Fui entregada(Randall)

Habia ido a recoger algunas plantas en el invernadero, me gustaba mucho crear pociones curativas o cataplasmas para sanar, de hecho en algunas ocasiones la señorita Pomfrey me habia dicho que deberia dedicarme a la medicina, mas que a ser auror, que hacian falta buenos sanadores, pero claro, siempre habia querido ser auror y ahora cambiar, no era mi estilo me habia hecho a la idea y era lo que queria, pero no estaba mal saber de medicina, de hecho mi abuela, era una gran fanatica de las pociones y yo tambien podria serlo, aunque desease ser auror.

En el hall habia mucha gente caminando, hacia sus clases, hacia sus habitaciones, era un lugar muy concurrido, menos en la noche, era como si en la noche se transformase en un lugar oscuro y desierto. Mientras caminaba se me cayeron unas ramitas de lavanda, me pare a recogerlas y me encontre con un cuadro de una mujer, era rubia, con un peinado victoriano lleno de rizos, lo habia visto mil veces, pero solo hoy me pare a mirarla bien:

-yo fui como tu querida-me dijo

-a que se refiere? alumna?

-no, yo tambien fui entregada, enferme muchisimo, nadie en hogwarts podia ayudarme, pero otros seres si pudieron, pero al final tuve que irme con ellos-dijo algo triste

-no se de que me habla, no estoy enferma ni nada-le comente

-termine viviendo en los bosques, siendo una de ellos, ese año me hiba a casar...antes nos casabamos jovenes, no como ahora que se casan viejas, a los 30

Me estaba poniendo nerviosa, por que me contaba esa historia? y por que decia que era como yo?:

-se equiboca señora...no creo que tengamos nada en comun-ella en esta ocasion no me respondio, se quedo suspirando como una damisela en apuros, en ese momento recorde el libro de la biblioteca, el hablaba de favores que se pagaban y aun lo tenia dentro de mi bolso, asi que lo saque enseguida para hojearlo- tributos que deben ser pagados-lei para mi-si algo tan importante como una vida es sometida a una peticion, el ser se cobrara el favor de inmediato o dara un plazo, como en el caso de la joven y el pan...-lei una historia sobre un duende que ayudo a una joven a hacer pan para todo un pueblo en menos de una noche, pero a cambio le pidio su primer hijo, la mujer accedio pensando que jamas se cobraria esa deuda, sin embargo cuando nacio su hijo, este desaparecio de la cuna dias despues...cerre enseguida el libro, no queria pensar mas en eso, yo no tenia nada que ver con eso, no tenia nada que ver conmigo. Pero las visiones?los sueños extraños? no todo era por nervios, no podia ser nada mas

De repente senti frio, era como si una brisa helada me abrazara y me quede palida y mareandome, mi mente se nublo y en esa confusion senti ver una mujer vestida de blanco extendiendo sus manos hacia a mi. Cuando me repuse me vi de rodillas en el suelo, algunos me miraban, otros pensaban que se me habia caido de nuevo las hierbas, y yo aprobeche eso, para disimular y hacer como si recogiera lo que se me habia caido...que me habia pasado? que era eso? mejor no pensar en ello, este año era especial, era mi ultimo año nadie lo podia estropear

La túnica con empuñaduras verdes del joven Wright ondeaba a su antojo con la brisa de la noche. Lejana en el firmamento brillaba una flamante luna nueva; para el chico de cabellos dorados, aquella noche guardaba un extraño halo de misterio. Las manos de Randall tenían algún que otro rasguño tras su periplo y aventura por el bosque; sus botas estaban embarradas y en sus suelas quedaban restos de ramas y arenilla.

Randall se sentía profundamente decepcionado, pues su búsqueda no había tenido resultados. Cabizbajo y con sigilo atravesó muros y jardines de la escuela hasta llegar a la entrada de recibidor de Hogwarts. En su mente evocó un hechizo que le hizo acceder al gran salón.

La puerta se entreabrió y veloz se coló por la ranura. Rayos de luz procedentes de la noche se colaron junto a él en el gran salón, pero para su sorpresa nadie notó su presencia. Nadie pese a que en aquella noche de invierno, más gente de lo normal merodeaba por el hall. El joven Wright pronto entendió lo que estaba ocurriendo, una chica con túnica amarilla yacía de rodillas en el centro de la sala; junto a ella, un ramillete de lavanda. Wright se acercó curioso.

Vi acercarse a mi unos zapatos, bueno solo veia unos zapatos, pero era evidente que era un estudiante, alce mi rostro y era Randall, nos habiamos visto todos estos años, ambos sabiamos quienes eramos y aunque nuestra conversacion no era muy fluida, me parecia un buen chico, algo frio, pero era un buen chico:

-soy una torpe se me ha caido la lavanda-le dije, por que no podia decirle que habia sentido la presencia de un ser extraño que quizas solo estaba en mi cabeza y si era asi, ya me veia en san mungo encerrada-veo que has ido al bosque-señale sus botas- aun tienes resto de tierra y de musgo en tus botas, ten cuidado, en teoria no podemos ir-termine de recoger la lavanda y lo vi de frente, era alto, guapo y el tipico chico atractivo que muchas chicas quisieran para ellas-gracias por acercarte, Randall, mi padre era de slytherin, crees que podria ver algun antiguo anuario de el o algun libro donde hubiese algo suyo? se que es un traidor-llevaba dos años desaparecido por ello- pero ahora mismo necesitaria respuestas y creo que solo el podria darmelas, y como el no esta pues si informacion sobre el-aferre mi colante entre mis manos y me mordi el labio inferior- se que no puedo ver archivos y menos de otra casa que no sea la mia, pero...nadie tendria por que enterarse

No sabia cual seria su respuesta, no eramos intimos y bueno tampoco tenia por que hacerme un favor, no me debia nada ni yo a el, pero necesitaba ayuda:

-es importante...-me coloque a su lado- creo que algo esta pasando, me estan pasando cosas extrañas-le sonrei- vamos tu eres del ultimo curso seguro que lo puedes conseguir y puedo ayudarte con las pociones, es mas te haria la tarea si me dejas echar un vistazo-sonrei mientras veia su rostro pensativo-y dime que tal todo? como se presenta tu ultimo año?

El aire en la sala era extraño. Randall sintió como la piel de su nuca se erizaba como si una mano ajena le hubiera proporcionado una caricia. Aquella sensación podía recordarla con claridad; al menos una similar. La última vez que se vio expuesto a un dementor sintió aquel frio tan característico que solo un ser mágico podría provocar. Tras mirar varias veces a su alrededor, el joven se percató de que allí no había nada excepto los curiosos que observaban a la chica tejón.

Aquel rostro le era más que familiar. Y no solo el rostro pues Randall llegaba a recordar el apellido de la joven. – Stein – musitó en su mente. Seis o siete años atrás, ambos habían recorrido el pasillo del gran comedor a la espera de la asignación de casa; en aquel momento tan solo unas filas de alumnos les separaban.  Por otro lado, poco o nada sabía el joven Slytherin de la señorita Stein. Claramente su forma de ser y marcada personalidad no le ayudaba en absoluto a conocer a otros miembros de la escuela.

– Ya veo – dijo Randall distante sin ápice de ayudar a la joven con aquel embrollo. Randall enseguida entendió que la chica tenía aquella extraña necesidad, que parecían tener muchos, de comunicarse con otros. – Chica observadora – pensó – Como tampoco podemos ir al invernadero a recoger “lavanda” a estas horas – Randall permaneció inmóvil y con los brazos cruzados a modo de escudo. - ¿Traidor? – se dijo Randall.

La misión de aquella noche había sido un fracaso estrepitoso y el joven Wright temía el momento de su próximo encuentro con Ellos. Si bien la noche ya había terminado e irse a dormir no parecía ser el mejor de los planes. De repente la historia del señor Stein le pareció fascinante al chico de cabellos dorados. Slytherin y traidor. - ¿Así llamas a tu padre desagradecida sangre sucia? – Randall calló y sin dejar que se le notara, mostró interés por saber más de aquel plan. En su mente el joven Wright visualizaba al señor Stein como una magnifico y sanguinario mortífago. Definitivamente necesitaba saber más.

Randall ignoró la parte privada de la conversación y se centró en lo que realmente le interesaba. Era un chico de pocas palabras; mucho menos aún tenía para una tejón de sangre sucia. Si bien el misterio que encerraba la chica merecía la pena. Randall dio unos pasos y subió los primeros escalones hacia el primer piso. – Por aquí.

Sabia que era frio, pero su voz, su forma de moverse, sus gestos, todo, eran de alguien mas que frio gelido. Se dirigia a mi por mi apellido, no por mi nombre, todos mis amigos, se dirigian a mi por mi nombre, pero el no, el siempre Stein, le conocia de años y seguia con ese muro de hielo casi infranqueable

Nos conociamos desde hacia siete años y era incapaz de darme un poquito de conversacion, nisiquiera un que tal? o como estas? nada el siempre se mantenia igual, los de slytherin eran asi siempre? no...mi padre no era asi, es mas aun recuerdo lo bueno que era conmigo, siempre parecia ser lo mas importante para el, ser lo que mas queria y eso que no entre en slythering...Aun recuerdo el dia que le dije que no iria a slythering, el me miro y me sonrio, no le importaba eso, jamas le importo. Por que tuvo que hacer eso? por que tenia que ser un traidor el hombre mas importante para mi?:

-y como estas Randall?-le pregunte mientras nos dirigiamos hacia el primer piso, pero claro el permanecia frio como siempre- por que te cuesta tanto hablarme? es por que soy de otra casa? es por que mi sangre no es limpia? nos conocemos desde hace siete años y jamas hemos hablado, no se...creo que ni conoces mi nombre, por que eres asi?-sabia que su respuesta no seria muy amable, eso si la obtenia claro, pero es que no entendia por que tenia que ser asi, al fin y al cabo todos eramos magos, no entendia por que esa frialdad- no te pediria ayuda si no fuera algo realmente importante, algo esta pasando...y es algo que no puedo controlar-le mire a los ojos, en ese momento mi mente pudo dislumbrar a Randall, pero parecia mas joven, diferente, junto a el habia una mujer, parecia estar muerta, es mas estaba muerta, pero como habia visto eso?-tu madre murio hace mucho?-le mire- lo siento es que...lo vi, lo...no lo puedo explicar, pero lo supe, lo lamento no lo sabia

Ya en el primer piso me deje guiar, claro que el parecia ignorarme, pero yo le seguia:

-te agradezco mucho esto Randall enserio, necesito encontrar muchas respuestas-le mire de nuevo, que pena que tan guapo y tan serio- estas enfadado?-suspire- deacuero, tu siempre lo estas...-bromee, pero quizas mi broma no le hacia gracia

EL joven portador del emblema de la serpiente se sentía raro en compañía de alguien. El problema se agravaba si quien le acompañaba era una chica, peor aún si esta pertenecía a otra casa, y sin contar claro está, que esta fuera una asquerosa sangre sucia. Randall notó que la joven tejón le seguía sin tener muy claro si debía hacerlo o no. El joven Wright pudo sentir en la respiración de la chica duda y un elevado número de pensamientos rondando su mente; supuso que era normal y continuó su camino hacia aquella inmensa sala en la que esperaba conocer más de aquel “traidor” con apellido Stein. Al ver que la chica le seguía de cerca, Randall apretó más el paso. No tenía por objetivo darle esquinazo, sino evitar que lo más puritanos de su casa le vieran en compañía de una sangre sucia como Atalaya Stein.

Randall hizo un primer intento de comunicarse cuando ambos atravesaron un amplio pasillo lleno de cuadros curiosos que les observaban. Unas cuantas armaduras parecían también querer unirse a su aventura, pues Randall notó revuelo en toda la zona. Las primeras palabras que el joven pronunció fueron casi incomprensibles; tras un segundo intento coordinó mejor sus labios y se pronunció. – No entiendo la necesidad que tienen muchos de hablar por hablar – dijo frio y claramente acusando a la chica. – No sé quién eres y realmente nunca me ha importado saberlo. – Distante, el joven de cabellos dorados dio unos cuantos pasos más. Puede que esta vez fuera demasiado rápido, pues no notó los pasos de la chica. – Creo que la he ofendido más de la cuenta. Malditos tejones y se debilidad – pensó.

Randall se plantó en medio del pasillo mientras que un juego de luces procedente de los grandes ventanales jugaba con su sombra. La chica le miró fijamente a los ojos, pero no parecía ofendida por el trato distante del serpiente, más bien parecía estar sumida en algún tipo de trance. Parecía ver a alguien y ese alguien no era Randall. – ¿Cómo diablos sabe eso? – Randall nunca hablaba con nadie de su vida privada, aunque quizás tampoco era algo tan difícil de deducir, quizás su hermana se hubiese ido de la lengua…

– ¿Enfadado? Mostrar indiferencia no implica estar enfadado. – se pronunció. – Ahora bien, hagamos un trato, yo te ayudo a buscar referencias de tu padre y tu dejas de indagar en mi vida. – El chico clavó su mirada en Atalaya y luego se dio la vuelta para seguir con su camino.

Cada vez caminaba mas rapido o era mi imaginacion? claro supongo que ser visto cerca de una tejona le produciria urticaria o algo asi,y claro como el era un sangre limpia, supongo que como mas distancia mejor, eso me molestaba sobremanera, quien se creia que era?:

-tampoco tienes que correr la maraton, solo por no ser visto con una tejona-le dije acercandome a su paso y quedando junto a el- el que nos vean juntos no supone que tus admiradoras vayan a irse-sabia que eso le molestaria un poco, pero que se fastidiara, total el me miraba como si fuera una pulga

Vi como todos esos cuadros nos miraban, algunos me miraban mal, normal eran mienbros de slytherin pero otros me saludaban corteses y yo les correspondia con una sonrisa. Mi padre habia pisado ese mismo pasillo,y muchas veces, sin embargo yo jamas tuve en interes en el, hasta ahora, ahora todo habia cambiado y me sentia muy extraña, visiones, pesadillas, y el unico que tenia las respuestas era un hombre fugado:

-hablando se conoce a las personas y se crean relaciones y vinculos, es que sinceramente aveces pareces un vampiro, de lo frio que eres-su siguiente comentario me molesto un poco, de nuevo pareciamos el señor y su vasallo- pues yo si se quien eres y tu tambien sabes quien soy yo, te he visto en clase, en el comedor y tu tambien me has visto a mi, asi que no te hagas el interesante y yo no quiero para nada indagar en tu vida, solo quiero esa informacion y ya-si el capullo no fuera tan guapo insultarlo resultaria mas facil, pero bueno ya estabamos en esa sala, en la que se suponia que habia informacion de mi padre

Habia cuadros como en todas, pero tambien fotografias de antiguos alumnos, eran como fotos de anuario, donde salian todos los alumnos de clase, me acerque a las fotografias y en uno de esos grupos reconoci a mi padre:

-el es mi padre-señale la fotografia de un chico de cabello oscuro y ojos azules, que parecia sonreir algo indiferente, mi padre era guapo sin duda y junto a el habia otros chicos y algunas chicas- el es Nickolas Stein, sus compañeros no los conozco y mi madre no era de slytherin asi que tampoco esta-observe mejor la foto de mi padre y vi que llevaba el simbolo de los prefectos, jamas me habia comentado eso- no sabia que fue prefecto, es mas el jamas me animo a serlo-de pronto senti una nostalgia estupida por el, recorde sus buenas palabras, lo mucho que me queria y como me animaba siempre...por que tuvo que tomar el mal camino?.Volvi a la realidad y me acerque a Randall- estan por aqui los papeles?, aunque no lo creas te lo agradezco, el que me acompañes...-le mire y coloque mis ojos en blanco- vale te importa poco a nada mi agradecimiento, pero bueno ya lo dije...-tan mal le sentaba mi compañia?

Era extraño. De igual modo inquietante para el chico de cabellos dorados. Sabía que los únicos pasos que le seguían eran los que producían los zapatos de aquella chica tejón de rostro delicado. Pese a que el único sonido existente en la zona era el eco de las pisadas propias de aquellos jóvenes y extraños, parecía como si alguien más les acompañara durante su recorrido hasta la sala de trofeos. Alguien más quería acompañarles, y no se trataba exclusivamente de aquellos cuadros con inquietantes miradas.

La joven Stein pronto se pronunció ante las apáticas palabras de la serpiente. Randall se limitó a sonreír puesto que las palabras de Atalaya conectaron alguna especie de cableado ya olvidado en su mente. Curioso, Randall Wright apenas recordaba hacer aquella mueca. Simple y llanamente por llevar la contraria, cosa que le encantaba, el chico ando aún más deprisa.

– Me gustan los vampiros – pronunció ya cansado del continuo interés de la sangre sucia por entablar una conversación. – Son seres que evitan las horas puntas, la gente y sobretodo, el hacer ruido. Deberías aprender a moverte un poco más como ellos – dijo con ironía el joven – Sobre todo a estas horas de la noche cuando se supone que debemos estar en nuestras camas – tras una leve pausa continuó – Pues claro que sé quién eres, aunque finja o no quiera pretender saberlo. Soy muy observador, tanto como para presenciar la molesta figura de una sangre sucia – Randall se mostraba igual de apático que siempre; luego la chica se detuvo.

– Nickolas Stein – Aquel condenado y desdichado hombre de ojos azul cristalino parecía observarle con el anhelo de abandonar algún día aquel curioso retrato. Era un hombre apuesto y parecía que un gran Slytherin a juzgar por su placa de prefecto. En aquel cuadro no estaba solo, pero Randall solo tenía ojos para él y para el secreto que este guardaba. – Por aquí tejón – tras un hechizo en baja voz, y unos cuantos movimientos de varita, los bloques de una pared cercana al cuadro cedieron y abrieron un nuevo paso a los jóvenes de emblemas y almas tan dispares.

Ya me estaba hartando del humor del señor frialdad, pero bueno preferia ignorarlo, la verdad es que no le ignoraba, pero no entendia como podia ser tan desagradable. Era extraño, pero parecia que habia alguien con nosotros, como si alguien me observase, aquella sensacion habia empezado hace meses y la reconocia bien, pero ahora debia disimular, solo faltaba que randall pensase que tengo miedo a los fantasmas:

-no tengo nada en contra de los vampiros, a no ser que quieran mi sangre-su comentario, donde me llamo claramente torpe me hizo forzar una sonrisa- y lo dice quien cuando camina se le escucha hasta en la sala de astronomia, tienes los pies muy grandes, y se escuchan mas que mis pisadas-por fin admitia que me conocia, era algo que ya sabia, pero bueno...ahora lo decia el mismo- bueno en realidad soy sangre mestiza, ero viniendo de ti, el que me llames sangre sucia es un halago

El tambien se habia fijado en mi padre, apesar de lo enojada que estaba con el,hasta yo sabia lo bueno que era, un gran mago, en casa tenia bastantes reconocimientos y aunque yo jamas seria como el, siempre me hacia sentir especial, su pequeña princesa:

-quizas mi padre conocia al tuyo-le dije mientras le seguia por aquel pasillo escondido- vaya, todos los culebras sabeis de esta pasadizo-dije culebras solo para molestarlo, no era mi estilo llamarlos asi-por que esta tan escondido este lugar? se oculta algo?-le mire- si se oculta no me lo diras-suspire

Camine unos pasos y senti una brisa fria junto a mi, no era normal, pero en ese momento una corriente fuerte nos azoto y algunos papeles sobrevolaron a nuestro alrrededor, pero solo uno cayo cerca de mi:

-es la letra de mi padre-era un simple trozo de pergamino- llevo años conociendola, ella siempre ha sido lo mas importante para mi, pero si alguien descubre que estoy con ella, que la tengo en mi vida, nada sera igual, es mas quien aceptaria algo asi?, solo tengo 16 años y ya se que toda mi vida tendre que vivir con esto,pero mientras pueda seguire viendola, como siempre en el bosque-mire a randall- ahora habla de otra cosa diferente-lei en voz alta- estoy tan harto de las leyes absurdas que nos hacen bloquear lo que sentimos...-suspire- ya no hay mas, pero...a quien se refiere? mi madre no era de slytherin, pero tampoco creo que fuera tan malo o tan grave enamorarse de ella, era una compañera...no habla de mi madre...entonces de quien?-me puse a mirar si encontraba algo mas

El pasadizo se abrió y con ello, los jóvenes se adentraron en su interior. Nada más dar un paso hacia dentro ambos pudieron notar que el aire de aquella nueva sala era diferente; aquella brisa parecia provocada por alguien o algo. Las paredes estaban húmedas y el frio era latente en el ambiente.  Randall avanzó sin temor pese a saber que la sensación que recorría su cuerpo no era normal. – La sucia tejona debe estar experimentando lo mismo que yo.

Tras iluminar el extremo de su varita se dirigió a la joven, la cual ya parecía bastante cansada de compartir aventura con el chico Wright. – Tranquila, date por salvada. Dudo que alguien o algo quiera tu sucia sangre. – replicó con ironía. - ¿Mestiza? Vale sangre sucia, mayor deshonra caerá en ese caso sobre los tuyos. – El chico de cabellos dorados seguía en cabeza guiando aquella extraña expedición; con su varita alumbraba aquel largo y lúgubre pasillo. Por aquel momento Randall ya se sentía más comodo, quizás habituado, a comunicarse con aquella tejona así que solía pronunciarse tras cada uno de sus enunciados. – Quizás- dijo frio pensando en el estúpido de su padre – Era un auténtico imbécil. Puede que tu padre le diera alguna vez de hostias a ese traidor hijo de puta – La rabia pronto recorrió el cuerpo de Randall,y su cara se encendió como si se tratase de una bombilla. El chico bajó la mirada y evitó entrar más en detalles - ¿Sabes? Quizás hemos tenido el padre equivocado – En la mente de Wright solo seguía en pie desvelar todo el secreto de ese tal Stein.

Al final del pasaje se encontraba una pequeña sala. Una sala de la que nadie sabía muy bien el por qué estaba ahí. Era pequeña, pero suficiente para reunir a unas cuantas serpientes. Aquella extraña brisa de aire volvió a aparecer, y con ella, unos documentos relacionados con el señor Stein. – ¡Bingo! – Tras desplegar el pergamino la chica entró en un sentimentalismo que a Randall poco le importaba; sentimentalismo que parecía heredar de su padre. – Tejona – mencionó tras guardar los elementos claves del mensaje en su memoria  – Mierda ¿sería un falso Slytherin enamorado de una sangre sucia? Los recuerdos y la historia de su padre volvieron a su cabeza. No, el Señor Stein no había pertenecido a un legado de Slytherin, pero aquello tampoco implicaba que fuera un vulgar samaritano y noble alumno. En él, según su hija, había algo más; un misterio que ambos querían y debían desenterrar. – Tejona –  repitió –  poco más podemos hacer aquí por lo que veo. Solo se me ocurre una cosa. – Randall se miró los zapatos, aún con restos de barro y ramitas procedentes del bosque. – Tu padre hablaba de encuentros con “Ella” en el “Bosque”. Solo allí puede estar nuestra respuesta – Randall retrocedió por el pasadizo, varita en mano, esperando que la chica le siguiera.