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AÑO 2019 Vivimos en una época donde hay pocos que se hacen llamar: Sangre Limpia. Y esto no es por una extinción de los mismos, sino más bien porque nadie se reprocha que tipo de sangre son. La igualdad ha avanzado ampliamente en cuando a los derechos de los nacidos de Muggles. Hasta ahora no existe ningún movimiento conocido en contra de los hijos de seres no mágicos, por supuesto a excepción de uno que otro vándalo racista como comúnmente han existido por siglos. Sin embargo el que la gente se confié de la paz es un error: ¿Quién sabe cuando moverán la reina roja y harán un Jaqué Mate inesperado? {Leer más}
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Why have you done this to me? {Maddeleine}
2 participantes
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Why have you done this to me? {Maddeleine}
Why have you done this to me?
Salón de te Madame Tudipié, sábado, 16:45 horas, despejado y fresco, algo ventoso.
Un sí, jamás se lo había imaginado. La había visto ir y venir por los pasillos, parecía flotar por momentos. Un sólo intento, una sola oportunidad que el caprichoso destino le había concedido. Su voz, la había oído muy poco, pero recordaba claramente su tono al aceptar la descarada proposición. ¿Por qué lo habría hecho? ¿Cómo era ella? Había recibido comentarios, no iba a negarlo. Para algunos era un ángel, para otros demonio. Demonio no era un término que entrara en tal celestial belleza, en esos sutiles gestos cotidianos que llamaron la atención del oriental desde hacía ya un tiempo. Siempre la había notado, pero jamás se había parado a contemplarla como aquel comienzo de su séptimo año. Era hermosa, no era el estilo de chica de quien Peter se fijaría, pero aún así no fue invisible a sus ojos. Simplemente se atrevió, simplemente hizo esa proposición sin fundamento y obtuvo un sí. ¿Qué sucedería luego?Salón de te Madame Tudipié, sábado, 16:45 horas, despejado y fresco, algo ventoso.
Allí estaba Peter, 15 minutos antes de la cita, fuera del salón, esperando en el marco de la puerta. Su respiración se hacía visible por la baja temperatura del ambiente. Había reservado una mesa. También se había vestido para la ocasión, ni demasiado formal ni demasiado informal. Estaba más prolijo que de costumbre. Había peinado su cabello rosado con raya al costado, pero pronto éste se movería ya que no le colocó ningún producto que lo mantenga quieto. Pantalones de jean negros, zapatos, camisa, suéter y bufanda que el viento hacía blandir. No había mucha gente en Hogsmeade, o no parecía haber muchas personas caminando por ahí. No era época de compras tampoco que justificara más movimiento. Se sentía tranquilo al pensar que no habría mucha gente en el salón y que podría hablar sin preocuparse por el ruido del ambiente con aquella encantadora joven.
Una voz suave habló con calma tras de sí, una señora que le ofreció pasar a sentarse en la mesa que había reservado. Pero no, Peter prefería entrar con la muchacha, ambos. Sentarse y pedir algo no le parecía correcto. Todavía no podía creer la situación en la que se encontraba, inclusive comenzó a sospechar de que alguien le estaría jugando una broma de mal gusto. Imposible, él jamás expresó su admiración por la apariencia de Maddeleine a nadie, así que nadie pudo haber planeado nada. Inclusive, sólo ella lo sabía, sólo ella pudo haberlo contado.
Cerró sus ojos, dejando su peso en el marco de la puerta. Pronto llegaría, pronto comenzaría a conocerla realmente como era. Por su parte, siempre fue transparente, sencillo, fácil de interpretar en la mayoría de sus actitudes. Pero bien sabía que las mujeres eran más elaboradas, con más detalles a interpretar. Era una cita a ciegas con alguien que no conocía, sólo su rostro y alguno de sus gestos, ni siquiera estaba en condiciones de decir que conocía su vos. Sólo siguió su instinto. Y allí estaba, a la espera de la joven de Slytherin, un misterio por resolver.
Peter Park- Prefecto Hufflepuff
- Hechizos : 46
Re: Why have you done this to me? {Maddeleine}
Si, era algo sumamente extraño, habia sido invitada por aquel chico de cabello rosado en nuestra clase de Historia de la Magia. Estabamos en el mismo grupo aquella vez, auque luego fue mandado a las cocinas por ser un sangre sucia, algo que me causo mucha gracia, pero ya eso habia pasado. Despues que pasaron algunos dias, el chico se atrevio a invitarme a una cita. Primera vez que alguien me invitaba a salir de esa manera, claramente se notaba que el chico no me conocia. Aveces pensaba que era una chica fea porque no conseguia citas o pareja como las demas chicas normales que estudiaban en Hogwarts o simplemente todo se resumia a mi personalidad, pero yo no cambiaria por ninguna persona y tampoco es que me importara tanto lo de tener novios o una cita con alguien.
Aunque no me importaba lo suficiente lo de las citas acepte una, acepte la cita con aquel asiatico de cabello rosado. Aun me preguntaba del porque se la habia aceptado, pero queria probar cosas nuevas ademas me habia llamado la atencion su cabello rosa, algun dia me lo tiñeria de ese color o de un verde aquamarino.
Pero alli me encontraba en mi habitacion mirando mis trajes, no sabia que colocarme para una ocasion asi, no me explico como tenia que ir vestida, si formal o informal. Bueno... tenia uno que otros vestidos sencillos, podia utilizar uno. Asi que tome uno de color violeta, tenia en el medio un delgado cinturon de color marron. Era un vestido corto, me llegaba hasta las rodillas y tenia un delicado escote, tampoco era tan pronunciado. Me lo coloque. Tambien me puse mmi abrigo de color marron, como sobre todo. Pues hacia frio. Y unos pequeños botines de color negro. Mi cabello lo deje suelto para que se ondeara con la brisa. Creo que asi estaba perfecta, solamente faltaba mi maquillaje lo cual fue muy sencillo. Brillo para los labios, un poco de rimel en mis pestañas y un delgado polvorete para mis mejillas blanquecinas.
No creo que hubiera tardado tanto pero finalmente llegue hasta Hogsmeade. No habia demasiada personas, no creo que me conseguiria a alguien conocido. No queria que me notaran con aquel sangre sucia. Tenia mi varita metida entre mi carterita pequeña por si pasaria algo interesante en esa cita, pero ya se veria que pasaria. Ademas no conocia exactamente a ese chico.
Camine otros pocos pasos mas para llegar al lugar donde seria la cita, era en el lugar que frecuentaban todas aquellas parejas del colegio. Cuando los veia por el cristal me daba era ganas de vomitar, pero ahora me encontraba yo alli, estando detras de la vitrina. Muchas cosas me estaban entreteniendo cuando caminaba hacia el camino de mi destruccion. Muchas tiendas interesantes, brujos interesantes y ademas los dulces y bromas en zonko me llamaban la atencion.
Cuando alce mi vista pude notar a aquel asiatico peli rosado estaba muy bien vestido, tampoco era algo exagerado, se veia muy adecuado-Hola-salude escuetamente con mis mejillas mas roja de lo normal-Bueno aqui estoy. Ahora que se hace?-pregunto mirando hacia todos lados hasta que despues lo mire fijamente a sus ojos achinados. Queria saber que pasaria a continuacion.
Aunque no me importaba lo suficiente lo de las citas acepte una, acepte la cita con aquel asiatico de cabello rosado. Aun me preguntaba del porque se la habia aceptado, pero queria probar cosas nuevas ademas me habia llamado la atencion su cabello rosa, algun dia me lo tiñeria de ese color o de un verde aquamarino.
Pero alli me encontraba en mi habitacion mirando mis trajes, no sabia que colocarme para una ocasion asi, no me explico como tenia que ir vestida, si formal o informal. Bueno... tenia uno que otros vestidos sencillos, podia utilizar uno. Asi que tome uno de color violeta, tenia en el medio un delgado cinturon de color marron. Era un vestido corto, me llegaba hasta las rodillas y tenia un delicado escote, tampoco era tan pronunciado. Me lo coloque. Tambien me puse mmi abrigo de color marron, como sobre todo. Pues hacia frio. Y unos pequeños botines de color negro. Mi cabello lo deje suelto para que se ondeara con la brisa. Creo que asi estaba perfecta, solamente faltaba mi maquillaje lo cual fue muy sencillo. Brillo para los labios, un poco de rimel en mis pestañas y un delgado polvorete para mis mejillas blanquecinas.
No creo que hubiera tardado tanto pero finalmente llegue hasta Hogsmeade. No habia demasiada personas, no creo que me conseguiria a alguien conocido. No queria que me notaran con aquel sangre sucia. Tenia mi varita metida entre mi carterita pequeña por si pasaria algo interesante en esa cita, pero ya se veria que pasaria. Ademas no conocia exactamente a ese chico.
Camine otros pocos pasos mas para llegar al lugar donde seria la cita, era en el lugar que frecuentaban todas aquellas parejas del colegio. Cuando los veia por el cristal me daba era ganas de vomitar, pero ahora me encontraba yo alli, estando detras de la vitrina. Muchas cosas me estaban entreteniendo cuando caminaba hacia el camino de mi destruccion. Muchas tiendas interesantes, brujos interesantes y ademas los dulces y bromas en zonko me llamaban la atencion.
Cuando alce mi vista pude notar a aquel asiatico peli rosado estaba muy bien vestido, tampoco era algo exagerado, se veia muy adecuado-Hola-salude escuetamente con mis mejillas mas roja de lo normal-Bueno aqui estoy. Ahora que se hace?-pregunto mirando hacia todos lados hasta que despues lo mire fijamente a sus ojos achinados. Queria saber que pasaria a continuacion.
Maddeleine Reichmann- Slytherin
- Hechizos : 1993
Hoja de personaje
Patronus: Unicornio
Habilidades/Especialidades:
Objetos/Extras:
Re: Why have you done this to me? {Maddeleine}
Realmente deslumbraba, se veía hermosa. Tal vez porque no estaba vistiendo el uniforme, sino algo que ella había elegido especialmente para él. O al menos así lo interpretaba el enamoradizo oriental que le sonrió desde que la había divisado aún estando algo lejos del salón de té. La saludó con una ligera reverencia primero, parándose con más formalidad.
— Buenas tardes Maddeleine. Te ves encantadora. — Tal vez estaba siendo demasiado formal. Así era, bien le hubiese ido haber vivido en alguna otra época, pero no, le tocaba ésta donde las mujeres eran independientes y no necesitaban tanto de alguien como él, dispuesto a darlo todo.
El comentario le resultó divertido, gracioso, simplemente lo tomó como si fuese una simple broma, ya que pensar que esta chica jamás había tenido una cita antes era un absurdo. — Aquí es cuando te abro la puerta, pasas, paso tras de ti, te guío a la mesa que reservé y luego pedimos algo, charlamos, y eso. — Y así como habló hizo. Abrió la puerta, esperó hasta que pasara y luego pasaría tras ella.
La señora que anteriormente le había ofrecido pasar acompañó a la pareja. Peter apartó la silla para que se siente la joven y luego él tomó asiento. El ambiente era agradable, un poco femenino para su gusto. Mucho encaje, muchos tonos rojizos, un ambiente de San Valentín un tanto pasado de moda. Se permitió distraerse con los adornos del lugar antes de volver a a tender a Maddeleine. Siempre fue de distraerse fácilmente.
— Espero que hayas tenido un buen viaje hasta aquí, no parece haber mucha gente hoy en Hogsmeade. No sé si será por el horario o por la época del año. O es que tal vez en ésta fecha del mes no hay tanto dinero. — Conversación, para no hablar del clima. Pronto la señora puso una carta de menú frente a cada uno, y se retiró, dejando tiempo y espacio para que eligieran tranquilos la merienda que querían. — Tu pide lo que desees, no te preocupes por el costo. Yo te invité, yo pago. — No es que le sobrara el dinero, pero ésta clase de cosas podía permitírselas de vez en cuando, y hacía mucho que no lo hacía. — Yo pediré hidromiel y preguntaré qué me ofrecen para comer, porque lo que veo en la carta me resulta muy dulce. — Claro, hablando con la joven como si la conociera de hacía años. Era así, de hecho, pero sólo de vista.
La camarera vino enseguida. No era la señora del principio, ésta era mucho más joven, inclusive más joven que su cita. La observó un momento, extrañado de que una niña estuviese allí y no estudiando en Hogwarts. La respuesta era sencilla: no tendría magia. Solía pasar, así como Peter sí tenía y ningún antepasado había corrido con aquella virtud.
— Hidromiel, sorpréndeme con algo no tan dulce. Y la señorita quiere... — Cedió la palabra a Maddeleine para que pidiera lo que deseara. Una vez que la muchacha se fue la siguió con la mirada. Pese a no tener magia, debería de estar yendo a la preparatoria muggle. Sus sentidos se pusieron alerta al pensar que tal vez su cita pudiese malinterpretar aquel gesto. — O es más joven de lo que parece, o debería de estar estudiando en vez de estar atendiendo aquí. — Dijo sincero. Luego observó con atención a la joven. De cerca era tal cual como era de lejos, aunque fue consciente que desconocía sus gestos más de lo que imaginaba. — Odiaría que tomes a mal mi inquietud, pero ¿Por qué te pareció buena idea aceptar mi invitación? Claramente estoy muy agradecido, es sólo que no soy la clase de chico que recibe un "sí" muy seguido. — Sonrió modestamente, parecía que sonreía de lado pero no era así, sólo que la cicatriz acentuaba más sus gestos del lado izquierdo que del derecho. Esa cicatriz que por la cálida temperatura del ambiente comenzaba a resaltar en su rostro con un tono ligeramente rojizo. Pronto volvería a ser menos notorio, pero mientras no se acostumbre al clima acogedor del interior del salón, allí seguiría estando la notoria marca rojiza.
— Buenas tardes Maddeleine. Te ves encantadora. — Tal vez estaba siendo demasiado formal. Así era, bien le hubiese ido haber vivido en alguna otra época, pero no, le tocaba ésta donde las mujeres eran independientes y no necesitaban tanto de alguien como él, dispuesto a darlo todo.
El comentario le resultó divertido, gracioso, simplemente lo tomó como si fuese una simple broma, ya que pensar que esta chica jamás había tenido una cita antes era un absurdo. — Aquí es cuando te abro la puerta, pasas, paso tras de ti, te guío a la mesa que reservé y luego pedimos algo, charlamos, y eso. — Y así como habló hizo. Abrió la puerta, esperó hasta que pasara y luego pasaría tras ella.
La señora que anteriormente le había ofrecido pasar acompañó a la pareja. Peter apartó la silla para que se siente la joven y luego él tomó asiento. El ambiente era agradable, un poco femenino para su gusto. Mucho encaje, muchos tonos rojizos, un ambiente de San Valentín un tanto pasado de moda. Se permitió distraerse con los adornos del lugar antes de volver a a tender a Maddeleine. Siempre fue de distraerse fácilmente.
— Espero que hayas tenido un buen viaje hasta aquí, no parece haber mucha gente hoy en Hogsmeade. No sé si será por el horario o por la época del año. O es que tal vez en ésta fecha del mes no hay tanto dinero. — Conversación, para no hablar del clima. Pronto la señora puso una carta de menú frente a cada uno, y se retiró, dejando tiempo y espacio para que eligieran tranquilos la merienda que querían. — Tu pide lo que desees, no te preocupes por el costo. Yo te invité, yo pago. — No es que le sobrara el dinero, pero ésta clase de cosas podía permitírselas de vez en cuando, y hacía mucho que no lo hacía. — Yo pediré hidromiel y preguntaré qué me ofrecen para comer, porque lo que veo en la carta me resulta muy dulce. — Claro, hablando con la joven como si la conociera de hacía años. Era así, de hecho, pero sólo de vista.
La camarera vino enseguida. No era la señora del principio, ésta era mucho más joven, inclusive más joven que su cita. La observó un momento, extrañado de que una niña estuviese allí y no estudiando en Hogwarts. La respuesta era sencilla: no tendría magia. Solía pasar, así como Peter sí tenía y ningún antepasado había corrido con aquella virtud.
— Hidromiel, sorpréndeme con algo no tan dulce. Y la señorita quiere... — Cedió la palabra a Maddeleine para que pidiera lo que deseara. Una vez que la muchacha se fue la siguió con la mirada. Pese a no tener magia, debería de estar yendo a la preparatoria muggle. Sus sentidos se pusieron alerta al pensar que tal vez su cita pudiese malinterpretar aquel gesto. — O es más joven de lo que parece, o debería de estar estudiando en vez de estar atendiendo aquí. — Dijo sincero. Luego observó con atención a la joven. De cerca era tal cual como era de lejos, aunque fue consciente que desconocía sus gestos más de lo que imaginaba. — Odiaría que tomes a mal mi inquietud, pero ¿Por qué te pareció buena idea aceptar mi invitación? Claramente estoy muy agradecido, es sólo que no soy la clase de chico que recibe un "sí" muy seguido. — Sonrió modestamente, parecía que sonreía de lado pero no era así, sólo que la cicatriz acentuaba más sus gestos del lado izquierdo que del derecho. Esa cicatriz que por la cálida temperatura del ambiente comenzaba a resaltar en su rostro con un tono ligeramente rojizo. Pronto volvería a ser menos notorio, pero mientras no se acostumbre al clima acogedor del interior del salón, allí seguiría estando la notoria marca rojiza.
Peter Park- Prefecto Hufflepuff
- Hechizos : 46
Re: Why have you done this to me? {Maddeleine}
Sonrei con unas mejillas sonrojadas por que me habia dicho que estaba encantadora-Gracias, tu mmm casi igual-le digo sonriente para luego esperar lo que se avecinaba de todas maneras ya habia preguntado lo que se tenia que hacer. No sabia que se hacia en aquellas circunstancias. Vivia con mi padre, el cual nunca me enseño sobre eso y no se si lo haria, vivia tambien con mi hermana a la cual era mas protectora y menos me contaria como era tener una cita. Claramente ella si tenia mas cita que yo, era mas experta pero bueno me alegraba no haberle pedido consejos sino estaria justamente conmigo ahora.
Cuando el explico todo lo que teniamos que hacer me di cuenta que se lo habia tomado a broma, le parecio divertida mi pregunta no sabia el porque, bueno puede que si fue algo estupida, ciertamente el si habia tenido otras citas y no le hacian esas preguntas, porque ya sabian que se tenia que hacer-Gracias gracias gracias por tu explicacion, me haz aclarado la mente con eso-digo ironica, sonriendo de lado. Observe como abrio la puerta y tras aquel acto pase galantemente hacia aquel lugar tan rosado para mi gusto. Simplemente puse una cara de asco en mi rostro, sin que el se diera cuenta, puesto que rapidamente habia quitaro esa cara en el momento que me guiaba hasta la mesa que habia reservado.
El sitio era muy llamativo con ese color rosado, todo era con corazones, olia a dulce y se veia empalagoso. Solo me alegraba el olor a dulce. Tome asiento comodamente, pues las sillas eran muy acolchadas, la mesita era pequeña, pero creo que si cabia un plato. Lo mire fijamente notando como se sentaba, gracias a dios era delgado, me fuera reido si fuera gordo y su gran culo no entrara en estas diminutas sillas.
Escuche sus palabras y sonrei de medio lado-Si fue un grato viaje hasta aca, solitario y comodo, me alegra cuando no hay tantas personas por estos lugares-comento con tranquilidad de acuerdo con el chico pelirosado. De nuevo el chico empezaba hablar, no es que yo fuera una buena chica en conversaciones pero contestaria con el mayor esfuerzo posible- Descuida si no te alcanza yo puedo pagarlo-le digo seriamente, no pensaba que tuviera tanto dinero el asiatico, pero vamos tambien moria de hambre y por su culpa no pasaria trabajo. Comence a ver la cartilla, todo era dulce, creo que era un lugar perfecto para mi estomago me encantaba mucho el dulce. Sonrei por lo que decia el peli rosado-Hidromiel, esta bien, pero... el dulce me gusta, para mi no esta mal, me gusta drogarme con dulce, empalagarme solamente con ese dulce...-le recalco moviendo una de las señoritas (palitos de pan) que estaban en medio de la mesa en una cesta-Pero bueno, si, vamos a ver que tienen mas de comida porque tambien muero de hambre-le respondo, esperando que se acercara alguien a atendernos.
Cuando llego la camarera nos dimos cuenta que era una chiquilla, creo que una de las empleadas habia mandado a su hija atendernos. Nose si tenia mi edad o era mas joven. Escuche a Peter pedirle lo que queria para luego yo comentar algo-Bueno primero antes que te pida lo que quiero para comer... En serio trabajas aca? o es que una de tus madres es la camarera y te mando atendernos?. Puede que la boten de aca por abuso de menores.... tengo influencia...asi que dile a tu mami que venga atendernos ella y no una mocosa, si?-le digo a la chiquilla-Aunque de igual manera para aprovechar, tambien quiero Hidromiel, un asado negro, patatas y arroz, acompañado de un rico pastel de calabazas co arandano, Por Favor-pido cruzandome de brazos para notar como la chiquilla se larga con las cartillas algo azorada.
Luego de que la niña se fue note como mi cita miraba a la mocosilla, aquello me causo un poco de descortecia la cual hice partir uno de los palitos de pan, haciendolo crujir para llamar de nuevo la atencion. Escuche sus palabras-A lo mejo no tiene poderes, a lo mejor no tienen el suficiente dinero como para darle la educacion correspondiente, no lo se en verdad, no me interesa-digo con seriedad para luego meter el palillo entre mis labios y comerlo.
Esperaba la comida cuando su voz de nuevo interrumpe aquel maginifico silencio. Su pregunta me tomo de sorpresa y a la vez asentia ante su ultimo comentario dandole la razon, de que no era facil que le dieran un si-Bueno no lo se.... queria experimentar ue se siente estar en una cita-le contesto encogiendome de hombros para observarle fijamente, estaba siendo sincera.
Cuando el explico todo lo que teniamos que hacer me di cuenta que se lo habia tomado a broma, le parecio divertida mi pregunta no sabia el porque, bueno puede que si fue algo estupida, ciertamente el si habia tenido otras citas y no le hacian esas preguntas, porque ya sabian que se tenia que hacer-Gracias gracias gracias por tu explicacion, me haz aclarado la mente con eso-digo ironica, sonriendo de lado. Observe como abrio la puerta y tras aquel acto pase galantemente hacia aquel lugar tan rosado para mi gusto. Simplemente puse una cara de asco en mi rostro, sin que el se diera cuenta, puesto que rapidamente habia quitaro esa cara en el momento que me guiaba hasta la mesa que habia reservado.
El sitio era muy llamativo con ese color rosado, todo era con corazones, olia a dulce y se veia empalagoso. Solo me alegraba el olor a dulce. Tome asiento comodamente, pues las sillas eran muy acolchadas, la mesita era pequeña, pero creo que si cabia un plato. Lo mire fijamente notando como se sentaba, gracias a dios era delgado, me fuera reido si fuera gordo y su gran culo no entrara en estas diminutas sillas.
Escuche sus palabras y sonrei de medio lado-Si fue un grato viaje hasta aca, solitario y comodo, me alegra cuando no hay tantas personas por estos lugares-comento con tranquilidad de acuerdo con el chico pelirosado. De nuevo el chico empezaba hablar, no es que yo fuera una buena chica en conversaciones pero contestaria con el mayor esfuerzo posible- Descuida si no te alcanza yo puedo pagarlo-le digo seriamente, no pensaba que tuviera tanto dinero el asiatico, pero vamos tambien moria de hambre y por su culpa no pasaria trabajo. Comence a ver la cartilla, todo era dulce, creo que era un lugar perfecto para mi estomago me encantaba mucho el dulce. Sonrei por lo que decia el peli rosado-Hidromiel, esta bien, pero... el dulce me gusta, para mi no esta mal, me gusta drogarme con dulce, empalagarme solamente con ese dulce...-le recalco moviendo una de las señoritas (palitos de pan) que estaban en medio de la mesa en una cesta-Pero bueno, si, vamos a ver que tienen mas de comida porque tambien muero de hambre-le respondo, esperando que se acercara alguien a atendernos.
Cuando llego la camarera nos dimos cuenta que era una chiquilla, creo que una de las empleadas habia mandado a su hija atendernos. Nose si tenia mi edad o era mas joven. Escuche a Peter pedirle lo que queria para luego yo comentar algo-Bueno primero antes que te pida lo que quiero para comer... En serio trabajas aca? o es que una de tus madres es la camarera y te mando atendernos?. Puede que la boten de aca por abuso de menores.... tengo influencia...asi que dile a tu mami que venga atendernos ella y no una mocosa, si?-le digo a la chiquilla-Aunque de igual manera para aprovechar, tambien quiero Hidromiel, un asado negro, patatas y arroz, acompañado de un rico pastel de calabazas co arandano, Por Favor-pido cruzandome de brazos para notar como la chiquilla se larga con las cartillas algo azorada.
Luego de que la niña se fue note como mi cita miraba a la mocosilla, aquello me causo un poco de descortecia la cual hice partir uno de los palitos de pan, haciendolo crujir para llamar de nuevo la atencion. Escuche sus palabras-A lo mejo no tiene poderes, a lo mejor no tienen el suficiente dinero como para darle la educacion correspondiente, no lo se en verdad, no me interesa-digo con seriedad para luego meter el palillo entre mis labios y comerlo.
Esperaba la comida cuando su voz de nuevo interrumpe aquel maginifico silencio. Su pregunta me tomo de sorpresa y a la vez asentia ante su ultimo comentario dandole la razon, de que no era facil que le dieran un si-Bueno no lo se.... queria experimentar ue se siente estar en una cita-le contesto encogiendome de hombros para observarle fijamente, estaba siendo sincera.
Maddeleine Reichmann- Slytherin
- Hechizos : 1993
Hoja de personaje
Patronus: Unicornio
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Objetos/Extras:
Re: Why have you done this to me? {Maddeleine}
No se había imaginado a la serpiente expresando tales cosas. Desprecio, eso emanaba hacia la otra pobre muchachita que pocas decisiones tenía sobre su propia vida. Por cierto, una chica que con unos años más sería bastante atractiva, algo que claramente no cabría mencionar en la conversación con la joven Maddeleine. No le cayó bien a Peter, fue así de simple. Hermosa por fuera, y por dentro marchita como una manzana echada a perder. Una lástima. Pero un sexto sentido le decía por lo bajo "yo te dije". Claro, era una chica de Slytherin. Ya estaba hecho, ya estaba en la cita con la rubia, tenía que pasarlo bien. Ambos tendrían que pasar un buen rato para tener buenos recuerdos, más allá de cualquier intención. Así que Peter simplemente se despreocupó de dicho comentario ofensivo hacia la desconocida.
— Vaya a saber — Fue lo único que se atrevió a decir para cerrar la conversación sobre la mesera. — Pues, se supone que las citas tienen que ser agradables, y son para conocerse. — Se sorprendió de su propia reacción. No le sorprendió que ella no haya tenido citas, le sorprendió que le resulte lógico aquello. Un aura en ella, ahora que la tenía cerca y podía percibir más cosas, parecía seleccionar a las peores personas para armarse de su entorno. ¿Qué clase de amigos tendría? Algo le decía que no tenía de los mejores, pero eso ya lo averiguaría luego. — Ojalá tengas una buena experiencia. — Dijo sonriendo, iba a agregar más, pero la señora de un principio fue con el pedido. Y sí, si la jovencita se había espantado con la pareja dispareja de aquella mesa, como para querer volver estaba. Traía el pedido.
Esperó el tiempo necesario a que la anciana ordenara la mesa con lo que habían ordenado. Antes de irse Peter dedicó una mirada de respeto y cariño a dicha mujer y ésta le respondió con una palmada en el hombro. Como él bien sabía, uno cosecha lo que siembra, y a veces la cosecha es inmediata. No era de esos muchachos que se metían en líos porque sí o que eran antipáticos, al contrario. Volvió la vista a su cita y le dedicó una mirada similar, aunque con más encanto ya que no era como ver a una abuela, efectivamente, era su cita.
— Bon appétit. — Contempló lo que le trajeron, eso no dulce que pidió. Parecían ser bizcochos salados. Eso le gustaba, cortaría lo dulce del hidromiel. Lo probó, hacía mucho no bebía eso y le resultó reconfortante. El sitio había dejado de parecerle extravagante, ahora se sentía más confiado allí. — Creo que ya me estoy acostumbrando a esto. A este sitio. Que no haya ese murmullo constante que hay en otras confiterías es más que gratificante. — Expresó, fiel a su costumbre de decir lo que pensaba para evitar quedarse callado, cosa que podría resultar incómodo. — ¿Cómo está eso? — Preguntó haciendo referencia a la comida que Maddeleine había solicitado. Todo se veía tan dulce de su lado de la mesa. Tanto que una acidez subió despacio del estómago a la garganta del oriental, cosa que como reacción se limitó a sonreír al pastel que tenía en frente. — Se ve delicioso. — Pese a que era incapaz de comer ni un bocado de aquello. Siempre había preferido lo salado.
Esperó a que ella degustara para continuar conociéndola de a poco. — ¿Y cómo te va en Hogwarts? Yo tengo graves problemas con algunas asignaturas, pero es mi último año ya, debo superarme, es mi último esfuerzo. ¿Alguna asignatura te cuesta? — Quiso saber al tiempo que contaba su propia experiencia. — Me cuesta mucho Historia de la Magia. Simplemente no nací para saber historia de nada. Con suerte se mi propia historia de vida como para conocer la de no sé cuántos magos que hicieron no sé cuántas cosas. Los respeto, claro, si algo importante habrán hecho para aparecer en los libros. Sólo digo que no es loo mío. Realmente detesto esa materia. — Sabía que Maddeleine era buena en eso, si la había visto en la clase responder de una forma bastante respetable, mientras él había necesitado de un libro, de buscar en un índice de temas para lograr responder una mísera respuesta de poco menos de siete frases. Pero ¿qué hacerle? Así eran las cosas. — Soy bueno en pociones, ahí sí destaco. No es que tenga buena memoria ni nada de eso, es que me interesa y me informo. — Claro, como todo Hufflepuff, en vez de inteligente era dedicado, persistente y bastante astuto. Aunque sólo las primeras dos virtudes lo hacían bueno en dicha materia.
Y ya estaba de hablar de Hogwarts. Comió algunos bizcochos y bebió su hidromiel. Le gustaba la combinación, y le gustaba que lo que comía no tuviese forma de corazón sino que fuesen simples bizcochos redondos. No se hubiese sentido cómodo comiendo algo en forma de corazón o moños o rosas o lo que fuere. Tal vez la señora había contemplado eso. O simplemente así eran los bizcochos para cualquiera que los pidiera. Eran adictivos esos pequeños pedazos de masa tostada. — Si quieres probar, toma los que quieras. — Ofreció, para luego cambiar de tema. — ¿Y qué te gusta hacer en el verano? Por mi parte, no puedo dejar de andar por las calles para ver qué es lo que hace la gente, y claro, salir con mis amigos. — ¿Acaso Peter tiene "amigos"? Casi siempre estaba rodeado de chicas y rara vez tiene a un muchacho cerca. Lo cierto es que no tenía muchas amistades masculinas, tal vez porque no toleraban que tuviese tantas féminas cerca. O tal vez por el simple hecho de que era un chico extraño. Pero no se dio cuenta de ello al decir la frase. Y si Maddeleine no lo había tenido en cuenta hasta entonces, tampoco se daría cuenta de tal errata.
— Vaya a saber — Fue lo único que se atrevió a decir para cerrar la conversación sobre la mesera. — Pues, se supone que las citas tienen que ser agradables, y son para conocerse. — Se sorprendió de su propia reacción. No le sorprendió que ella no haya tenido citas, le sorprendió que le resulte lógico aquello. Un aura en ella, ahora que la tenía cerca y podía percibir más cosas, parecía seleccionar a las peores personas para armarse de su entorno. ¿Qué clase de amigos tendría? Algo le decía que no tenía de los mejores, pero eso ya lo averiguaría luego. — Ojalá tengas una buena experiencia. — Dijo sonriendo, iba a agregar más, pero la señora de un principio fue con el pedido. Y sí, si la jovencita se había espantado con la pareja dispareja de aquella mesa, como para querer volver estaba. Traía el pedido.
Esperó el tiempo necesario a que la anciana ordenara la mesa con lo que habían ordenado. Antes de irse Peter dedicó una mirada de respeto y cariño a dicha mujer y ésta le respondió con una palmada en el hombro. Como él bien sabía, uno cosecha lo que siembra, y a veces la cosecha es inmediata. No era de esos muchachos que se metían en líos porque sí o que eran antipáticos, al contrario. Volvió la vista a su cita y le dedicó una mirada similar, aunque con más encanto ya que no era como ver a una abuela, efectivamente, era su cita.
— Bon appétit. — Contempló lo que le trajeron, eso no dulce que pidió. Parecían ser bizcochos salados. Eso le gustaba, cortaría lo dulce del hidromiel. Lo probó, hacía mucho no bebía eso y le resultó reconfortante. El sitio había dejado de parecerle extravagante, ahora se sentía más confiado allí. — Creo que ya me estoy acostumbrando a esto. A este sitio. Que no haya ese murmullo constante que hay en otras confiterías es más que gratificante. — Expresó, fiel a su costumbre de decir lo que pensaba para evitar quedarse callado, cosa que podría resultar incómodo. — ¿Cómo está eso? — Preguntó haciendo referencia a la comida que Maddeleine había solicitado. Todo se veía tan dulce de su lado de la mesa. Tanto que una acidez subió despacio del estómago a la garganta del oriental, cosa que como reacción se limitó a sonreír al pastel que tenía en frente. — Se ve delicioso. — Pese a que era incapaz de comer ni un bocado de aquello. Siempre había preferido lo salado.
Esperó a que ella degustara para continuar conociéndola de a poco. — ¿Y cómo te va en Hogwarts? Yo tengo graves problemas con algunas asignaturas, pero es mi último año ya, debo superarme, es mi último esfuerzo. ¿Alguna asignatura te cuesta? — Quiso saber al tiempo que contaba su propia experiencia. — Me cuesta mucho Historia de la Magia. Simplemente no nací para saber historia de nada. Con suerte se mi propia historia de vida como para conocer la de no sé cuántos magos que hicieron no sé cuántas cosas. Los respeto, claro, si algo importante habrán hecho para aparecer en los libros. Sólo digo que no es loo mío. Realmente detesto esa materia. — Sabía que Maddeleine era buena en eso, si la había visto en la clase responder de una forma bastante respetable, mientras él había necesitado de un libro, de buscar en un índice de temas para lograr responder una mísera respuesta de poco menos de siete frases. Pero ¿qué hacerle? Así eran las cosas. — Soy bueno en pociones, ahí sí destaco. No es que tenga buena memoria ni nada de eso, es que me interesa y me informo. — Claro, como todo Hufflepuff, en vez de inteligente era dedicado, persistente y bastante astuto. Aunque sólo las primeras dos virtudes lo hacían bueno en dicha materia.
Y ya estaba de hablar de Hogwarts. Comió algunos bizcochos y bebió su hidromiel. Le gustaba la combinación, y le gustaba que lo que comía no tuviese forma de corazón sino que fuesen simples bizcochos redondos. No se hubiese sentido cómodo comiendo algo en forma de corazón o moños o rosas o lo que fuere. Tal vez la señora había contemplado eso. O simplemente así eran los bizcochos para cualquiera que los pidiera. Eran adictivos esos pequeños pedazos de masa tostada. — Si quieres probar, toma los que quieras. — Ofreció, para luego cambiar de tema. — ¿Y qué te gusta hacer en el verano? Por mi parte, no puedo dejar de andar por las calles para ver qué es lo que hace la gente, y claro, salir con mis amigos. — ¿Acaso Peter tiene "amigos"? Casi siempre estaba rodeado de chicas y rara vez tiene a un muchacho cerca. Lo cierto es que no tenía muchas amistades masculinas, tal vez porque no toleraban que tuviese tantas féminas cerca. O tal vez por el simple hecho de que era un chico extraño. Pero no se dio cuenta de ello al decir la frase. Y si Maddeleine no lo había tenido en cuenta hasta entonces, tampoco se daría cuenta de tal errata.
Peter Park- Prefecto Hufflepuff
- Hechizos : 46
Re: Why have you done this to me? {Maddeleine}
Intui que al chico asiatico que tenia en frente no le habia gustado para nada mi forma de expresarme hacia aquella pequeña chica, pero en realidad no me importaba lo que opinara el, era la primera vez que saliamos a una cita, si es que eso se llamaba cita o simplemente como una salida de amistad. Muchas personas sobre todo los Hufflepuff cuestionarian mi personalidad, menos una persona que hace tiempo que no veia. Esperaba nuevamente verla pronto. Observe con atencion al chico, debido a los comentarios que me hacia sobre la cita-Supongo que para eso son las citas, asi que te apoyo en eso...Aunque ya veo un poco como eres-digo tranquila, esperando por la comida-Igual espero que tambien la tengas-digo lo ultimo casi en un pequeño susurro, se que no lo obtendria, no estando conmigo, pero vamos a ver como iba todo aquello.
Noto que la pequeña no vino a entregar el pedido sino la otra señora, veo que efectivamente lo que yo le habia dicho a la muchachita surgio efecto. Sonrei de lado mirando las cosas que pedimos siendo colocados en cada sitio de la mesa, no eran tantas cosas, pero tampoco eran pocas. -Gracias Madamme-le digo a la señora que estaba tocandole el hombro a su cita a la vez que le sonreia de esa manera. Era extraño, no se si el era asi con todas las personas en sus citas con otras chicas o era porque no estaba comodo conmigo y preferia sonreirle a las demas, sobre todo a una vieja. Rode los ojos, tocando el mantel de la mesa para ver de que tipo de tela estaba hecho hasta que vi que la mujer se fue y el me dedico una sonrisa diferente a la que le habia dedicado a la anciana. Preferi no decir nada, asi que me puse a ver mi pedido y tomar un cubierto para comenzar a comer, se veia apetitoso.
Igualmente, Bon apetit-murmure tomando el cubierto para los bocadillos y empezar a picar mi delicioso cup cakes de red velvet, con crema de chocolate y fresas. Tome un pedacito llevandolo a mi boca para luego probar con delicadeza tan delicioso manjar. Escuche la voz de el, desviando mis ojos hacia el lugar por lo que el comentaba-Yo aun no me acostumbro, es extraño, osea digo el lugar, es demasiado rosa, no me gusta el color rosa, y cosas tan cursi y esas cositas-digo sonriente-Pero tratare tambien de sentirme mas agusto-muevo mas el tenedor sobre la crema del ponquecito-Si, lo bueno es que no hay tantas personas en el lugar, aveces si esta abarrotado, porque me he pasado sin querer y por los cristales se nota full de personas enamoradizas-arrugo un poco mi nariz, prestando atencion a su pregunta-Si esta delicioso. Presiento que no te gusta lo dulce porque pedir un bizcocho salado en este lugar es extraño-sonrio un poco-aqui todo es dulce, corazones, confeti, rosa, amor-dramatizo un poco, colocando cara tierna pero divertida para luego meterme otro bocado en la boca con un poco de sensualidad provocando al asiatico que tenia en frente, aunque nose si lo notaria.
Su pregunta sobre Hogwarts me saco en el estado en el que estaba con el ponquecito estaba demasiado dulce y embriagador. Bebi un poco de Hidromiel, pero este resultaba ser tambien dulce y a la vez fuerte, asi que mis ojos se adormecieron un poco, pero despues me senti revitalizante de nuevo. Escuche toda su habladuria sobre Historia de la Magia y Pociones-En realidad me va muy bien en casi todas las materias, no me quejo, pero no me gusta tampoco mucho Historia de la Magia, creo que la que mejor llevo es Pociones y Defensas Contra las Artes Oscuras-le contesto tranquila, comiendo aun de mi pedido-Puede que haya algunas materias que no me gusta, pero creo que tengo un don inato para salir ilesas de hasta las que no me gustan, por algo dicen que somos astutos y agiles como las serpientes-alzo las cejas y las muevo divertida. -Aunque si te recuerdo en la clase extraña de Historia de la Magia, que fue entretenida aquella vez, tuviste que sacar un libro para dar informacion sobre aquel señor, recuerdo que estabas en mi grupo, si no me equivoco-me encogo de hombros.
Nos quedamos en silencios unos segundo porque probabamos mas de nuestras comidas. El degustaba sus bizcochos salados y yo mis dulces. Creo que alli estaba la clara prueba de que eramos muy diferentes, dos polos muy opuesto-Gracias, pero a mi el salado casi no me gusta, aunque si seria bueno probar, es bueno probar de todo un poco-murmuro, tomando un bizcocho entre mis manos y luego lo coloco a la altura de mi pecho partiendolo en dos mientras que lo miro a el con una cara algo desquiciada, pero despues sonrio gentilmente-Estaba algo duro-comento sonrojandome para despues colocarlo sobre un plato y picar otro pedazo mas pequeño para meterlo en la boca y asi probarlo. Al momento de masticarlo, tragarlo y disolverlo en el estomago, asenti, sintiendo el sabor en todo mi paladar y garganta-Si, esta muy rico, lo hacen perfectos aca-murmuro comiendo otro pedacito-No te ofrezco de mi pasteles porque se que no te gusta el dulce-digo derepente, aunque el no me lo habia confirmado, pero lo sentia, nose porque-En verano?-pregunto pensando que decir, no hacia mucho en realidad, solo visitaba a mi madre en el sanatorio, pero no lo diria-Bueno... estar con mi padre o salir a pasear sola por las calles-comento simplemente, no creo que tuviera amistades con las que salir.
Noto que la pequeña no vino a entregar el pedido sino la otra señora, veo que efectivamente lo que yo le habia dicho a la muchachita surgio efecto. Sonrei de lado mirando las cosas que pedimos siendo colocados en cada sitio de la mesa, no eran tantas cosas, pero tampoco eran pocas. -Gracias Madamme-le digo a la señora que estaba tocandole el hombro a su cita a la vez que le sonreia de esa manera. Era extraño, no se si el era asi con todas las personas en sus citas con otras chicas o era porque no estaba comodo conmigo y preferia sonreirle a las demas, sobre todo a una vieja. Rode los ojos, tocando el mantel de la mesa para ver de que tipo de tela estaba hecho hasta que vi que la mujer se fue y el me dedico una sonrisa diferente a la que le habia dedicado a la anciana. Preferi no decir nada, asi que me puse a ver mi pedido y tomar un cubierto para comenzar a comer, se veia apetitoso.
Igualmente, Bon apetit-murmure tomando el cubierto para los bocadillos y empezar a picar mi delicioso cup cakes de red velvet, con crema de chocolate y fresas. Tome un pedacito llevandolo a mi boca para luego probar con delicadeza tan delicioso manjar. Escuche la voz de el, desviando mis ojos hacia el lugar por lo que el comentaba-Yo aun no me acostumbro, es extraño, osea digo el lugar, es demasiado rosa, no me gusta el color rosa, y cosas tan cursi y esas cositas-digo sonriente-Pero tratare tambien de sentirme mas agusto-muevo mas el tenedor sobre la crema del ponquecito-Si, lo bueno es que no hay tantas personas en el lugar, aveces si esta abarrotado, porque me he pasado sin querer y por los cristales se nota full de personas enamoradizas-arrugo un poco mi nariz, prestando atencion a su pregunta-Si esta delicioso. Presiento que no te gusta lo dulce porque pedir un bizcocho salado en este lugar es extraño-sonrio un poco-aqui todo es dulce, corazones, confeti, rosa, amor-dramatizo un poco, colocando cara tierna pero divertida para luego meterme otro bocado en la boca con un poco de sensualidad provocando al asiatico que tenia en frente, aunque nose si lo notaria.
Su pregunta sobre Hogwarts me saco en el estado en el que estaba con el ponquecito estaba demasiado dulce y embriagador. Bebi un poco de Hidromiel, pero este resultaba ser tambien dulce y a la vez fuerte, asi que mis ojos se adormecieron un poco, pero despues me senti revitalizante de nuevo. Escuche toda su habladuria sobre Historia de la Magia y Pociones-En realidad me va muy bien en casi todas las materias, no me quejo, pero no me gusta tampoco mucho Historia de la Magia, creo que la que mejor llevo es Pociones y Defensas Contra las Artes Oscuras-le contesto tranquila, comiendo aun de mi pedido-Puede que haya algunas materias que no me gusta, pero creo que tengo un don inato para salir ilesas de hasta las que no me gustan, por algo dicen que somos astutos y agiles como las serpientes-alzo las cejas y las muevo divertida. -Aunque si te recuerdo en la clase extraña de Historia de la Magia, que fue entretenida aquella vez, tuviste que sacar un libro para dar informacion sobre aquel señor, recuerdo que estabas en mi grupo, si no me equivoco-me encogo de hombros.
Nos quedamos en silencios unos segundo porque probabamos mas de nuestras comidas. El degustaba sus bizcochos salados y yo mis dulces. Creo que alli estaba la clara prueba de que eramos muy diferentes, dos polos muy opuesto-Gracias, pero a mi el salado casi no me gusta, aunque si seria bueno probar, es bueno probar de todo un poco-murmuro, tomando un bizcocho entre mis manos y luego lo coloco a la altura de mi pecho partiendolo en dos mientras que lo miro a el con una cara algo desquiciada, pero despues sonrio gentilmente-Estaba algo duro-comento sonrojandome para despues colocarlo sobre un plato y picar otro pedazo mas pequeño para meterlo en la boca y asi probarlo. Al momento de masticarlo, tragarlo y disolverlo en el estomago, asenti, sintiendo el sabor en todo mi paladar y garganta-Si, esta muy rico, lo hacen perfectos aca-murmuro comiendo otro pedacito-No te ofrezco de mi pasteles porque se que no te gusta el dulce-digo derepente, aunque el no me lo habia confirmado, pero lo sentia, nose porque-En verano?-pregunto pensando que decir, no hacia mucho en realidad, solo visitaba a mi madre en el sanatorio, pero no lo diria-Bueno... estar con mi padre o salir a pasear sola por las calles-comento simplemente, no creo que tuviera amistades con las que salir.
Maddeleine Reichmann- Slytherin
- Hechizos : 1993
Hoja de personaje
Patronus: Unicornio
Habilidades/Especialidades:
Objetos/Extras:
Re: Why have you done this to me? {Maddeleine}
Realmente parecía que el azúcar era algo importante para su compañera de mesa. Podía imaginarla comiendo dulces todo el día al tiempo que espantaba a los muchachos a su alrededor y mientras hacía muchas otras cosas más. Las mujeres hacían muchas cosas al mismo tiempo, eso era algo a admirar la verdad. Pero ese no era el punto, Peter estaba pensando otra cosa. No podía dejar de sumar ese gesto sensual que ella le había dedicado con el hecho de que no le gustaba el romance y esas cosas. Eso sólo daba un resultado y una única y verdadera respuesta de por qué había aceptado la cita. Al asiático le pareció divertida su deducción, aunque no lo dejaría como un hecho. Inclusive, no le importaba mucho.
Claro que atendió a las palabras ajenas, le interesaba conocerla, esa curiosidad jamás se había esfumado. Que Maddeleine lo recordara de la clase de Historia le sorprendió, ya que pese a tener el cabello rosado no se sentía lo suficientemente llamativo. Menos para las personas que hacía años que se habían acostumbrado a su presencia. Todos allí se criaron en Hogwarts prácticamente, uno se acostumbra. Aunque Peter había notado a la serpiente recién a principio de año. Tal vez la joven hiciese algo en el verano, algún cambio para que él la observara. O simplemente Peter vino con otros cánones de belleza. Demasiados pensamientos que no llevan más de un segundo en ser razonados. La cita continuaba.
— Es bueno salir a caminar. Más cuando en Hogwarts vamos siempre a los mismos sitios. Aunque, a mi me gusta mucho el colegio. Lo considero como mi hogar. — Comentó. Conversar con ella era cómodo, de eso no se podía quejar. Y tenía un modo de comer muy educado la jovencita, y un rico aroma. Sí, pese a su repelente aura podía ser agradable. — A muchos les parece triste, pero a la verdad que no es así. Realmente me siento bien viviendo en Hogwarts lo que dura del año escolar, y no lo paso tan bien en el verano. Excepto cuando me junto con los tejones o cuando me aíslo un poco del mundo muggle. No tengo nada contra ellos, pero donde vivo en el verano no es un buen barrio. — Tal vez eso de contar que vivía en un humilde barrio muggle en el verano no haya sido buena idea, aunque tampoco era una mentira, así eran las cosas. Las citas son para conocerse, él no pondría barreras a ello.
Hizo una pausa pensando en que ya le quedaba poco para terminar de cursar en Hogwarts. Tenía las suficientes asignaturas como para elegir entre un par de empleos mágicos, pero todavía no se decidía. El tiempo pasaba rápido, pronto tendría que dar un paso hacia la independencia y si bien estaba listo para hacerse cargo de su propia vida, no sabía bien por dónde empezar. Eso fue un silencio de los que quería evitar. Y en ese silencio, mientras pensaba en sus posibilidades a futuro, se quedó observando la mano ajena. Maddeleine tenía buenas manos, femeninas, delicadas, aunque no supo descifrar si eso eran uñas comidas o simplemente el reflejo de la luz errante de las velas que no se quedaban quietas. — Este es mi último año en Hogwarts. — Expresó, como si con eso expusiera todo lo que había pensado hasta el momento. — Tengo que hablar con mi jefe de casa por eso del empleo, así apenas me egrese comienzo a trabajar. — Comentó. Bebió hidromiel, que pese a ser dulce sí le gustaba. En las bebidas el dulce le gustaba mucho. En las comidas no. ¿Por qué sería tan importante el azúcar para esa jovencita? Tal vez era como la hierva para el oriental.
La miró al rostro en cuanto notó que hacía rato que no lo hacía. No es por querer intimidarla, pero se supone que en una cita ves a la otra persona, porque en parte es la persona que uno cree atractiva. Y sí, al verla vio que efectivamente, Maddeleine era una linda chica, y notó ese algo que lo llevó a estar donde estaba. Pero como joven exigente, algo no le cerraba.
— ¿De qué te gustaría trabajar cuando termines los estudios? — Preguntó, era un tema que a él le interesaba en ese momento. Y habían algunas profesiones muy respetables. Él quería ser respetable, aunque no iba por buen camino. Tal vez más adelante comprenda por dónde debía ir para lograr sus objetivos.
Cuando fue a dar un sorbo de hidromiel se encontró con que ya no había nada qué beber. Y cuando vio su pequeña bandeja de bizcochos sólo le quedaban dos. Así que tomó uno y contempló la comida ajena. Qué rápido había comido todo, y eso que había hablado. También, para sincerarse, si bien se había acostumbrado al ambiente del lugar, siempre podía estar en un lugar mejor. Y, si ella se lo permitía, la llevaría a un sitio que le sería de más agrado. Así que volteó para buscar la mirada de la señora, pero se encontró con la niña que le devolvió la mirada. Peter le hizo un gesto y ella asintió. Pedía la cuenta. Luego siguió atendiendo a Maddeleine. ¿Hablaría algo por su cuenta aquella muchacha sin que Peter tuviese que preguntarle algo? Eran modos, él esperó a ver qué surgía. La merienda había sido más que satisfactoria a su criterio, pero el lugar no fue el indicado para esa chica. Tal vez las cosas cambiasen en un par de minutos.
Claro que atendió a las palabras ajenas, le interesaba conocerla, esa curiosidad jamás se había esfumado. Que Maddeleine lo recordara de la clase de Historia le sorprendió, ya que pese a tener el cabello rosado no se sentía lo suficientemente llamativo. Menos para las personas que hacía años que se habían acostumbrado a su presencia. Todos allí se criaron en Hogwarts prácticamente, uno se acostumbra. Aunque Peter había notado a la serpiente recién a principio de año. Tal vez la joven hiciese algo en el verano, algún cambio para que él la observara. O simplemente Peter vino con otros cánones de belleza. Demasiados pensamientos que no llevan más de un segundo en ser razonados. La cita continuaba.
— Es bueno salir a caminar. Más cuando en Hogwarts vamos siempre a los mismos sitios. Aunque, a mi me gusta mucho el colegio. Lo considero como mi hogar. — Comentó. Conversar con ella era cómodo, de eso no se podía quejar. Y tenía un modo de comer muy educado la jovencita, y un rico aroma. Sí, pese a su repelente aura podía ser agradable. — A muchos les parece triste, pero a la verdad que no es así. Realmente me siento bien viviendo en Hogwarts lo que dura del año escolar, y no lo paso tan bien en el verano. Excepto cuando me junto con los tejones o cuando me aíslo un poco del mundo muggle. No tengo nada contra ellos, pero donde vivo en el verano no es un buen barrio. — Tal vez eso de contar que vivía en un humilde barrio muggle en el verano no haya sido buena idea, aunque tampoco era una mentira, así eran las cosas. Las citas son para conocerse, él no pondría barreras a ello.
Hizo una pausa pensando en que ya le quedaba poco para terminar de cursar en Hogwarts. Tenía las suficientes asignaturas como para elegir entre un par de empleos mágicos, pero todavía no se decidía. El tiempo pasaba rápido, pronto tendría que dar un paso hacia la independencia y si bien estaba listo para hacerse cargo de su propia vida, no sabía bien por dónde empezar. Eso fue un silencio de los que quería evitar. Y en ese silencio, mientras pensaba en sus posibilidades a futuro, se quedó observando la mano ajena. Maddeleine tenía buenas manos, femeninas, delicadas, aunque no supo descifrar si eso eran uñas comidas o simplemente el reflejo de la luz errante de las velas que no se quedaban quietas. — Este es mi último año en Hogwarts. — Expresó, como si con eso expusiera todo lo que había pensado hasta el momento. — Tengo que hablar con mi jefe de casa por eso del empleo, así apenas me egrese comienzo a trabajar. — Comentó. Bebió hidromiel, que pese a ser dulce sí le gustaba. En las bebidas el dulce le gustaba mucho. En las comidas no. ¿Por qué sería tan importante el azúcar para esa jovencita? Tal vez era como la hierva para el oriental.
La miró al rostro en cuanto notó que hacía rato que no lo hacía. No es por querer intimidarla, pero se supone que en una cita ves a la otra persona, porque en parte es la persona que uno cree atractiva. Y sí, al verla vio que efectivamente, Maddeleine era una linda chica, y notó ese algo que lo llevó a estar donde estaba. Pero como joven exigente, algo no le cerraba.
— ¿De qué te gustaría trabajar cuando termines los estudios? — Preguntó, era un tema que a él le interesaba en ese momento. Y habían algunas profesiones muy respetables. Él quería ser respetable, aunque no iba por buen camino. Tal vez más adelante comprenda por dónde debía ir para lograr sus objetivos.
Cuando fue a dar un sorbo de hidromiel se encontró con que ya no había nada qué beber. Y cuando vio su pequeña bandeja de bizcochos sólo le quedaban dos. Así que tomó uno y contempló la comida ajena. Qué rápido había comido todo, y eso que había hablado. También, para sincerarse, si bien se había acostumbrado al ambiente del lugar, siempre podía estar en un lugar mejor. Y, si ella se lo permitía, la llevaría a un sitio que le sería de más agrado. Así que volteó para buscar la mirada de la señora, pero se encontró con la niña que le devolvió la mirada. Peter le hizo un gesto y ella asintió. Pedía la cuenta. Luego siguió atendiendo a Maddeleine. ¿Hablaría algo por su cuenta aquella muchacha sin que Peter tuviese que preguntarle algo? Eran modos, él esperó a ver qué surgía. La merienda había sido más que satisfactoria a su criterio, pero el lugar no fue el indicado para esa chica. Tal vez las cosas cambiasen en un par de minutos.
Peter Park- Prefecto Hufflepuff
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