Segunda Clase de Aritmancia

La verdad, no quería ser el único ñoño en la clase de Aritmancia o Aritmomancia, si es que el profesor le había cambiado oficialmente el nombre. La verdad es que no quiero venir, esto es como hacer cálculo mental y como no nos ha dado el significado, siento que las cuentas son hasta ahora algo bastante ocioso. Pero en fin, de todos modos me inscribí, así que lo mejor sería que fuera.

Durante el desayuno, la verdad es que pienso no entrar a la clase. Quiero ir a curiosear por Beauxbatons y enterarme bien de quiénes han puesto su nombre en el Cáliz de Fuego. Sigo pensando que los líderes de Wise God son la mejor opción, pero fue una decepción descubrir que Roséline no tiene la edad suficiente. Mientras no se postulen ni Schneider ni Heart, que ellos podrán tener la edad, pero no el cerebro. Tal vez lo que me molesta es que parte de mí, esa vocecita interna que sí tiene una alta autoestima, piensa que yo podría hacer un buen papel. Pero en fin, tendré que conformarme con el torneo de quidditch, si es que logro entrar. Al menos el puesto de bateador no es muy popular aquí, así que eso me daba una oportunidad. Aquí está de moda ser buscador, ironías de la vida. En Japón está de moda ser cazador.

Resignado, termino mi escueto desayuno de sandwich de huevo cocido con queso cottage y tomo mi mochila para dirigirme al salón. De nuevo, doy primero con el aula de Numerología y hasta entro, sólo para terminar maldiciendo y recordando en el último momento que la clase es en el salón de Adivinación. Cierro la puerta y camino hasta el aula correcta.

Entro y me dirijo hasta el mismo lugar que ocupo en todos los salones desde hace bastantes años: la última fila al centro. Saco mi cuaderno y cruzo los brazos sobre el pupitre. Acto seguido, recargo la cabeza sobre ellos y dormito un poco en lo que empieza la clase.

La clase comienza y pongo atención. Por unos momentos pensé que Blackburn daría el resumen y entonces sí que me hubiera dormido de verdad, pero no lo hace. Abro mi cuaderno y tomo notas muy breves de lo que dice el profesor sobre los otros dos números, social y del corazón. No son difíciles de sacar y se complementan. El profesor pone el ejemplo justamente con el "culpable" de que la posición de quidditch más popular en Gran Bretaña sea buscador: Harry Potter. Siempre he pensado que se llama Henry y le dicen Harry, no sé por qué.

Hago una ligera mueca de fastidio al escuchar que el significado de los tres números lo veremos hasta la siguiente clase. Qué flojera... El profesor aprovecha para regañar, pero no es a mí. Yo sólo tengo un nombre y un apellido, como es la costumbre japonesa.

Abro mi cuaderno en la tabla que copié la vez pasada, y me pongo a trabajar.

Reporte:

Me levanto y le entrego mi pergamino al profesor. La verdad me animó que el número ese que nadie quiere que se sepa, el del corazón, en mi caso da tres. Tres es el número más importante para los japoneses, es un número que hasta los muggles consideran mágico. Así que estoy contento, aunque claro que no lo demuestro. Simplemente entrego mi pergamino y me marcho.