveza en la mano o sin tener el culo helado - añadió aquello solo para darle un toque divertido a su voz, porque realmente sentía que estaba exagerando la cosa, pero a la vez sabía que era por una causa normal, no estaba acostumbrado a sentir y era raro y confuso por donde lo mirase.

Se sentó de manera mucho más rígida que hacía un momento y se giró, aunque de algún modo pensaba que ella iba a malinterpretar todo aquello como que su amigo se había vuelto un auténtico puto, quería estar mirándola porque necesitaba su consejo sincero, y a Cait no se le daba bien mentir con sus expresiones.

-Empiezo por el final. Estoy confuso Cait, siento que se me fue algo de pronto, y que lo necesito en serio, pero no sé que es. Tu seguro me puedes ayudar...- aunque en realidad no estaba del todo seguro de si su amiga había llegado a la fase “cama” con alguien, normalmente ellos dos no entraban a esos detalles, eran amigos sin necesidad de intimidades - ahora si... este verano, antes de irme a Portugal, fui con Jo a una fiesta en la playa, la organizaba un colega suyo y nos dejaron acudir aún cuando no era para menores - explicó, ahora si, comenzando por el inicio - la cosa es que él... bueno, me dejó un poco tirado, se lió con una tipa y creo que eso me jodió más de lo que hubiera podido pensar - frunció el ceño al decir aquello, entonces recordó que él no le había contado a ella que se había liado con su mejor amigo antes de finalizar el curso - mierda ese no era el principio... ¿te acuerdas de Maxwell? Siempre te hablaba antes de él, se me pasó porque en mayo ya al fin terminamos juntos, fue solo un rollo rápido pero creo que si, que ahí debería de comenzar todo.

Su monólogo era tan confuso que realmente sentía que no había expresado absolutamente nada de lo que quería decir, miró a Cait, gritando un “ayúdame” en silencio, quería saber como ordenar una acumulación enorme de ideas horribles, pero bueno, al menos había encontrado el inicio, Joseph le gustaba, desde hacía tiempo.

-¿Te vas enterando de algo? Porque creo que me hice un lío - dijo aquello y soltó una risotada, después le dio una calada al cigarro y continuó hablando en lo que el humo escapaba de su boca, con total naturalidad - creo que Jo me gustaba un poco y ese día en la fiesta pensaba que iba  a volver a pasar algo, pero él se las dio de macho y se fue con una tetona muy fea. Después de eso comienza mi pequeña metedura de pata. Me enfadé, conocí a un tipo un poco mayor y bueno, acepté ir con él a su departamento. Estaba borracho y agobiado, no quería ver a nadie y creo que pasé como tres días con él allí encerrado.

Se quedó callado, de haber sido algún colega usual le habría dicho que jodió por todo el apartamento, pero de algún modo le dio pudor decir algo así.

Sonreí al ver que finalmente estaba decidido por comenzar a contarme la situación,  y aun más por el comentario acerca de la cerveza, me alcé de hombros, a pesar de que sentía el frio calar en mis manos, el resto de mi cuerpo continuaba tibio, había extrañado tanto el frio que tampoco estaba con ganas de quejarme por eso. Su postura se torno de pronto más rígida y yo solo continué observándolo, mi curiosidad estaba al máximo, además que algo de preocupación aparecía pero de forma muy leve.  Le escuchaba con atención cada una de sus palabras que comenzaban a emerger de los labios del pelirrojo.

Asentía con la cabeza ante las situaciones que me iba explicando poco a poco, no le veía nada de raro a lo de la fiesta, después de todo era el mismo chico que tenía en frente con un cigarrillo, que podía ponernos en  problemas a ambos sin más, sabía que de quien me hablaba  era su mejor amigo, hasta donde sabía, pero lo siguiente que dijo me pillo por  sorpresa, ¿Había tenido un rollo con él?,  intentaba comprender la situación, por primera vez sentía que no conocía algunas cosas de Nils, solo lo mire, e intentaba unir los puntos de la historia poco a poco, me sentía algo incomoda con la conversación pero era su amiga, debía escucharlo.

Pero allí no se detuvo todo continuaba en el mismo silencio desde que había comenzado, en ese minuto  su mirada me hizo sentir aun peor, no sabía que decirle con exactitud, no tenía idea sobre cuál era la respuesta que él deseaba escuchar. –Si… Lo he  entendido –Dije intente devolverle la sonrisa, pero no se  me daba con mucha facilidad cuando algo me caía pesado.  

Pero eso no fue todo, el continuo describiendo el acontecimiento, me sentía aun más incómoda con lo que poco a poco comenzaba a decir, algo realmente me pasaba, un nudo leve en la garganta se posaba, y cada vez sentía que lo conocía menos. –Vaya si que te has ocultado bastante–Interrumpí en un tono de broma, como si todo hubiese  estado normal, pero sabía que no era así. –Bueno, ¿y paso algo más después de eso?–Pregunte intentando aclarar mi garganta, a pesar de que  hubiese deseado no haber preguntado, pero la curiosidad realmente me mataba. ¿Qué tipo de respuesta debería darle ante todo eso?, no era quien para responder, no sabía prácticamente nada del chico que tenía enfrente de mí, ya casi dudaba realmente si  era su mejor amiga o simplemente era  una chica más. -Se me hace un poco... -Intentaba continuar la oración, pero el parecía aun tener que contar algo más.

Era una sensación extraña,  intente aclarar mi garganta nuevamente, pero aquel nudo no desaparecía,  me sentía algo molesta por que hubiese decidido a contarme ahora aquello, que pudo haber hecho  hace mucho tiempo, me sentía dolida y ni yo me explicaba por qué.

Lo notaba, ella no estaba bien con todo aquello. No sabía porqué, quizás porque nunca le había dado a entender que le gustaban los chicos. Igual tenía algún problema con ese aspecto de su vida, él o veía algo tan natural que ni había pensado decírselo, no es como si alguna vez no se le hubieran ido los ojos tras algún amigo frente a ella pero quizás no era tan natural para todos como lo era para él.
Fuera como fuera parecía concentrada en entenderlo, sin saber muy bien como tomárselo ni que decirle, así que simplemente siguió la historia, tratando de darle algún tipo de orden lógico.

-Sí, claro que pasó algo más, voy a la mitad, creo - dicho aquello se humedeció los labios, dio una calada honda al cigarro, dejando un poco de silencio y volvió a comenzar de nuevo - después de aquellos días mis ganas de volver a casa eran aún menores, lo estaba pasando bien de manera constante, que por cierto, probé cosas bastante divertidas, pero no pienso volverme un adicto, estate tranquila. Fue por eso que me fui con mi tío el resto del verano.

Suspiró al recordar aquella decisión, no fue la más acertada del mundo, no estuvo mal, pero habían pasado algunas cosas ese verano que, por supuesto, no influían en esa historia aunque si que le  hicieron pensar un poco en que quizás no estaba tan vacío por dentro.

-Después de eso pues, creo que con Jo estaba todo mal, lo  veía molesto, no pienses mal, lo de la fiesta fue más culpa de él que mía, yo tenía intenciones de acercarme de nuevo a él y eso... pero cuando le conté sobre el tipo del apartamento se puso raro y lleva desde la primera semana de clases que no me habla - se mordió el labio ligeramente, no estaba seguro de si estaba enojado o molesto por aquello ¿que pensaba, que iba a guardar santos hasta que él decidiera aceptar que era gay? Se lo negó a si mismo y volvió a hablar - sé que todo esto suena a drama, pero ni pienses en ello, no había sentimientos raros, él me parecía guapo y yo sé que le gusto, pero ¿sabes? No le pienso volver a hablar, ya me tiene bien enfadado, no es para tanto como él se cree.  

Explicado todo aquello solo le quedaba mencionar la “cagada monumental” que había sido hacerlo con el medimago por pura venganza, o lo que es aún peor, haber sentido que tanto sexo sin sentimiento no le gustaba ¿que estaba mal con él?¿se le había podrido algo por dentro? No era típico para nada.

-Bueno, ya sabes la historia, solo queda... algo me tiene algo preocupado, el tipo de la fiesta... a reaparecido en mi vida, y yo realmente ya no lo quería ver más. Fue justo cuando él dejó de hablarme así que... bueno, volvió a pasar, está en el castillo y siento que no debí hacerlo, no de nuevo.

Suspiró totalmente hastiado. Se sentía culpable, tendría que verlo muy a menudo, tras las lunas siempre pasaba al menos un día en la enfermería, se rasgaba la piel y sin algo de allí terminaría lleno de marcas. Ahora si, esperaba que Cait no quisiera saber quien era, confiaba en ella pero ¿y si por algún casual se enteraba alguien más? No quería poner en peligro su trabajo.

-En realidad mi pregunta no iba por ahí, creo que conté más de lo debido, lo siento.

Esperaba que ella hubiera entendido algo en su maraña de "él y él y él"; era un horror contar cosas sin dar nombres. Por supuesto, olvidó lo más importante, preguntarle porque carajos estaba tan vacío, si es que ella sabía que le faltaba en su ecuación.

Aun continuaba la historia según lo que me había dado a entender, por lo que continuaba escuchando. Nunca se había pasado por mi mente que el pelirrojo que tenía en frente era de ese tipo de gustos, no tenía nada en contra de ello, pero me afectaba saber que me lo había ocultado.

A pesar de que no dirigía mi mirada directamente en el podía escuchar como expulsaba el humo del  cigarrillo y de pronto continuaba con su historia que cada vez hacia que se me hiciese mucho más difícil responder, al menos había aclarado que la visita a su ti no era una mentira, porque hasta antes de que lo dijese pensaba que si podía serlo,  mis manos que cada vez estaban más heladas, las pose a cada costado de mis piernas, continuaba escuchando casi por inercia, aun que pareciese que no estaba interesada en ello,  parecía más estar pensando, pero en realidad si le ponía atención a lo que me decía y me hacia cuestionar varias cosas, pero por no interrumpir me mantenía en  silencio. Acabo por decir hizo un click en mi cabeza, había estado con el tipo nuevamente, y casi tan rápido como lo pensé  supe que había sido en el mismo castillo donde se habían reencontrado, en ese minuto mire a Nils, temía que alguien lo escuchara, si mal interpretaba la  situación o la comprendía podía correr peligro él, el otro que era parte de la historia me daba lo mismo pero temía por él.  –No debiste haberme contado esto aquí. –

Cuando escuche aquella disculpa saliendo por sus labios entendí que esa era toda la historia, no sabía qué era lo que esperaba escuchar de mi parte, yo pensando que él era mi mejor amigo, pero no sabía ni la mitad de la vida del chico, ¿Cómo podía esperar un consejo de mi parte aun así?, no quería mirarlo directamente sabía que eso realmente me haría sentir peor.  –No sé qué esperas que diga. –Dije de forma seca, en un tono de voz bastante reducido, se me hacía tan difícil decir una  simple  frase, el nudo que tenía hace un rato en la garganta era ahora aun peor. Di un suspiro profundo. –Nils enserio, ¿En qué pensabas?,  que liarte con un chico respondería tus dudas. –Le hice saber mostrando un poco lo molesta que estaba, me sentía confundida, nunca hubiese pensado que el tomaría aquella clase de decisión. –Has metido la pata hasta el fondo –Fui sincera, pero volví a guardar silencio.  –Sabes mejor porque no vas y se lo preguntas al chico de la fiesta, quizás el sabe la respuesta mejor que yo. –Espeté con sarcasmo explicando ampliamente que yo no era quien para darle ese tipo de respuesta. Estaba casi al borde de las lágrimas por causa de lo molesta que me sentía, pero no dejaría que eso pasara, no podía seguir hablando con él, sabía que si me quedaba allí acabaría discutiendo con él, pero tampoco sabía cómo irme del lugar.

-No te preocupes, nadie podría imaginar quien es - dijo con tono pausado, estaba agobiado y ¿quien no? Ella debería saber mejor que nadie que Nils era un inexperto total en cuanto a relaciones se trataba, no tenía apenas amistades fuertes y duraderas. Sus amigos se contaban con los dedos una mano y quizás te sobraban algunos y ahora ¿qué? Amoríos. Lo que le faltaba, para entrar en ese ámbito hay que tener un mínimo de comprensión hacía los demás, empatía, y él carecía de ello. Lo que más fácilmente lo demostraba era que estaba viendo a Cait mal, se le notaba, se le leía en la cara y no era capaz de sentirse culpable.

-Creo que... es bastante obvio lo que pensaba, nada - dijo con una sonrisa amarga, y apagó el cigarro contra el suelo a su lado, veía a la chica haciendo gestos, posiblemente con las manos heladas. Ya que no podía comprender porque tenía aquella expresión de que todo estaba mal al menos se mostraría algo preocupado por aquello otro - no tienes que jurarlo... pero no voy a ir a hablar con él.

Se puso en pie y le tendió la mano para ayudarla a ponerse en pie también. Esperando a que le siguiera, realmente no quería parar la conversación ahí, no le había preguntado ni ella le había ayudado, pero no quería que se quedara hecha un cubito de hielo, y sería mucho más fácil hablarlo en un lugar más privado, aunque fuera un aula vacía que encontraran vagando por ahí.

-Vamos, te vas a helar - dicho aquello se mordió la boca y la miró, aquellos ojos le expresaban preocupación y un poco de enfado, su cabello, anaranjado y perfecto, siempre le hacía recordar a su madre, Caitlyn era, sin lugar a dudas, la chica que más le importaba en la tierra después de Liahna, la adoraba. Y la estaba haciendo estar mal - prefiero hablar contigo que con cualquier otro, lo siento si últimamente parece que no es así - dijo aquello porque ya no sabía que más decir - vayamos a hablar a un lugar más privado, más cálido, necesito saber que carajos me pasa, y no me vengas a contar que son sentimientos porque todo esto que te he contado a pasado por temas puramente físicos...

Ni tan siquiera se dio cuenta de que estaba comenzado a levantar la voz, a hablar como si estuviera enfadado con ella. Lo estaba pagando un poco con su mejor amiga, y aunque esa no era la solución, de algún modo no podía controlarlo.

Me alce de hombros, dando a entender que no podía estar del todo segura, las cosas volaban cuando menos uno lo esperaba, y lo que menos quería era que  por causa de que alguien nos hubiese escuchado,  le metiese en problemas aun mayores.  Continuaba teniendo mi cuerpo en la misma postura que antes y aun sin dirigirle la mirada, no haría el esfuerzo de mirarle, a pesar de que cuando hablaba me gustaba mirar a las personas, pero ahora simplemente no se me daba.

-Me lo imagine… -Dije casi como si le hubiese acertado a lo que pensaba, aun peor me preguntaba si  eso no le daba un indicio de que era lo que le faltaba, o lo que buscaba en realidad, a pesar de que nunca  había estado en una situación como aquella, sabía reconocer cuando algo me faltaba o no quería para mí, seguido de esto no dije nada, en cualquier caso lo que decidiera hacer era mera decisión de él donde buscaba sus respuestas, pero yo ya no servía para ello.

El se ponía de pie y extendía su mano para ayudarme,  pero no la tome como lo hacía casi por costumbre, realmente estaba molesta y hasta yo podía reconocerlo, me levante del lugar donde estaba sentada dejando su mano allí extendida, nunca era de dejarle la mano extendida a alguien, y esta era la primera vez en que lo hacía con él, intenté no mirarle  una vez estuve de pie, pero casi por inercia lo hice, no entendía que mas era lo que debíamos hablar, sentía que yo no podía responder sus dudas. –Pues no, parecía que hasta me evitabas. – Comencé a caminar junto a Nils mientras frotaba mis manos, ya casi le seguía por inercia, y casi ni ganas por ir a cenar tenía, mi apetito había desaparecido por completo.

Me detuve de golpe al oír lo que acababa  de decir, mi corazón se sentía como si hubiese sido atravesado con una daga, y el nudo en la garganta que hace un rato parecía una bomba de tiempo, finalmente había estallado.  –Sabes Nils…  mejor ve tu solo a pensar  que es lo que te pasa – Espete esta vez con mucho enojo, mirándole a los ojos. –Es más si estas tan seguro de que son temas solo físicos, entonces  ¿Porqué afligido por esta mierda? –Agregué con los ojos casi al borde de las lagrimas.-Mejor ve a pedirle ayuda a alguien más, porque yo ya no pienso hacerlo más, mis respuestas no te sirven –Termine por decir, sin darme cuenta estaba discutiendo con el pelirrojo a la mitad del pasillo casi en frente de la escalera, algunos chicos se habían volteado a mirar, y los mire con la misma mirada que hace un rato sostenía sobre Nils – Además si se trata de algo sentimental nunca lo entenderías tampoco  - Era hiriente cuando me enojaba y no podía controlar lo que decía, comencé a subir la escalera, ya no pensaba acompañarle a ningún lado, sentía como  poco a poco se iban humedeciendo mis ojos, ¿Por qué me sentía así?, no sabía qué era lo que me había pasado, como todo había pasado de estar bien a estar totalmente mal.

Quizás había errado un poco (o bastante) al decidir contarle todo aquello en ese momento, o en contárselo en general pero ¿con quien más iba a hablar? No tenía amigos de confidencias, no tenía a nadie que pudiera oír aquello e interesarse por ello. No había nadie en aquel castillo que se preocupara por él como haría Caitlyn, ella era la única persona que probablemente le permitiera ser un desastre y aún así no lo juzgaría. Aunque tras ver su reacción parecía estar un poco equivocado ¿no parecía molesta e incómoda? Se preocupaba por ella, estaba claro, por eso decidió que sería mejor marcharse. Pero pensar en esas cosas lo estresaba ¿que había de malo con él? Si solo era un chico, un adolescente que no buscaba nada en aquellas relaciones. No tenía porque preocuparse y por se le habían salido aquellas palabras tan poco agradables que parecieron molestar a la muchacha.

-Pero... - iba a responderle, no tenía porque ser algo emocional para preocuparle, Jo era su mejor amigo y lo había abandonado de la peor manera posible ¿que no podía estar herido sin más? No lo había pensado antes, solo lo había visto como un lastre el sentir algo por él pero ahora que veía a la pelirroja hecha un basilisco se formaba una idea de porque estaba tan dolido... era similar a lo que sentía en ese momento, ver como ella se enfadaba, como le hablaba de que no la buscara más. Simplemente estaba dolido por haber perdido una amistad tan antigua como sincera. Entrecerró los ojos, dolido por sus palabras pero tan solo apretó los puños, queriendo no decir nada que pudiera dañar tanto aquella relación como ya parecía estar - Cait, lo siento - murmuró en voz algo queda, dio un paso adelante para acercarse a ella pero le recordó a un animal herido y prefirió retirar la mano antes de ponerla sobre su brazo - no quería decir que tus palabras no me ayudan, al contrario, no seas idiota, de otra forma no acudiría a ti   - giró la cabeza para ver los que se habían quedado por allí observando todo e hizo un gesto rápido con la cabeza que entenderían como un “será mejor que te largues”.

-No voy a dejar que te marches así, no soy ese tipo de amigo - se aclaró las ideas, de pronto volvía a ser él mismo, sin tantas emociones nublando su juicio, finalmente alargó el brazo y la cogió de la mano, si ella trató de esquivarlo él casi la obligó a ello - te debo una disculpa pero no será aquí frente a cualquiera - habló y tiró ligeramente de su mano, un gesto suave que no la quería hacer caminar si no que la guió hacía sus brazos, soltó su mano y la envolvió en menos de un segundo, un abrazo fuerte, desde luego no iba a dejarla ir a ninguna parte sin él. Bajó la voz y aprovechó la cercanía, quien lo viera le daba igual pero sus palabras serían solo para ella - soy un gilipollas que no sabe de sentimientos ni de la amistad, pero te valoro demasiado como para dejar que te vayas así y no me vuelvas a hablar más.

Y es que ese año había sufrido demasiadas pérdidas, Jo, Dylan y ella habían sido siempre sus mejores amigos y se veía sin los dos primeros... solo faltaba que Cait lo abandonara para quedar solo.

En ese momento solo pretendía continuar caminando, y evitar todo tipo de conversación proveniente de él, estaba dolida, y tampoco sabía la certeza de eso, me limpié las  lagrimas que corrían por mis mejillas, no había podido contenerlo. Tampoco quería voltear a mirarlo, no sabía si era lo correcto marcharme de ese lugar, pero solo lo estaba haciendo. –Pero qué?-Espete de forma seca, se me hacía casi imposible seguir con aquella conversación, pero el silencio solo fue la única  respuesta, por lo que continué subiendo con intención de volver a  mi habitación.  

Nunca me había enojado tanto con él, el resto de las discusiones no habían detonado esto jamás, ¿Por qué ahora si?,  me preguntaba constantemente por qué me había afectado tanto esta conversación, quizás había sido el lugar, o tal vez que me había evitado,  estaba molesta por algo que ni yo comprendía totalmente, pero no podía dejarlo pasar, si bien muchas veces me sentía confundida con respecto al pelirrojo, nunca había actuado de aquella manera. Sus palabras hicieron eco sobre mi cabeza, se estaba disculpando pero me mantuve en silencio, no sabía que debía responder, luchaba entre el enfado y las ganas de llorar que me aturdían por dentro, desde siempre había sido una chica muy sentimental, pero intentaba no mostrarme tan frágil frente a todos, pero esta vez todo era lo contrario, me sentía algo vulnerable. –Fuiste claro y creo que de verdad no puedo ayudarte, acudiste a mi solo por una respuesta, pero ni yo entiendo qué clase de respuesta es la que buscas, mejor no me involucres en ello. –Dije sincera, podía notarse en el tono de mi voz  que aun lo decía con enfado, se me hacía difícil aparentar lo contrario.

-Pero yo ya no quiero seguir hablando contigo –Hice saber casi muy cortante, se me partía el alma tener que decirle  eso a quien era mi mejor amigo, en un abrir y cerrar de ojos el sostuvo mi mano, y por más que intentaba que me soltara, no podía.  Con mi otra mano sequé las lagrimas que aun continuaban bajando por mis mejillas, me quede en silencio por alguna razón ya no podía decir  nada, sentía como se presionaba mi corazón intentando estallar. Ya había detenido mi marcha, y basto menos de un segundo  para encontrarme rodeada por sus brazos, porque me encontraba tan confundida…  

El abrazo era tan cálido que solo lo correspondí por inercia, aun algo incomoda por la situación, una parte de mi estaba molesta, pero la otra quería aceptar su disculpa, de algún modo tampoco quería dejarlo ir.  –Aun no entiendo porque me consideras tu amiga… –Mi voz era baja  no por que intentase que fuese así, si no porque de alguna forma ya no quería seguir discutiendo, di un suspiro, se me hacía difícil responder.  –Siendo que  no te sirvo de ayuda –Agregué con la voz algo quebrantada, más que ayudarlo había generado un problema aun peor, que clase de amiga era, intente separarme de aquel abrazo, pero no pude, quería retirarme del lugar, pero él estaba dispuesto a impedirlo.

Saber que estaba llorando por su culpa le quemaba en la consciencia. No solo por que era una chica o su amiga, si no porque realmente la apreciaba. Él que se jactaba de no apreciar a nadie normalmente. Pero no. No podía simplemente dejarlo estar así, se dejó llevar por lo que pensó que era lo más lógico y esperaba que así estuviera todo mucho mejor de lo que había estado hasta ese momento.

Sentir su cuerpo entre sus brazo había sido tranquilizador. Ella era siempre sabía como sanar su alma cuando peor estaba, ya fuera bromeando, pasando el tiempo juntos o simplemente con una sonrisa ¿que sería de él sin ella?

-Será que eres lo más sano de mi vida - dijo aquello con una media sonrisa, había notado como ella correspondía a su abrazo y eso había bastado para relajarlo. Que estuviera enojada, por años si quería, pero que no dejara de abrazarlo de esa forma. Por más nenaza que sonara era lo que necesitaba - creo que acudí a ti solo porque tu ibas a escucharlo todo sin juzgarme, me siento mejor, solo por haberlo sacado todo de mi - dijo después y la soltó un poco, solo lo justo para poder mirarla a la cara, que dijera que no servía no le agradó, él si que solía servir poco o nada en realidad - si me prometes que no vas a irte te suelto, pero si no voy a quedarme así hasta el fin de los días.

Trató de meter un toque algo irónico a su voz, bromear o quizás hacerla sonreír. Al menos ya no llamaban tanto la atención como cuando discutían así que no sentía miradas ajenas clavadas en su espalda.

-Cait, creo que lo entiendo todo un poco mejor, pensar que tu también te ibas a enfadar conmigo... bueno, quizás simplemente me siento mal porque Jo me haya dejado de lado ¿no? Era mi amigo sobre el resto de cosas, tu simplemente lo haces sin darte cuenta, ayudarme, digo.

En sus ojos podría leerse que era sincero y además que quería sonreír, aún cuando mantenía el semblante ligeramente impasible, seguía sintiéndose mal por hacerla llorar y estar así y no sabía como reaccionar ante todo aquello.

El enojo iba disminuyendo poco a poco, ya tenía los ojos un poco menos llorosos, nunca había demostrado tanto lo que sentía, era la primera vez en que realmente ni yo comprendía  porque estaba tan enfadada, aun así intentaba no mirar directamente a los ojos a Nils, y esperaba que la situación cambiara, no estaba con ánimos de seguir discutiendo. Sin darme cuenta llevaba un buen rato abrazada al chico. –Lo más sano…- Dije en voz baja, sin ser una pregunta exactamente de igual modo me lo cuestionaba.  Escuchaba con atención  lo que decía, suspire profundo tratando de saber que decir.  –Creo que he hecho todo lo contrario, y solo te he escuchado, sin brindarte mi ayuda –Negaba lo que decía de forma tan rápida como el terminaba la oración, el nunca había acudido a mí con un problema tan grande como este, me había visto afectada por todo lo que había dicho.

En ese minuto me aleje un poco de él, aun creía que era mejor  retirarme del lugar pero lo que decía intentaba impedir que eso sucediera. Asentí con la cabeza ante lo que decía, con todo lo que había pasado no había mucho que conversar, al menos a mi no se me venía ninguna idea a la mente, estaba totalmente en blanco.  Una sonrisa leve  apareció al escucharlo, sonaba tan seguro de lo que decía que de alguna manera puse mi mirada en el. –Dime que gano si me quedo? –Mi tono de voz continuaba siendo bajo, pregunte con curiosidad luego de  dejar de estar abrazada él, la verdad es que no sabía para que quería que me quedara si ya no había mucho más que hablar.
Hablaba  tan seguro de sí mismo que continuaba sosteniendo mi mirada sobre él, no sabía si realmente lo había tomado enserio, pero aun estaba molesta, y sabía que no era necesario tener que decirlo como para que este se diera cuenta. –No lo sé, creo que tú sabes mejor que yo, si te dejo dolido deberías dejarlo y ya –Sabía que habían cosas complicadas de decir, pero nunca había llegado a evitarlo por ello, quizás por eso aun continuaba molesta, independiente de las demás cosas que me había confesado.  –Es difícil si lo pones de esa manera, a veces siento que no te ayudo en nada –Mi rostro  aun se mantenía en seriedad, no quería llevarme una sorpresa aun peor, así que preferí preguntarlo directamente.

En ese minuto me aleje un poco más del chico y lo mire. –Bien, creo que no iré a cenar así que volveré a la sala común –Explique con calma, no sabía si era eso lo que realmente quería pero ya no tenía apetito el silencio de apoderaba más y más la conversación. –Eso no sería escapar… -Agregue aun estaba inmóvil  frente a él no sabía ni en qué estado se encontraba mi rostro luego de haber llorado. –O quieres seguir conversando? –La pregunta escapo por si sola, la verdad es que no tenía planeado decir eso, pero ya estaba hecho, me aproximaba un poco a terminar de subir la escalera, esperando una respuesta del chico.

Su experiencia consolando chicas era tan nula como su facilidad para contar temas privados y tal y como hemos visto hoy, eso deja mucho que desear. Se había atascado al verla llorar y ya no sabía más que pedirle que no se alejara de él como todos hacían tarde o temprano, necesitaba que alguien estuviera de su lado y ese alguien tenía que ser Caitlyn.

-Te ganarías... ¿el título de mejor amiga sobre la tierra? - dijo tratando de darle un toque de humor, no le gustaba oírla tan seria y mucho menos un tanto enfadada, era terca y muy orgullosa, al parecer habría estado bien situada si hubiera sido una leona en lugar de hufflepuff - haré como dices, obviaré todo lo que pasó, total, fueron tonterías, somos apenas niños creciendo, hacemos tonterías a todas horas ¿no? Si él no quiere conservar nuestra amistad pues supongo que haré como siempre - dicho aquello le dedicó una sonrisa casi radiante, lo de siempre era fingir que no le importaba nada, al cabo de un tiempo te crees tus propias mentiras - y no digas esas tonterías, claro que me ayudas, en todo. Solo estate a mi lado, eres la única persona que me soporta ¿lo sabías? - rápidamente le guiñó un ojo, él seguía tratando de aliviar el ambiente, toda aquella presión no era buena para él, en absoluto - aunque no tengas hambre deberías cenar algo, ¿tienes alguna cosa en tu habitación? Y en realidad me gustaría seguir contigo un rato, me sabe a mal haberte hecho enfadar, podríamos ir a coger algo del comedor, aunque sea para que lo tomes más tarde ¿te parece bien?

Dicho aquello se apartó de su lado, que ella escogiera con libertad. Lo único que él estaba haciendo era darle algo de libertad, y sentirse extraño. Había pensado que le iba a odiar y le había dado un vuelco horrible todo por dentro. Ya de pronto sus “problemas” no importaban, lo que había pasado con Jo ni tan siquiera ocupaba un espacio pequeñito en su cerebro y bueno... el medimago seguía siendo un ligue bastante llamativo, pero ¿tontería con aquel hombre le valdría esa amistad? Ya no era tan tentador de pronto.

-Si no quieres puedes irte a tu cuarto, pero mañana pienso asegurarme de que desayunes bien, me sentaré frente a ti y te miraré fijamente hasta que no puedas meter nada má en tu estómago - le sonrió abiertamente, daba igual estar hecho un lío por dentro, a ella no iba a preocuparla de nuevo.

Aun continuaba algo sería, ya me había calmado bastante en comparación a minutos atrás, pero nunca era fácil hacerme quitar el enojo, mi madre desde siempre había dicho que era una chica orgullosa, pero cada vez que lo hacía era la primera en negarlo, quizás no me gustaba asumirlo, o quizás no me daba cuenta de cómo reaccionaba realmente ante las cosas que pasaban. Sostuve mi mirada sobre el del mismo modo que llevaba mirándolo hace algún rato. –Suena interesante, pero pensé que ya lo tenía –De alguna forma no podía reír con sus bromas aun estaba dolida, y debía aguantar en cierto punto a que eso desapareciera.

Nils parecía razonar solo acerca de lo que quizás yo si pude haber respondido, quizás el enojo si me había ganado, de algún modo estaba celosa, o algo parecido. –Es la mejor forma, además si te eras realmente importante para él, volverá –Dije encogiéndome de hombros, la verdad no sabía lo que decía pero solo lo hacía. –Pero esta vez solo no he hecho nada –Mi voz aun se mostraba decaída y no solo eso, si no que aun continuaba decaída en general, no sabía cómo reparar todo. –Más que yo soportarte a ti tu me soportas a mi –Dije casi como si eso era lo que esperaba decir. Sonreí levemente, al oír lo que decía, la verdad es que no sabía que decisión tomar, si ir al comedor o ir a mi cuarto. –No sé, igual podría volver a mi cuarto… –Dije mirando hacia el pasillo que llevaba al comedor, la verdad es que si podía ir por algo de comida, pero no tenía ganas de estar en el comedor.

Lo vi apartarse de mi lado, pero de alguna forma ya no quería que se apartara de mi, pero no volví a abrazarlo y al igual que el solo me aleje, no le quitaba la mirada de encima. El continuaba con su explicación de que pasaría si no iba por la cena. –Está bien, está bien –Reí levemente, las muchas veces que se ganaba junto a mí en el. –O podríamos ir por algo de comida… -Dije cediendo un poco ante la idea. –Pero solo si escapamos con ella hacia algún otro lugar –Me alcé de hombros y continuaba mirándolo, con mi mano tomé su brazo para llevarlo conmigo hasta el comedor, estaba un poco más animada que como estaba antes. –Vamos no puedes decir que no, o te odiaré de por vida –Amenacé mientras miraba al chico y comenzaba a bajar las escaleras.

Para Nils, estar así era un gran esfuerzo. Cosa que hacía con sumo gusto por su mejor amiga, pero... ¿hasta cuando? Tenía una paciencia muy limitada y desde luego no tenía la habilidad de hacer feliz a la gente. Trataba de distraerla y sacarle el enojo pero si no hubiera sido Cait quien estaba así, probablemente él ya se hubiera marchado sin más.

-Creo que esa opción casi se parece a las mías, pero igual no me voy a negar, tu odio pesaría en mi consciencia de por vida - dicho aquello le sonrió, ya tranquilo porque al parecer ella estaba un poco mejor, como mínimo parecía más animada - podríamos ir... al aula que siempre hay vacía en la primera primera planta junto a los baños, sé como se abre, es de contraseña y me la dijo alguien hace una semana, no creo que la hayan cambiado...

Mientras caminaba él iba cavilando sobre los contras de esa clase, y es que estaban demasiado cerca de los baños y la fantasma solía pasar por ahí de vez en cuando lloriqueando, algo insoportable, pero que merecía la pena ver si es que querías estar un rato en un lugar al que nunca iba nadie. En un internado la intimidad no es fácil de logar. Obviamente y viendo que Nils estaba más que dispuesto a no callarse para que no decayera el ánimo llegaron al comedor antes de que le diera tiempo de decir que la segunda opción era la genial sala de los menesteres, así que ni la mencionó por el momento.

-... y yo no sé tu, pero estoy muerto de hambre, vamos a atracar las mesas - tiró un poquito de ella para que ambos fueran directos a la mesa de los tejones que le quedaba más cerca y comenzó a mirar que había - ¿te parece que con un bocata iré bien? Puedo coger el bacon de ahí... aaaah pollo, por Merlín, estos elfos siempre aciertan, y ¿queso? Cait, ¿ves queso por alguna parte? - en ese momento (con pan en las manos y ya dos platos frente a él se giró a mirarla y se quedó, por un instante, embelesado. Casi había olvidado que Caitlyn era una chica, y tan bonita, y es que haber estado llorando la hacía parecer el doble de mona, con los ojos algo enrojecidos y las mejillas coloreadas. Trató de despejarse y esperó su respuesta - puedo hacerte uno también a ti, así bien grande y completo.

A pesar de que no lo demostraba, poco a poco continuaba desapareciendo aquel enojo que hace algunos minutos parecía emanar  en gran cantidad, mantuve mi mirada sobre el pelirrojo, sentía como mis mejillas ardían, ciertamente se debía al hecho de haber llorado un poco, pero solo podía sentir  su calidez.  Un leve esbozo de sonrisa había aparecido en mis labios, ya simplemente no podía  seguirle buscando más razones al asunto, ya no tenía sentido continuar discutiendo con él.

-Bien entonces que esperamos.. –Dije mirando al pelirrojo, sabía de algún modo que el pelirrojo sabía más de aquello que yo,  no me extrañaba ya que dominaba  bastantes más cosas que las que yo podía decir.  Caminé junto a el  por el pasillo en dirección al comedor, el silencio por mas mínimo era incomodo, sentía de alguna forma que  había roto la conversación a causa de mi enfado, no sabía que decir para romper el silencio, pero  sin embargo no perdía nada con intentarlo, pero Nils se me había adelantado. –No sé si tanta como tú –Dije  riendo levemente al ver como al acercarnos a la mesa de mi casa  y comenzaba a hablar  sobre  comida y se volvió en el tema de conversación. Me alce de hombros al oir su pregunta  y por mi parte comencé a ver minuciosamente lo que en aquella mesa  había, todo  parecía tan rico pero sabía que  no podía  escoger todo. -¿Por qué decidir que es lo que quiero comer es tan difícil? –Pensaba en voz alta, aun intentando ver qué era lo que quería y en cierta parte lo que llevaba el pelirrojo sonaba bastante tentador y sabroso.  –Por ahí creo –Dije apuntando donde se encontraba el  queso.

Sin finalmente tomar una decisión acepte a lo que  él había  ofrecido. –Suena bien, de pronto me ha dado un hambre fatal. -Sentía como algunas miradas se posaban en nuestra conversación bastante  rara, y más aún porque ninguno de los dos  hacía el esfuerzo de  sentarse en algún lugar. –Hey creo que debemos apresurarnos o se darán cuenta que nos escaparemos con la comida. –Me acerqué a su  oído y suavemente susurre aquello, en realidad me causaba más  gracia que inquietud, me  daba lo mismo, muchas veces me había largado con la cena hasta la sala común.

-Te cuesta decidir porque en este castillo todo sabe a gloria - dijo sonriéndole y muy tranquilo, con tanta comida entre las manos ahora ya si podía decirse que se le había pasado ese estrés momentáneo de verse sin ella. Miró hacía donde señalaba y lo encontró - gracias, sin eso no estaría completo.. - tomó un par de láminas de queso y la puso sobre el pollo, adornando así su bocata, quizás se pondría algo más. Lo miraba tonto pensativo y tentado a hacer un batiburrillo de cosas raras dentro del pan.

-Mi planing de comida es el mejor, no hay que dudarlo - dijo riendo mientras preparaba una copia de lo que se estaba haciendo para si mismo, lo puso un poco nervioso con aquel acercamiento repentino pero solo porque no se lo esperaba, no sería la primera vez, obvio - no hagas eso, que no ves que por poco tiro el bocadillo - dijo riéndose, bromeando sin más. Después se giró con un par de platos y le mostró el resultado, no había con que demorarse, solo eran bocatas - vamos. ¡Y que no se te caiga nada!

Dicho aquello le dio su bocata y envolvió el suyo en un par de servilletas para evitar eso mismo que acababa de decirle, para, sin más, salir de allí. La miró de medio lado, sonriendo. Ya todo había pasado y realmente sus dramas personales habían quedado muy atrás, prefería que siguiera siendo así, a poder ser.

-A ver, ya que yo amargué el día hoy ahora vamos a relajarlo, cuéntame cosas de ti, como te va, quien te va... lo que sea, pienso comerme mi bocata en silencio absoluto y después te invitaré a una cerveza de mantequilla bien fresquita cuando vayamos a Hogsmeade la próxima vez...