Nice to meet you {Con Roseline}

Me desperté algo temprano, no abrí mis ojos, pero con una de mis manos comencé a buscar el familiar pelaje suave de mi gato, que siempre dormía a mi lado. Al no tocar nada más que la sabana fría, abrí mis ojos y comencé a buscarlo con mi vista. -Percy.. -dije en un susurro para no despertar a mis compañeras. Al no verlo por ninguna parte de la habitación, me levanté largando un suspiro. No era la primera vez que mi gato no estaba en la cama, ya había estado pasando durante una semana, ¿Acaso mi gato me esta cambiando por otra persona? Largue un bufido y comencé a vestirme. Seguramente eran como las 8 de la mañana, y yo levantandome a buscar a mi gato, cuando podría estar durmiendo en mi preciosa cama. Cuando terminé de colocarme la bufanda, salí de la sala común y comencé a caminar por los pasillos. ¡Hogwarts era enorme! ¿Como voy a encontrar a Percy? pero no importaba cuanto tiempo me pase buscando a mi gato mientras me muero de frío, quería ir a descubrir a donde se iba Percy todas las mañanas.

Percy, ese era el nombre de su gato, un fino y delicado macho, un poco peludo y blanco como la nieve. Se lo habían regalado en su primer año en Hogwarts, y de pensarlo, ahora se encontraba en su último año, es increíble como se pasa el tiempo. Percy es un gato cariñoso y mimoso, pero sólo con ella, con otras personas es arisco y nunca se deja atrapar. Ese gato era su tesoro, era su compañía, su bebé. Todas las noches dormía con ella, pero en esa última semana se había estado ausentando, y eso le provocaba a Lorraine muchas ideas en la cabeza.

Salí por una de las puertas del castillo para ir a buscar a Percy por aquí afuera, el era un gato que le gustaba estar al aire libre, como a mi. Y el día de hoy era precioso, hacía frío, pero un sol radiante se encontraba en el hermoso cielo despejado. Respire aire fresco y deje por un momento que el sol me calentara un poco. Luego de un minuto, continue con mi búsqueda y me dirigí hacía los jardines. Comencé a buscar con la vista a mi gato, pero no lograba verlo por ningún lugar. -Joder -dije rodando los ojos y me senté en uno de los bancos que habían ahí. -Me rindo -dije largando un suspiro. Me quedaría allí por un rato, quizás aparecía, pero si no lo hacía, aparecería más tarde por el medio día. Cerré los ojos y largue un suspiro, me quede ahí dejando que el sol me de en el rostro y de repente escuché un sonido muy conocido. Abrí mis ojos y mire en la dirección que había escuchado el maullido de un gato. Me puse de pie y comencé a caminar hacía allí. -¿Percy? -pregunte y volví a escuchar otro maullido. Largue un suspiro de alivió y camine hasta ahí. Detrás de uno de los arbustos estaba Percy, sentado y moviendo la cola, cuando me iba a acercar para tomarlo, me di cuenta de que había otro gato allí. -Oh.. -dije con sorpresa. -Es por esto que te levantas de la cama, jovencito -Le dije a Percy como regañandolo y luego largue una risa. De repente escuche una voz que hablaba por ahí, "Anala" , y luego de unos segundos entendí todo. Esa gatita de ahí, al parecer era de una chica, que también estaba buscandola. -Vaya.. -dije mientras negaba con la cabeza divertida. -Tenemos aquí dos gatitos rebeldes que se escapan de sus dueñas.

Antes de que pudiera terminar de hablar, apareció por allí una chica con cabello de color castaño. Al ver su ropa, me di cuenta de que era de Hufflepuff, ella se acerco hasta donde estaba yo y los dos gatos. -Hola -le dije amistosamente- ¿Esa es tu gata, verdad? -le pregunte con una sonrisa. -Es muy linda por cierto. Y al parecer se ha escapado, como el mío -mire a Percy acusadoramente, y el se acerco a la gatita, que según lo que escuche se llamaba Anala. Sonreí porque, gracias al cielo, mi gato no me había cambiado por alguien más, sino que ahora tenía una amiga, o quizás algo más que eso.

Pero querida ¿qué dices de mi cabello si tu nari es mas grande que el pico de un tucán? a pero claro cabe señalar que un tucán es hermoso y tu...tu niña estas podrida por dentro si solamente te fijas en cosas fásicas como el color del cabello de la gente - bufé con indignación a la estúpida Gryffindor que en el comedor se había atrevido a burlalrse del repentino colo de mi cabello, había pasado del hermoso chocolate al hermoso plata. Aunque poco entendía porqué muchos de mis compañeros me veían con cierto miedo luego de aquello...solo era un cambio natural ¿no? como sea no pude terminar con gusto mi desayuno.

Salí entonces a caminar por el colegio, llevando en brazos a mi bella gatita bosques de noruega quien comenzaba a arruyarse entre mis brazos. - No lo entiendo Anala se supone que es un colegio de magia y aun así la gente se sigue sorprendido o criticando cada que a mi o a otro, como al mismo Cee le pasa algo ¡gente estúpida! - suspiré porque lo cierto era que me hacía sentir mal la actitud de ciertas personas, pero para algo era prefecta, ee tipo de comentarios tenían que resvalarse de mi para pasarlos de largo. En eso mi gata dio un brinco y se puso a correr como loca persiguiendo o siguiendo algo - Pero Anala...te estaba platicando, ash si corre hermosa que ya sabes que me encanta perseguirte como una loca ademas, no traigo mis zapatillas para correr - negué con una voz un tanto dulce y entonada, para luego echar a correr tras mi gata rumbo al jardín, lo que provocó que mi cabello blanca se me viniera al rostro y cubriera parte de mi vista.

¡Anala! ¡Anala! - gritaba tratando de seguir el rastro que supuse había seguido, de pronto llegué a un sitio donde estaba otra chica parada, se veía un poco mayor que yo y portaba el uniforme de Ravenclaw. La miré alzando una ceja con petulancia, hasta que estornudé. Mi cabello pasó a ser chocolate. Caminé los dos pasos restantes hasta quedar a la par de la chica, iba a preguntarle si había visto a mi gatita pero ella se adelantó hablar - ¡Hola! menos mal los has encontrado, me ha tenido corriendo por medio colegio, y si en efecto es mi gatita...se llama Anala - dije con una voz amable dedicándole a la chica una sonrisa - gracias, el tuyo también es muy lindo - dije volteando a ver a su gatito. Ambos estaban muy juntitos y parecian mira con cierta culpa a cada una uhm sospechoso - al parecer han hecho una buena amistad, con razón se echó a correr...seguro vio a tu gatito y le dio por seguir por cierto ¿como se llama? - me incliné entonces y comencé a acariciar a Anala dedicándole una sonrisa divertida.

Largue una risa al escuchar que había corrido casi medio colegio por seguir a su gata. -Estos animalitos son terribles -dije y observé a mi gato- El se llama Percy. Y si, me alegro que al fin haya encontrado una amiga -camine hasta sentarme en uno de los bancos que habían allí y la chica me siguió, se sento junto a mi y le sonreí amistosamente. -El mío me ha hecho levantarme de la cama, estaba especial para dormir, pero cuando no lo sentí junto a mi, quise venir a averiguar donde era que estaba. No es la primera vez que se escapa temprano, ya va ocurriendo durante una semana -rode los ojos- Pero ya por fin averigue con quién era que se encontraba -con una sonrisa observe a Percy y Anala que al parecer corrían por ahí intentando cazar algo- Al principió pensé que me estaba cambiando por otra persona, como si tuviera otro dueño que lo cuide -largue una carcajada- Yo y mis pensamientos -negue con la cabeza mientras me reía- Soy bastante perseguida -me acomode la bufanda y frote mis manos- Que frío hace hoy -murmure y mire a los gatos. Luego la mire a ella y me reí.- Que despistada soy, olvide preguntarte lo más importante. ¿Como te llamas? Yo soy Lorraine, gusto en conocerte -le extendí la mano en forma de saludo. La chica menciono que se llamaba Roseline. -Que lindo nombre. Si no te molesta te llamare Ro -me acomode en el asiento y me di cuenta de que mientras hablaba salía una especie de humo de mi boca debido a que hacía demasiado frío. -¿En que curso estas, Ro? -le pregunte con curiosidad a la Hufflepuff mientras cerraba los ojos y dejaba que el sol me de en el rostro. -Yo estoy en mi último año, y me da tristeza cada ves que lo recuerdo -largue un suspiro- No quiero irme de aquí. Amo este lugar, es increíble. -abrí los ojos y observé el precioso castillo que había frente a mis ojos. Hogwarts era un lugar espectacular en todos los sentidos, y dejarlo me producía un poco de miedo, pero sobretodo, tristeza.